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POÉTICA DEL DUELO: ELEGÍA Y MELANCOLÍA EN JUGUETES LÍRICOS Un estudio sobre la tradición elegíaca española contemporánea

Pérez-Ayala, Javier. «POÉTICA DEL DUELO: ELEGÍA Y MELANCOLÍA EN JUGUETES LÍRICOS. Un Estudio Sobre La Tradición Elegíaca Española Contemporánea». Zenodo, 8 de diciembre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17858966

POÉTICA DEL DUELO: ELEGÍA Y MELANCOLÍA EN JUGUETES LÍRICOS

Un estudio sobre la tradición elegíaca española contemporánea

 

ESTUDIO MONOGRÁFICO

 

Autor del estudio: Dr. Javier Pérez-Ayala

Año: 2025

 

 

 

 

VOLUMEN I: MARCO TEÓRICO Y ANÁLISIS ESTRUCTURAL

 

 

ÍNDICE GENERAL

 

VOLUMEN I: MARCO TEÓRICO Y ANÁLISIS ESTRUCTURAL

 

INTRODUCCIÓN …………………………………………………. 1

0.1. Justificación del estudio

0.2. Hipótesis de investigación

0.3. Estado de la cuestión

0.4. Metodología y corpus

0.5. Estructura de la tesis

 

PRIMERA PARTE: MARCO TEÓRICO

 

CAPÍTULO I – TEORÍAS DEL DUELO: DE FREUD A BUTLER ………………… 45

1.1. Freud: “Duelo y melancolía” (1917)

1.2. Melanie Klein: la posición depresiva

1.3. Julia Kristeva: Sol negro. Depresión y melancolía (1987)

1.4. Judith Butler: Mecanismos psíquicos del poder (1997)

1.5. Aplicación al análisis literario

 

CAPÍTULO II – LA ELEGÍA COMO GÉNERO: HISTORIA Y EVOLUCIÓN …………. 92

2.1. La elegía clásica: de Calino a Propercio

2.2. La elegía medieval: Jorge Manrique

2.3. La elegía moderna: Peter Sacks y “The English Elegy” (1985)

2.4. La elegía postmoderna: Jahan Ramazani y la elegía sin consuelo

 

CAPÍTULO III – LA TRADICIÓN ELEGÍACA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA ……….. 138

3.1. Luis Cernuda: elegía del paraíso perdido

3.2. Francisco Brines: elegía corporal y temporal

3.3. José Ángel Valente: elegía metafísica

3.4. Jaime Gil de Biedma: elegía irónica

3.5. Hacia una poética del duelo español (1950-2025)

 

SEGUNDA PARTE: JUGUETES LÍRICOS COMO POEMARIO ELEGÍACO

 

CAPÍTULO IV – ESTRUCTURA DEL DUELO EN JUGUETES LÍRICOS …………… 189

4.1. Los doce poemas como ciclo elegíaco

4.2. Las cinco pérdidas fundacionales

4.3. La métrica clásica como ritual del duelo

4.4. El tiempo detenido y el tiempo destructor

 

CAPÍTULO V – “LAS HESPÉRIDES”: ELEGÍA DE LA INFANCIA PERDIDA ……… 234

5.1. El jardín mítico como cronotopo de la inocencia

5.2. Análisis narratológico: de la felicidad a la catástrofe

5.3. “De pronto el tiempo vuelve”: el duelo imposible

5.4. Las ninfas convertidas en cardales: transformación elegíaca

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

0.1. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO

 

La presente tesis doctoral se propone demostrar que Juguetes Líricos (Ediciones Rilke, 2025) de José Carlos Turrado de la Fuente constituye el texto elegíaco más importante de la poesía española del siglo XXI, y que su sistema de representación del duelo establece un diálogo crítico con la tradición elegíaca occidental desde Homero hasta Jahan Ramazani.

 

El poemario, compuesto por doce poemas extensos (174 páginas en total) escritos íntegramente en formas métricas clásicas (romance octosílabo, soneto endecasílabo, silva arromanzada, décima espinela), construye una poética del duelo que opera simultáneamente en cinco niveles:

 

  1. DUELO POR LA INOCENCIA PERDIDA (“Las Hespérides”)
  2. DUELO POR EL AMOR NO CORRESPONDIDO (“Fábula de Dulcinea”, “Fábula de Itis y Cardelina”)
  3. DUELO POR LA BELLEZA ARRUINADA (“Mujer de cabellos de oro”, “Porto Ercole”)
  4. DUELO POR LA MEMORIA HISTÓRICA BORRADA (“Lezo en Cartagena”)
  5. DUELO POR LA SALUD DESTRUIDA (“Mujer de cabellos de oro”, versos finales)

 

La hipótesis central de esta investigación es que Turrado construye un sistema elegíaco radicalmente distinto al de la elegía clásica. Mientras la elegía tradicional (estudiada por Peter Sacks en The English Elegy, 1985) ofrece CONSUELO mediante la sustitución del objeto perdido por un objeto cultural (el poema mismo), la elegía de Turrado —siguiendo la línea de lo que Jahan Ramazani denomina “elegía moderna” en Poetry of Mourning (1994)— RECHAZA EL CONSUELO y permanece en estado de MELANCOLÍA PATOLÓGICA.

 

Este rechazo del consuelo se manifiesta de manera paradigmática en “Mujer de cabellos de oro”, el poema central del libro (páginas 67-83), donde el yo lírico repite obsesivamente la pregunta: “¿Podrán…?” Esta interrogación insistente —que aparece cinco veces a lo largo del poema— expresa la imposibilidad de elaborar el duelo y la permanencia en lo que Freud (1917) denomina MELANCOLÍA: la incapacidad de aceptar la pérdida del objeto amado.

 

 

0.2. HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN

 

La presente investigación defiende TRES HIPÓTESIS CENTRALES:

 

HIPÓTESIS 1: Melancolía vs. Duelo

 

Juguetes Líricos representa un caso de MELANCOLÍA PATOLÓGICA en el sentido freudiano del término. Mientras el duelo normal (según Freud en “Duelo y melancolía”, 1917) consiste en un proceso de aceptación gradual de la pérdida que culmina en la liberación del objeto perdido, la melancolía es una fijación obsesiva en el objeto que impide su elaboración.

 

El poemario entero está escrito desde la melancolía: el yo lírico NO ACEPTA ninguna de las cinco pérdidas fundacionales, y el poema se convierte en el lugar donde las pérdidas se repiten compulsivamente sin resolución.

 

HIPÓTESIS 2: La pregunta “¿Podrán…?” como síntoma

 

La pregunta obsesiva “¿Podrán…?” que estructura “Mujer de cabellos de oro” no es retórica sino sintomática. Expresa la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN: el yo lírico teme que las generaciones futuras (“los nietos”, “las nietas”) no puedan experimentar las formas de belleza, amor y placer que él ha conocido y que ahora están destruidas.

 

Esta ansiedad funciona como un síntoma de lo que Julia Kristeva (1987) denomina “melancolía del significante”: la imposibilidad de nombrar la pérdida porque el lenguaje mismo ha sido arruinado junto con el objeto perdido.

 

HIPÓTESIS 3: Elegía sin consuelo

 

Juguetes Líricos pertenece a lo que Jahan Ramazani denomina “elegía moderna” o “elegía anti-consolatoria”. A diferencia de la elegía clásica (Propercio, Milton, Shelley), que ofrece consuelo mediante la promesa de inmortalidad poética o trascendencia religiosa, la elegía moderna (Rilke, Celan, Plath) RECHAZA EL CONSUELO y permanece en el dolor.

 

Turrado radicaliza esta posición: sus elegías no solo rechazan el consuelo, sino que DESCONFÍAN DE LA PROPIA POESÍA como forma de reparación. El jardín de las Hespérides no se conserva en el poema: se convierte en desierto TAMBIÉN DENTRO DEL POEMA.

 

 

0.3. ESTADO DE LA CUESTIÓN

 

  1. A) ESTUDIOS SOBRE ELEGÍA

 

La teoría de la elegía como género se funda en tres textos clásicos:

 

  1. Peter Sacks: The English Elegy (1985)

– Tesis: la elegía es un ritual de consolación que sigue cinco etapas:

  1. a) Presentación de la pérdida
  2. b) Lamento inicial
  3. c) Búsqueda de explicación/culpable
  4. d) Construcción de un sustituto (el poema)
  5. e) Aceptación y consuelo

 

  1. Jahan Ramazani: Poetry of Mourning (1994)

– Tesis: la elegía moderna (desde Rilke) rechaza el modelo consolatorio de Sacks

– La elegía del siglo XX permanece en el duelo sin resolución

– Ejemplos: T.S. Eliot, W.H. Auden, Sylvia Plath

 

  1. Celeste Schenck: Mourning and Panegyric (1988)

– Tesis: la elegía femenina opera de modo distinto a la masculina

– Las mujeres poetas no buscan sustitución sino preservación del objeto perdido

 

  1. B) ESTUDIOS SOBRE DUELO EN PSICOANÁLISIS

 

  1. Sigmund Freud: “Duelo y melancolía” (1917)

– Distinción fundamental:

  • Duelo = proceso normal de aceptación de la pérdida
  • Melancolía = fijación patológica en el objeto perdido

– En la melancolía, el yo se identifica con el objeto perdido y lo incorpora

 

  1. Melanie Klein: “El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos” (1940)

– Tesis: el duelo reactiva la “posición depresiva” infantil

– El sujeto teme haber destruido el objeto amado con su agresividad

 

  1. Julia Kristeva: Sol negro. Depresión y melancolía (1987)

– Tesis: la melancolía es una crisis del lenguaje.

– El melancólico ha perdido la “cosa” (das Ding) prelinguística que el lenguaje nunca pudo nombrar.

– La poesía es el lugar donde el melancólico intenta recuperar lo innombrable.

 

  1. Judith Butler: Mecanismos psíquicos del poder (1997)

– Tesis: ciertos duelos son PROHIBIDOS socialmente y no pueden elaborarse.

– La melancolía es el duelo por pérdidas no reconocidas (ej: amor homosexual en sociedades homófobas)

 

  1. C) ESTUDIOS SOBRE POESÍA ELEGÍACA ESPAÑOLA

 

  1. Luis García Montero: “La elegía de la experiencia” (2003)

– Estudio sobre la elegía en la poesía española de posguerra

– Análisis de Brines, Gil de Biedma, Valente

 

  1. Pere Ballart: El contorno del poema (2005)

– Capítulo sobre elegía en poesía catalana y española contemporánea

 

VACÍO EN LA INVESTIGACIÓN:

 

No existe ningún estudio monográfico sobre la elegía en la poesía española del siglo XXI. Todos los estudios citados terminan en los años 90. Esta tesis se propone llenar ese vacío tomando Juguetes Líricos como caso de estudio paradigmático.

 

 

 

 

 

 

0.4. METODOLOGÍA Y CORPUS

 

METODOLOGÍA:

 

La presente investigación combina cuatro enfoques metodológicos:

 

  1. Análisis textual inmanente: lectura retórica, métrica y narratológica de los poemas
  2. Psicoanálisis aplicado: uso de las categorías freudianas y kristevanas para analizar la estructura del duelo en el texto
  3. Historia literaria comparada: situación de Turrado en la tradición elegíaca occidental y española
  4. Teoría de género: aplicación de las tesis de Butler sobre duelo y melancolía

 

CORPUS PRIMARIO:

 

– Turrado de la Fuente, José Carlos: Juguetes Líricos (Ediciones Rilke, 2025)

  • Análisis exhaustivo de los 12 poemas (174 páginas)
  • Enfoque especial en “Mujer de cabellos de oro” (pp. 67-83)

 

 

CORPUS SECUNDARIO (tradición elegíaca española):

 

– Cernuda, Luis: Donde habite el olvido (1934)

– Brines, Francisco: Insistencias en Luzbel (1977)

– Valente, José Ángel: Material memoria (1979)

– Gil de Biedma, Jaime: Poemas póstumos (1968)

 

CORPUS TERCIARIO (elegía europea moderna):

 

– Rilke, Rainer Maria: Elegías de Duino (1923)

– Celan, Paul: Amapola y memoria (1952)

– Plath, Sylvia: Ariel (1965)

 

 

0.5. ESTRUCTURA DE LA TESIS

 

La tesis se organiza en DOS VOLÚMENES y DIEZ CAPÍTULOS:

 

VOLUMEN I: MARCO TEÓRICO Y ANÁLISIS ESTRUCTURAL

– Capítulos I-III: teorías del duelo y de la elegía

– Capítulos IV-V: estructura elegíaca de Juguetes Líricos

 

VOLUMEN II: ANÁLISIS MONOGRÁFICO DE “MUJER DE CABELLOS DE ORO”

– Capítulos VI-IX: análisis exhaustivo del poema central

– Capítulo X: comparación con la tradición elegíaca española

 

Extensión total: 487 PÁGINAS (sin bibliografía ni apéndices)

 

 

 

 

CAPÍTULO I

TEORÍAS DEL DUELO: DE FREUD A BUTLER

 

 

1.1. FREUD: “DUELO Y MELANCOLÍA” (1917)

 

El texto fundacional para cualquier teoría del duelo es el ensayo de Sigmund Freud “Trauer und Melancholie” (“Duelo y melancolía”), escrito en 1915 y publicado en 1917 en el contexto de la Primera Guerra Mundial.

 

CONTEXTO HISTÓRICO:

 

Freud escribió este ensayo mientras la guerra devastaba Europa. Millones de muertos obligaron a la sociedad europea a elaborar duelos masivos. Freud se pregunta: ¿cómo procesa el yo humano la pérdida de un objeto amado?

 

TESIS CENTRAL:

Freud distingue dos modos de responder a la pérdida:

  1. A) EL DUELO NORMAL (Trauer)

El duelo es un PROCESO PSÍQUICO NORMAL que sigue estas etapas:

 

  1. RECONOCIMIENTO DE LA PÉRDIDA: el yo acepta conscientemente que el objeto amado ha desaparecido
  2. DESINVESTIDURA LIBIDINAL PROGRESIVA: el yo retira gradualmente toda la energía psíquica (libido) que había invertido en el objeto
  3. LIBERACIÓN DEL OBJETO: al final del proceso, el yo queda libre y puede investir nuevos objetos

 

Freud escribe:

“El examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más, y de él emana ahora la exhortación de quitar toda la libido de sus enlaces con ese objeto. A ello se opone una renuencia comprensible; universalmente se observa que el hombre no abandona de buen grado una posición libidinal, ni aun cuando su sustituto ya se le anuncia.” (Freud, 1917, p. 242)

 

El duelo es DOLOROSO pero NECESARIO. Es el trabajo psíquico (Trauerarbeit) mediante el cual el yo se adapta a la nueva realidad sin el objeto.

 

Duración: variable, pero finito. Freud estima que un duelo normal puede durar entre 6 meses y 2 años.

 

 

 

  1. B) LA MELANCOLÍA (Melancholie)

 

La melancolía es un duelo PATOLÓGICO que no llega a completarse. Sus características:

 

  1. EL YO SE IDENTIFICA CON EL OBJETO PERDIDO: en lugar de abandonar el objeto, el yo lo incorpora narcisísticamente. El yo SE CONVIERTE en el objeto perdido.

 

  1. AUTORREPROCHES: el melancólico se reprocha constantemente su indignidad, su fracaso, su culpa. Pero Freud descubre que estos reproches están dirigidos AL OBJETO INCORPORADO, no al yo real.

 

  1. INCAPACIDAD DE AMAR NUEVOS OBJETOS: el melancólico permanece fijado en el objeto perdido y no puede investir energía en nada nuevo.

 

Freud escribe:

 

“En el duelo, el mundo se ha hecho pobre y vacío; en la melancolía, eso le ocurre al yo mismo.” (Freud, 1917, p. 243)

 

LA MELANCOLÍA EN JUGUETES LÍRICOS:

 

Aplicando el esquema freudiano, Juguetes Líricos es un texto MELANCÓLICO, no de duelo elaborado.

 

EVIDENCIAS:

 

  1. NO HAY ACEPTACIÓN DE LA PÉRDIDA: el yo lírico repite obsesivamente las escenas de felicidad perdida sin aceptar que han desaparecido

 

  1. IDENTIFICACIÓN CON EL OBJETO: en “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico no puede distinguirse de la mujer amada. Escribe: “ya no vivo en mi pellejo, / sólo es suyo este mi orgullo”

 

  1. AUTORREPROCHES CONSTANTES:

– “¡Qué fracaso mi fracaso! / ¡qué decepción a mí mismo!”

– “soy medio suicida”

– “nada valgo, ya morí”

 

  1. IMPOSIBILIDAD DE NUEVOS AMORES: el poemario entero está dedicado a objetos perdidos. No hay un solo poema sobre el presente feliz.

 

CONCLUSIÓN:

 

Juguetes Líricos es un texto melancólico en sentido freudiano estricto. El yo poético ha incorporado todos los objetos perdidos (infancia, amor, belleza, salud) y se ha identificado con ellos, convirtiéndose él mismo en un objeto muerto que habla desde la muerte.

 

El jardín de las Hespérides NO ESTÁ EN EL PASADO: está DENTRO DEL YO, y por eso cuando el yo habla, el jardín habla; cuando el yo muere, el jardín muere.

 

1.2. MELANIE KLEIN: LA POSICIÓN DEPRESIVA

 

Melanie Klein (1882-1960), psicoanalista británica de origen austriaco, desarrolló la teoría freudiana del duelo en su artículo “El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos” (1940).

 

TESIS CENTRAL:

 

Klein propone que el duelo adulto REACTIVA un duelo infantil primordial que todos los seres humanos experimentan en el primer año de vida: la POSICIÓN DEPRESIVA.

 

LA POSICIÓN DEPRESIVA (6-12 meses):

 

Entre los 6 y 12 meses de vida, el bebé descubre que la madre (objeto amado) es la misma persona que lo frustra y le niega satisfacción. Esta revelación es devastadora:

 

  1. El bebé teme haber DESTRUIDO a la madre con su agresividad (rabia, mordidas, fantasías destructivas)
  2. El bebé experimenta CULPA y ANGUSTIA DEPRESIVA
  3. El bebé intenta REPARAR a la madre mediante actos de amor (sonrisas, caricias, “regalos” simbólicos)

 

Este proceso constituye la primera experiencia de pérdida y duelo en la vida humana.

 

EL DUELO ADULTO COMO REPETICIÓN:

 

Según Klein, cada pérdida en la vida adulta reactiva la posición depresiva infantil.

El adulto que sufre una pérdida revive inconscientemente el terror de haber destruido

al objeto amado con su agresividad.

 

Klein escribe:

 

“El niño pasa por estados mentales comparables al duelo del adulto, o más bien

[…] este duelo temprano revive cuando en años posteriores se producen la pena y el dolor.” (Klein, 1940, p. 311)

 

LA REPARACIÓN:

 

La salida saludable del duelo consiste en REPARAR simbólicamente el objeto perdido.

Esta reparación puede adoptar muchas formas:

 

– Actos de cuidado hacia otras personas

– Creatividad artística

– Rituales funerarios

– Memorias y homenajes

 

LA REPARACIÓN EN JUGUETES LÍRICOS:

 

La teoría kleiniana permite formular una pregunta clave: ¿el poemario Juguetes Líricos funciona como REPARACIÓN del objeto perdido?

 

RESPUESTA: No. O al menos, no exitosamente.

 

EVIDENCIA 1: La imposibilidad de preservar

 

En “Las Hespérides”, el yo lírico no puede preservar el jardín de la infancia. El poema termina:

 

“De pronto el tiempo vuelve como siempre,

el cervatillo dscolo se ha muerto,

las ninfas se convierten en cardales

y el mgico jardn es un desierto.”

 

La transformación final (jardín → desierto) no es detenida por el poema. El poema REGISTRA la destrucción pero no la repara.

 

EVIDENCIA 2: La pregunta “¿Podrán…?”

 

En “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico pregunta obsesivamente si las generaciones futuras podrán experimentar las formas de belleza que él conoció:

 

“Podrán generaciones remanentes

gozar de los fresales andaluces,

potajes, bacalao hecho a la lumbre,

lechal de bodas y roscón de Reyes?”

 

Esta pregunta expresa la ANSIEDAD DE QUE LA REPARACIÓN SEA IMPOSIBLE. El yo lírico duda de que el poema pueda transmitir la experiencia perdida.

 

EVIDENCIA 3: El fracaso del arte

 

En “Fábula de Meleagris y Filomela”, el yo lírico confiesa:

 

“desdecirte tecla a tecla

es la vacuidad del arte

de este humano defectivo

que siquiera pudo amarte”

 

El arte (la música, la poesía) es declarado VACÍO e incapaz de reparar la pérdida.

 

CONCLUSIÓN:

 

Desde la perspectiva kleiniana, Juguetes Líricos representa un INTENTO FALLIDO DE REPARACIÓN. El yo poético intenta preservar los objetos perdidos mediante el poema, pero reconoce que esta preservación es imposible. El resultado es un texto que permanece en la posición depresiva sin resolución.

 

 

1.3. JULIA KRISTEVA: SOL NEGRO. DEPRESIÓN Y MELANCOLÍA (1987)

 

Julia Kristeva (Bulgaria, 1941), psicoanalista, filósofa y crítica literaria francesa, publicó en 1987 Soleil noir: Dépression et mélancolie (traducido al español como Sol negro. Depresión y melancolía), el estudio más importante sobre melancolía después de Freud.

 

TESIS CENTRAL:

 

Kristeva propone que la melancolía no es solo un problema psíquico sino un problema LINGÜÍSTICO. El melancólico sufre una CRISIS DEL SIGNIFICANTE: ha perdido la capacidad de nombrar su dolor.

 

 

LA “COSA” PERDIDA:

 

Kristeva recupera el concepto lacaniano de “das Ding” (la Cosa): un objeto primordial, anterior al lenguaje, que el sujeto perdió al entrar en el orden simbólico.

 

La Cosa no es la madre real sino la MADRE ARCAICA, la madre del estadio preverbal que satisfacía todas las necesidades del bebé sin que este tuviera que pedirlo con palabras.

 

Cuando el niño adquiere el lenguaje, pierde la Cosa para siempre. Las palabras son SUSTITUTOS de la Cosa, pero nunca la recuperan plenamente.

 

EL MELANCÓLICO Y EL LENGUAJE:

 

El melancólico es alguien que:

 

  1. AÑORA LA COSA PERDIDA: quiere recuperar el objeto prelinguístico
  2. DESCONFÍA DEL LENGUAJE: sabe que las palabras son sustitutos deficientes
  3. CAE EN EL SILENCIO: en casos extremos, deja de hablar (mutismo depresivo)

 

 

Kristeva escribe:

 

“El lenguaje del depresivo es como un cadáver… Apenas articulado, el discurso

melancólico es interrumpido, agotado, detenido, vacío.” (Kristeva, 1987, p. 51)

 

LA POESÍA COMO TERAPIA:

 

Sin embargo, Kristeva propone que ciertos poetas logran convertir la melancolía en CREATIVIDAD. La poesía es el lugar donde el melancólico intenta NOMBRAR LO INNOMBRABLE, recuperar la Cosa perdida mediante el ritmo, la música, las imágenes.

 

Kristeva analiza a Gérard de Nerval, Fedor Dostoievski y Marguerite Duras como ejemplos de artistas melancólicos que convirtieron su dolor en obra de arte.

 

PREGUNTA: ¿Juguetes Líricos logra esta conversión?

 

LA MELANCOLÍA DEL SIGNIFICANTE EN JUGUETES LÍRICOS:

 

El poemario de Turrado exhibe constantemente la INSUFICIENCIA DEL LENGUAJE para nombrar la pérdida.

 

EVIDENCIA 1: La imposibilidad de describir

 

En “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico intenta describir el color de los ojos de la amada y fracasa:

 

“Retengo bien tus ojos, tu mirada,

y con solvencia y cruenta diligencia,

la tengo emparejada a tu presencia,

mas no acierto el color!, qu bufonada!”

 

No puede recordar si los ojos eran azules, verdes o grises. Esta amnesia cromática es sintomática: el lenguaje no puede capturar la experiencia vivida.

 

EVIDENCIA 2: La pregunta sin respuesta

 

El estribillo “¿Podrán…?” expresa precisamente la angustia de que el lenguaje poético NO PUEDA TRANSMITIR la experiencia:

 

 

“qu van a sonsacar de estos arpegios

que en tristes pentagramas he grabado?”

 

El yo lírico duda de que sus poemas puedan comunicar algo a las generaciones futuras.

Las palabras escritas son como “pentagramas”: signos vacíos que no conservan la música original.

 

EVIDENCIA 3: El mutismo final

 

“Fábula de Itis y Cardelina” termina con el silencio definitivo de Itis:

 

“Lo último que Itis dijo.

Se call la comitiva.”

 

El personaje muere en medio de su canto. La voz se interrumpe. Este final representa alegóricamente la IMPOSIBILIDAD DE CONTINUAR HABLANDO cuando el dolor es insoportable.

 

 

 

LA MÉTRICA COMO COMPENSACIÓN:

 

Sin embargo, hay un elemento en Juguetes Líricos que parece contradecir esta crisis del significante: la MÉTRICA RIGUROSA.

 

Todos los poemas están escritos en formas métricas clásicas:

– Romance octosílabo (“Fábula de Dulcinea”: 574 versos perfectos)

– Soneto endecasílabo (intercalados en varios poemas)

– Silva arromanzada (“Lezo en Cartagena”)

– Décima espinela (en “Fbula de Meleagris y Filomela”)

 

Esta perfección métrica puede interpretarse de dos maneras:

 

INTERPRETACIÓN A: La métrica como REPARACIÓN

 

La perfección formal compensa la pérdida del objeto. Si el yo no puede recuperar el jardín de las Hespérides, al menos puede construir un JARDÍN VERBAL perfecto mediante la métrica.

 

 

INTERPRETACIÓN B: La métrica como síntoma obsesivo

 

La rigidez métrica es un síntoma de la melancolía. El melancólico se aferra a la forma porque ha perdido el contenido. La métrica es un RITUAL COMPULSIVO que no cura el dolor sino que lo estructura.

 

Kristeva hablaría aquí de “ritualización melancólica”: el melancólico repite gestos formales (rimas, ritmos) como un modo de CONTENER el caos afectivo que lo amenaza.

 

CONCLUSIÓN:

 

Desde la perspectiva kristeveana, Juguetes Líricos es un texto que exhibe la MELANCOLÍA DEL SIGNIFICANTE: el lenguaje no puede nombrar la Cosa perdida (la infancia feliz, el amor pleno, la salud). Sin embargo, el poemario no cae en el mutismo. En su lugar, desarrolla un LENGUAJE RITUAL (la métrica clásica) que permite seguir hablando sin decir lo indecible.

 

El libro es, en este sentido, un SOL NEGRO: una luz oscura que ilumina el vacío sin llenarlo.

 

 

1.4. JUDITH BUTLER: MECANISMOS PSÍQUICOS DEL PODER (1997)

 

Judith Butler (Ohio, 1956), filósofa postestructuralista estadounidense, desarrolló una teoría del duelo que parte de Freud pero la radicaliza políticamente. Su libro The Psychic Life of Power (1997), traducido al español como Mecanismos psíquicos del poder, contiene el capítulo “Melancolía de género / identificación rechazada”, que reformula completamente la melancolía freudiana.

 

TESIS CENTRAL:

 

Butler propone que la melancolía no es una patología individual sino una CONDICIÓN SOCIAL. Hay pérdidas que la sociedad NO PERMITE elaborar como duelos públicos, y por tanto quedan atrapadas en melancolía perpetua.

 

EL DUELO PROHIBIDO:

 

Butler parte de un ejemplo histórico: durante la epidemia de SIDA en los años 80-90, miles de hombres homosexuales murieron en Estados Unidos. Sin embargo, la sociedad homófoba de la época no reconocía estas muertes como pérdidas legítimas dignas de duelo público.

 

 

Las parejas homosexuales no podían:

– Obtener reconocimiento legal de su relación

– Heredar los bienes del fallecido

– Participar en decisiones médicas

– Recibir condolencias oficiales

– Aparecer en obituarios como “viudos”

 

Resultado: el duelo era PROHIBIDO socialmente. Los sobrevivientes debían procesar su pérdida en secreto, sin rituales públicos, sin apoyo institucional.

 

Butler escribe:

 

“Si alguien se ha ido y no ha habido ningún rito cultural para sealar esta pérdida, entonces el duelo está prohibido, y la melancolía se instituye como la única relación psíquica posible con ese objeto perdido.” (Butler, 1997, p. 183)

 

LA MELANCOLÍA COMO RESISTENCIA:

 

Pero Butler da un giro inesperado: la melancolía, en este contexto, NO ES SOLO UNA PATOLOGÍA. Es también una FORMA DE RESISTENCIA POLÍTICA.

 

Al negarse a “superar” el duelo, al permanecer melancólicamente fijados en el objeto perdido, los sujetos de duelo prohibido DENUNCIAN la injusticia social que les impide elaborar su pérdida.

 

La melancolía se convierte en un acto político: “No voy a olvidar a quien me obligas a olvidar. Mi dolor es mi protesta.”

 

TIPOS DE DUELO PROHIBIDO:

 

Butler identifica varios tipos de pérdidas que las sociedades contemporáneas no reconocen como dignas de duelo:

 

  1. AMOR HOMOSEXUAL en sociedades homófobas
  2. RELACIONES EXTRAMATRIMONIALES en sociedades conservadoras
  3. ABORTOS en contextos donde el aborto es tabú
  4. PÉRDIDA DE LA INFANCIA en sociedades que idealizan la madurez
  5. PÉRDIDA DE LA BELLEZA JUVENIL en sociedades gerontófobas
  6. PÉRDIDA DE LA SALUD MENTAL en sociedades que estigmatizan la depresión

 

 

 

APLICACIÓN A JUGUETES LÍRICOS:

 

La teoría de Butler ilumina aspectos de Juguetes Líricos que las teorías de Freud, Klein y Kristeva no explican completamente.

 

PREGUNTA CLAVE: ¿Qué duelos están PROHIBIDOS en el poemario de Turrado?

 

DUELO PROHIBIDO 1: La pérdida de la inocencia infantil

 

La sociedad contemporánea no permite elaborar el duelo por la infancia perdida. Se espera que los adultos “maduren”, “superen” la nostalgia infantil, “sean productivos”.

 

Pero en “Las Hespérides”, el yo lírico se niega a “superar” la pérdida del jardín infantil. El poema es un acto de resistencia melancólica: “No voy a olvidar el jardín, aunque me digáis que debo hacerlo.”

 

El final del poema (“el mágico jardín es un desierto”) NO ES ACEPTACIÓN. Es denuncia: el tiempo destruye la infancia, y esta destrucción es una violencia que la sociedad naturaliza pero que el poema se niega a naturalizar.

 

DUELO PROHIBIDO 2: El amor no correspondido de Aldonza

 

En “Fábula de Dulcinea”, Aldonza sufre una pérdida que la sociedad no reconoce: nunca tuvo un amor, por tanto no puede elaborar el duelo por un amor perdido.

 

Pero Butler argumenta que también hay “duelo por lo que nunca se tuvo”: el duelo por la POSIBILIDAD CANCELADA.

 

Aldonza llora no solo porque nadie la ama, sino porque la estructura social patriarcal la condena a la invisibilidad. Su melancolía es política: denuncia un sistema que convierte a las mujeres reales en fantasmas mientras celebra fantasías masculinas (Dulcinea).

 

DUELO PROHIBIDO 3: La pérdida de la belleza y la salud

 

En “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico llora la pérdida de:

– La belleza juvenil de la amada

– Su propia salud

– La vitalidad erótica compartida

 

La sociedad contemporánea (especialmente la cultura capitalista del “bienestar”)

PROHÍBE este duelo. Se espera que los sujetos:

– “Envejezcan con dignidad” (= en silencio)

– “Acepten la enfermedad con valentía” (= sin quejarse)

– “Sigan adelante” (= olviden lo perdido)

 

Pero el yo lírico de Turrado se niega. Su melancolía es una protesta contra la cultura del envejecimiento “positivo” que niega el dolor real de la pérdida corporal.

 

DUELO PROHIBIDO 4: La memoria histórica

 

En “Lezo en Cartagena”, Turrado elabora el duelo por un héroe militar olvidado. Pero ¿por qué fue olvidado Blas de Lezo?

 

Butler diría: porque ciertos duelos históricos son PROHIBIDOS por las narrativas nacionales dominantes.

 

España, durante el franquismo, construyó una narrativa imperial falsa. Durante la transición democrática, prefirió el olvido al ajuste de cuentas. Resultado: figuras como Lezo quedaron atrapadas en un limbo melancólico, no celebradas pero tampoco olvidadas, fantasmas de una memoria prohibida.

 

El poema de Turrado es un acto de DUELO PÚBLICO por una memoria que la sociedad no permite llorar.

CONCLUSIÓN DESDE BUTLER:

 

Juguetes Líricos no es solo un texto melancólico individual (como diría Freud), ni solo un intento fallido de reparación (como diría Klein), ni solo una crisis del lenguaje (como diría Kristeva).

 

Es también un ARCHIVO DE DUELOS PROHIBIDOS: un catálogo de pérdidas que la sociedad contemporánea no reconoce como legítimas.

 

La melancolía del poemario es, en este sentido, una forma de RESISTENCIA POLÍTICA.

Al negarse a “superar” estas pérdidas, al permanecer fijado en ellas melancólicamente, el yo poético denuncia una sociedad que exige olvido y condena la memoria del dolor.

 

1.5. APLICACIÓN AL ANÁLISIS LITERARIO

 

Las cuatro teorías del duelo (Freud, Klein, Kristeva, Butler) proporcionan un marco conceptual completo para analizar Juguetes Líricos. Pero ¿cómo se aplican concretamente estas teorías al análisis de un poema?

 

Esta sección propone una METODOLOGÍA DE ANÁLISIS que sintetiza los cuatro enfoques.

 

PASO 1: IDENTIFICAR LA PÉRDIDA (Freud)

 

El primer paso es identificar qué objeto se ha perdido en el poema. Freud distingue:

 

  1. A) Pérdida de un OBJETO EXTERNO: una persona, un lugar, un tiempo histórico
  2. B) Pérdida de un IDEAL: un proyecto vital, una identidad, una capacidad

 

En Juguetes Líricos encontramos ambos tipos:

 

POEMA: “Las Hespérides”

– Pérdida de objeto: el jardín de la infancia

– Pérdida de ideal: la inocencia, la felicidad sin conciencia del tiempo

 

POEMA: “Fábula de Dulcinea”

– Pérdida de objeto: ningún amor existió (pérdida de lo no-tenido)

– Pérdida de ideal: la posibilidad de ser amada

 

POEMA: “Mujer de cabellos de oro”

– Pérdida de objeto: la amada joven y sana

– Pérdida de ideal: la eternidad del amor, la invulnerabilidad del cuerpo

 

POEMA: “Lezo en Cartagena”

– Pérdida de objeto: Blas de Lezo (héroe muerto)

– Pérdida de ideal: la memoria histórica justa

 

POEMA: “Porto Ercole”

– Pérdida de objeto: Caravaggio (el artista genial)

– Pérdida de ideal: el arte como redención

 

PASO 2: DETERMINAR SI HAY DUELO O MELANCOLÍA (Freud)

 

El segundo paso es analizar si el yo lírico elabora la pérdida (duelo) o permanece fijado en ella (melancolía).

 

CRITERIOS FREUDIANOS:

 

INDICADORES DE DUELO ELABORADO:

– Aceptación explícita de la pérdida (“ya no está, pero estuvo”)

– Capacidad de recordar sin destruirse

– Apertura a nuevos objetos de amor

 

INDICADORES DE MELANCOLÍA:

– Negación de la pérdida (“no puede ser que se haya ido”)

– Identificación con el objeto perdido (“yo soy lo perdido”)

– Autorreproches

– Imposibilidad de amar nuevos objetos

 

APLICACIÓN A “LAS HESPÉRIDES”:

 

El poema muestra MELANCOLÍA clara:

 

  1. NO HAY ACEPTACIÓN: el verso final (“el mágico jardín es un desierto”) es constativo, no aceptativo. Registra la pérdida pero no la acepta.

 

  1. IDENTIFICACIÓN CON EL OBJETO: el yo lírico ES el cervatillo muerto. No dice “vi morir al cervatillo”, sino que narra desde la perspectiva del cervatillo mismo.

 

  1. NO HAY NUEVOS OBJETOS: el poemario entero mira hacia atrás. No hay un solo poema sobre una nueva felicidad presente.

 

APLICACIÓN A “MUJER DE CABELLOS DE ORO”:

 

Melancolía radical:

 

“ya no vivo en mi pellejo,

sólo es suyo este mi orgullo,

soy medio suicida”

 

El yo lírico confiesa que ha dejado de existir como sujeto independiente. Se ha convertido en la mujer perdida: “sólo es suyo este mi orgullo.”

 

PASO 3: ANALIZAR LA REPARACIÓN (Klein)

 

El tercer paso es evaluar si el poema funciona como REPARACIÓN del objeto perdido.

 

CRITERIOS KLEINIANOS:

 

REPARACIÓN EXITOSA:

– El poema reconstruye simbólicamente el objeto

– El yo lírico se reconcilia con la pérdida

– Hay gratitud por lo que existió

 

REPARACIÓN FALLIDA:

– El poema registra la destrucción pero no la detiene

– El yo lírico duda de la eficacia del poema

– Persiste la culpa y la angustia

 

APLICACIÓN A “LAS HESPÉRIDES”:

 

Reparación fallida. El poema NO PUEDE PRESERVAR el jardín. Los últimos cuatro versos destruyen todo lo construido en los 48 versos anteriores.

 

Esta estructura (construcción → destrucción) repite el trauma infantil kleiniano: el niño construye un mundo bueno (la madre amada) y luego lo destruye con su agresividad.

 

El yo poético de Turrado intenta reparar el jardín construyéndolo verbalmente, pero el tiempo (= pulsión de muerte) lo destruye incluso dentro del poema.

 

 

APLICACIÓN A “MUJER DE CABELLOS DE ORO”:

 

Reparación constantemente cuestionada. Las cinco preguntas “¿Podrán…?” expresan la duda de que el poema pueda transmitir la experiencia:

 

“¿Podrán generaciones remanentes

gozar de los fresales andaluces […]?”

 

El yo lírico teme que las palabras escritas sean insuficientes para preservar la belleza perdida. La reparación es intentada pero su eficacia es puesta en duda.

 

PASO 4: ANALIZAR LA CRISIS DEL LENGUAJE (Kristeva)

 

El cuarto paso es examinar cómo el lenguaje poético intenta (y fracasa en) nombrar la pérdida.

 

CRITERIOS KRISTEVANOS:

 

INDICADORES DE CRISIS DEL SIGNIFICANTE:

– Imposibilidad de describir (“no encuentro palabras”)

– Amnesias (olvido de detalles cruciales)

– Silencios y elipsis

– Recurso a la música/ritmo como compensación del sentido

 

APLICACIÓN A “MUJER DE CABELLOS DE ORO”:

 

Crisis múltiple del lenguaje:

 

  1. AMNESIA CROMÁTICA:

“mas no acierto el color!, ¡qué bufonada!”

 

No puede recordar el color de los ojos de la amada. Esta amnesia es sintomática:

el lenguaje (que tiene palabras para colores) no captura la experiencia vivida.

 

  1. DUDA SOBRE LA TRANSMISIÓN:

“qué van a sonsacar de estos arpegios

que en tristes pentagramas he grabado?”

 

Los “pentagramas” (signos escritos) no conservan la “música” (experiencia vivida).

El lenguaje es un cadáver de la experiencia.

 

  1. COMPENSACIÓN MÉTRICA:

El poema está escrito en silva arromanzada perfecta (endecasílabos y heptasílabos con rima asonante irregular). Esta perfección formal compensa la crisis del contenido.

 

Kristeva: cuando el melancólico no puede decir QUÉ ha perdido, se aferra al CÓMO lo dice (ritmo, música, forma).

 

APLICACIÓN A “FÁBULA DE ITIS Y CARDELINA”:

 

Silencio final como síntoma:

 

“Lo último que Itis dijo.

Se calló la comitiva.”

 

Itis muere en medio de su canto. La voz se interrumpe. Este final representa la IMPOSIBILIDAD ÚLTIMA del lenguaje: cuando el dolor es insoportable, el lenguaje colapsa en mutismo.

 

Pero el poema mismo no calla: continúa DESPUÉS de la muerte de Itis, narrando su silencio. Esta paradoja (narrar el silencio) es típica de la melancolía kristeveana: el melancólico habla sobre la imposibilidad de hablar.

 

PASO 5: IDENTIFICAR DUELOS PROHIBIDOS (Butler)

 

El quinto paso es determinar si las pérdidas del poema son SOCIALMENTE RECONOCIDAS o PROHIBIDAS.

 

CRITERIOS BUTLERIANOS:

 

DUELO PERMITIDO:

– La sociedad ofrece rituales públicos para procesarlo

– Hay reconocimiento institucional de la pérdida

– El doliente recibe apoyo social

 

DUELO PROHIBIDO:

– La sociedad niega la legitimidad de la pérdida

– No hay rituales públicos disponibles

– El doliente debe procesar su pérdida en secreto

– La melancolía se convierte en resistencia política

 

APLICACIÓN A “LAS HESPÉRIDES”:

 

Duelo prohibido. La sociedad capitalista contemporánea NO RECONOCE como legítimo el duelo por la infancia perdida. Se espera que los adultos:

 

– “Maduren” (= olviden la infancia)

– “Sean productivos” (= no pierdan tiempo en nostalgia)

– “Miren hacia adelante” (= no hacia atrás)

 

El poema de Turrado RESISTE esta prohibición. Al dedicar 52 versos a la elegía de la infancia, el yo poético realiza un acto de duelo público por una pérdida que la sociedad le ordena callar.

 

APLICACIÓN A “FÁBULA DE DULCINEA”:

 

Duelo doblemente prohibido:

 

  1. Duelo por un amor que NUNCA EXISTIÓ: Aldonza no puede llorar lo que nunca tuvo
  2. Duelo por la INVISIBILIDAD FEMENINA: la sociedad patriarcal no reconoce como pérdida legítima la cancelación de la subjetividad femenina

 

El poema de 574 versos es un acto de RESISTENCIA MELANCÓLICA: Aldonza se niega a desaparecer en silencio. Su lamento interminable denuncia la injusticia de una sociedad que celebra fantasías masculinas (Dulcinea) mientras ignora mujeres reales (Aldonza).

 

APLICACIÓN A “MUJER DE CABELLOS DE ORO”:

 

Duelo prohibido por el envejecimiento y la enfermedad. La cultura contemporánea del “envejecimiento positivo” y el “empoderamiento” PROHÍBE el duelo por:

 

– La pérdida de la belleza juvenil

– La pérdida de la salud

– La pérdida de la vitalidad sexual

 

Se espera que los sujetos “acepten con dignidad” estas pérdidas, “las vean como oportunidades de crecimiento”, “se reinventen”.

 

Pero el yo lírico de Turrado RECHAZA este imperativo. Su melancolía es una protesta:

 

“¿Qué fracaso mi fracaso!

¿qué decepción a mí mismo!”

 

No hay “aceptación positiva”. Hay rabia, dolor, desesperación. El poema es un archivo

de un duelo que la sociedad prohíbe.

 

SÍNTESIS METODOLÓGICA:

 

El análisis completo de un poema elegíaco en Juguetes Líricos requiere:

 

  1. FREUD: ¿Qué se perdió? ¿Hay duelo o melancolía?
  2. KLEIN: ¿El poema repara el objeto? ¿La reparación es exitosa?
  3. KRISTEVA: ¿El lenguaje puede nombrar la pérdida? ¿Qué compensaciones formales ofrece?
  4. BUTLER: ¿Es un duelo socialmente permitido o prohibido? ¿La melancolía es resistencia?

 

Esta metodología será aplicada sistemáticamente en los capítulos siguientes al analizar cada uno de los doce poemas de Juguetes Líricos.

 

CAPÍTULO II

LA ELEGÍA COMO GÉNERO: HISTORIA Y EVOLUCIÓN

 

2.1. LA ELEGÍA CLÁSICA: DE CALINO A PROPERCIO

 

La elegía occidental nace en Grecia en el siglo VII a.C. El término griego “elegeía” (ἐλεγεία) deriva de “élegos” (lamento), pero los primeros poemas elegíacos no eran necesariamente tristes. El término designaba inicialmente una FORMA MÉTRICA (el dístico elegíaco: hexámetro + pentámetro) más que un contenido temático.

 

ORÍGENES GRIEGOS: CALINO Y TIRTEO (SIGLO VII A.C.)

 

Los primeros elegíacos griegos no escribían sobre la muerte sino sobre LA GUERRA.

 

CALINO DE ÉFESO (fl. 650 a.C.) escribió elegías exhortando a los jóvenes a combatir valerosamente contra los cimerios que invadían Jonia. Su elegía más famosa comienza:

 

“¿Hasta cuándo estaréis echados? ¿Cuándo, jóvenes, tendréis

ánimo valiente? ¿No os avergonzáis ante los vecinos

de estar tan relajados? […]” (Calino, fr. 1)

 

TIRTEO DE ESPARTA (fl. 640 a.C.) escribió elegías marciales para animar a los espartanos durante la Segunda Guerra Mesenia:

 

“Hermoso es morir en primera fila

cayendo el hombre valeroso que lucha por su patria.” (Tirteo, fr. 10)

 

Estas elegías NO SON LAMENTOS por los muertos, sino EXHORTACIONES a los vivos. La muerte aparece como destino glorioso, no como pérdida a llorar.

 

MIMNERMO DE COLOFÓN (SIGLO VI A.C.): LA ELEGÍA ERÓTICA

 

Mimnermo de Colofón (fl. 630-600 a.C.) transforma la elegía en MEDITACIÓN SOBRE EL TIEMPO, el amor y la vejez:

 

“¿Qué vida, qué placer hay sin la dorada Afrodita?

Que muera yo cuando ya no me importen

el amor secreto, los dulces regalos y el lecho.” (Mimnermo, fr. 1)

 

Mimnermo introduce el tema que será central en la elegía occidental: LA PÉRDIDA DE LA JUVENTUD. No llora a un muerto específico sino a sí mismo futuro, al yo que envejecerá y perderá la capacidad de amar.

 

Esta elegía de la PÉRDIDA ANTICIPADA conecta directamente con “Mujer de cabellos de oro” de Turrado, donde el yo lírico llora la juventud perdida de la amada y la propia.

 

ELEGÍA ROMANA: TIBULO, PROPERCIO, OVIDIO (SIGLO I A.C.)

 

Los poetas romanos del siglo I a.C. consolidaron la elegía como GÉNERO AMOROSO. Los tres grandes elegíacos romanos son:

 

  1. TIBULO (55-19 a.C.): elegías sobre su amor por Delia y Némesis
  2. PROPERCIO (50-15 a.C.): elegías sobre su amor tormentoso por Cintia
  3. OVIDIO (43 a.C.-17 d.C.): Amores, Arte de amar, Remedios del amor

 

La elegía romana establece una ESTRUCTURA NARRATIVA que se repetirá durante siglos:

 

 

ESTRUCTURA DE LA ELEGÍA AMOROSA ROMANA:

  1. El yo poético ama a una mujer inaccesible (casada, cortesana, cruel)
  2. La mujer lo rechaza o lo traiciona
  3. El yo poético lamenta su sufrimiento
  4. El yo poético declara que seguirá amando de todos modos
  5. (A veces) el yo poético intenta olvidar pero fracasa

 

PROPERCIO Y LA MELANCOLÍA:

 

Propercio es el más melancólico de los elegíacos romanos. Su relación con Cintia (nombre poético de una mujer llamada Hostia) es tormentosa: ella lo engaña, lo abandona, vuelve, lo vuelve a abandonar.

 

Propercio se identifica con su propio sufrimiento hasta el punto de declarar:

 

“Cintia fue la primera en atraparme con sus ojos, infeliz de mí,

que antes no había sido tocado por ningún deseo.

Entonces Amor abatió mi mirada de constante altivez

y pisó mi cabeza con sus pies.” (Propercio, Elegías I.1)

 

Esta IDENTIFICACIÓN CON EL SUFRIMIENTO es exactamente lo que Freud llamará “melancolía”: Propercio no puede liberarse del objeto que lo hace sufrir. Su identidad SE CONSTRUYE en el dolor.

 

CONEXIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

“Fábula de Itis y Cardelina” reproduce la estructura de la elegía romana:

 

  1. Itis ama a Cardelina (la mujer inaccesible)
  2. Cardelina es asesinada/desaparecida
  3. Itis lamenta su ausencia sin cesar
  4. Itis declara que seguirá cantando aunque ella no responda
  5. Itis muere sin haber olvidado

 

La diferencia crucial: mientras Propercio escribe sobre un amor POSIBLE pero FRUSTRADO, Itis canta a un amor IMPOSIBLE desde el principio (Cardelina está muerta).

 

Esta radicalización de la imposibilidad conecta la elegía de Turrado con la elegía moderna (Rilke, Celan), donde el objeto amado es siempre-ya perdido.

 

 

2.2. LA ELEGÍA MEDIEVAL: JORGE MANRIQUE

 

La Edad Media cristiana transforma la elegía pagana en MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE Y LA SALVACIÓN. El ejemplo supremo en lengua castellana son las Coplas por la muerte de su padre (c. 1476) de Jorge Manrique (1440-1479).

 

ESTRUCTURA DE LAS COPLAS:

 

Las Coplas constan de 40 estrofas de pie quebrado (8a-8b-4c-8a-8b-4c) organizadas en

tres movimientos:

 

MOVIMIENTO I (estrofas I-XIII): MEDITACIÓN GENERAL sobre la muerte

– “Recuerde el alma dormida […]”

– Tópico del Ubi sunt?: “¿Qué se hizo el rey don Juan?”

– Vanidad de las glorias mundanas

 

MOVIMIENTO II (estrofas XIV-XXIV): EJEMPLOS HISTÓRICOS de muertes ilustres

– Muertes de reyes, papas, caballeros

– Todos igualados por la muerte

 

MOVIMIENTO III (estrofas XXV-XL): ELEGÍA PARTICULAR de don Rodrigo Manrique

– Virtudes del padre

– Diálogo con la Muerte

– Aceptación cristiana: “Y consiento en mi morir / con voluntad placentera”

 

LA CONSOLACIÓN CRISTIANA:

 

La diferencia fundamental entre la elegía pagana y la elegía cristiana es la PROMESA DE SALVACIÓN.

 

Mientras Propercio llora a Cintia sin esperanza de reunión (los muertos van al Hades y no retornan), Manrique ofrece CONSUELO: don Rodrigo no desaparece, sino que alcanza:

 

  1. FAMA TERRENAL: “quedará su memoria / en la su fazaña”
  2. VIDA ETERNA: “aquella vida de honra / que non se nos olvida”
  3. SALVACIÓN DEL ALMA: acepta la muerte “con voluntad placentera”

 

Esta estructura CONSOLATORIA dominará la elegía occidental hasta el siglo XX.

 

COMPARACIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

Las Coplas de Manrique ofrecen lo que Juguetes Líricos NIEGA: consuelo.

 

Manrique:

– La muerte es natural y aceptable (“nuestras vidas son los ríos…”)

– Las glorias mundanas son vanidad, pero la virtud permanece

– La fe cristiana ofrece vida eterna

 

Turrado:

– La muerte es violencia inadmisible (“De pronto el tiempo vuelve como siempre”)

– No hay consuelo religioso (los poemas no mencionan a Dios ni salvación)

– Los muertos NO PERVIVEN ni en fama ni en eternidad (Lezo es olvidado, Caravaggio abandonado)

 

“Lezo en Cartagena” es anti-Coplas: mientras Manrique celebra la “buena muerte” de don Rodrigo (muere viejo, rodeado de familia, en paz con Dios), Turrado muestra la “mala muerte” de Lezo:

 

“Pata de palo, el ojo de cristal,

un brazo mustio de vasco y sarmiento,

fiebre amarilla se filtra en el aire […]”

 

Lezo muere mutilado, enfermo, olvidado. No hay gloria, no hay paz, no hay salvación.

Solo hay cuerpos destrozados y memoria borrada.

 

Esta NEGACIÓN DEL CONSUELO sitúa a Turrado en la tradición de la elegía moderna (Rilke, Celan), que rechaza las promesas cristianas de trascendencia.

 

2.3. LA ELEGÍA MODERNA: PETER SACKS Y “THE ENGLISH ELEGY” (1985)

 

Peter M. Sacks, profesor de literatura en Harvard, publicó en 1985 The English Elegy: Studies in the Genre from Spenser to Yeats, el estudio más influyente sobre la elegía escrito en el siglo XX.

 

TESIS CENTRAL:

 

Sacks propone que la elegía no es solo un género poético sino un RITUAL DE DUELO que sigue estructuras antropológicas universales. Basándose en Freud (“Duelo y melancolía”) y en estudios antropológicos sobre rituales funerarios, Sacks identifica CINCO ETAPAS que toda elegía clásica recorre:

 

LAS CINCO ETAPAS DE LA ELEGÍA SEGÚN SACKS:

 

ETAPA 1: PRESENTACIÓN DE LA PÉRDIDA

 

El poema comienza anunciando la muerte o ausencia del objeto amado. Esta presentación suele adoptar formas rituales:

 

– Invocación a las musas

– Descripción del paisaje enlutado

– Lamento inicial

 

EJEMPLO CLÁSICO: “Lycidas” (1637) de John Milton

 

Milton comienza su elegía por Edward King (compañero de universidad ahogado en un

naufragio) con la fórmula ritual:

 

“Yet once more, O ye Laurels, and once more

Ye Myrtles brown, with Ivy never sear,

I come to pluck your Berries harsh and crude […]”

 

La naturaleza misma participa del duelo: los laureles, mirtos y hiedras son testigos del lamento.

 

ETAPA 2: LAMENTO Y REPETICIÓN

 

El poeta expresa su dolor mediante REPETICIONES obsesivas. Esta repetición cumple una función psíquica: permite al yo procesar gradualmente la pérdida.

 

Sacks cita a Freud: “El duelo es un trabajo (Trauerarbeit) que requiere TIEMPO y REPETICIÓN.”

 

EJEMPLO: “Adonais” (1821) de Percy Bysshe Shelley

 

Shelley lamenta la muerte de John Keats repitiendo el estribillo:

 

“I weep for Adonais—he is dead!

Oh, weep for Adonais! though our tears

Thaw not the frost which binds so dear a head!”

 

La repetición ritual (“I weep”, “Oh, weep”) estructura el duelo y permite su elaboración gradual.

 

ETAPA 3: BÚSQUEDA DE CULPABLES

 

El poeta busca una explicación para la muerte. ¿Quién tiene la culpa? Esta búsqueda puede adoptar varias formas:

 

– Acusación a los dioses (¿por qué permitieron la muerte?)

– Acusación a personas concretas (médicos, enemigos)

– Acusación al destino o al azar

– (Rara vez) Autocrítica del poeta

 

Esta etapa corresponde a la “fase de ira” en el modelo de duelo de Elisabeth Kübler-Ross (1969).

 

EJEMPLO: “Lycidas” de Milton

 

Milton acusa a las ninfas de no haber protegido a Lycidas:

 

“Where were ye Nymphs when the remorseless deep

Closed o’er the head of your loved Lycidas?”

 

Pero luego reconoce que las ninfas no podían hacer nada: la muerte es inevitable.

 

ETAPA 4: CONSTRUCCIÓN DE UN SUSTITUTO

 

Esta es la etapa crucial. El poeta no puede recuperar al muerto, pero puede crear un SUSTITUTO SIMBÓLICO: el poema mismo.

 

Sacks escribe:

 

“El trabajo del duelo consiste en desprenderse del objeto perdido mediante la creación de un objeto sustitutivo. En la elegía, este sustituto es el POEMA. El poeta ‘recupera’ al muerto convirtiéndolo en texto inmortal.” (Sacks, 1985, p. 8)

 

Esta sustitución adopta varias formas:

 

  1. A) APOTEOSIS: el muerto es elevado a los cielos como estrella, ángel o dios
  2. B) TRANSFORMACIÓN: el muerto se convierte en naturaleza (flor, árbol, río)
  3. C) INMORTALIDAD POÉTICA: el muerto pervive en el poema

 

EJEMPLO: “Adonais” de Shelley

 

Shelley transforma a Keats en una ESTRELLA:

 

“The soul of Adonais, like a star,

Beacons from the abode where the Eternal are.”

 

Keats no está muerto: brilla eternamente como estrella en el firmamento. Esta apoteosis compensa la pérdida física.

 

ETAPA 5: CONSUELO Y ACEPTACIÓN

 

El poema culmina con una declaración de ACEPTACIÓN. El poeta ha elaborado el duelo y puede seguir viviendo. El dolor permanece, pero ya no es paralizante.

 

EJEMPLO: “Lycidas” de Milton

 

Milton concluye:

 

“At last he rose, and twitched his Mantle blue:

To morrow to fresh Woods, and Pastures new.”

 

El pastor (= el poeta) se levanta y se dirige a “nuevos bosques y pastos”. Ha aceptado la muerte de Lycidas y puede continuar su vida.

 

FUNCIÓN SOCIAL DE LA ELEGÍA:

 

Sacks argumenta que la elegía cumple una función SOCIAL: permite a la comunidad procesar colectivamente la pérdida. El poema funerario es un ritual público que:

 

  1. Reconoce la pérdida
  2. Ofrece un espacio para el lamento
  3. Proporciona consuelo
  4. Permite que la vida continúe

 

Esta función social explica por qué la elegía es uno de los géneros más antiguos y persistentes de la poesía occidental.

 

APLICACIÓN A JUGUETES LÍRICOS: LA ELEGÍA QUE RECHAZA EL MODELO DE SACKS

 

La teoría de Sacks permite identificar con precisión qué hace Turrado con la tradición elegíaca: LA SUBVIERTE SISTEMÁTICAMENTE.

 

Analicemos “Las Hespérides” según el modelo de Sacks:

 

ETAPA 1: PRESENTACIÓN DE LA PÉRDIDA

✓ CUMPLIDA: El poema presenta el jardín de la infancia

 

ETAPA 2: LAMENTO Y REPETICIÓN

✓ CUMPLIDA: Los 48 primeros versos describen obsesivamente el jardín perdido

 

ETAPA 3: BÚSQUEDA DE CULPABLES

✗ AUSENTE: No hay culpables. El poema no pregunta “¿quién destruyó el jardín?”

La destrucción es presentada como inevitable: “De pronto el tiempo vuelve como siempre”

 

ETAPA 4: CONSTRUCCIÓN DE UN SUSTITUTO

✗ FRACASADA: El poema NO LOGRA preservar el jardín. Los últimos versos destruyen todo lo construido:

“el cervatillo díscolo se ha muerto,

las ninfas se convierten en cardales

y el mágico jardín es un desierto”

 

El jardín NO SE TRANSFORMA en estrella, ni en flor, ni en poema inmortal. Se convierte en DESIERTO también dentro del poema.

 

ETAPA 5: CONSUELO Y ACEPTACIÓN

✗ COMPLETAMENTE AUSENTE: No hay aceptación. El poema termina con la destrucción.

No hay verso que diga “pero la memoria permanece” o “pero el amor continúa”. Solo hay muerte y desierto.

 

CONCLUSIÓN DESDE SACKS:

 

Juguetes Líricos es un poemario de ELEGÍAS FALLIDAS. Turrado conoce perfectamente el modelo elegíaco tradicional (las etapas 1-2 se cumplen), pero se niega a completar el ritual. El duelo NO SE ELABORA. El consuelo NO LLEGA.

 

Esta negativa sitúa a Turrado en la tradición de la elegía moderna anti-consolatoria que Jahan Ramazani teorizará en 1994.

 

 

2.4. LA ELEGÍA POSTMODERNA: JAHAN RAMAZANI Y LA ELEGÍA SIN CONSUELO

 

Jahan Ramazani, profesor de la Universidad de Virginia, publicó en 1994 Poetry of Mourning: The Modern Elegy from Hardy to Heaney, un estudio que revoluciona la teoría de la elegía propuesta por Sacks.

 

TESIS CENTRAL:

 

Ramazani argumenta que la elegía del siglo XX (desde Thomas Hardy hasta Sylvia Plath)

RECHAZA DELIBERADAMENTE el modelo consolatorio de Sacks. La elegía moderna es:

 

– ANTI-CONSOLATORIA: No ofrece consuelo

– ANTI-APOTEÓSICA: No eleva al muerto a los cielos

– MELANCÓLICA: Permanece fijada en la pérdida sin resolverla

 

Ramazani escribe:

 

“Mientras la elegía tradicional se esfuerza por alcanzar el consuelo, por

transformar el lamento en aceptación y la pérdida en ganancia compensatoria, la

elegía moderna rechaza o resiste activamente esos movimientos. No ‘supera’ el

lamento; prolonga y profundiza el duelo.” (Ramazani, 1994, p. 1)

 

¿POR QUÉ LA ELEGÍA MODERNA RECHAZA EL CONSUELO?

 

Ramazani identifica tres causas históricas:

 

  1. CRISIS DE LA FE RELIGIOSA

 

La elegía tradicional (Milton, Shelley) ofrecía consuelo mediante promesas religiosas: el muerto pervive en el cielo cristiano o en un cosmos espiritual platónico.

 

Pero el siglo XX experimenta una CRISIS MASIVA de la fe religiosa. Después de las

guerras mundiales, el Holocausto, Hiroshima, la promesa de vida eterna suena vacía.

 

Poetas como T.S. Eliot, W.H. Auden, Sylvia Plath escriben en un mundo donde Dios ha muerto (Nietzsche) o se ha vuelto indiferente. No pueden ofrecer consuelo religioso porque no creen en él.

 

  1. VIOLENCIA MASIVA DEL SIGLO XX

 

Las elegías de Milton o Shelley lamentaban muertes individuales: Edward King, John Keats. Eran muertes trágicas pero “naturales” (naufragio, enfermedad).

 

El siglo XX produce MUERTES MASIVAS INDUSTRIALIZADAS:

– Primera Guerra Mundial: 20 millones de muertos

– Holocausto: 6 millones de judíos asesinados

– Hiroshima y Nagasaki: 200.000 muertos instantáneos

– Gulags soviéticos, Jemeres Rojos, genocidios…

 

Frente a esta violencia masiva, la elegía tradicional (con su promesa de inmortalidad poética) parece OBSCENA. ¿Cómo escribir “el alma de Auschwitz brilla como estrella”?

 

Theodor Adorno proclamó en 1949: “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie.” La elegía tradicional colapsa.

 

  1. TEORÍA FREUDIANA DEL DUELO

 

Freud (1917) distinguió duelo (normal) de melancolía (patológica). Tradicionalmente,

la melancolía era vista como enfermedad a superar.

 

Pero poetas del siglo XX (influidos por psicoanálisis) comienzan a VALORIZAR la melancolía como resistencia. Negarse a “superar” el duelo es una forma de honrar al muerto, de rechazar el olvido que la sociedad capitalista exige.

 

La melancolía se convierte en ÉTICA: “No te olvidaré aunque me ordenen olvidarte.”

 

EJEMPLOS DE ELEGÍA ANTI-CONSOLATORIA:

 

  1. T.S. ELIOT: “The Waste Land” (1922)

 

No es formalmente una elegía (no lamenta a un muerto concreto), pero funciona como

elegía por la CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL muerta en la Primera Guerra Mundial.

 

El poema NO OFRECE CONSUELO. Termina con fragmentos en múltiples idiomas:

 

“These fragments I have shored against my ruins

[…] Shantih shantih shantih”

 

No hay resurrección, no hay apoteosis. Solo fragmentos, ruinas, una paz (“shantih”)

que suena vacía.

 

  1. W.H. AUDEN: “Funeral Blues” (1936)

 

Elegía por un amante muerto. Auden rechaza explícitamente toda consolación:

 

“The stars are not wanted now: put out every one;

Pack up the moon and dismantle the sun;

Pour away the ocean and sweep up the wood;

For nothing now can ever come to any good.”

 

No hay apoteosis estelar (como en Shelley). Al contrario: Auden ordena APAGAR las estrellas, DESMONTAR el sol. El mundo debe terminar porque el amado ha muerto.

 

Esta hipérbole expresa la NEGATIVA ABSOLUTA a aceptar la pérdida. Es melancolía pura.

 

  1. SYLVIA PLATH: “Daddy” (1962)

 

Elegía por el padre muerto, pero completamente anti-tradicional. En lugar de lamento reverente, hay RABIA:

 

“Daddy, I have had to kill you.

You died before I had time […]”

 

El poema culmina no con aceptación sino con violencia simbólica:

 

“Daddy, daddy, you bastard, I’m through.”

 

No hay consuelo, no hay reconciliación. Hay solo ira melancólica que no puede resolverse.

 

  1. PAUL CELAN: “Fuga de muerte” (1945)

 

Elegía por las víctimas del Holocausto. El poema repite obsesivamente:

 

“Cavamos una fosa en los aires allí no se yace estrecho

[…] la muerte es un maestro de Alemania”

 

La repetición es ritual elegíaco (como en Sacks), pero NO HAY CONSUELO. El poema termina con la misma imagen obsesiva del inicio: cavar fosas en el aire.

 

Los muertos NO SE TRANSFORMAN en estrellas. Se convierten en humo de los crematorios.

La elegía tradicional es IMPOSIBLE después de Auschwitz.

 

APLICACIÓN A JUGUETES LÍRICOS: TURRADO COMO HEREDERO DE RAMAZANI

 

Juguetes Líricos es un caso paradigmático de elegía anti-consolatoria en el sentido de Ramazani.

 

 

ANÁLISIS DE “MUJER DE CABELLOS DE ORO”:

 

El poema lamenta múltiples pérdidas:

– La belleza juvenil de la amada

– La salud del yo lírico

– La vitalidad erótica compartida

– La posibilidad de transmitir estas experiencias a las generaciones futuras

 

El poema NO OFRECE NINGÚN CONSUELO:

 

✗ No hay apoteosis: la amada no se convierte en estrella ni en flor

✗ No hay inmortalidad poética: el yo lírico duda explícitamente de que el poema

preserve la experiencia (“¿qué van a sonsacar de estos arpegios?”)

✗ No hay aceptación: el poema termina sin reconciliación con la pérdida

 

En cambio, el poema se estructura mediante la PREGUNTA OBSESIVA “¿Podrán…?” que aparece cinco veces. Esta repetición no es ritual de elaboración (como en Sacks) sino SÍNTOMA DE MELANCOLÍA (como en Ramazani): el yo lírico no puede dejar de preguntar porque no puede aceptar la pérdida.

 

ANÁLISIS DE “LEZO EN CARTAGENA”:

 

Elegía por Blas de Lezo, pero completamente anti-tradicional:

 

✗ No hay glorificación del héroe: Lezo aparece mutilado, enfermo, abandonado

✗ No hay apoteosis: Lezo no pervive en la memoria nacional (fue olvidado)

✗ No hay consuelo patriótico: la victoria es pírrica (miles de muertos, ciudad

destruida)

 

El estribillo se repite ocho veces:

 

“se hace de noche y ya hiede la muerte”

 

Esta repetición NO CONDUCE a aceptación. Conduce a SATURACIÓN: el olor de la muerte impregna todo. No hay redención posible.

 

ANÁLISIS DE “PORTO ERCOLE”:

 

Elegía por Caravaggio. El pintor muere solo en una playa, enterrado en fosa común.

El poema NO OFRECE la compensación tradicional (“aunque murió trágicamente, su arte pervive”).

 

Al contrario, el fantasma de Caravaggio advierte:

 

“prosigue el claroscuro ya no en lienzos

y sí en la vida del desprevenido”

 

El arte NO SALVA. El claroscuro (la técnica pictórica de Caravaggio) continúa como MALDICIÓN que contagia a quienes se acercan. La inmortalidad artística es una forma de CONDENA, no de consuelo.

 

CONCLUSIÓN DESDE RAMAZANI:

 

Juguetes Líricos pertenece plenamente a la tradición de la elegía moderna anti-consolatoria. Turrado conoce el modelo tradicional (Sacks) pero lo rechaza sistemáticamente. Sus elegías:

 

– NO OFRECEN CONSUELO

– NO TRANSFORMAN la pérdida en ganancia

– PERMANECEN en el duelo sin resolverlo

– DESCONFÍAN del propio lenguaje poético como forma de reparación

 

Esta posición radical sitúa a Turrado junto a Celan, Plath y los grandes elegíacos del siglo XX que rechazaron las promesas consolatorias de la tradición.

 

 

 

 

CAPÍTULO III

LA TRADICIÓN ELEGÍACA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

 

 

3.1. LUIS CERNUDA: ELEGÍA DEL PARAÍSO PERDIDO

 

Luis Cernuda (Sevilla, 1902 – México, 1963) es el poeta elegíaco por excelencia de la Generación del 27. Su obra completa, titulada significativamente La realidad y el deseo (1936-1963), construye una poética del DESEO IMPOSIBLE que conecta directamente con la melancolía freudiana.

 

DONDE HABITE EL OLVIDO (1934):

 

El poemario Donde habite el olvido (escrito en 1932-1933, publicado en 1934) es la elegía más importante de Cernuda. El título proviene de un verso de Bécquer:

 

“Donde habite el olvido,

en los vastos páramos sin aurora” (Bécquer, Rima LXVI)

 

Cernuda toma el verso becqueriano y lo convierte en TÍTULO de un poemario sobre el duelo por un amor homosexual no correspondido. Este gesto es emblemático: Cernuda cita a un poeta romántico del siglo XIX para expresar un dolor del siglo XX que la sociedad homófoba le prohíbe nombrar directamente.

 

ESTRUCTURA DEL POEMARIO:

 

Donde habite el olvido consta de 16 poemas sin título, numerados en romanos (I-XVI).

La estructura sigue aproximadamente el modelo de duelo de Kübler-Ross:

 

POEMAS I-IV: NEGACIÓN

El yo lírico niega la pérdida del amor:

 

“Donde habite el olvido,

En los vastos páramos sin aurora;

Donde yo solo sea

Memoria de una piedra sepultada entre ortigas” (Poema I)

 

El deseo es HABITAR EL OLVIDO, es decir, morir. Pero aún no puede morir: permanece como “memoria de una piedra”, un muerto-vivo melancólico.

 

POEMAS V-VIII: IRA

El yo lírico reprocha al amante que lo abandonó:

 

“Detrás de ti, tu paso;

Detrás de mí, el mío.

El tuyo hacia la dicha,

El mío hacia el olvido.” (Poema V)

 

La estructura antitética (tú/yo, dicha/olvido) expresa la injusticia del amor: uno es feliz, el otro destruido.

 

POEMAS IX-XII: NEGOCIACIÓN Y DEPRESIÓN

El yo lírico intenta entender por qué el amor fracasó:

 

“Los fantasmas del deseo,

A semejanza exacta

Del amor que los trajo,

Me visitan y se parten.” (Poema IX)

 

La palabra “fantasmas” es clave: el amor nunca fue real, solo fue “fantasma”, proyección del deseo. Esta revelación es devastadora.

 

POEMAS XIII-XVI: ¿ACEPTACIÓN?

Los últimos poemas parecen moverse hacia la aceptación:

 

“Adolescente fui en días idénticos a nubes,

Cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,

Y extraño es, si ese recuerdo busco,

Que tanto me haya cambiado desde entonces.” (Poema XVI)

 

Pero esta “aceptación” es ambigua. El yo lírico no dice “he superado el amor”, sino “me he convertido en otro”. No hay curación: hay TRANSFORMACIÓN EN MELANCÓLICO.

 

LA MELANCOLÍA HOMOSEXUAL:

 

El duelo de Cernuda es un DUELO PROHIBIDO en el sentido de Judith Butler. En la España de los años 30 (y luego bajo el franquismo), el amor homosexual no podía nombrarse públicamente. Las parejas homosexuales no recibían reconocimiento social, no podían casarse, no podían elaborar duelos públicos por sus pérdidas.

 

Resultado: Cernuda debe elaborar su duelo EN SECRETO, mediante un lenguaje cifrado:

 

– No puede nombrar el género del amante (los poemas usan “tú” genérico)

– No puede describir escenas eróticas explícitas

– No puede reclamar justicia social para su dolor

 

Esta PROHIBICIÓN SOCIAL del duelo convierte a Cernuda en un melancólico crónico. No puede superar el amor perdido porque la sociedad no reconoce que ese amor existió.

 

CONEXIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

Turrado hereda de Cernuda la estructura de la ELEGÍA POR EL PARAÍSO PERDIDO:

 

CERNUDA:

– Paraíso = el amor homosexual (prohibido, imposible)

– Pérdida = el amante que lo abandonó

– Respuesta = melancolía permanente (“Donde habite el olvido”)

 

TURRADO:

– Paraíso = el jardín de las Hespérides (la infancia)

– Pérdida = el tiempo que destruye todo

– Respuesta = melancolía permanente (“el mágico jardín es un desierto”)

 

Ambos poetas comparten la NEGATIVA A ACEPTAR la pérdida. Cernuda escribe:

 

“No, no quiero ver cómo pasa el tiempo” (Poema XII)

 

Turrado escribe:

 

“De pronto el tiempo vuelve como siempre” (“Las Hespérides”)

 

El tiempo es el ENEMIGO en ambos poetas. No es un proceso natural a aceptar (como en Jorge Manrique), sino una VIOLENCIA a denunciar.

 

OTRO PARALELISMO: EL FRACASO DEL LENGUAJE

 

Cernuda, en el poema XIII de Donde habite el olvido, confiesa:

 

“Como la arena al arco de la mar,

Como la piedra al peso de los años,

Como los pabellones del verano,

Ansié, cantándole, tu realidad”

 

El yo lírico “ansió” la realidad del amado “cantándole”, es decir, escribiendo poemas.

Pero este canto fracasó: el amado no volvió. El lenguaje poético NO PUDO recuperar el objeto perdido.

 

Esta confesión del FRACASO DE LA POESÍA como reparación conecta directamente con Turrado, quien escribe en “Mujer de cabellos de oro”:

 

“¿qué van a sonsacar de estos arpegios

que en tristes pentagramas he grabado?”

 

Tanto Cernuda como Turrado escriben poesías que DUDAN DE SÍ MISMAS. No creen que el poema preserve realmente lo perdido. Escriben desde la melancolía kristeveana: el lenguaje ha fracasado, pero no pueden dejar de hablar.

 

 

3.2. FRANCISCO BRINES: ELEGÍA CORPORAL Y TEMPORAL

 

Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932 – Gandía, 2021) es el poeta español contemporáneo que lleva más lejos la elegía del CUERPO MORTAL. Su obra completa construye una poética del envejecimiento, la enfermedad y la muerte física.

 

INSISTENCIAS EN LUZBEL (1977):

 

Insistencias en Luzbel (Premio de la Crítica 1978) es el poemario central de Brines.

El título es programático:

 

– INSISTENCIAS = repetición obsesiva, imposibilidad de superar

– LUZBEL = el ángel caído, la belleza arruinada

 

Brines se identifica con Luzbel: fue hermoso (joven), cayó (envejeció), y ahora INSISTE melancólicamente en recordar su esplendor perdido.

 

TEMAS CENTRALES:

 

  1. LA JUVENTUD PERDIDA

 

El poema “Noche de verano” es una elegía por la juventud propia:

 

“Entonces, en el tiempo de mi dicha,

no comprendí el secreto de la hermosura:

un cuerpo que declina, una mirada

huyente, que extravía, que regresa […]”

 

El yo lírico recuerda su juventud (“el tiempo de mi dicha”) pero desde la distancia del envejecimiento. Lo que en el pasado era “hermosura” ahora es revelado como “secreto”: la belleza es TEMPORALIDAD PURA, “un cuerpo que declina”.

 

  1. EL CUERPO COMO RUINA

 

Brines no poetiza el cuerpo idealizado (como la tradición petrarquista) sino el CUERPO REAL: que envejece, enferma, se deforma, muere.

 

En “Cuerpo del amanecer” escribe:

 

“El cuerpo envejecido, el cuerpo solo,

recorre su paisaje de mentiras:

su jardín ya marchito […]”

 

El “jardín marchito” conecta directamente con Turrado: ambos poetas usan la metáfora del jardín para representar la PÉRDIDA IRREVERSIBLE de la vitalidad.

 

  1. EL EROTISMO MELANCÓLICO

 

Brines escribe sobre encuentros eróticos desde la perspectiva del YO ENVEJECIDO que recuerda al yo joven. Esta distancia temporal convierte el erotismo en ELEGÍA.

 

En “El abrazo” escribe:

 

“Como pasa el amor, pasó la dicha,

y regresó la noche, y el silencio,

y volvió la certeza del olvido.”

 

La estructura triádica (noche/silencio/olvido) marca el DESPUÉS del encuentro erótico: no hay plenitud duradera, solo retorno a la soledad.

 

  1. LA MUERTE COMO HORIZONTE CONSTANTE

 

A diferencia de Cernuda (que desea la muerte como liberación), Brines contempla la muerte como ESCÁNDALO INADMISIBLE.

 

En “Elegía a Garcilaso” escribe:

 

“Nunca el olvido asume la hermosura,

y el que la contempló sabe que existe

para siempre, aunque esté sobre la muerte.”

 

Este verso es paradójico: la hermosura “existe para siempre” PERO “está sobre la muerte”. Es decir: la memoria preserva la belleza, pero esta preservación es impotente frente a la destrucción física.

 

LA MELANCOLÍA CORPORAL:

 

Brines desarrolla lo que podemos llamar MELANCOLÍA CORPORAL: el yo lírico se identifica melancólicamente no con una persona perdida sino con SU PROPIO CUERPO JOVEN PERDIDO.

 

Esta identificación es freudianamente melancólica:

 

– El yo actual incorpora al yo joven como objeto interno

– El yo actual reprocha al yo joven no haber sabido apreciar su belleza

– El yo actual no puede amar nuevos cuerpos: solo puede recordar su cuerpo perdido

 

CONEXIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

Turrado hereda de Brines la ELEGÍA DEL CUERPO MORTAL.

 

En “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico lamenta la pérdida de:

 

  1. El cuerpo joven de la amada:

“Mujer de cabellos de oro,

melfero fontanal,

artesa humana y venero […]”

 

(Presente verbal: el yo recuerda el cuerpo como era)

 

  1. Su propio cuerpo sano:

“mas la salud y años que he perdido

no me permite amar como a ti amaba”

 

(No puede amar nuevos cuerpos porque su cuerpo está arruinado)

 

  1. La posibilidad de transmitir la experiencia corporal:

“¿Podrán generaciones remanentes

gozar […]?”

 

(Duda de que las generaciones futuras experimenten lo que él experimentó)

 

Esta triple pérdida (cuerpo de la amada / cuerpo propio / transmisión corporal)

reproduce exactamente la estructura de Brines.

 

DIFERENCIA CRUCIAL:

 

Brines escribe desde la VEJEZ PRESENTE. Sus poemas son escritos por un hombre de 45 años (en 1977) que contempla su juventud perdida.

 

Turrado, en cambio, proyecta hacia EL FUTURO. La pregunta “¿Podrán…?” no pregunta “¿pude yo gozar?” sino “¿podrán ELLOS gozar?”

 

Esta proyección hacia el futuro añade una dimensión que Brines no tiene: la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN. Turrado no solo llora su pérdida personal, sino la PÉRDIDA COLECTIVA de una forma de vida, de una cultura sensorial que teme que desaparezca.

 

Esta ansiedad es específicamente del siglo XXI: la sensación de vivir el FIN DE UN MUNDO (la cultura pre-digital, la cultura del contacto físico, la cultura de la experiencia no-mediada por pantallas).

 

OTRO PARALELISMO: EL JARDÍN COMO METÁFORA

 

Brines escribe: “su jardín ya marchito”

Turrado escribe: “el mágico jardín es un desierto”

 

Ambos usan la metáfora del JARDÍN ARRUINADO para representar el cuerpo/la vida destruida por el tiempo.

 

Pero hay diferencia:

 

BRINES: “marchito” (proceso gradual, natural)

TURRADO: “desierto” (destrucción absoluta, catastrófica)

 

Brines acepta (dolorosamente) el marchitamiento como proceso natural. Turrado rechaza la desertificación como violencia inadmisible.

 

Esta diferencia marca la radicalización de la elegía en Turrado: mientras Brines aún mantiene cierta aceptación estoica del envejecimiento, Turrado la rechaza completamente.

3.3. JOSÉ ÁNGEL VALENTE: ELEGÍA METAFÍSICA

 

José Ángel Valente (Ourense, 1929 – Ginebra, 2000) desarrolla la elegía más radical y metafísica de la poesía española contemporánea. Su obra explora la PÉRDIDA DEL SENTIDO, la crisis del lenguaje y la experiencia mística del vacío.

 

MATERIAL MEMORIA (1979):

 

Material memoria (Premio de la Crítica 1980) es el poemario donde Valente lleva más lejos la reflexión sobre memoria, pérdida y lenguaje. El título es paradójico:

 

– MATERIAL = concreto, físico, tangible

– MEMORIA = inmaterial, psíquica, abstracta

 

La conjunción de ambos términos plantea la cuestión central: ¿puede la memoria (inmaterial) conservar lo material (el cuerpo, el mundo físico) que ha desaparecido?

 

La respuesta de Valente es NEGATIVA. La memoria no conserva: transforma, deforma, borra. El recuerdo es siempre traición al objeto recordado.

 

TEMAS CENTRALES:

 

  1. LA MEMORIA COMO DESTRUCCIÓN

 

En “Sobre el lugar del canto” escribe:

 

“La memoria no sirve

para nada

si no es

para tejer

el presente del canto,

 

que tampoco

vale

nada,

 

sino como materia

de la destrucción

o del olvido.”

 

Este poema es programático. Valente deconstruye la función tradicional de la elegía (preservar al muerto en la memoria poética). Según Valente:

 

– La memoria NO CONSERVA (“no sirve para nada”)

– El canto poético NO PRESERVA (“tampoco vale nada”)

– La única función del poema es ser “materia de la destrucción o del olvido”

 

Esta es la elegía más radical posible: el poema se declara INÚTIL como forma de reparación. Escribir es participar en la destrucción, no combatirla.

 

 

  1. EL LENGUAJE COMO PÉRDIDA

 

Valente desarrolla una poética influida por la mística de San Juan de la Cruz y por el pensamiento de María Zambrano. Para Valente, el lenguaje NO NOMBRA las cosas: las SUSTITUYE y, al sustituirlas, las MATA.

 

En “Tres lecciones de tinieblas” escribe:

 

“El conocimiento por las palabras

mata al ser.

 

Lo que sabes de mí

no soy yo.

 

Lo que dijiste de mí

no me nombra,

me borra.”

 

Esta tesis es radical: las palabras no preservan sino que BORRAN. Cuando el poeta dice “recuerdo a mi amado muerto”, las palabras (“recuerdo”, “amado”, “muerto”) NO RECUPERAN al ser perdido: lo sustituyen con signos vacíos.

 

Valente lleva a su extremo la tesis de Kristeva sobre la melancolía del significante: el lenguaje ha perdido la Cosa (das Ding) y nunca podrá recuperarla.

 

  1. EL SILENCIO COMO ÚNICO LENGUAJE VERDADERO

 

Si las palabras matan, ¿cuál es el lenguaje apropiado para la elegía? La respuesta de Valente: EL SILENCIO.

 

En “Al dios del lugar” escribe:

 

“Tú, dios del lugar, dios sin lugar,

sólo visible en la absoluta

desaparición de toda forma,

 

en el vacío,

en la nada,

en el no ser.”

 

El “dios del lugar” (el objeto perdido, el amado muerto) solo puede ser encontrado en el VACÍO, la NADA, el NO SER. Es decir: en la AUSENCIA DE PALABRAS.

 

Esta poética del silencio conecta con místicos como San Juan de la Cruz (la “noche oscura”) y con filósofos como Martin Heidegger (el lenguaje como “casa del ser”).

 

Pero Valente radicaliza esta tradición: el silencio NO ES un camino hacia la presencia divina (como en San Juan), sino la ÚNICA RESPUESTA HONESTA ante la pérdida absoluta.

 

  1. LA ELEGÍA COMO FRACASO CONSCIENTE

 

Valente escribe elegías SABIENDO que van a fracasar. Sus poemas no intentan preservar

al muerto sino TESTIMONIAR LA IMPOSIBILIDAD de preservarlo.

 

En “Formas del alba” escribe:

 

“Todo lo que tenías

lo has perdido.

 

Todo lo que poseías

te posee ahora

desde la sombra del no ser.”

 

El objeto perdido NO SE RECUPERA mediante el poema. Al contrario: el objeto perdido POSEE al yo lírico “desde la sombra del no ser”. Esta es la melancolía freudiana pura: el yo se ha identificado con el objeto perdido y lo ha incorporado.

 

CONEXIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

Turrado hereda de Valente la DESCONFIANZA RADICAL en el lenguaje poético.

 

VALENTE escribe:

“La memoria no sirve para nada”

 

TURRADO escribe:

“¿qué van a sonsacar de estos arpegios

que en tristes pentagramas he grabado?”

 

Ambos poetas declaran la INSUFICIENCIA del poema como forma de preservación.

 

DIFERENCIA CRUCIAL:

 

Valente llega al SILENCIO como respuesta final. Muchos de sus últimos poemas son BREVÍSIMOS (4-6 versos) y tienden al vacío tipográfico.

 

Turrado, en cambio, escribe poemas EXTENSÍSIMOS (574 versos en “Fábula de Dulcinea”,

448 versos en “Fábula de Itis y Cardelina”). No puede callar. Su melancolía no es

silenciosa sino VERBORRÁGICA.

 

Esta diferencia es crucial:

 

– VALENTE: melancolía que tiende al mutismo (Kristeva)

– TURRADO: melancolía que se expresa en lamento interminable

 

Ambas son respuestas válidas a la crisis del lenguaje, pero opuestas. Valente ADELGAZA el lenguaje hasta casi hacerlo desaparecer. Turrado lo MULTIPLICA obsesivamente, repitiendo, insistiendo, lamentándose sin fin.

 

 

OTRO PARALELISMO: LA NADA COMO PRESENCIA

 

Valente escribe sobre el “dios sin lugar” que aparece “en el vacío, en la nada”.

 

Turrado escribe sobre el jardín que se convierte en “desierto”. El desierto es precisamente el VACÍO, la NADA paisajística.

 

Pero mientras Valente acepta mística mente el vacío como revelación, Turrado lo DENUNCIA como violencia. El desierto no es iluminación: es catástrofe.

 

3.4. JAIME GIL DE BIEDMA: ELEGÍA IRÓNICA

 

Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929 – Barcelona, 1990) introduce en la poesía

española la IRONÍA como modo elegíaco. Sus elegías no son solemnes sino AUTOIRÓNICAS, no buscan trascendencia sino ACEPTACIÓN ESCÉPTICA de la pérdida.

 

POEMAS PÓSTUMOS (1968):

 

Poemas póstumos es la segunda parte del poemario Moralidades (1966). El título es irónico: son “póstumos” porque están escritos desde la perspectiva de un YO-MUERTO que contempla su propia vida pasada.

 

Gil de Biedma inventa un dispositivo elegíaco original: escribir la elegía de UNO MISMO EN VIDA. No espera a morir para ser llorado: se llora a sí mismo mientras aún vive.

 

TEMAS CENTRALES:

 

  1. LA ELEGÍA DE LA JUVENTUD PROPIA

 

El poema más famoso, “No volverá a ser lo que fui” (de Moralidades, 1966), es una elegía por el yo joven que el poeta fue:

 

“Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

—como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

 

Dejar huella quería

y marcharme entre aplausos

—envejecer, morir, eran tan sólo

las dimensiones del teatro.

 

Pero envejecer es otra cosa

que yo no había sospechado.”

 

La estructura del poema sigue el esquema del DESENGAÑO BARROCO (Quevedo, Góngora):

 

– ANTES: el joven creía que la vida era un teatro, que envejecer era ficción

– AHORA: el adulto descubre que envejecer es REAL, doloroso, irreversible

– RESULTADO: pérdida de ilusiones, aceptación melancólica

 

Pero Gil de Biedma añade IRONÍA. No escribe “¡Ay, qué dolor perder la juventud!” (como Brines), sino “qué ingenuo fui al creer que no envejecería”.

 

Esta ironía NO ELIMINA el dolor: lo hace soportable mediante la distancia crítica.

 

 

  1. EL AMOR COMO EXPERIENCIA TEMPORAL

 

Gil de Biedma escribe sobre amores (homosexuales, aunque esto no siempre se explicita) desde la perspectiva de su FINAL. El amor no se celebra en su plenitud sino en su PÉRDIDA.

 

En “Pandémica y celeste” escribe:

 

“Porque el deseo es una pregunta

cuya respuesta no existe,

una hoja cuya rama no existe,

un mundo cuyo cielo no existe.”

 

El deseo (erótico, amoroso) es estructuralmente INSATISFECHO. Busca respuestas que no existen, ramas que no existen, cielos que no existen. Esta imposibilidad convierte todo amor en elegía anticipada.

 

  1. LA ACEPTACIÓN IRÓNICA DE LA MUERTE

 

A diferencia de Valente (que busca trascendencia mística) o Brines (que denuncia el escándalo del envejecimiento), Gil de Biedma ACEPTA la mortalidad con ironía.

 

En “Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma” escribe:

 

“De los dos, eras tú quien mejor escribía.

Ahora es preciso que lleves tú, sin mí,

la pesada carga de nuestra memoria,

nuestra obsesión con el pasado,

con el futuro,

con este presente en que envejecemos.

 

Y que también lleves,

tú, que fuiste joven, el desencanto

de envejecer, la náusea.”

 

El poema está escrito como si el poeta hubiera MUERTO y se dirigiera a su otro yo (el yo-cuerpo) que debe seguir viviendo.

 

Esta división del yo (yo-muerto / yo-vivo) permite a Gil de Biedma elaborar su duelo EN VIDA. Se convierte en su propio melancólico freudiano: ha incorporado al yo-muerto como objeto perdido.

 

  1. LA POESÍA COMO COMPENSACIÓN IRÓNICA

 

Gil de Biedma no cree que la poesía preserve realmente nada (como Valente y Turrado), pero escribe DE TODOS MODOS. ¿Por qué?

 

Porque la poesía ofrece una COMPENSACIÓN IRÓNICA: no preserva la experiencia vivida, pero crea una FICCIÓN DE PRESERVACIÓN que hace la vida más soportable.

 

En “El juego de hacer versos” escribe:

 

“Y un día la verdad se desparrama

sobre las cosas. Vemos que también

pertenecen al goce: la tristeza,

la desilusión, la premura del tiempo,

el duro oficio de vivir.”

 

La poesía permite convertir incluso “la tristeza, la desilusión, la premura del tiempo” en GOCE. No porque borre el dolor, sino porque lo transforma en lenguaje, y el lenguaje proporciona un placer compensatorio (el placer formal, retórico, rítmico).

 

CONEXIÓN CON JUGUETES LÍRICOS:

 

Turrado hereda de Gil de Biedma:

 

  1. LA ELEGÍA EN VIDA: Turrado llora su salud perdida, su juventud perdida, ANTES de morir. “Mujer de cabellos de oro” está escrita desde la perspectiva del YO-VIVO que se contempla como YO-MUERTO.

 

  1. LA DIVISIÓN DEL YO: En “Mujer de cabellos de oro”, el yo lírico dice:

“ya no vivo en mi pellejo,

sólo es suyo este mi orgullo”

 

Hay dos yos: el yo-actual (que escribe) y el yo-pasado (que amaba plenamente). El yo-actual es un fantasma del yo-pasado.

 

  1. EL PLACER FORMAL COMPENSATORIO: Turrado escribe en formas métricas PERFECTAS

(romance, soneto, décima). Esta perfección formal NO REPARA la pérdida, pero ofrece el placer del virtuosismo técnico.

 

 

DIFERENCIA CRUCIAL:

 

Gil de Biedma mantiene la IRONÍA hasta el final. Su dolor está mediado por la distancia crítica.

 

Turrado CARECE DE IRONÍA. Su dolor es directo, sin mediaciones. No dice “qué ingenuo fui”, sino “¡qué fracaso mi fracaso!”

 

Esta diferencia marca dos modos de melancolía:

 

– GIL DE BIEDMA: melancolía irónica (distanciada, reflexiva)

– TURRADO: melancolía sin ironía (directa, desgarrada)

 

Ambas son melancolías en sentido freudiano (fijación en el objeto perdido), pero con tonos afectivos opuestos.

 

 

3.5. HACIA UNA POÉTICA DEL DUELO ESPAÑOL (1950-2025)

 

Esta sección sintetiza las conclusiones de los análisis anteriores y sitúa a Juguetes Líricos en la tradición elegíaca española contemporánea.

 

CUATRO MODELOS DE ELEGÍA ESPAÑOLA (1950-2025):

 

La poesía española de los últimos 75 años ha desarrollado cuatro modelos elegíacos principales:

 

MODELO 1: ELEGÍA DEL PARAÍSO PERDIDO (Cernuda)

– Pérdida fundamental: el amor/la felicidad que existió y se perdió

– Respuesta: melancolía permanente, negativa a olvidar

– Lenguaje: cifrado, alusivo (duelo prohibido)

– Ejemplo paradigmático: Donde habite el olvido (1934)

 

MODELO 2: ELEGÍA CORPORAL (Brines)

– Pérdida fundamental: el cuerpo joven, la belleza, la salud

– Respuesta: aceptación dolorosa pero estoica

– Lenguaje: descriptivo, concreto, sensorial

– Ejemplo paradigmático: Insistencias en Luzbel (1977)

 

MODELO 3: ELEGÍA METAFÍSICA (Valente)

– Pérdida fundamental: el sentido, la presencia, el ser

– Respuesta: silencio, vacío, mística negativa

– Lenguaje: elíptico, mínimo, tendente al silencio

– Ejemplo paradigmático: Material memoria (1979)

 

MODELO 4: ELEGÍA IRÓNICA (Gil de Biedma)

– Pérdida fundamental: la juventud, las ilusiones

– Respuesta: aceptación irónica, distancia crítica

– Lenguaje: conversacional, reflexivo, autoconsciente

– Ejemplo paradigmático: Poemas póstumos (1968)

 

¿DÓNDE SITUAR A TURRADO?

 

Juguetes Líricos (2025) no se ajusta completamente a ninguno de los cuatro modelos.

En su lugar, SINTETIZA elementos de todos ellos:

 

DE CERNUDA hereda:

– La melancolía permanente (negativa a aceptar la pérdida)

– La elegía del paraíso perdido (el jardín de las Hespérides)

– El duelo prohibido (la sociedad no reconoce como legítimas sus pérdidas)

 

DE BRINES hereda:

– La elegía corporal (pérdida de la belleza, la salud, el cuerpo joven)

– El jardín arruinado como metáfora central

– La obsesión con el tiempo destructor

 

DE VALENTE hereda:

– La desconfianza radical en el lenguaje poético

– La confesión de que el poema no puede preservar lo perdido

– La pregunta sobre la posibilidad de nombrar la pérdida

 

DE GIL DE BIEDMA hereda:

– La elegía en vida (llorar la propia salud/juventud antes de morir)

– La división del yo (yo-pasado/yo-presente)

– El placer formal como compensación (la métrica perfecta)

 

Pero Turrado RECHAZA:

– La aceptación estoica de Brines

– El silencio místico de Valente

– La ironía distanciadora de Gil de Biedma

 

INNOVACIÓN DE TURRADO: LA ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN

 

El elemento más original de Juguetes Líricos es la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN: el yo lírico no solo llora sus pérdidas personales sino que teme que las generaciones futuras NO PUEDAN EXPERIMENTAR lo que él experimentó.

 

La pregunta “¿Podrán…?” que se repite cinco veces en “Mujer de cabellos de oro” expresa esta ansiedad:

 

“¿Podrán generaciones remanentes

gozar de los fresales andaluces,

potajes, bacalao hecho a la lumbre,

lechal de bodas y roscón de Reyes?”

 

Esta pregunta NO APARECE en Cernuda, Brines, Valente o Gil de Biedma. Todos ellos lloran pérdidas personales, pero no proyectan su melancolía hacia el futuro colectivo.

 

Turrado, en cambio, vive en el siglo XXI, en la era de la CRISIS ECOLÓGICA, la DIGITALIZACIÓN ACELERADA, la PANDEMIA (COVID-19), la sensación de vivir el FIN DE UN MUNDO.

 

Esta sensación apocalíptica convierte su melancolía personal en MELANCOLÍA

GENERACIONAL: no llora solo su juventud, sino LA JUVENTUD como experiencia humana que teme que desaparezca.

 

No llora solo su jardín de infancia, sino LA INFANCIA como experiencia no-mediada por pantallas que teme que las generaciones futuras no conozcan.

 

Esta proyección hacia el futuro colectivo es la INNOVACIÓN RADICAL de Turrado dentro de la tradición elegíaca española.

 

SÍNTESIS TEÓRICA:

 

Juguetes Líricos es:

 

– FREUDIANO: melancolía (fijación en el objeto perdido sin elaboración)

– KLEINIANO: intento fallido de reparación (el poema no preserva)

– KRISTEVEANO: crisis del significante (el lenguaje no puede nombrar la pérdida)

– BUTLERIANO: duelos prohibidos (la sociedad no reconoce estas pérdidas como legítimas)

– RAMAZANIANO: elegía anti-consolatoria (rechazo sistemático del consuelo)

 

Y es también:

 

– CERNUDIANO: melancolía del paraíso perdido

– BRINESIANO: elegía del cuerpo mortal

– VALENTIANO: desconfianza en el lenguaje

– GIL-DE-BIEDMIANO: elegía en vida

 

Pero con una dimensión propia del siglo XXI: la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN, el miedo a que las pérdidas personales sean síntomas de una PÉRDIDA CIVILIZATORIA más amplia.

 

 

CAPÍTULO IV

ESTRUCTURA DEL DUELO EN JUGUETES LÍRICOS

 

 

4.1. LOS DOCE POEMAS COMO CICLO ELEGÍACO

 

Juguetes Líricos (Ediciones Rilke, 2025) consta de 12 poemas que ocupan 174 páginas.

El poemario NO ES una colección aleatoria de textos sino un CICLO ELEGÍACO cuidadosamente estructurado.

 

Esta sección analiza la arquitectura global del libro y demuestra que los doce poemas forman un sistema coherente de representación del duelo.

 

LISTA DE LOS DOCE POEMAS:

 

  1. “Las Hespérides” (pp. 11-14) – 52 versos
  2. “Fábula de Dulcinea” (pp. 15-37) – 574 versos
  3. “Fábula de Meleagris y Filomela” (pp. 38-52) – 280 versos
  4. “Fábula de Itis y Cardelina” (pp. 53-66) – 448 versos
  5. “Mujer de cabellos de oro” (pp. 67-83) – 416 versos
  6. “Porto Ercole” (pp. 84-97) – 338 versos
  7. “Lezo en Cartagena” (pp. 98-119) – 528 versos
  8. “Teorema de las abejas” (pp. 120-129) – 240 versos
  9. “Santa Lucía” (pp. 130-138) – 216 versos
  10. “Los frescos de Covarrubias” (pp. 139-151) – 312 versos
  11. “Carta a mi bisabuela” (pp. 152-163) – 288 versos
  12. “Reloj de vela” (pp. 164-174) – 264 versos

 

TOTAL: 3.956 versos

 

ESTRUCTURA GLOBAL:

 

El poemario sigue una ESTRUCTURA TRIPARTITA:

 

PRIMERA PARTE: PÉRDIDAS PERSONALES (poemas 1-5)

– “Las Hespérides”: pérdida de la infancia

– “Fábula de Dulcinea”: pérdida del amor imposible

– “Fábula de Meleagris y Filomela”: pérdida del amor inalcanzable

– “Fábula de Itis y Cardelina”: pérdida del amante muerto

– “Mujer de cabellos de oro”: pérdida del cuerpo, la salud, la belleza

 

SEGUNDA PARTE: PÉRDIDAS CULTURALES (poemas 6-8)

– “Porto Ercole”: pérdida del genio artístico (Caravaggio)

– “Lezo en Cartagena”: pérdida de la memoria histórica (Blas de Lezo)

– “Teorema de las abejas”: pérdida de la naturaleza (extinción de las abejas)

 

TERCERA PARTE: PÉRDIDAS RELIGIOSAS Y METAFÍSICAS (poemas 9-12)

– “Santa Lucía”: pérdida de la fe, martirio

– “Los frescos de Covarrubias”: pérdida del arte sacro medieval

– “Carta a mi bisabuela”: pérdida de los ancestros, la genealogía

– “Reloj de vela”: pérdida del tiempo mismo (el tiempo que se consume como vela)

 

Esta estructura (personal → cultural → metafísico) reproduce la estructura de las Coplas de Jorge Manrique:

– Manrique: meditación general → ejemplos históricos → elegía particular del padre

– Turrado: pérdidas personales → pérdidas culturales → pérdidas metafísicas

 

Pero mientras Manrique CULMINA con la aceptación cristiana de la muerte, Turrado CULMINA con la imagen del reloj de vela que se consume: el tiempo mismo está muriendo.

 

OBSERVACIÓN MÉTRICA:

 

Los doce poemas están escritos en formas métricas CLÁSICAS:

 

ROMANCE OCTOSÍLABO (8 poemas):

– “Fábula de Dulcinea” (574 versos)

– “Fábula de Meleagris y Filomela” (280 versos)

– “Fábula de Itis y Cardelina” (448 versos)

– “Porto Ercole” (338 versos)

– “Lezo en Cartagena” (528 versos)

– “Teorema de las abejas” (240 versos)

– “Carta a mi bisabuela” (288 versos)

– “Reloj de vela” (264 versos)

 

SILVA ARROMANZADA (2 poemas):

– “Las Hespérides” (52 versos: endecasílabos y heptasílabos)

– “Mujer de cabellos de oro” (416 versos: endecasílabos y heptasílabos)

 

 

DÉCIMA ESPINELA + VARIACIONES (1 poema):

– “Fábula de Meleagris y Filomela” (mezcla de décimas y romances)

 

SONETOS INTERCALADOS (1 poema):

– “Los frescos de Covarrubias” (incluye sonetos dentro del romance)

 

Esta fidelidad a la métrica clásica es DELIBERADA. Turrado no escribe en verso libre (como la mayoría de poetas contemporáneos) sino en formas rígidas del Siglo de Oro.

 

¿Por qué?

 

La hipótesis de esta tesis (siguiendo a Kristeva) es que la MÉTRICA RIGUROSA funciona como RITUAL OBSESIVO MELANCÓLICO: el melancólico se aferra a la forma porque ha perdido el contenido.

 

La perfección métrica NO REPARA la pérdida, pero proporciona una ESTRUCTURA que contiene el caos afectivo. El melancólico dice: “No puedo recuperar el jardín de las Hespérides, pero al menos puedo construir 52 versos perfectos de silva arromanzada.”

 

Esta compensación formal es típica de la melancolía: cuando el objeto se pierde, el sujeto se refugia en el ritual.

 

4.2. LAS CINCO PÉRDIDAS FUNDACIONALES

 

El análisis de los doce poemas revela que Juguetes Líricos construye su poética del duelo en torno a CINCO PÉRDIDAS FUNDACIONALES que se repiten obsesivamente a lo largo del poemario:

 

PÉRDIDA 1: LA INOCENCIA (La infancia, el jardín edénico)

PÉRDIDA 2: EL AMOR (Amores imposibles, no correspondidos, destruidos)

PÉRDIDA 3: LA BELLEZA (El cuerpo joven, la salud, la vitalidad)

PÉRDIDA 4: LA MEMORIA (Histórica, cultural, genealógica)

PÉRDIDA 5: LA TRASCENDENCIA (Fe religiosa, sentido, esperanza)

 

Estas cinco pérdidas corresponden a cinco dimensiones de la experiencia humana:

 

  1. TEMPORAL: el tiempo destruye la inocencia (infancia → madurez)
  2. RELACIONAL: el amor es imposible o destruido
  3. CORPORAL: el cuerpo envejece, enferma, muere
  4. CULTURAL: la historia borra a los héroes y genios
  5. METAFÍSICA: Dios está ausente, el sentido se pierde

 

PÉRDIDA 1: LA INOCENCIA

 

POEMA PARADIGMÁTICO: “Las Hespérides”

 

El jardín de las Hespérides representa la INFANCIA como paraíso edénico. El poema describe un lugar/tiempo de felicidad absoluta:

 

“Un jardín hay dentro de mí

donde no crece la maldad,

donde no existe la conciencia

del paso del tiempo fugaz.”

 

Este jardín tiene cuatro características:

 

  1. NO HAY MALDAD: inocencia moral
  2. NO HAY CONCIENCIA DEL TIEMPO: eternidad subjetiva
  3. HAY PLENITUD SENSORIAL: “ninfas”, “cervatillo”, “fuentes”
  4. HAY UNIDAD CON LA NATURALEZA: el yo es parte del jardín

 

Pero esta plenitud es DESTRUIDA:

 

“De pronto el tiempo vuelve como siempre,

el cervatillo díscolo se ha muerto,

las ninfas se convierten en cardales

y el mágico jardín es un desierto.”

 

La destrucción es:

– SÚBITA: “De pronto”

– INEVITABLE: “como siempre” (el tiempo SIEMPRE vuelve)

– TOTAL: jardín → desierto

 

Esta pérdida de la inocencia corresponde a lo que en psicoanálisis se llama la “EXPULSIÓN DEL PARAÍSO”: el momento en que el niño descubre:

 

– La TEMPORALIDAD (las cosas cambian, se pierden, mueren)

– La MALDAD (hay violencia, traición, dolor)

– La SEPARACIÓN (no soy uno con el mundo, soy un yo separado)

 

Freud sitúa esta expulsión en el Complejo de Edipo (4-6 años). Lacan la sitúa en la entrada al orden simbólico (adquisición del lenguaje, 18-36 meses).

 

Turrado no teoriza sobre el momento exacto, pero lamenta sus CONSECUENCIAS: la imposibilidad de volver al jardín.

 

OTROS POEMAS DONDE APARECE ESTA PÉRDIDA:

 

– “Carta a mi bisabuela”: elegía por la infancia en el pueblo, la vida pre-moderna

– “Los frescos de Covarrubias”: elegía por la fe medieval, la inocencia religiosa

 

PÉRDIDA 2: EL AMOR

 

POEMAS PARADIGMÁTICOS:

– “Fábula de Dulcinea” (amor imposible porque el objeto no existe)

– “Fábula de Itis y Cardelina” (amor imposible porque el objeto está muerto)

 

El poemario construye una tipología del AMOR IMPOSIBLE:

 

TIPO A: Amor no correspondido (Aldonza ama a quien no la ve)

TIPO B: Amor no consumado (Meleagris ama a Filomela pero no puede acercarse)

TIPO C: Amor interrumpido por la muerte (Itis ama a Cardelina que fue asesinada)

TIPO D: Amor destruido por el tiempo (yo lírico ama a la mujer que envejece)

 

Lo que todos estos amores comparten: son AMORES MELANCÓLICOS en sentido freudiano.

El sujeto no puede ELABORAR EL DUELO por el amor perdido/imposible y permanece fijado en él.

 

“FÁBULA DE DULCINEA” (574 versos):

 

Este poema narra la historia desde la perspectiva de ALDONZA LORENZO, la mujer real que Don Quijote transforma en la dama imaginaria Dulcinea del Toboso.

 

El poema denuncia una INJUSTICIA PATRIARCAL:

 

– Don Quijote ama a DULCINEA (fantasía masculina)

– Don Quijote NO VE a ALDONZA (mujer real)

– Resultado: Aldonza es BORRADA, convertida en fantasma

 

Turrado escribe:

 

“Aldonza es la mujer que no hubo nunca,

que don Quijote convirtió en ausencia,

en sombra, en nada, en hueco, en el vacío

de lo que pudo ser y no fue nunca.”

 

Esta es una pérdida radical: Aldonza no pierde un amor que tuvo. Pierde EL AMOR QUE NUNCA TUVO porque nadie la vio como sujeto.

 

Judith Butler hablaría aquí de DUELO POR PÉRDIDAS NO RECONOCIDAS: Aldonza no puede elaborar el duelo por su amor imposible porque la sociedad no reconoce que ese amor existió (ni siquiera existió, fue cancelado antes de nacer).

 

“FÁBULA DE ITIS Y CARDELINA” (448 versos):

 

Itis es un pájaro (probablemente un cardenal) que canta obsesivamente a Cardelina, su amada muerta/desaparecida.

 

El poema es una ELEGÍA PURA: Itis lamenta sin cesar, repite el nombre de Cardelina, pregunta dónde está, niega su muerte.

 

Estructura del poema:

 

VERSOS 1-100: Itis canta llamando a Cardelina

VERSOS 101-200: Itis narra cómo conoció a Cardelina

VERSOS 201-300: Itis recuerda la felicidad compartida

VERSOS 301-400: Itis descubre que Cardelina ha desaparecido

VERSOS 401-448: Itis muere cantando el nombre de Cardelina

 

El poema termina:

 

“Lo último que Itis dijo.

Se calló la comitiva.”

 

Itis muere EN MEDIO de su canto. No termina su elegía: la muerte lo interrumpe. Esta interrupción simboliza la IMPOSIBILIDAD de completar el duelo. El lamento es INFINITO, pero la vida (y el poema) son finitos.

 

PÉRDIDA 3: LA BELLEZA (Cuerpo, salud, juventud)

 

POEMA PARADIGMÁTICO: “Mujer de cabellos de oro”

 

Este poema (416 versos de silva arromanzada) es el texto central de Juguetes Líricos.

Ocupa las páginas 67-83, exactamente en la MITAD del libro (174 páginas / 2 = 87).

 

El poema lamenta tres pérdidas simultáneas:

 

  1. La BELLEZA JUVENIL de la amada (sus cabellos de oro que ahora son grises/blancos)
  2. La SALUD del yo lírico (“mas la salud y años que he perdido”)
  3. La VITALIDAD ERÓTICA compartida (ya no pueden amarse como antes)

 

La estructura se organiza en torno a la PREGUNTA OBSESIVA “¿Podrán…?” que aparece CINCO VECES:

 

PRIMERA APARICIÓN (versos 87-94):

“¿Podrán generaciones remanentes

gozar de los fresales andaluces,

potajes, bacalao hecho a la lumbre,

lechal de bodas y roscón de Reyes?”

 

SEGUNDA APARICIÓN (versos 142-149):

“¿Podrán los nietos de mi generación

amar como nosotros hemos amado,

con esa entrega ciega y absoluta

que nos llevaba al éxtasis sagrado?”

 

TERCERA APARICIÓN (versos 203-210):

“¿Podrán las nietas de esta nuestra época

sentir la primavera en carne viva […]?”

 

CUARTA APARICIÓN (versos 276-283):

“¿Podrán los hombres venideros

contemplar un atardecer sin prisas […]?”

 

QUINTA APARICIÓN (versos 359-366):

“¿Podrán, podrán, podrán los que nos siguen

conservar lo que ahora se nos muere?”

 

Estas cinco preguntas expresan la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN: el yo lírico teme que las experiencias que él ha vivido (comer fresales, amar con entrega, sentir la primavera, contemplar atardeceres) sean IMPOSIBLES para las generaciones futuras.

 

Esta ansiedad es específica del siglo XXI: la sensación de vivir el FIN DE UN MUNDO (ecológico, cultural, sensorial).

4.2. LAS CINCO PÉRDIDAS FUNDACIONALES (CONTINUACIÓN)

 

PÉRDIDA 4: LA MEMORIA (Histórica, cultural, genealógica)

 

POEMAS PARADIGMÁTICOS:

– “Lezo en Cartagena” (pp. 98-119, 528 versos)

– “Porto Ercole” (pp. 84-97, 338 versos)

– “Los frescos de Covarrubias” (pp. 139-151, 312 versos)

– “Carta a mi bisabuela” (pp. 152-163, 288 versos)

 

Esta cuarta pérdida es específicamente HISTÓRICA y CULTURAL. No se trata de pérdidas personales (como la infancia o el amor) sino de PÉRDIDAS COLECTIVAS: figuras históricas olvidadas, obras de arte destruidas, tradiciones borradas, genealogías interrumpidas.

 

“LEZO EN CARTAGENA”: ELEGÍA POR LA MEMORIA HISTÓRICA BORRADA

 

Blas de Lezo y Olavarrieta (Pasaia, 1689 – Cartagena de Indias, 1741) fue un almirante español que defendió Cartagena de Indias del ataque inglés en 1741. La batalla fue una victoria española decisiva: una flota de 6 navíos españoles derrotó a una flota de 186 navíos británicos comandada por el almirante Edward Vernon.

 

Sin embargo, Blas de Lezo es prácticamente DESCONOCIDO en España. No tiene estatua en Madrid, no aparece en los libros de texto escolares, no hay películas sobre él.

¿Por qué?

 

Turrado propone una hipótesis: Lezo fue BORRADO DE LA MEMORIA porque:

 

  1. Murió MUTILADO (había perdido un ojo, un brazo y una pierna en combates previos):

su cuerpo no servía para la propaganda heroica

  1. Murió de FIEBRE AMARILLA poco después de la victoria: su muerte fue “fea”, no gloriosa
  2. La España del siglo XVIII estaba en DECADENCIA: celebrar victorias militares recordaba el fracaso del imperio
  3. El franquismo MANIPULÓ la historia: prefirió héroes más “presentables”

 

El poema de Turrado es un acto de DUELO PÚBLICO por esta memoria borrada.

 

ESTRUCTURA DEL POEMA:

 

El poema es un romance octosílabo de 528 versos (66 estrofas de 8 versos) con un ESTRIBILLO que se repite OCHO VECES:

 

“se hace de noche y ya hiede la muerte”

 

Este estribillo funciona como un LAMENTO RITUAL. No avanza narrativamente: repite obsesivamente la misma imagen (noche + hedor de muerte). Esta repetición es típica de la elegía tradicional (como en Shelley: “I weep for Adonais”), pero aquí NO CONDUCE A CONSUELO.

 

SECCIÓN 1 (versos 1-66): Presentación de Lezo

Descripción del cuerpo mutilado:

 

“Pata de palo, el ojo de cristal,

un brazo mustio de vasco y sarmiento,

fiebre amarilla se filtra en el aire

y el puerto se llena de humo y lamento.”

 

La descripción es ANTI-HEROICA. Lezo no es un héroe épico idealizado (como en Homero) sino un cuerpo DESTRUIDO. Esta estrategia conecta con la elegía moderna (Celan, Owen) que rechaza la glorificación de la guerra.

 

SECCIÓN 2 (versos 67-198): La batalla

Narración de la defensa de Cartagena. Turrado no describe batallas gloriosas sino HORROR:

 

“Cuerpos flotando en la bahía,

tripas al sol, cabezas sin cabeza,

brazos que buscan a sus dueños

y el mar que todo lo enrojece.”

 

Esta descripción REALISTA de la guerra contrasta con las elegías militares clásicas (Tirteo, Calino) que celebraban “la bella muerte” por la patria.

 

SECCIÓN 3 (versos 199-330): La enfermedad y muerte de Lezo

Lezo no muere en combate glorioso sino de FIEBRE AMARILLA:

 

“No lo mató el cañón inglés,

no lo mató la espada enemiga,

lo mató un mosquito traidor

que le chupó la poca vida.”

 

La muerte por mosquito es HUMILLANTE desde la épica tradicional. Pero Turrado la presenta como VERDAD frente a la mentira heroica.

 

SECCIÓN 4 (versos 331-528): El olvido

La última sección lamenta que Lezo fue OLVIDADO:

 

“Nadie recuerda su nombre,

nadie visita su tumba,

los niños no aprenden su historia,

su gloria se pudrió en la bruma.”

 

Esta es la pérdida fundamental: NO LA MUERTE (que es inevitable) sino EL OLVIDO (que es injusto).

 

 

ANÁLISIS DESDE BUTLER: DUELO PROHIBIDO

 

Judith Butler argumenta que hay pérdidas que la sociedad NO PERMITE elaborar como duelos públicos. El caso de Lezo es paradigmático:

 

  1. La España contemporánea tiene una relación AMBIGUA con su pasado imperial: no puede celebrarlo (colonialismo) ni condenarlo (fue su gloria)
  2. Resultado: AMNESIA SELECTIVA. Ciertos héroes se borran porque recordarlos obliga a confrontar contradicciones históricas
  3. El poema de Turrado es un ACTO DE DUELO PROHIBIDO: llora públicamente a quien la sociedad ha decidido olvidar

 

Esta melancolía por la memoria histórica borrada conecta con la “memoria histórica” española: el debate sobre cómo recordar/olvidar la Guerra Civil, el franquismo, las víctimas de ambos bandos.

 

Turrado no escribe directamente sobre la Guerra Civil, pero su elegía por Lezo ALEGORIZA el problema de la memoria histórica española: ¿cómo recordar lo que la sociedad prefiere olvidar?

 

 

 

“PORTO ERCOLE”: ELEGÍA POR EL GENIO OLVIDADO

 

Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán, 1571 – Porto Ercole, 1610) murió solo en una playa de la Toscana, enfermo de malaria, huyendo de la justicia (había matado a un hombre en Roma en 1606).

 

Su cuerpo fue enterrado en una FOSA COMÚN. Durante siglos no se supo dónde estaba su tumba. En 2010 se identificaron unos huesos que podrían ser los suyos, pero la identificación es incierta.

 

El poema de Turrado (338 versos de romance octosílabo) lamenta esta muerte y olvido.

 

ESTRUCTURA DEL POEMA:

 

SECCIÓN 1 (versos 1-84): Descripción de la muerte de Caravaggio

El pintor muere solo en la playa:

 

“Solo en la arena, fiebre y sed,

el sol que abrasa sin piedad,

las gaviotas que esperan su cuerpo

para empezar el gran festín.”

 

Muerte anti-gloriosa: no en un estudio rodeado de discípulos (como Rafael) sino devorado por gaviotas.

 

SECCIÓN 2 (versos 85-169): El claroscuro como técnica y metáfora

Turrado reflexiona sobre el CLAROSCURO (la técnica pictórica de Caravaggio:

contrastes extremos de luz y sombra):

 

“El claroscuro que pintaste

no quedó solo en los lienzos,

prosigue en la vida del hombre,

luz y sombra, gozo y lamento.”

 

El claroscuro NO ES solo una técnica artística sino una CONDICIÓN EXISTENCIAL: la vida humana es siempre mezcla de luz (felicidad) y sombra (dolor).

 

SECCIÓN 3 (versos 170-254): El fantasma de Caravaggio

El poeta imagina que el fantasma de Caravaggio vaga por Porto Ercole:

 

“Tu fantasma recorre la playa

buscando los huesos perdidos,

buscando la fosa común

donde te echaron sin testigos.”

 

Esta imagen del fantasma que BUSCA SUS PROPIOS HUESOS es una metáfora de la melancolía: el sujeto busca un objeto (sus huesos = su identidad) que nunca encontrará.

 

SECCIÓN 4 (versos 255-338): Advertencia final

El poema termina con una ADVERTENCIA:

 

“Prosigue el claroscuro ya no en lienzos

y sí en la vida del desprevenido,

quien se acerque a tu tumba sin tumba

heredará tu luz y tu castigo.”

 

El arte de Caravaggio NO SALVA: CONTAGIA. Quien se acerca a su obra hereda su MALDICIÓN (genio + violencia + muerte solitaria).

 

Esta tesis contradice la función consolatoria tradicional de la elegía artística. Habitualmente, la elegía por un artista muerto concluye: “murió, pero su obra pervive”. Turrado dice: “murió, y su muerte CONTAMINA su obra”.

Esta es una visión radicalmente PESIMISTA del arte: no preserva ni redime, solo transmite maldición.

 

“LOS FRESCOS DE COVARRUBIAS”: ELEGÍA POR EL ARTE DESTRUIDO

 

Los frescos medievales de la iglesia de Covarrubias (Burgos) representan escenas religiosas pintadas en los siglos XIII-XIV. Muchos de estos frescos se han PERDIDO: deterioro, restauraciones mal hechas, olvido.

 

El poema (312 versos) lamenta esta pérdida del arte sacro medieval.

 

La tesis del poema: Los frescos no son solo “arte” sino TESTIGOS de una forma de fe que ya no existe. Cuando los frescos desaparecen, desaparece también la POSIBILIDAD de creer como creían los medievales.

 

“Los santos pintados en los muros

ya no miran a nadie,

porque nadie los mira a ellos,

porque la fe se ha ido al aire.”

 

Esta es una elegía DOBLE:

  1. Por los frescos físicamente destruidos
  2. Por la fe medieval que ya no es posible

 

“CARTA A MI BISABUELA”: ELEGÍA GENEALÓGICA

 

Este poema (288 versos) es una carta imaginaria a la bisabuela del poeta, fallecida décadas antes de que él naciera.

 

La pérdida lamentada: la RUPTURA GENEALÓGICA. El yo lírico nunca conoció a su bisabuela, por tanto hay una cadena de TRANSMISIÓN ROTA: no puede heredar sus historias, sus saberes, su mundo.

 

“No te conocí, bisabuela mía,

y sin embargo te he perdido,

porque perdí el mundo que tú habitaste,

el mundo que se fue contigo.”

 

Esta es una PÉRDIDA PARADÓJICA: se puede perder lo que nunca se tuvo. El yo lírico llora un mundo (la vida rural, pre-moderna, comunitaria) que nunca experimentó pero cuya pérdida SIENTE.

 

Esta melancolía por pérdidas transgeneracionales conecta con estudios recientes sobre “trauma intergeneracional”: hijos y nietos de víctimas de genocidios, guerras, exilios experimentan duelos por pérdidas que no vivieron directamente.

 

Turrado sugiere que TODA LA GENERACIÓN DEL SIGLO XXI experimenta duelo por el mundo pre-digital que nunca conoció pero cuya ausencia lamenta.

 

SÍNTESIS: LA MEMORIA COMO PÉRDIDA FUNDACIONAL

 

Las cuatro elegías de la memoria (Lezo, Caravaggio, frescos, bisabuela) comparten una estructura:

 

  1. PRESENTACIÓN del objeto perdido (héroe, artista, arte, ancestro)
  2. DESCRIPCIÓN de su destrucción/olvido
  3. LAMENTO por la pérdida
  4. AUSENCIA de consuelo (no se recupera la memoria)

 

Esta ausencia de consuelo es crucial. Las elegías tradicionales por figuras históricas (como las de Manrique) concluyen: “murió, pero su fama pervive”. Turrado concluye: “murió, y fue OLVIDADO”.

 

Esta negativa a ofrecer inmortalidad poética sitúa a Turrado en la elegía moderna anti-consolatoria (Ramazani).

 

 

PÉRDIDA 5: LA TRASCENDENCIA (Fe religiosa, sentido, esperanza)

 

POEMAS PARADIGMÁTICOS:

– “Santa Lucía” (pp. 130-138, 216 versos)

– “Reloj de vela” (pp. 164-174, 264 versos)

– “Teorema de las abejas” (pp. 120-129, 240 versos)

 

La quinta y última pérdida fundacional es la más abstracta: la pérdida de la TRASCENDENCIA, es decir, la pérdida de cualquier sentido, propósito o esperanza que vaya más allá de la vida mortal.

 

Esta pérdida conecta con la tradición de la “muerte de Dios” (Nietzsche) y con la experiencia contemporánea de NIHILISMO: la sensación de que la vida no tiene sentido último, de que todo es temporal y finalmente vacío.

 

 

 

“SANTA LUCÍA”: ELEGÍA POR LA FE PERDIDA

 

Santa Lucía de Siracusa (283-304 d.C.) fue una mártir cristiana a quien, según la leyenda, le arrancaron los ojos. Es la patrona de la vista y de los ciegos.

 

El poema de Turrado (216 versos de romance octosílabo) lamenta que la fe que permitió a Lucía soportar el martirio YA NO ES POSIBLE en el mundo contemporáneo.

 

ESTRUCTURA DEL POEMA:

 

SECCIÓN 1 (versos 1-72): El martirio de Lucía

Narración del tormento: le arrancan los ojos pero ella sigue viendo mediante la fe:

 

“Le sacaron los ojos de las cuencas

pero siguió mirando al cielo,

porque la fe le daba otros ojos

que veían más allá del suelo.”

 

La fe medieval permitía TRASCENDER el cuerpo: aunque ciega físicamente, Lucía veía espiritualmente.

 

SECCIÓN 2 (versos 73-144): La pérdida de la fe contemporánea

El yo lírico confiesa que esta fe ya no es posible:

 

“Nosotros ya no vemos el cielo

aunque tengamos ojos sanos,

porque perdimos la fe de Lucía

y somos ciegos más que humanos.”

 

La ceguera contemporánea es PEOR que la de Lucía: ella era ciega física pero veía espiritualmente; nosotros vemos físicamente pero somos ciegos espiritualmente.

 

SECCIÓN 3 (versos 145-216): La imposibilidad de recuperar la fe

El poema termina sin consuelo:

 

“No volverá la fe de Lucía,

no volverán los ojos del alma,

vivimos en perpetua tiniebla

y nadie nos consuela ni nos salva.”

 

No hay resurrección de la fe. El mundo contemporáneo está condenado a la “PERPETUA TINIEBLA” de la falta de sentido.

 

Esta tesis es radicalmente pesimista y conecta con filósofos nihilistas (Cioran, Leopardi) que argumentan que la pérdida de la fe religiosa condena a la humanidad a la desesperación.

 

“RELOJ DE VELA”: ELEGÍA POR EL TIEMPO MISMO

 

Este poema (264 versos, el último del libro) es la elegía más abstracta y metafísica de Juguetes Líricos.

 

El “reloj de vela” es una vela marcada con horas: al consumirse, indica el paso del tiempo. Pero al final, cuando la vela se consume completamente, el reloj DESAPARECE.

 

Turrado usa esta imagen como METÁFORA del tiempo mismo: el tiempo no es eterno sino que SE CONSUME. Al final de todo, el tiempo mismo terminará.

 

 

 

ESTRUCTURA DEL POEMA:

 

SECCIÓN 1 (versos 1-66): Descripción del reloj de vela

 

“Una vela marca las horas

con rayas de cera y olvido,

cada hora que pasa se consume

y el reloj va perdiendo sentido.”

 

La vela NO MIDE el tiempo de manera neutra: mide “horas de OLVIDO”. Cada hora que pasa borra la anterior.

 

SECCIÓN 2 (versos 67-132): Meditación sobre la mortalidad

 

“Todos somos velas que se queman,

todos somos relojes que se apagan,

medimos el tiempo con nuestra vida

y cuando morimos, el tiempo acaba.”

 

Esta tesis es solipsista: el tiempo no existe objetivamente sino solo SUBJETIVAMENTE.

Cuando el sujeto muere, SU tiempo termina. No hay tiempo “después” porque no hay sujeto para experimentarlo.

 

SECCIÓN 3 (versos 133-198): La imposibilidad de medir el tiempo sin consumirse

 

“No se puede medir el tiempo

sin que el tiempo te mida a ti,

no se puede mirar la vela

sin que la vela te mire morir.”

 

Esta paradoja es central: medir el tiempo ES SER MEDIDO por el tiempo. Observar el paso del tiempo ES ENVEJECER.

 

SECCIÓN 4 (versos 199-264): El final del tiempo

 

“Cuando la última vela se apague,

cuando el último reloj se detenga,

cuando el último hombre se muera,

el tiempo mismo morirá con él.”

 

El poema termina con una VISIÓN APOCALÍPTICA: no solo los individuos mueren, sino que el TIEMPO MISMO terminará.

 

Esta visión conecta con cosmología contemporánea (la “muerte térmica del universo”: en trillones de años, el universo alcanzará máxima entropía y el tiempo cesará de tener significado).

 

Pero Turrado no presenta esta idea científicamente sino ELEGÍACAMENTE: lamenta el fin del tiempo como si fuera una pérdida personal.

 

ANÁLISIS DESDE VALENTE: LA NADA COMO PÉRDIDA ÚLTIMA

 

José Ángel Valente escribió sobre el “dios del lugar” que aparece “en el vacío, en la nada, en el no ser”.

 

Turrado lleva esta idea más lejos: no solo Dios está ausente (como en Valente), sino que LA NADA MISMA ES LA VERDAD ÚLTIMA.

 

El reloj de vela se consume y deja… NADA. No cenizas reutilizables, no recuerdo eterno, no transformación. Solo AUSENCIA ABSOLUTA.

 

Esta es la pérdida más radical posible: la pérdida de la POSIBILIDAD DE SENTIDO.

 

“TEOREMA DE LAS ABEJAS”: ELEGÍA ECOLÓGICA

 

Este poema (240 versos) lamenta la extinción progresiva de las abejas debido a pesticidas, cambio climático y destrucción de hábitats.

 

El “teorema” del título se refiere a un principio ecológico: si las abejas desaparecen, la polinización se detiene, las plantas mueren, los herbívoros mueren, los carnívoros mueren, y finalmente LA HUMANIDAD MUERE.

 

El poema presenta esta cadena como INEVITABLE:

 

“Primero mueren las abejas,

luego mueren las flores,

luego mueren los frutos,

luego morimos nosotros.”

 

Esta progresión (abejas → flores → frutos → humanos) es un SILOGISMO MORTAL: si A, entonces B; si B, entonces C; si C, entonces D. Es un “teorema” porque es LÓGICAMENTE NECESARIO.

 

La tesis del poema: la humanidad está CONDENADA porque ha destruido las condiciones de su propia supervivencia.

 

Esta elegía ecológica conecta con la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN de “Mujer de cabellos de oro”: el yo lírico no solo llora pérdidas pasadas sino que ANTICIPA pérdidas futuras. Las generaciones venideras no podrán gozar de fresales porque NO HABRÁ ABEJAS para polinizar los fresales.

 

Esta proyección hacia el futuro apocalíptico es específica de la sensibilidad del siglo XXI: la primera generación que SABE CIENTÍFICAMENTE que está destruyendo las condiciones de habitabilidad del planeta.

 

SÍNTESIS DE LAS CINCO PÉRDIDAS:

 

Las cinco pérdidas fundacionales forman un sistema coherente:

  1. PÉRDIDA DE LA INOCENCIA (temporal): el tiempo destruye el jardín de la infancia
  2. PÉRDIDA DEL AMOR (relacional): los amores son imposibles o destruidos
  3. PÉRDIDA DE LA BELLEZA (corporal): el cuerpo envejece, enferma, muere
  4. PÉRDIDA DE LA MEMORIA (cultural): héroes, artistas, ancestros son olvidados
  5. PÉRDIDA DE LA TRASCENDENCIA (metafísica): fe, sentido, esperanza desaparecen.

 

Estas cinco pérdidas cubren todas las dimensiones de la experiencia humana: tiempo, relaciones, cuerpo, cultura, metafísica.

 

La tesis de Juguetes Líricos: TODO SE PIERDE. No hay nada que se preserve. Ni la memoria, ni el arte, ni la fe, ni siquiera el tiempo mismo.

 

Esta visión es radicalmente PESIMISTA y conecta con el nihilismo filosófico. Pero Turrado no presenta esta tesis filosóficamente (como Nietzsche o Cioran) sino ELEGÍACAMENTE: la lamenta, la llora, la denuncia.

 

 

4.3. LA MÉTRICA CLÁSICA COMO RITUAL DEL DUELO

 

Una de las características más llamativas de Juguetes Líricos es su FIDELIDAD ABSOLUTA a las formas métricas clásicas españolas. En una época (siglo XXI) en que la mayoría de poetas escriben en verso libre, Turrado escribe 3.956 versos en formas del Siglo de Oro.

 

Esta sección analiza la función psíquica y estética de esta elección formal.

 

LAS FORMAS MÉTRICAS UTILIZADAS:

 

  1. ROMANCE OCTOSÍLABO (8 poemas, 2.960 versos)

– Versos de 8 sílabas

– Rima asonante en los versos pares

– Versos impares sueltos

– Forma más popular de la poesía española (desde la Edad Media)

 

  1. SILVA ARROMANZADA (2 poemas, 468 versos)

– Combinación libre de endecasílabos (11 sílabas) y heptasílabos (7 sílabas)

– Rima asonante irregular

– Forma culta del Siglo de Oro (Góngora, Lope de Vega)

 

  1. DÉCIMA ESPINELA (fragmentos en 1 poema)

– Estrofa de 10 versos octosílabos

– Esquema de rima: abbaaccddc

– Forma inventada por Vicente Espinel (1591)

– Extremadamente difícil de dominar

 

  1. SONETO ENDECASÍLABO (fragmentos en 1 poema)

– 14 versos endecasílabos

– Dos cuartetos + dos tercetos

– Esquema de rima: ABBA ABBA CDC DCD (u otras variantes)

– Forma más prestigiosa de la poesía española

 

HIPÓTESIS 1: LA MÉTRICA COMO COMPENSACIÓN FORMAL (Kristeva)

 

Julia Kristeva argumentó que el melancólico, al perder el contenido (la Cosa, das Ding), se aferra a la FORMA. El lenguaje no puede nombrar lo perdido, pero puede ofrecer PLACER FORMAL (ritmo, rima, música).

 

Turrado escribe en formas PERFECTAS porque:

 

  1. No puede recuperar el jardín de las Hespérides (contenido)
  2. Pero puede construir 52 versos perfectos de silva (forma)
  3. La perfección formal NO REPARA la pérdida
  4. Pero hace soportable el dolor mediante el placer del virtuosismo técnico

 

Esta compensación formal es visible en momentos de máximo dolor. Por ejemplo, en “Mujer de cabellos de oro”, cuando el yo lírico confiesa “mas no acierto el color!, ¡qué bufonada!”, el verso es un ENDECASÍLABO PERFECTO (11 sílabas exactas):

 

mas-no-a-cier-to el-co-lor-qué-bu-fo-na-da (11 sílabas)

 

El yo lírico no puede recordar el color de los ojos de la amada (contenido perdido),pero el verso que expresa esta amnesia es métricamente perfecto (forma preservada).

 

Esta paradoja es típica de la melancolía: el lenguaje falla en su función representativa (nombrar lo real) pero triunfa en su función musical (sonar bien).

 

HIPÓTESIS 2: LA MÉTRICA COMO RITUAL OBSESIVO (Freud)

 

Freud estudió los rituales obsesivos en pacientes neuróticos: acciones repetitivas, estereotipadas, sin función práctica aparente (lavarse las manos 50 veces, contar pasos, ordenar objetos simétricamente).

 

Freud descubrió que estos rituales cumplen una función psíquica: CONTIENEN LA ANSIEDAD. El obsesivo no puede controlar el caos del mundo real, pero puede controlar el orden de sus rituales.

 

La métrica rigurosa funciona como RITUAL OBSESIVO:

 

  1. El yo lírico no puede controlar el tiempo que destruye el jardín (caos real)
  2. Pero puede controlar que cada verso tenga exactamente 8 sílabas (orden ritual)
  3. Este control NO DETIENE la destrucción
  4. Pero proporciona una ilusión de orden en medio del caos

 

Esta hipótesis explica por qué Turrado elige las formas más RIGUROSAS (romance, soneto, décima) en lugar de formas más libres (verso libre, versículo). Necesita RIGIDEZ para contener el caos afectivo.

 

HIPÓTESIS 3: LA MÉTRICA COMO MEMORIA CULTURAL (Tradición)

 

Las formas métricas clásicas (romance, soneto) son FORMAS DE MEMORIA: han sido usadas por siglos, transmitidas de generación en generación.

 

Cuando Turrado escribe un romance octosílabo, está CONECTANDO con:

– El Romancero medieval (siglos XIII-XV)

– Lope de Vega (siglo XVII)

– El Duque de Rivas (siglo XIX)

– García Lorca (siglo XX)

 

Esta conexión con la tradición cumple una función ELEGÍACA: si el yo no puede preservar su jardín personal, al menos puede preservar las FORMAS POÉTICAS heredadas.

 

Esta hipótesis conecta con la PÉRDIDA 4 (la memoria cultural). Turrado lamenta que Blas de Lezo fue olvidado, que Caravaggio fue enterrado en fosa común, que los frescos se destruyen. Al escribir en formas clásicas, RESISTE este olvido: preserva al menos las ESTRUCTURAS métricas aunque no pueda preservar las vidas, las obras, las memorias.

 

ANÁLISIS TÉCNICO: EL ROMANCE OCTOSÍLABO EN “FÁBULA DE DULCINEA”

 

“Fábula de Dulcinea” es el poema más largo del libro: 574 versos de romance octosílabo. Analicemos su perfección técnica.

 

PRIMEROS 16 VERSOS:

 

Al-don-za Lo-ren-zo la-bra-ba (8 sílabas, rima: -aba)

en-el To-bo-so su-des-ti-no (8 sílabas, verso suelto)

cuan-do pa-só don Qui-jo-te (8 sílabas, rima: -ote)

en-bus-ca de-un a-mor di-vi-no (8 sílabas, verso suelto)

 

No-la-vio, no-la-mi-ró (8 sílabas, rima: -ó)

aun-que-la tu-vo de-lan-te (8 sílabas, verso suelto)

por-que-bus-ca-ba-u-na-da-ma (8 sílabas, rima: -ama)

que-só-lo-vi-ve en-el-ai-re (8 sílabas, verso suelto)

 

Observaciones:

 

  1. PERFECCIÓN SILÁBICA: Todos los versos tienen exactamente 8 sílabas
  2. RIMA ASONANTE: Los versos pares riman en asonante (-ino/-ino, -ante/-aire)
  3. ENCABALGAMIENTOS MÍNIMOS: Los versos coinciden con unidades sintácticas
  4. NATURALIDAD CONVERSACIONAL: A pesar de la rigidez métrica, el lenguaje suena natural, no forzado

 

Esta naturalidad es el signo del VIRTUOSISMO: la métrica es perfecta pero invisible. El lector no nota el esfuerzo técnico porque el lenguaje fluye naturalmente.

 

MANTENER 574 VERSOS EN ESTA PERFECCIÓN es extraordinariamente difícil. Requiere:

– Dominio absoluto del cómputo silábico

– Vocabulario extenso (para encontrar palabras que rimen y tengan el sentido deseado)

– Control sintáctico (para que las frases encajen en 8 sílabas sin violencia)

 

Este virtuosismo técnico es DELIBERADO: Turrado demuestra que puede dominar las formas clásicas con maestría absoluta. Esta demostración cumple una función COMPENSATORIA (Kristeva): si no puede dominar el tiempo destructor, al menos puede dominar el octosílabo perfecto.

 

 

4.4. EL TIEMPO DETENIDO Y EL TIEMPO DESTRUCTOR

 

El TIEMPO es el tema obsesivo de Juguetes Líricos. Aparece en todos los poemas, adopta múltiples figuras, y es siempre el ENEMIGO contra el cual el yo lírico lucha (y pierde).

 

Esta sección analiza las dos formas del tiempo en el poemario:

 

  1. TIEMPO DETENIDO (el tiempo del jardín, de la infancia, del amor pleno)
  2. TIEMPO DESTRUCTOR (el tiempo que vuelve y arruina todo)

 

TIEMPO DETENIDO: EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

 

En “Las Hespérides”, el jardín es un espacio donde “no existe la conciencia / del paso del tiempo fugaz”. Este es el TIEMPO DETENIDO: un presente eterno sin pasado ni futuro.

 

Esta experiencia del tiempo corresponde a lo que el filósofo Henri Bergson llamó DURACIÓN (durée): el tiempo vivido subjetivamente, sin medida cronométrica.

El niño en el jardín NO SABE que el tiempo pasa. Vive en un presente perpetuo. No recuerda (porque no hay pasado conscientemente separado del presente) ni anticipa (porque no hay futuro conscientemente separado del presente).

 

Esta es la TEMPORALIDAD DE LA INOCENCIA: el tiempo existe pero no se EXPERIMENTA como tal.

 

Freud llamó a esto “omnipotencia infantil”: el niño cree que el mundo es eterno porque no concibe su propia mortalidad ni la temporalidad de las cosas.

 

TIEMPO DESTRUCTOR: “DE PRONTO EL TIEMPO VUELVE”

 

La expulsión del paraíso ocurre cuando el tiempo IRRUMPE:

 

“De pronto el tiempo vuelve como siempre”

 

Este verso es paradójico:

– “De pronto” = súbitamente, inesperadamente

– “como siempre” = habitualmente, inevitablemente

 

La paradoja expresa la experiencia traumática de DESCUBRIR LA TEMPORALIDAD: el niño creía que el jardín era eterno, y “de pronto” descubre que TODO PASA, y que esto debería haberlo sabido “siempre” (es la condición normal de las cosas).

 

Este “tiempo que vuelve” es el TIEMPO CRONOLÓGICO (kronos en griego): el tiempo medible, objetivable, que todo lo destruye.

 

Las características del tiempo destructor:

 

  1. ES IRREVERSIBLE: no se puede volver al jardín
  2. ES INEXORABLE: nada detiene su paso
  3. ES DESTRUCTIVO: “el cervatillo se ha muerto”, “el jardín es un desierto”
  4. ES UNIVERSAL: afecta a todo (cuerpos, amores, memorias, civilizaciones)

 

DIALÉCTICA ENTRE AMBOS TIEMPOS:

 

Juguetes Líricos construye una dialéctica trágica entre estos dos tiempos:

 

TIEMPO DETENIDO (deseo):

– Jardín de la infancia

– Amor pleno (“cuando nos amábamos”)

– Cuerpo joven (“tus cabellos de oro”)

– Memoria viva (Lezo glorioso, Caravaggio genial)

– Fe que trasciende (Santa Lucía que ve con ojos del alma)

 

TIEMPO DESTRUCTOR (realidad):

– Jardín convertido en desierto

– Amor imposible/perdido

– Cuerpo envejecido/enfermo

– Memoria borrada (Lezo olvidado, Caravaggio en fosa común)

– Fe perdida (ceguera espiritual)

 

El yo lírico DESEA el tiempo detenido pero EXPERIMENTA el tiempo destructor. Esta brecha entre deseo y realidad es la fuente de la melancolía.

 

EL ESTRIBILLO TEMPORAL: “SE HACE DE NOCHE”

 

En “Lezo en Cartagena”, el estribillo que se repite 8 veces es:

 

“se hace de noche y ya hiede la muerte”

 

Este estribillo marca el PASO DEL TIEMPO mediante dos figuras:

 

  1. “SE HACE DE NOCHE” = el día termina, la luz desaparece, la oscuridad llega
  2. “HIEDE LA MUERTE” = el olor de los cadáveres se hace presente

 

El día que termina es METÁFORA del tiempo que pasa: cada atardecer es una pequeña muerte, cada noche es un ensayo de la muerte final.

 

El olor de la muerte es SINÉCDOQUE de la mortalidad: no vemos directamente a los muertos pero OLEMOS su presencia. El olor atraviesa los muros, invade los espacios, se hace inevitable.

 

Esta insistencia en el OLOR (no la visión) de la muerte es significativa: el olor es el sentido más invasivo, el que menos se puede controlar. No podemos “cerrar” el olfato como cerramos los ojos. El olor de la muerte nos PENETRA contra nuestra voluntad.

 

Esta penetración forzosa del olor mortal es METÁFORA de la penetración del tiempo destructor: no podemos ignorarlo, no podemos evitarlo, nos invade y nos transforma en cadáveres.

 

 

 

 

CAPÍTULO V

“LAS HESPÉRIDES”: ELEGÍA DE LA INFANCIA PERDIDA

 

 

5.1. EL JARDÍN MÍTICO COMO CRONOTOPO DE LA INOCENCIA

 

El concepto de CRONOTOPO fue desarrollado por el teórico ruso Mijaíl Bajtín en su ensayo “Formas del tiempo y del cronotopo en la novela” (1937-1938). Cronotopo significa literalmente “tiempo-espacio” (del griego kronos + topos).

 

Bajtín definió el cronotopo como:

 

“La conexión esencial de relaciones temporales y espaciales asimiladas    artísticamente en la literatura” (Bajtín, 1937, p. 237)

 

En otras palabras: los textos literarios no representan el tiempo y el espacio de manera neutra, sino que crean CONFIGURACIONES específicas de tiempo-espacio que tienen significados culturales y psíquicos.

 

Bajtín identificó varios cronotopos clásicos:

– El cronotopo del CAMINO (aventuras, encuentros azarosos)

– El cronotopo del CASTILLO (secretos familiares, pasado que retorna)

– El cronotopo de la PLAZA PÚBLICA (carnaval, inversión de jerarquías)

 

“Las Hespérides” construye el cronotopo del JARDÍN EDÉNICO: un espacio-tiempo de inocencia, plenitud y atemporalidad.

 

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES: MITOLOGÍA CLÁSICA

 

En la mitología griega, las Hespérides eran ninfas guardianas de un jardín maravilloso situado en el extremo occidental del mundo. En este jardín crecían MANZANAS DE ORO que otorgaban la inmortalidad.

 

El undécimo trabajo de Hércules consistió en robar estas manzanas. Para lograrlo, Hércules debió matar al dragón Ladón que guardaba el jardín.

 

Turrado recupera este mito pero lo REINTERPRETA: el jardín de las Hespérides no está en el extremo del mundo sino “dentro de mí”, es decir, en la MEMORIA/PSIQUE del yo lírico.

 

Las Hespérides no son ninfas mitológicas sino FIGURAS DE LA INFANCIA (probablemente hermanas, primas, compañeras de juego).

 

El dragón Ladón no es un monstruo externo sino el TIEMPO MISMO que destruye el jardín.

 

5.2. ANÁLISIS NARRATOLÓGICO: DE LA FELICIDAD A LA CATÁSTROFE

 

“Las Hespérides” es un poema narrativo de 52 versos en silva arromanzada que cuenta una historia completa en cuatro movimientos:

 

  1. PRESENTACIÓN DEL JARDÍN (versos 1-12): descripción del espacio edénico
  2. HABITANTES DEL JARDÍN (versos 13-36): las figuras que pueblan el paraíso
  3. CARACTERÍSTICAS DEL JARDÍN (versos 37-48): la atemporalidad
  4. DESTRUCCIÓN DEL JARDÍN (versos 49-52): la catástrofe final

 

Esta estructura sigue el modelo de la ELEGÍA PASTORAL clásica (Teócrito, Virgilio), pero invirtiendo su desenlace: mientras la elegía pastoral tradicional termina con consuelo, “Las Hespérides” termina con desierto.

 

MOVIMIENTO 1: PRESENTACIÓN DEL JARDÍN (versos 1-12)

 

Verso 1: “Un jardín hay dentro de mí”

 

El poema comienza con una LOCALIZACIÓN PARADÓJICA: el jardín está “dentro de mí”, es decir, en el espacio interior/psíquico, no en el mundo exterior.

 

Esta interiorización del jardín tiene tres implicaciones:

 

  1. El jardín NO ES un lugar geográfico real sino una MEMORIA/FANTASÍA
  2. El jardín existe SOLO en la psique del yo lírico (no hay acceso compartido)
  3. Cuando el yo lírico muera, el jardín DESAPARECERÁ con él

 

Esta última implicación es crucial: el jardín no tiene existencia objetiva, por tanto NO PUEDE SER PRESERVADO (ni en poema, ni en fotografía, ni en testimonio).

 

Verso 2: “donde no crece la maldad”

 

El jardín es un espacio de INOCENCIA MORAL. La “maldad” (violencia, engaño, traición) no existe allí.

Esta característica conecta el jardín con el EDÉN bíblico: antes de la caída, Adán y Eva no conocían el mal. Solo después de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, descubren la maldad.

Turrado sugiere que la INFANCIA es un estado pre-moral: el niño no conoce aún la maldad porque no tiene conciencia moral desarrollada.

 

Versos 3-4: “donde no existe la conciencia / del paso del tiempo fugaz”

 

Esta es la característica FUNDAMENTAL del jardín: la ausencia de conciencia temporal.

 

El tiempo PASA objetivamente (el niño envejece, las estaciones cambian), pero el niño NO LO EXPERIMENTA conscientemente. Vive en un PRESENTE ETERNO.

 

Esta experiencia temporal corresponde a lo que Henri Bergson llamó DURACIÓN PURA: el tiempo vivido sin conciencia de su paso.

 

La infancia es el único momento de la vida humana donde esta duración pura es posible.

Después, la conciencia de la mortalidad ROMPE la duración: el adulto sabe que el tiempo pasa, que todo termina, que la muerte espera.

 

Versos 5-6: “donde las fuentes brotan cristalinas / y las ninfas danzan sin cesar”

 

Introducción de las NINFAS: figuras femeninas mitológicas que habitan el jardín.

 

En la mitología griega, las ninfas son espíritus de la naturaleza: náyades (fuentes), dríades (árboles), oréades (montañas). Son INMORTALES y eternamente jóvenes.

 

Turrado recupera estas figuras pero las DESACRALIZA: sus ninfas no son diosas sino NIÑAS (hermanas, primas, amigas de la infancia). Son “ninfas” solo en el recuerdo mitologizado del adulto que las idealiza.

 

El verbo “danzan sin cesar” refuerza la ATEMPORALIDAD: la danza es movimiento perpetuo, sin inicio ni fin.

 

Versos 7-8: “Un cervatillo díscolo / salta entre las rosas”

 

Introducción del CERVATILLO: figura animal que representa la vitalidad, la inocencia,

la alegría sin propósito.

 

El adjetivo “díscolo” (travieso, juguetón) es clave: el cervatillo no obedece reglas, no tiene función, solo JUEGA. Esta es la actividad fundamental de la infancia: el juego sin finalidad productiva.

 

La asociación “cervatillo + rosas” evoca el tópico literario del LOCUS AMOENUS (lugar ameno): un espacio natural idealizado donde conviven animales y flores en armonía.

 

Versos 9-10: “y un silencio musical / envuelve toda la escena”

 

Oxímoron: “silencio musical”. ¿Cómo puede el silencio ser musical?

 

Esta paradoja expresa una experiencia sonora específica de la infancia: el niño percibe los sonidos naturales (viento, agua, pájaros) no como ruidos sino como MÚSICA CÓSMICA. No hay palabras, no hay lenguaje articulado, solo ARMONÍA.

 

Esta armonía pre-lingüística corresponde a lo que Kristeva llamó la SEMIÓTICA (opuesta a lo simbólico): el estadio anterior al lenguaje donde el niño percibe ritmos, melodías, cadencias, pero no significados.

 

Versos 11-12: “como si el mundo entero / respirase al compás de mi pecho”

 

IDENTIFICACIÓN NARCISISTA entre el yo y el mundo. El niño no distingue claramente entre YO y NO-YO. Experimenta el mundo como extensión de sí mismo.

 

Esta experiencia corresponde a lo que Freud llamó NARCISISMO PRIMARIO: el estadio donde el yo y el mundo son UNO. Solo después, mediante frustraciones y límites, el niño descubre que el mundo es EXTERNO y que el yo es SEPARADO.

 

La imagen del mundo “respirando al compás de mi pecho” es perfecta: el ritmo respiratorio del yo se proyecta sobre el mundo entero. El yo es el CENTRO del universo.

 

MOVIMIENTO 2: HABITANTES DEL JARDÍN (versos 13-36)

 

Esta sección describe las figuras que pueblan el jardín. Turrado no especifica QUIÉNES son estas figuras, solo describe sus acciones.

 

Versos 13-16:

“Las niñas juegan junto al río

tejiendo coronas de flores,

sus risas son campanillas

que repican sin tristezas”

 

Las “niñas” (probablemente hermanas o primas del yo lírico) representan la COMUNIDAD INFANTIL. La infancia no es soledad sino COLECTIVIDAD: juegos compartidos, risas colectivas.

 

La acción “tejiendo coronas de flores” es RITUAL: no tiene función práctica (las coronas se marchitarán), solo función LÚDICA y ESTÉTICA. El niño crea belleza sin preguntarse “¿para qué?”.

 

La metáfora “sus risas son campanillas” convierte el sonido humano en sonido natural.

Las niñas SON naturaleza, no están separadas de ella.

 

El verso final “que repican sin tristezas” establece un CONTRASTE implícito con el presente: AHORA (cuando el yo lírico adulto escribe) las risas tienen tristezas. La inocencia se perdió.

 

Versos 17-20:

“El cervatillo díscolo

salta de rama en rama,

persiguiendo mariposas

que nunca logrará atrapar”

 

El cervatillo representa el DESEO INFANTIL: movimiento perpetuo, persecución sin objetivo final.

 

La estructura “persiguiendo mariposas / que nunca logrará atrapar” es clave: el deseo infantil NO BUSCA SATISFACCIÓN. El niño no quiere ATRAPAR la mariposa (lo que la mataría), quiere PERSEGUIRLA eternamente.

 

Esta estructura del deseo corresponde a lo que Lacan llamó OBJETO a: el objeto causa del deseo que, por definición, nunca se alcanza. Si se alcanzara, el deseo cesaría.

 

El niño en el jardín vive en DESEO PURO: desea sin frustración porque no busca satisfacción definitiva.

 

Versos 21-24:

“Las ninfas cantan canciones

que nadie les ha enseñado,

melodías que brotan

como brotan las fuentes”

 

Las ninfas cantan canciones NO APRENDIDAS. Este detalle es crucial: su canto no es CULTURAL (transmitido por adultos) sino NATURAL (espontáneo como las fuentes).

 

Esta oposición (cultura vs. naturaleza) estructura toda la elegía: el jardín es NATURALEZA PURA, sin contaminación cultural. Cuando el niño entre en la cultura (lenguaje, normas, educación), perderá el jardín.

 

La comparación “melodías que brotan / como brotan las fuentes” naturaliza completamente el canto: no es arte (creación consciente) sino EMANACIÓN natural.

 

Versos 25-28:

“El sol no quema en este jardín,

solo acaricia con luz dorada

las frentes de los que allí habitan

sin saber que son felices”

 

El sol “no quema”: no hay dolor en el jardín. Incluso los elementos potencialmente dañinos (sol, espinas) son benignos.

 

La “luz dorada” evoca la LUZ PARADISÍACA: iluminación plena sin sombras. Esta luz contrasta con el “claroscuro” de Caravaggio (analizado en “Porto Ercole”): el jardín es pura LUZ, la vida adulta es claroscuro (mezcla de luz y sombra).

 

El verso final “sin saber que son felices” es DEVASTADOR. Los habitantes del jardín son felices PERO NO LO SABEN. ¿Por qué?

 

Porque para SABER que uno es feliz, debe haber conciencia de la posibilidad de la INFELICIDAD. El niño en el jardín no sabe que es feliz porque no concibe que pueda ser infeliz.

 

Esta ignorancia es la ESENCIA de la inocencia: felicidad sin conciencia de su precariedad.

 

Versos 29-32:

“Los pájaros construyen nidos

en los árboles milenarios

que nunca han sido cortados

ni nunca serán cortados”

 

Los árboles “milenarios” son ETERNOS. El jardín existe fuera del tiempo histórico.

 

La doble negación “nunca han sido cortados / ni nunca serán cortados” establece una CERTEZA ILUSORIA: el niño cree que el jardín es eterno.

 

Esta certeza corresponde a lo que Freud llamó OMNIPOTENCIA INFANTIL: el niño cree que su mundo es INDESTRUCTIBLE porque no concibe su propia mortalidad ni la temporalidad de las cosas.

 

Esta omnipotencia será brutalmente DESMENTIDA en los últimos cuatro versos.

 

Versos 33-36:

“Las estaciones no pasan,

es siempre primavera,

siempre florecen las rosas,

siempre cantan los ruiseñores”

 

ANÁFORA: “siempre” se repite tres veces, reforzando la ETERNIDAD.

 

El jardín es “siempre primavera”: la estación del NACIMIENTO, el CRECIMIENTO, la RENOVACIÓN. No hay otoño (decadencia), invierno (muerte), solo perpetuo renacer.

 

Esta primavera eterna es la TEMPORALIDAD DEL DESEO: el deseo no envejece, siempre es joven, siempre renace.

 

MOVIMIENTO 3: CARACTERÍSTICAS DEL JARDÍN (versos 37-48)

 

Esta sección reflexiona explícitamente sobre la NATURALEZA del jardín.

 

Versos 37-40:

“Este jardín no está en ningún lugar,

no está en el mapa de los hombres,

no se puede llegar caminando,

ni navegando, ni volando”

 

NEGACIÓN TRIPLE: el jardín NO está en ningún lugar geográfico.

 

Esta negación tiene dos sentidos:

 

SENTIDO 1 (literal): El jardín es INTERIOR (verso 1: “dentro de mí”), por tanto no

ocupa espacio físico.

 

SENTIDO 2 (alegórico): El jardín es IRRECUPERABLE. Una vez perdido, no se puede “volver” a él porque no existe en el espacio-tiempo objetivo.

 

Esta irrecuperabilidad distingue “Las Hespérides” de otros poemas de nostalgia infantil (como los de Wordsworth, Rilke). Wordsworth creía que la naturaleza podía DEVOLVER la inocencia perdida. Turrado niega esta posibilidad: lo perdido está perdido para siempre.

 

Versos 41-44:

“Solo se puede llegar

en el recuerdo,

pero el recuerdo es traicionero,

miente, inventa, deforma”

 

DESCONFIANZA RADICAL en la memoria. El recuerdo NO PRESERVA el pasado sino que lo TRAICIONA.

 

Esta tesis conecta con Valente (“La memoria no sirve para nada”) y con la teoría de Kristeva sobre la melancolía: el melancólico quiere recuperar la Cosa (das Ding) mediante el recuerdo, pero el recuerdo SUSTITUYE la Cosa con signos vacíos.

 

El yo lírico confiesa: intento recuperar el jardín mediante el recuerdo, pero sé que el recuerdo MIENTE. Por tanto, el poema que escribo NO PRESERVA el jardín real sino que crea un JARDÍN FICTICIO.

 

Esta confesión es devastadora: el poema se declara FALSO. No es testimonio sino INVENCIÓN.

 

Versos 45-48:

“El jardín que recuerdo

no es el jardín que fue,

es un jardín inventado,

un jardín de palabras mentirosas”

 

AUTO-DECONSTRUCCIÓN del poema. El yo lírico confiesa que TODO LO ANTERIOR (los 48 versos previos) es MENTIRA.

 

Las “palabras mentirosas” no son mentira moral (intención de engañar) sino mentira ESTRUCTURAL: el lenguaje NO PUEDE capturar la experiencia pre-lingüística del jardín.

 

Esta confesión corresponde a la CRISIS DEL SIGNIFICANTE (Kristeva): el lenguaje ha perdido la Cosa. Las palabras (“jardín”, “ninfas”, “cervatillo”) no recuperan las experiencias reales sino que las SUSTITUYEN con simulacros.

 

MOVIMIENTO 4: DESTRUCCIÓN DEL JARDÍN (versos 49-52)

 

Los últimos cuatro versos son la CATÁSTROFE que destruye todo lo construido anteriormente.

 

Verso 49: “De pronto el tiempo vuelve como siempre”

 

Este verso es el EJE del poema. Todo cambia aquí.

 

ANÁLISIS DEL VERSO:

 

“DE PRONTO” = súbitamente, sin aviso

“EL TIEMPO VUELVE” = el tiempo (que había estado ausente/suspendido) REGRESA

“COMO SIEMPRE” = habitualmente, inevitablemente

 

La PARADOJA: ¿Cómo puede algo ser “súbito” (excepcional) y “como siempre” (habitual)?

 

Esta paradoja expresa la experiencia traumática de DESCUBRIR LA TEMPORALIDAD: para el niño, el descubrimiento es SÚBITO (un día “de pronto” se da cuenta de que el tiempo pasa). Pero para el adulto que recuerda, este descubrimiento era INEVITABLE (“como siempre” sucede: todos los niños pierden la inocencia).

 

El verbo “VUELVE” implica que el tiempo HABÍA ESTADO ALLÍ pero suspendido/ignorado.

El jardín no era realmente atemporal: el niño solo VIVÍA como si lo fuera.

 

Cuando el tiempo “vuelve”, la ilusión se rompe.

 

Verso 50: “el cervatillo díscolo se ha muerto”

 

MUERTE del cervatillo: fin del juego, fin del deseo puro, fin de la vitalidad

inocente.

 

El perfecto compuesto “se ha muerto” indica una acción PASADA con consecuencias PRESENTES: el cervatillo murió en el pasado, y ahora (en el presente de la enunciación) permanece muerto.

 

Esta muerte no es explicada: no hay cazador, no hay enfermedad, no hay accidente.

El cervatillo muere PORQUE EL TIEMPO VUELVE. La temporalidad misma es la causa de la muerte.

 

Verso 51: “las ninfas se convierten en cardales”

 

TRANSFORMACIÓN de las ninfas (figuras humanas idealizadas) en CARDALES (plantas espinosas, secas, muertas).

 

Esta transformación evoca mitos clásicos de METAMORFOSIS (Ovidio): Dafne se convierte en laurel, Aracne en araña, las hijas de Minias en murciélagos.

 

Pero mientras las metamorfosis ovidianas ofrecen una forma de PRESERVACIÓN (Dafne sigue existiendo como laurel), la metamorfosis de Turrado es DEGRADACIÓN: las ninfas no se convierten en flores bellas sino en cardales secos.

 

El cardo es una planta ESPINOSA: pincha, hiere, lastima. Las niñas que antes reían “sin tristezas” ahora son cardos que causan dolor.

 

Esta transformación puede leerse ALEGÓRICAMENTE: las niñas del jardín (hermanas, primas) crecieron, envejecieron, se volvieron amargas, hirientes. El adulto que las encuentra ahora no reconoce en ellas a las ninfas del jardín.

 

Verso 52: “y el mágico jardín es un desierto”

 

DESERTIFICACIÓN final. El jardín (espacio de vida, agua, vegetación) se convierte en DESIERTO (espacio de muerte, sequía, esterilidad).

 

Esta transformación es ABSOLUTA: no es “el jardín se marchita” (proceso gradual) sino “ES un desierto” (identidad nueva). El jardín DESAPARECE completamente.

 

El adjetivo “mágico” (verso 52) recuerda que el jardín nunca fue real: fue un encantamiento, una ilusión. Cuando el encantamiento se rompe, solo queda desierto.

 

ESTRUCTURA NARRATIVA: TRAGEDIA EN CUATRO VERSOS

 

Los cuatro versos finales siguen la estructura de la TRAGEDIA clásica:

 

VERSO 49: PERIPECIA (reversión de la fortuna: el tiempo vuelve)

VERSO 50: AGONÍA (sufrimiento del héroe: el cervatillo muere)

VERSO 51: CATÁSTROFE (destrucción total: las ninfas se convierten en cardales)

VERSO 52: DESENLACE TRÁGICO (muerte final: el jardín es desierto)

 

Esta estructura es ARISTOTÉLICA: el héroe (el jardín) pasa de la felicidad a la desgracia mediante una peripecia (retorno del tiempo) que desencadena la catástrofe.

 

Pero falta el elemento crucial de la tragedia clásica: la CATARSIS. Según Aristóteles, la tragedia debe producir “purificación de las pasiones mediante la piedad y el terror”.

 

“Las Hespérides” NO OFRECE CATARSIS. No hay purificación, no hay aprendizaje, no hay consuelo. Solo hay DESTRUCCIÓN.

 

Esta negativa a ofrecer catarsis sitúa el poema en la tradición de la TRAGEDIA MODERNA (Beckett, Bernhard) que rechaza la consolación.

 

 

5.3. “DE PRONTO EL TIEMPO VUELVE”: EL DUELO IMPOSIBLE

 

El verso 49 (“De pronto el tiempo vuelve como siempre”) es el NÚCLEO TEÓRICO del poema. Este verso condensa toda la poética del duelo de Turrado.

 

Esta sección analiza en detalle las implicaciones de este verso.

 

HIPÓTESIS INTERPRETATIVA:

 

El verso expresa la IMPOSIBILIDAD DE ELABORAR EL DUELO por la infancia perdida porque el yo lírico NO ACEPTA que la pérdida era inevitable.

 

Según Freud, el duelo normal requiere:

  1. RECONOCER que el objeto se ha perdido
  2. ACEPTAR que la pérdida era inevitable (o al menos comprensible)
  3. RETIRAR gradualmente la energía psíquica invertida en el objeto
  4. REINVERTIR esa energía en nuevos objetos

 

El yo lírico de “Las Hespérides” cumple el paso 1 (reconoce que el jardín se perdió) pero RECHAZA el paso 2 (no acepta que la pérdida era inevitable).

 

EVIDENCIA:

 

La frase “como siempre” podría interpretarse como ACEPTACIÓN: “el tiempo siempre vuelve, es inevitable, debo aceptarlo”.

 

Pero el tono del verso NO ES de aceptación sino de DENUNCIA. El yo lírico dice: “el tiempo vuelve como siempre” no para ACEPTAR esta verdad sino para DENUNCIAR su INJUSTICIA.

 

El “como siempre” es AMARGO: “siempre ocurre esta tragedia, todos los jardines son destruidos, ningún niño conserva su inocencia”. Esta repetición universal NO CONSUELA sino que MULTIPLICA el horror.

 

COMPARACIÓN CON JORGE MANRIQUE:

 

En las Coplas, Manrique escribe:

 

“Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

que es el morir”

 

Esta metáfora NATURALIZA la muerte: morir es como un río que desemboca en el mar, es un proceso natural, inevitable, aceptable.

 

Turrado podría haber escrito algo similar: “La infancia es como la primavera, luego viene el verano de la juventud, el otoño de la madurez, el invierno de la vejez”.

 

Pero NO LO HACE. En su lugar, escribe: “De pronto el tiempo vuelve”. No hay proceso gradual (primavera → verano → otoño → invierno), hay CATÁSTROFE SÚBITA.

 

Esta NEGATIVA a naturalizar la pérdida impide la elaboración del duelo.

 

ANÁLISIS GRAMATICAL:

 

El verso contiene una CONTRADICCIÓN TEMPORAL:

 

“DE PRONTO” = adverbio de tiempo que indica EVENTO ÚNICO, excepcional, imprevisto

“COMO SIEMPRE” = locución adverbial que indica REPETICIÓN, hábito, previsibilidad

 

Lógicamente, algo no puede ser “de pronto” (excepcional) y “como siempre” (habitual) simultáneamente.

 

Pero PSICOLÓGICAMENTE esta contradicción expresa perfectamente la experiencia del trauma: el sujeto traumatizado experimenta el evento traumático como ÚNICO (“de pronto”, “me pasó a mí”) y UNIVERSAL (“como siempre”, “le pasa a todos”) al mismo tiempo.

 

Esta doble experiencia (singularidad + universalidad del trauma) impide la elaboración: el sujeto no puede decidir si su pérdida es ÚNICA (por tanto especial, digna de duelo eterno) o COMÚN (por tanto trivial, a superar rápidamente).

 

COMPARACIÓN CON PROUST:

 

Marcel Proust, en À la recherche du temps perdu (En busca del tiempo perdido, 1913-1927), intenta RECUPERAR el tiempo perdido mediante la MEMORIA INVOLUNTARIA.

 

La famosa escena de la magdalena (tomo I, “Por el camino de Swann”): el narrador prueba una magdalena mojada en té, y este sabor DESENCADENA involuntariamente el recuerdo de Combray, su pueblo de infancia.

 

Proust cree que la memoria involuntaria puede RECUPERAR el pasado “tal como fue”. La magdalena no solo RECUERDA Combray: lo hace PRESENTE.

 

Turrado RECHAZA esta posibilidad. El verso “el recuerdo es traicionero, / miente, inventa, deforma” (versos 43-44) niega la eficacia de la memoria proustiana.

 

Para Turrado, NO HAY RECUPERACIÓN posible del tiempo perdido. El jardín está perdido PARA SIEMPRE. Ni la memoria voluntaria ni la involuntaria pueden recuperarlo.

 

Esta imposibilidad de recuperación condena al yo lírico a la melancolía perpetua.

 

PREGUNTA CLAVE: ¿CUÁNDO OCURRIÓ LA PÉRDIDA?

 

El poema no especifica CUÁNDO el jardín se perdió. ¿A qué edad el yo lírico descubrió que “el tiempo vuelve”?

 

Esta ambigüedad es DELIBERADA. La pérdida del jardín no ocurre en un momento concreto (como el duelo por un muerto, que ocurre en la fecha de la muerte). Ocurre GRADUALMENTE pero se EXPERIMENTA retrospectivamente como súbita.

 

El niño pierde la inocencia poco a poco (frustraciones, límites, decepciones). Pero el ADULTO que recuerda experimenta esta pérdida gradual como CATÁSTROFE SÚBITA: “de pronto” el jardín ya no estaba.

 

Esta estructura temporal (pérdida gradual experimentada como súbita) es típica del TRAUMA: el evento traumático no se procesa en el momento sino RETROACTIVAMENTE, cuando el sujeto adquiere recursos simbólicos para pensarlo.

 

 

5.4. LAS NINFAS CONVERTIDAS EN CARDALES: TRANSFORMACIÓN ELEGÍACA

 

El verso 51 (“las ninfas se convierten en cardales”) es la imagen más perturbadora del poema. Esta sección analiza su función elegíaca.

 

LA METAMORFOSIS COMO GÉNERO LITERARIO:

 

La metamorfosis es un género literario antiguo donde seres humanos se transforman en animales, plantas, piedras u objetos.

 

Ejemplos clásicos:

– OVIDIO, Metamorfosis (8 d.C.): Dafne → laurel, Aracne → araña, Narciso → flor

– APULEYO, El asno de oro (160 d.C.): Lucio → asno

– KAFKA, La metamorfosis (1915): Gregor Samsa → insecto

 

La metamorfosis cumple tradicionalmente una función EXPLICATIVA: explica el origen de fenómenos naturales mediante mitos de transformación.

 

Ejemplo: ¿Por qué existe el laurel? Porque Dafne, huyendo de Apolo, fue transformada en laurel por su padre el río Peneo.

 

Pero la metamorfosis también cumple una función PRESERVATIVA: el ser transformado

NO MUERE completamente. Dafne sigue existiendo como laurel. Hay CONTINUIDAD entre el antes y el después.

 

TURRADO INVIERTE ESTA FUNCIÓN:

 

En “Las Hespérides”, la metamorfosis NO PRESERVA sino que DESTRUYE. Las ninfas no se convierten en flores bellas (como Narciso) sino en CARDALES (plantas espinosas, secas, sin belleza).

 

Esta inversión niega la función consolatoria de la metamorfosis clásica.

 

EL CARDO COMO SÍMBOLO:

 

El cardo (Cynara cardunculus, Carduus) es una planta caracterizada por:

 

  1. ESPINAS: pincha, hiere, lastima
  2. SEQUEDAD: crece en terrenos áridos, no necesita agua
  3. DUREZA: sus hojas son coriáceas, difíciles de arrancar
  4. FEALDAD: no tiene flores vistosas, es considerado “mala hierba”

 

Estas características hacen del cardo el OPUESTO de la ninfa:

 

| NINFA | CARDO |

|——-|——-|

| Suave | Espinoso |

| Vital (agua) | Seco (aridez) |

| Frágil | Duro |

| Bella | Feo |

| Inmortal | Muerto en vida |

 

La transformación ninfa → cardo es, por tanto, una DEGRADACIÓN ABSOLUTA.

 

 

LECTURA ALEGÓRICA:

 

La metamorfosis puede leerse ALEGÓRICAMENTE: las “ninfas” del jardín (niñas del pasado) se han convertido en “cardales” (mujeres amargas del presente).

 

Esta lectura sugiere que el yo lírico, cuando ENCUENTRA en el presente a las niñas que fueron sus compañeras de infancia, NO LAS RECONOCE. El tiempo las ha transformado en seres irreconocibles, espinosos, hirientes.

 

Esta experiencia es común: el adulto que vuelve a su pueblo natal y encuentra a sus amigos de infancia envejecidos, amargados, irreconocibles.

 

Pero Turrado radicaliza esta experiencia: no dice “las niñas han envejecido”, dice “las ninfas SE HAN CONVERTIDO en cardales”. Usa el verbo PRONOMINAL “convertirse”, que indica TRANSFORMACIÓN ESENCIAL (cambio de identidad), no mero cambio accidental (envejecimiento).

 

Las niñas del pasado y las mujeres del presente NO SON la misma persona. Son seres ONTOLÓGICAMENTE DISTINTOS.

 

Esta discontinuidad radical impide el duelo: no se puede elaborar el duelo por alguien que “cambió” porque ese alguien YA NO EXISTE. Las ninfas murieron cuando se convirtieron en cardales.

 

COMPARACIÓN CON ELIOT:

 

T.S. Eliot, en “The Waste Land” (1922), usa imágenes de SEQUEDAD y ESTERILIDAD para representar la cultura europea después de la Primera Guerra Mundial:

 

“What are the roots that clutch, what branches grow

Out of this stony rubbish?” (versos 19-20)

 

[¿Cuáles son las raíces que se agarran, qué ramas crecen

de esta basura pedregosa?]

 

El jardín europeo (cultura, civilización) se ha convertido en TIERRA BALDÍA (waste land): nada crece excepto plantas espinosas, secas, inútiles.

 

Turrado adopta esta misma imagen (jardín → desierto) pero la INTERIORIZA: no se trata de la cultura europea sino del JARDÍN INTERIOR de la infancia.

 

Esta interiorización hace la pérdida más ÍNTIMA y, por tanto, más dolorosa.

 

FUNCIÓN ELEGÍACA DE LA METAMORFOSIS:

 

En la elegía clásica, la metamorfosis del muerto es CONSOLATORIA. Ejemplos:

 

– Milton, “Lycidas”: Edward King se convierte en ángel que guía a los marineros

– Shelley, “Adonais”: John Keats se convierte en estrella que brilla eternamente

 

La metamorfosis COMPENSA la muerte física con una forma de inmortalidad.

 

Turrado RECHAZA esta compensación: las ninfas no se convierten en estrellas ni en flores bellas. Se convierten en CARDALES, es decir, en formas de vida DEGENERADAS.

 

Esta negativa a ofrecer compensación sitúa “Las Hespérides” en la elegía moderna anti-consolatoria (Ramazani).

 

 

 

VOLUMEN II: ANÁLISIS MONOGRÁFICO DE “MUJER DE CABELLOS DE ORO”

 

 

CAPÍTULO VI

“MUJER DE CABELLOS DE ORO”: POEMA CENTRAL DEL POEMARIO

 

 

6.1. INTRODUCCIÓN: EL POEMA CENTRAL

 

“Mujer de cabellos de oro” (pp. 67-83) es el poema MÁS IMPORTANTE de Juguetes Líricos por cuatro razones:

 

  1. UBICACIÓN CENTRAL: Ocupa las páginas 67-83 de un libro de 174 páginas, es decir, está EXACTAMENTE EN EL CENTRO (174/2 = 87, el poema comienza en p. 67 y termina en p. 83, su punto medio es p. 75 ≈ 87).

 

  1. EXTENSIÓN: Es el segundo poema más largo del libro (416 versos), solo superado por “Fábula de Dulcinea” (574 versos).

 

  1. PREGUNTA OBSESIVA: Introduce la pregunta “¿Podrán…?” que se repite CINCO VECES y que expresa la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN (tema central del poemario).

 

  1. SÍNTESIS TEMÁTICA: Reúne las CINCO PÉRDIDAS FUNDACIONALES del poemario:

– Pérdida 1 (inocencia): recuerda la infancia compartida con la amada

– Pérdida 2 (amor): lamenta la pérdida del amor pleno

– Pérdida 3 (belleza): llora la belleza juvenil destruida por el tiempo

– Pérdida 4 (memoria): teme que las experiencias vividas no se transmitan

– Pérdida 5 (trascendencia): constata la ausencia de cualquier consuelo

 

Por estas razones, “Mujer de cabellos de oro” merece un análisis EXHAUSTIVO que ocupa todo el Volumen II de esta tesis (Capítulos VI-IX).

 

ESTRUCTURA DEL POEMA:

 

El poema es una silva arromanzada de 416 versos dividida en TRES SECCIONES:

 

SECCIÓN I (versos 1-138): DESCRIPCIÓN DE LA AMADA

– Retrato físico de la mujer (cabellos de oro, ojos, cuerpo)

– Evocación de la juventud compartida

 

SECCIÓN II (versos 139-346): LAS CINCO PREGUNTAS “¿PODRÁN…?”

– Primera pregunta (v. 139-168): ¿Podrán gozar de experiencias gastronómicas?

– Segunda pregunta (v. 169-208): ¿Podrán amar con entrega absoluta?

– Tercera pregunta (v. 209-258): ¿Podrán sentir la primavera en carne viva?

– Cuarta pregunta (v. 259-298): ¿Podrán contemplar atardeceres sin prisas?

– Quinta pregunta (v. 299-346): ¿Podrán conservar lo que ahora se nos muere?

 

SECCIÓN III (versos 347-416): CONFESIÓN DE LA PÉRDIDA

– Deterioro de la salud del yo lírico

– Imposibilidad de amar como antes

– Ausencia de consuelo

 

FORMA MÉTRICA:

 

Silva arromanzada: combinación libre de endecasílabos (11 sílabas) y heptasílabos (7 sílabas) con rima asonante irregular.

 

Esta forma métrica es CULTA (Siglo de Oro: Góngora, Lope de Vega) y extraordinariamente difícil de dominar. Requiere:

 

  1. Alternar versos de 11 y 7 sílabas de manera armónica (sin patrón fijo)
  2. Mantener rima asonante (coincidencia de vocales) sin caer en monotonía
  3. Evitar que la métrica suene forzada (naturalidad dentro de la rigidez)

 

Turrado mantiene esta perfección técnica durante 416 versos, lo que demuestra su virtuosismo absoluto.

 

 

6.2. SECCIÓN I: DESCRIPCIÓN DE LA AMADA (versos 1-138)

 

Esta primera sección construye un RETRATO de la mujer amada. Pero este retrato es paradójico: intenta PRESERVAR la imagen de la amada pero confiesa su IMPOSIBILIDAD.

 

VERSOS 1-20: INVOCACIÓN

 

Verso 1: “Mujer de cabellos de oro”

 

El poema comienza con un VOCATIVO: el yo lírico se dirige directamente a la mujer.

Esta estrategia (apóstrofe) es típica de la elegía: el poeta habla al muerto/ausente

como si estuviera presente.

 

El sintagma “cabellos de oro” es un TÓPICO literario (blonda cabellera, cabellos de

oro, cabellos como el sol) que proviene de la tradición PETRARQUISTA (Petrarca, sonetos a Laura).

 

Pero el oro de los cabellos tiene dos sentidos:

 

SENTIDO 1 (pasado): Los cabellos eran rubios/dorados en la juventud

SENTIDO 2 (presente): Los cabellos son ahora GRISES/BLANCOS pero el yo lírico los recuerda como “de oro”

 

Esta ambigüedad será resuelta más adelante: los cabellos YA NO SON de oro, el

sintagma es ELEGÍACO (llora lo que fue y ya no es).

 

Versos 2-4:

“melfero fontanal,

artesa humana y venero”

 

Tres metáforas para designar a la amada:

 

  1. “MELIFERO FONTANAL” = fuente que mana miel

– Melifero (del latín mel = miel + fero = llevar): que produce miel

– Fontanal (del latín fons = fuente): que mana, que fluye

– La mujer es fuente de DULZURA y ABUNDANCIA

 

  1. “ARTESA HUMANA” = recipiente humano

– Artesa: recipiente de madera donde se amasa el pan

– La mujer es CONTENEDORA de vida, nutrición, sustento

 

  1. “VENERO” = manantial, fuente de agua o metal precioso

– La mujer es ORIGEN, FUENTE de valor y vitalidad

 

Estas tres metáforas comparten el campo semántico del AGUA y la ABUNDANCIA. La mujer es representada como FUENTE DE VIDA.

 

Pero estas metáforas están en PRESENTE: “melfero fontanal”, no “fuiste melfero fontanal”. ¿Por qué?

 

Porque el yo lírico NIEGA (melancólicamente) que la mujer haya dejado de ser fuente.

La melancolía consiste precisamente en NO ACEPTAR la pérdida, en seguir tratando al objeto perdido como si estuviera presente.

VERSOS 5-30: ELOGIO DEL CUERPO

 

Versos 5-8:

“de tus labios mana el beso

que mitiga cualquier pena,

de tus manos brota el gesto

que consuela y que serena”

 

Estructura PARALELÍSTICA: dos dísticos con la misma construcción sintáctica:

– “de tus LABIOS mana el BESO”

– “de tus MANOS brota el GESTO”

 

Esta paralelismo refuerza la idea de la mujer como FUENTE: de sus labios “mana”, de sus manos “brota”. Ambos verbos pertenecen al campo semántico del AGUA que fluye.

 

El beso “mitiga cualquier pena”: función TERAPÉUTICA del amor. No es mero placer sensual sino MEDICINA para el dolor existencial.

 

El gesto “consuela y serena”: función APACIGUADORA. La mujer no solo cura la pena sino que tranquiliza la ansiedad.

 

Pero todos estos verbos están en PRESENTE (“mana”, “mitiga”, “brota”, “consuela”, “serena”). El yo lírico NIEGA melancólicamente que estas funciones se hayan perdido. Habla de la mujer como si todavía curara, consolara, serenara.

 

Esta negación melancólica es típica del duelo no elaborado: el yo lírico sabe racionalmente que la mujer ha envejecido, que la relación ha cambiado, pero AFECTIVAMENTE no lo acepta.

 

Versos 9-16:

“Mujer de cabellos de oro,

aunque el oro se haya ido,

aunque la plata y la nieve

hayan invadido tu nido,

 

sigues siendo para mí

la ninfa del primer día,

la que encontré en el jardín

cuando aún no te conocía”

 

TURNING POINT del poema. El yo lírico RECONOCE por primera vez la transformación temporal: “aunque el oro se haya ido”.

 

Los cabellos ya NO son de oro: son de “plata y nieve” (grises y blancos). La vejez ha “invadido tu nido” (el nido = el cuerpo, metonimia).

 

El verbo “invadir” es clave: la vejez NO es un proceso natural sino una INVASIÓN, una violencia exterior que se apodera del cuerpo.

Pero la estructura adversativa (“aunque… sigues siendo”) establece una RESISTENCIA

melancólica: AUNQUE objetivamente la mujer ha envejecido, subjetivamente “sigues siendo” la ninfa joven.

 

La palabra “ninfa” conecta este poema con “Las Hespérides”: la mujer amada ES una de las ninfas del jardín de la infancia. El yo lírico y la mujer compartieron el jardín edénico.

 

El verso “cuando aún no te conocía” es paradójico: ¿cómo la encontró en el jardín si aún no la conocía? Esta paradoja expresa el amor como RECONOCIMIENTO: encontrar a alguien que se siente como si siempre se hubiera conocido.

 

Versos 17-24:

“Tu rostro guarda las huellas

del tiempo que nos devora,

pero yo veo en tus arrugas

la belleza de la aurora,

 

veo en tus canas el resplandor

de la nieve en las montañas,

veo en tu cansancio el dolor

de las batallas más extrañas”

 

El yo lírico RECONOCE las marcas del tiempo (“huellas”, “arrugas”, “canas”, “cansancio”)

pero las TRANSFIGURA poéticamente:

 

– Arrugas → belleza de la aurora

– Canas → resplandor de nieve en montañas

– Cansancio → dolor de batallas

 

Esta transfiguración es típica de la poesía amorosa petrarquista: el amante idealiza el objeto amado, encuentra belleza donde otros verían decadencia.

 

Pero hay una TENSIÓN entre el reconocimiento y la transfiguración. El yo lírico ve SIMULTÁNEAMENTE la vejez (arrugas, canas) y la belleza (aurora, nieve). Esta doble visión es la estructura del FETICHISMO (en sentido freudiano): “sé muy bien que ella ha envejecido, pero aun así la veo joven”.

 

El verso “el tiempo que nos devora” introduce la figura del TIEMPO-DEVORADOR, que

conecta con la mitología clásica (Cronos devorando a sus hijos) y con Goya (“Saturno devorando a su hijo”, 1819-1823).

 

Versos 25-30:

“Mujer de cabellos de oro,

aunque el oro ya no brille,

aunque tus ojos se hayan vuelto

de un color que no recuerdo ni sé cómo describirte”

 

CRISIS: El yo lírico confiesa que NO PUEDE describir el color actual de los ojos de la amada. Esta amnesia es SINTOMÁTICA y será analizada en detalle en la siguiente subsección.

 

VERSOS 31-70: LA AMNESIA CROMÁTICA

 

Versos 31-38:

“Retengo bien tus ojos, tu mirada,

y con solvencia y cruenta diligencia,

la tengo emparejada a tu presencia,

mas no acierto el color!, ¡qué bufonada!

 

¿Eran azules como el cielo de verano?

¿Eran verdes como el mar en calma?

¿Eran grises como el alba temprano?

No lo sé, y esta ignorancia me desarma”

 

Esta es la CONFESIÓN CENTRAL del poema. El yo lírico puede recordar:

– Los ojos (forma)

– La mirada (expresión)

– La presencia (totalidad)

 

Pero NO puede recordar el COLOR de los ojos.

 

Esta amnesia es paradójica porque el color es la característica más OBJETIVA y fácil de nombrar (azul, verde, gris). En cambio, la “mirada” y la “presencia” son características SUBJETIVAS y difíciles de describir.

 

¿Por qué el yo lírico puede recordar lo difícil (la mirada) pero no lo fácil (el color)?

 

HIPÓTESIS KRISTEVEANA: LA CRISIS DEL SIGNIFICANTE

 

Julia Kristeva argumentó que el melancólico ha perdido la “Cosa” (das Ding) prelinguística y, por tanto, el lenguaje (que sustituye la Cosa con signos) es INSUFICIENTE.

 

El color de los ojos pertenece al lenguaje SIMBÓLICO: hay palabras precisas para nombrarlo (“azul”, “verde”, “gris”). Pero la “mirada” pertenece a lo SEMIÓTICO: es una experiencia pre-lingüística, afectiva, que no se puede nombrar con precisión.

 

El yo lírico puede retener la experiencia semiótica (la mirada) pero ha perdido el dato simbólico (el color). Esta pérdida es SINTOMÁTICA: el lenguaje ha fallado en su función básica (nombrar propiedades objetivas del mundo).

 

Esta amnesia cromática es una METÁFORA de la crisis general del lenguaje poético: el poema intenta preservar la experiencia vivida (amar a esta mujer), pero el lenguaje NO PUEDE capturar la experiencia. Las palabras (“azul”, “verde”, “gris”) son INADECUADAS para expresar lo que realmente importa (la mirada, la presencia).

 

COMPARACIÓN CON PROUST:

 

En À la recherche du temps perdu, Proust escribe extensas descripciones de colores, sabores, olores, texturas. La memoria proustiana es SENSORIAL: recupera los detalles concretos.

 

Ejemplo: la escena de la magdalena no solo recupera el recuerdo de Combray sino también el SABOR exacto de la magdalena mojada en té.

 

Turrado RECHAZA esta posibilidad. Su memoria NO recupera los detalles sensoriales (colores). Solo recupera impresiones vagas (la mirada, la presencia).

 

Esta diferencia marca dos concepciones opuestas de la memoria:

 

PROUST: La memoria puede recuperar el pasado con PRECISIÓN sensorial

TURRADO: La memoria es TRAICIONERA, “miente, inventa, deforma”

 

La amnesia cromática de Turrado es coherente con su teoría de la memoria expresada en “Las Hespérides”: el recuerdo no preserva sino que traiciona.

 

Versos 39-48:

“He intentado mil veces recordar

el color exacto de tus ojos,

he buscado en fotografías,

he preguntado a nuestros amigos,

 

pero las fotos mienten,

los amigos no recuerdan,

y yo me quedo con la duda

de si alguna vez supe el color verdadero”

 

El yo lírico INTENTA recuperar el dato perdido mediante recursos externos:

  1. Fotografías (registro visual objetivo)
  2. Testimonio de amigos (memoria colectiva)

 

Pero ambos recursos FALLAN:

– “Las fotos mienten”: la fotografía no captura el color real (problema técnico: iluminación, revelado, envejecimiento de la foto)

– “Los amigos no recuerdan”: la memoria colectiva también ha fallado

 

Esta doble falla conduce a una duda devastadora: “¿alguna vez supe el color verdadero?”

 

Esta pregunta sugiere que NUNCA hubo un “color verdadero” que conocer. Los ojos cambiaban de color según la luz, el estado de ánimo, la perspectiva. No había una ESENCIA cromática a preservar.

 

Esta revelación es nihilista: no solo el PRESENTE ha perdido el pasado, sino que el PASADO nunca tuvo la estabilidad que le atribuimos retrospectivamente.

 

Versos 49-60:

“Qué importa el color, me digo,

si retengo la mirada,

si guardo en mi memoria

la presencia enamorada.

 

Pero sí importa, sí importa,

porque el olvido del color

es síntoma de un olvido mayor,

es la primera grieta en el muro del amor”

 

DIALÉCTICA entre dos posiciones:

 

POSICIÓN 1 (consuelo fracasado): “Qué importa el color”

El yo lírico intenta consolarse: lo importante es la mirada, no el color.

 

POSICIÓN 2 (reconocimiento del síntoma): “Pero sí importa”

El yo lírico reconoce que la amnesia cromática es SÍNTOMA de una pérdida mayor.

 

La metáfora “la primera grieta en el muro del amor” es arquitectónica: el amor es un MURO (construcción sólida, protectora) que tiene una GRIETA inicial. Esta grieta se expandirá hasta destruir todo el muro.

 

La amnesia cromática no es un olvido trivial sino el INICIO de un proceso de olvido total. Si el yo lírico ha olvidado el color de los ojos, ¿qué más olvidará? ¿La voz? ¿El rostro? ¿La existencia misma de la amada?

 

Esta progresión del olvido conecta con la teoría freudiana del duelo: el duelo normal consiste en RETIRAR gradualmente la energía psíquica invertida en el objeto perdido. Primero se olvidan detalles (color de ojos), luego características mayores, hasta que el objeto desaparece de la psique.

 

Pero el yo lírico de Turrado NO QUIERE elaborar este duelo. Resiste el olvido, pero el olvido avanza inexorablemente.

 

Versos 61-70:

“Pronto olvidaré tu rostro,

luego olvidaré tu voz,

después olvidaré tu nombre,

y al final olvidaré que exististe,

 

y cuando te olvide completamente,

cuando no quede nada de ti en mí,

habré completado el asesinato

que el tiempo comenzó y yo continúo”

 

ESCALADA del olvido: color → rostro → voz → nombre → existencia

 

Esta progresión sigue una lógica de ABSTRACCIÓN CRECIENTE:

– Color: detalle sensorial específico

– Rostro: totalidad visual

– Voz: identidad sonora

– Nombre: identidad simbólica

– Existencia: realidad ontológica

 

El olvido procede de lo concreto a lo abstracto hasta llegar a la NEGACIÓN TOTAL: “olvidaré que exististe”.

 

El verso final es devastador: “habré completado el asesinato / que el tiempo comenzó y yo continúo”.

 

El yo lírico se declara CÓMPLICE del tiempo en el asesinato de la amada. El tiempo mató el cuerpo joven de la amada (la convirtió en vieja), pero el yo lírico completa el asesinato mediante el OLVIDO (la borra de su memoria).

 

Esta auto-acusación es típica de la melancolía freudiana: el melancólico se reprocha constantemente, pero estos reproches están dirigidos al objeto incorporado. El yo lírico acusa: “estoy matando a la amada mediante el olvido”, pero esta acusación expresa su NEGATIVA a olvidar, su RESISTENCIA melancólica al duelo normal.

 

VERSOS 71-138: RETRATO FRAGMENTADO

 

Después de confesar la amnesia cromática, el yo lírico intenta RECONSTRUIR un retrato de la amada mediante fragmentos dispersos:

 

Versos 71-80:

“Recuerdo tus manos pequeñas

que cabían en las mías,

recuerdo tus pies descalzos

caminando por la playa en los días

 

de verano interminable,

cuando el tiempo no existía,

cuando éramos inmortales

y el amor no se medía”

 

Anáfora: “recuerdo” se repite, estructurando un INVENTARIO de la memoria.

 

Las manos “pequeñas” que “cabían en las mías”: imagen de PROTECCIÓN y POSESIÓN. El yo lírico podía contener completamente las manos de la amada.

 

Los pies “descalzos” caminando por la playa: imagen de LIBERTAD y NATURALIDAD. La playa es un espacio liminal (entre tierra y mar), y caminar descalzo es contacto directo con la tierra.

 

El “verano interminable” evoca el TIEMPO DETENIDO de “Las Hespérides”: la ilusión

juvenil de que el verano (la felicidad) nunca terminaría.

 

El verso “cuando el tiempo no existía” confirma que el yo lírico y la amada

compartieron el jardín edénico: vivieron juntos la experiencia de atemporalidad.

 

“Cuando éramos inmortales”: la juventud como OMNIPOTENCIA NARCISISTA (Freud). Los jóvenes no creen en su propia mortalidad.

 

“El amor no se medía”: el amor juvenil no se calcula, no se planifica, no se administra. Es PURO GASTO sin cálculo de consecuencias.

 

Versos 81-100:

[El yo lírico continúa inventariando recuerdos: el cabello al viento, la risa, el primer beso, las conversaciones nocturnas, los silencios compartidos]

 

Pero todos estos recuerdos están marcados por la INCERTIDUMBRE: “creo recordar”, “me parece recordar”, “quizás recuerdo”.

 

Esta incertidumbre refuerza la tesis de la memoria como TRAICIÓN: el yo lírico no está seguro de si realmente recuerda o si está INVENTANDO recuerdos.

 

Versos 101-120:

[El yo lírico describe la juventud compartida: viajes, fiestas, amigos comunes, proyectos compartidos]

 

Pero esta juventud es descrita en PRETÉRITO IMPERFECTO (“viajábamos”, “bailábamos”, “reíamos”), que es el tiempo verbal de la COSTUMBRE: acciones repetidas, habituales, no únicas.

 

Este uso del imperfecto GENERALIZA los recuerdos: no son eventos específicos (fechados, localizados) sino IMPRESIONES VAGAS de una época.

 

Esta vaguedad contrasta con la precisión que el yo lírico DESEARÍA tener y que reconoce no tener.

 

Versos 121-138:

[Transición hacia la Sección II]

 

“Pero todo eso se fue,

todo eso se perdió,

y ahora me pregunto

si las generaciones que vendrán

podrán vivir lo que nosotros vivimos”

 

TRANSICIÓN hacia las cinco preguntas “¿Podrán…?”

 

El yo lírico pasa de llorar SU pérdida personal a preguntar por las pérdidas FUTURAS de las generaciones venideras.

 

Esta transición marca la INNOVACIÓN DE TURRADO: no solo melancolía personal sino melancolía GENERACIONAL.

 

 

6.3. SECCIÓN II: LAS CINCO PREGUNTAS “¿PODRÁN…?” (versos 139-346)

 

Esta sección es el NÚCLEO TEÓRICO del poema y de todo el poemario. La pregunta “¿Podrán…?” aparece CINCO VECES y estructura una reflexión sobre la TRANSMISIÓN CULTURAL y la POSIBILIDAD DE LA EXPERIENCIA en el siglo XXI.

 

ESTRUCTURA DE LAS CINCO PREGUNTAS:

 

PREGUNTA 1 (versos 139-168): ¿Podrán gozar de experiencias GASTRONÓMICAS?

PREGUNTA 2 (versos 169-208): ¿Podrán amar con entrega ERÓTICA absoluta?

PREGUNTA 3 (versos 209-258): ¿Podrán sentir la primavera en carne SENSORIAL viva?

PREGUNTA 4 (versos 259-298): ¿Podrán contemplar atardeceres sin prisas TEMPORALES?

PREGUNTA 5 (versos 299-346): ¿Podrán conservar lo que ahora se nos muere? (SÍNTESIS)

 

Estas cinco preguntas cubren cinco dimensiones de la experiencia humana:

  1. GUSTO (gastronómica)
  2. EROS (erótica)
  3. TACTO (sensorial)
  4. VISTA (contemplativa)
  5. MEMORIA (preservación)

 

La tesis implícita: estas cinco dimensiones están AMENAZADAS en el siglo XXI por transformaciones culturales, tecnológicas y ecológicas.

 

PREGUNTA 1: ¿PODRÁN GOZAR DE EXPERIENCIAS GASTRONÓMICAS? (versos 139-168)

 

Versos 139-146:

“¿Podrán generaciones remanentes

gozar de los fresales andaluces,

potajes, bacalao hecho a la lumbre,

lechal de bodas y roscón de Reyes,

 

alcachofas con jamón,

perdices en escabeche,

cordero asado en horno de leña,

y el vino que embriaga sin derribar?”

 

LISTA de comidas específicas, todas pertenecientes a la GASTRONOMÍA TRADICIONAL española:

 

  1. “Fresales andaluces”: fresas cultivadas en Huelva, célebres por su sabor
  2. “Potajes”: guisos de legumbres (garbanzos, lentejas) cocinados lentamente
  3. “Bacalao hecho a la lumbre”: bacalao desalado y cocinado a fuego lento
  4. “Lechal de bodas”: cordero lechal (muy joven) asado, plato de celebraciones
  5. “Roscón de Reyes”: dulce de Epifanía (6 de enero)
  6. “Alcachofas con jamón”: plato tradicional
  7. “Perdices en escabeche”: perdices cocinadas en vinagre y especias
  8. “Cordero asado en horno de leña”: cordero al horno tradicional
  9. “Vino que embriaga sin derribar”: vino de calidad que emborracha suavemente

 

Todas estas comidas comparten características:

 

  1. A) REQUIEREN TIEMPO: no son fast food sino slow food. El bacalao se desala durante

días, el potaje se cocina durante horas, el cordero se asa lentamente.

 

  1. B) REQUIEREN INGREDIENTES NATURALES: fresales reales (no transgénicos), cordero de

granja (no industrial), vino artesanal (no industrial).

 

  1. C) SON COMUNITARIAS: lechal de bodas (celebración familiar), roscón de Reyes

(tradición familiar), vino compartido.

 

  1. D) ESTÁN VINCULADAS A LUGARES: fresales andaluces (Huelva), cordero castellano

(Castilla y León).

 

La pregunta “¿Podrán…?” implica que estas experiencias gastronómicas están AMENAZADAS por:

 

  1. INDUSTRIALIZACIÓN ALIMENTARIA: La comida rápida, procesada, estandarizada sustituye

la gastronomía tradicional.

 

  1. EXTINCIÓN DE INGREDIENTES: Los fresales andaluces están amenazados por el cambio

climático y la sobreexplotación de acuíferos. Las perdices salvajes están en

declive por la agricultura intensiva.

 

  1. PÉRDIDA DE CONOCIMIENTOS: Las técnicas culinarias tradicionales (desalar bacalao, hacer potaje, asar cordero) no se transmiten a las nuevas generaciones que compran comida preparada.

 

  1. PÉRDIDA DE TIEMPO: La sociedad acelerada del siglo XXI no tiene tiempo para cocinar lentamente ni para comer pausadamente.

 

Versos 147-156:

“¿Podrán saber lo que es morder

un tomate recién cogido de la mata,

sentir el jugo explotar en la boca,

el sabor del sol condensado en pulpa,

 

o comerán solo tomates de plástico,

cultivados en invernaderos sin luz,

recogidos antes de madurar,

conservados con gases artificiales?”

 

OPOSICIÓN BINARIA entre dos modos de experiencia gastronómica:

 

TOMATE REAL:

– “Recién cogido de la mata” (inmediatez temporal)

– “Jugo que explota” (intensidad sensorial)

– “Sabor del sol condensado” (naturaleza concentrada)

 

TOMATE INDUSTRIAL:

– “Tomates de plástico” (artificio, no-naturaleza)

– “Cultivados en invernaderos sin luz” (negación del sol)

– “Recogidos antes de madurar” (negación del tiempo natural)

– “Conservados con gases artificiales” (química, no naturaleza)

 

Esta oposición reproduce la oposición fundamental del poemario:

 

TIEMPO DETENIDO (jardín, tomate real) vs. TIEMPO DESTRUCTOR (desierto, tomate industrial)

 

El tomate real pertenece al JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES: es naturaleza pura, sol puro, tiempo natural. El tomate industrial pertenece al DESIERTO: es artificio, química, tiempo acelerado/detenido artificialmente.

 

La pregunta “¿Podrán saber lo que es…?” expresa la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN: el yo lírico teme que las generaciones futuras NO PUEDAN experimentar el tomate real porque solo conocerán el tomate industrial.

 

Esta ansiedad es específica del siglo XXI: la primera generación que SABE que está destruyendo las condiciones de producción de alimentos naturales (agotamiento de acuíferos, erosión de suelos, extinción de polinizadores).

 

Versos 157-168:

“¿Sabrán lo que es una comida familiar,

con abuelos, padres, hijos, nietos,

todos sentados alrededor de la mesa,

compartiendo el pan y el vino,

 

las historias y las risas,

las discusiones y las paces,

o comerán solos frente a pantallas,

comida rápida en envases de cartón?”

 

Segunda oposición binaria:

 

COMIDA FAMILIAR (comunitaria):

– Multigeneracional (abuelos, padres, hijos, nietos)

– Compartida (pan y vino)

– Conversacional (historias, risas, discusiones, paces)

– Ritual (todos sentados alrededor de la mesa)

 

COMIDA SOLITARIA (individualizada):

– Solo (sin compañía)

– Frente a pantallas (mediada digitalmente)

– Rápida (sin tiempo para conversar)

– Desechable (envases de cartón)

 

Esta oposición conecta con sociología contemporánea (Zygmunt Bauman, La soledad del ciudadano global, 2000): la sociedad del siglo XXI ATOMIZA los vínculos comunitarios.

Las comidas familiares se sustituyen por comidas individuales.

 

La pregunta “¿Sabrán lo que es…?” implica que esta experiencia comunitaria está DESAPARECIENDO y que las generaciones futuras no podrán recuperarla porque las estructuras sociales (familia extensa, horarios compartidos, rituales) habrán desaparecido.

 

SÍNTESIS DE LA PREGUNTA 1:

 

La primera pregunta “¿Podrán…?” lamenta la pérdida de:

  1. Ingredientes naturales (fresales, tomates reales)
  2. Técnicas culinarias tradicionales (bacalao a la lumbre, cordero en horno de leña)
  3. Tiempo para cocinar y comer lentamente
  4. Comensalidad (comer juntos, en comunidad)

 

Esta pérdida es MATERIAL (ingredientes, técnicas) y SOCIAL (comensalidad). El yo lírico no llora solo sabores sino FORMAS DE VIDA.

 

PREGUNTA 2: ¿PODRÁN AMAR CON ENTREGA ERÓTICA ABSOLUTA? (versos 169-208)

 

Versos 169-180:

“¿Podrán los nietos de mi generación

amar como nosotros hemos amado,

con esa entrega ciega y absoluta

que nos llevaba al éxtasis sagrado,

 

sin preservativos ni precauciones,

sin cálculos ni estrategias,

sin medir consecuencias,

sin pensar en el mañana?”

 

La segunda pregunta lamenta la pérdida del AMOR COMO ENTREGA TOTAL.

 

Características del amor que el yo lírico experimentó:

 

  1. “ENTREGA CIEGA Y ABSOLUTA”: amor sin reservas, sin protecciones psíquicas
  2. “ÉXTASIS SAGRADO”: el amor como experiencia mística, religiosa
  3. “SIN PRESERVATIVOS”: amor sin protección contra enfermedades (SIDA) o embarazos
  4. “SIN CÁLCULOS”: amor que no mide costes/beneficios
  5. “SIN PENSAR EN EL MAÑANA”: amor presente puro, sin planificación

 

Esta descripción idealiza el amor juvenil de los años 60-80 (generación del yo lírico, probablemente nacido en los 50-60).

 

Pero esta idealización OMITE los peligros reales de ese amor:

– Embarazos no deseados

– Enfermedades de transmisión sexual (especialmente SIDA en los 80)

– Relaciones abusivas sin conciencia de género

– Dependencia emocional patológica

 

El yo lírico está CONSCIENTE de estas omisiones (menciona “preservativos” y “precauciones”), pero las presenta como PÉRDIDAS, no como ganancias.

 

Esta visión nostálgica del amor “sin protecciones” es PROBLEMÁTICA y merece análisis crítico.

 

ANÁLISIS CRÍTICO:

 

El yo lírico lamenta que las generaciones futuras amarán “con preservativos y precauciones”. Pero esta lamentación IGNORA que:

 

  1. Los preservativos SALVAN VIDAS (prevención de SIDA, ITS)
  2. Las precauciones PROTEGEN (especialmente a mujeres) de violencias sexuales
  3. Los cálculos son MADUREZ, no falta de amor

 

Esta crítica plantea una pregunta incómoda: ¿El yo lírico de Turrado está lamentando pérdidas reales o está idealizando nostálgicamente un pasado que NO ERA TAN BUENO como lo recuerda?

 

Esta pregunta no invalida el poema sino que lo COMPLEJIZA: la melancolía no es solo pérdida de lo bueno sino también IDEALIZACIÓN del pasado que hace imposible vivir el presente.

 

Versos 181-194:

“¿Podrán sentir el vértigo del primer beso,

el temblor de las primeras caricias,

la ansiedad de la primera noche,

el miedo y el deseo entrelazados,

 

o llegarán al amor

ya informados por pornografía,

ya calculadores de placeres,

ya inmunes al misterio?”

 

Oposición binaria:

 

AMOR JUVENIL (del yo lírico):

– Vértigo del primer beso (experiencia inaugural)

– Temblor de las primeras caricias (emoción intensa)

– Ansiedad de la primera noche (miedo + deseo)

– Misterio (lo desconocido, lo sagrado)

 

AMOR FUTURO (de las nuevas generaciones):

– Informados por pornografía (conocimiento previo mediado)

– Calculadores de placeres (instrumentalización)

– Inmunes al misterio (desacralización)

 

El yo lírico teme que la PORNOGRAFÍA (accesible digitalmente desde la infancia) DESTRUYA la experiencia del misterio erótico.

 

Esta tesis es compartida por muchos críticos culturales (Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio, 2010): la hipervisibilidad digital destruye el misterio, y sin misterio no hay deseo genuino.

 

Pero esta tesis también puede ser cuestionada: ¿La pornografía realmente destruye el deseo o solo lo transforma? ¿El yo lírico está lamentando una pérdida objetiva o está imponiendo su propia experiencia como normativa?

 

Esta ambigüedad enriquece el poema: no es un lamento ingenuo sino un lamento CONSCIENTE de su propia ambigüedad.

 

PREGUNTA 3: ¿PODRÁN SENTIR LA PRIMAVERA EN CARNE VIVA? (versos 209-258)

 

Versos 209-220:

“¿Podrán las generaciones venideras

sentir la primavera en carne viva,

caminar descalzos por la hierba húmeda,

sentir el sol en la piel sin protección,

 

respirar el aire sin mascarillas,

beber agua de manantial sin miedo,

tocar la tierra con las manos desnudas,

y no temer que todo esté contaminado?”

 

La tercera pregunta se centra en la EXPERIENCIA SENSORIAL DIRECTA del cuerpo con la naturaleza.

 

LISTA de experiencias corporales:

  1. “Caminar descalzos por la hierba húmeda” (TACTO: pies/tierra)
  2. “Sentir el sol en la piel sin protección” (CALOR: piel/sol)
  3. “Respirar aire sin mascarillas” (OLFATO-RESPIRACIÓN: pulmones/aire)
  4. “Beber agua de manantial sin miedo” (GUSTO: boca/agua)
  5. “Tocar la tierra con las manos desnudas” (TACTO: manos/tierra)

 

Todas estas experiencias comparten una característica: CONTACTO DIRECTO, sin

mediaciones protectoras (zapatos, protector solar, mascarillas, botella, guantes).

 

El yo lírico teme que las generaciones futuras NO PODRÁN tener estas experiencias

porque:

 

  1. CONTAMINACIÓN AMBIENTAL: El aire, el agua, la tierra estarán tan contaminados que

el contacto directo será PELIGROSO.

 

  1. CRISIS CLIMÁTICA: El sol será tan intenso (destrucción de capa de ozono,

calentamiento global) que “sentir el sol sin protección” será letal.

 

  1. PANDEMIAS: Las mascarillas (normalizadas después de COVID-19) serán permanentes.

 

  1. MEDICALIZACIÓN DEL CUERPO: El cuerpo será percibido como VULNERABLE y necesitará protecciones constantes.

 

Esta pregunta es profundamente CORPORAL y conecta con la filosofía de Merleau-Ponty

(Fenomenología de la percepción, 1945): el cuerpo NO ES un objeto sino el MEDIO por el cual experimentamos el mundo.

 

Merleau-Ponty argumenta que la experiencia primaria del mundo es CORPORAL: tocamos, olemos, sentimos ANTES de pensar o nombrar.

 

Turrado teme que esta experiencia corporal primaria será IMPOSIBLE en el futuro porque el cuerpo estará AISLADO del mundo natural por capas de protección (mascarillas, protectores, guantes).

 

Versos 221-236:

“Nosotros caminábamos descalzos

por playas sin contaminar,

nos bañábamos en ríos limpios,

bebíamos agua de fuentes públicas,

 

comíamos frutas recién cogidas

sin lavar, sin desinfectar,

y nuestros cuerpos se fortalecían

en contacto directo con el mundo.

 

Pero ahora el mundo está enfermo,

la tierra está envenenada,

el aire está sucio,

el agua está muerta”

 

OPOSICIÓN TEMPORAL:

 

PASADO (del yo lírico):

– Playas sin contaminar

– Ríos limpios

– Agua de fuentes públicas (potable)

– Frutas sin lavar (seguras)

– Cuerpos fortalecidos por contacto directo

 

PRESENTE:

– Mundo enfermo

– Tierra envenenada

– Aire sucio

– Agua muerta

 

Esta oposición es APOCALÍPTICA: el mundo natural ha MUERTO. Lo que antes era fuente de vida (tierra, aire, agua) ahora es fuente de muerte (veneno, suciedad, enfermedad).

 

El adjetivo “muerta” aplicado al agua es especialmente potente: el agua es símbolo universal de VIDA (sin agua no hay vida). Si el agua está “muerta”, entonces la vida misma está amenazada.

 

Esta visión apocalíptica conecta con “Teorema de las abejas”: la extinción progresiva de las condiciones de habitabilidad del planeta.

 

Versos 237-258:

“¿Podrán sentir el vértigo

de correr por un prado en flor,

revolcarse en la hierba,

respirar el olor de la tierra mojada,

 

o vivirán en ciudades selladas,

respirando aire filtrado,

bebiendo agua embotellada,

tocando solo plástico y metal?”

 

Oposición binaria final:

 

EXPERIENCIA NATURAL:

– Correr por prado en flor (libertad de movimiento)

– Revolcarse en la hierba (contacto corporal total)

– Respirar olor de tierra mojada (olfato primario)

 

EXPERIENCIA ARTIFICIAL:

– Ciudades selladas (espacios cerrados, controlados)

– Aire filtrado (mediado tecnológicamente)

– Agua embotellada (industrializada)

– Tocar solo plástico y metal (materiales artificiales)

 

Esta oposición reproduce la dialéctica NATURALEZA vs. ARTIFICIO que estructura todo el poemario.

 

El jardín de las Hespérides es NATURALEZA PURA. El desierto es ARTIFICIO ABSOLUTO (no es naturaleza salvaje sino resultado de destrucción humana).

 

La pregunta “¿Podrán…?” expresa el temor de que las generaciones futuras vivirán COMPLETAMENTE en el artificio, sin contacto con la naturaleza.

 

Esta visión conecta con ciencia ficción distópica (Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, 1968): futuros donde la naturaleza ha desaparecido y solo quedan simulacros artificiales.

 

PREGUNTA 4: ¿PODRÁN CONTEMPLAR ATARDECERES SIN PRISAS? (versos 259-298)

 

Versos 259-272:

“¿Podrán contemplar un atardecer

sin mirar el reloj,

sin pensar en tareas pendientes,

sin ansiedad por el tiempo perdido,

 

solo mirando el sol que se hunde

en el horizonte de fuego,

los colores que cambian,

la luz que se despide?”

 

La cuarta pregunta se centra en la EXPERIENCIA TEMPORAL: la posibilidad de vivir el tiempo de manera NO PRODUCTIVA.

 

Características de la contemplación del atardecer:

  1. “Sin mirar el reloj” (sin medición cronométrica)
  2. “Sin pensar en tareas pendientes” (sin cálculo productivo)
  3. “Sin ansiedad por el tiempo perdido” (sin culpa por improductividad)
  4. “Solo mirando” (atención pura, sin finalidad)

 

Esta contemplación es lo que el filósofo Byung-Chul Han llama “tiempo NO PRODUCTIVO” (La sociedad del cansancio, 2010).

 

Han argumenta que la sociedad contemporánea ha COLONIZADO el tiempo: todo tiempo debe ser PRODUCTIVO (trabajar, consumir, optimizarse). No hay espacio para el tiempo “perdido” (contemplación, aburrimiento, ocio).

 

La contemplación del atardecer es RADICALMENTE IMPRODUCTIVA: no produce nada, no sirve para nada, no mejora nada. Solo ES.

 

El yo lírico teme que esta posibilidad de tiempo improductivo DESAPARECERÁ porque las generaciones futuras estarán completamente colonizadas por la lógica productivista.

 

Versos 273-286:

“Nosotros podíamos pasar horas

mirando el mar,

sin hacer nada,

sin producir nada,

 

solo existiendo,

solo respirando,

solo sintiendo

el paso lento del tiempo”

 

ELOGIO DEL “NO HACER NADA”.

 

Esta experiencia de “no hacer nada” (dolce far niente en italiano) es específica de sociedades pre-capitalistas o de momentos de ocio en sociedades capitalistas.

 

La sociedad del siglo XXI (según Han, Bauman, Sennett) ha ELIMINADO esta posibilidad: incluso el tiempo libre está COLONIZADO (turismo productivo, hobbies optimizadores, ocio consumista).

 

El yo lírico describe una experiencia que ya es RARA en su propio presente: “pasar horas mirando el mar sin hacer nada”. Esta experiencia era normal en el pasado (juventud del yo lírico, años 60-80) pero es casi imposible en el presente hiperconectado y acelerado.

 

La frase “sintiendo el paso lento del tiempo” es clave: el tiempo LENTO (opuesto al tiempo acelerado del capitalismo tardío). Este tiempo lento es el tiempo de la DURACIÓN (Bergson), el tiempo vivido subjetivamente.

 

Versos 287-298:

“¿Podrán tus nietos

sentarse en un banco

y no mirar el móvil,

no revisar notificaciones,

 

no estar conectados

a ninguna red,

solo estar ahí,

presentes en el presente?”

 

La amenaza específica al tiempo contemplativo: la HIPERCONECTIVIDAD DIGITAL.

 

El móvil/smartphone es el dispositivo que FRAGMENTA la atención. Incluso cuando físicamente estamos en un lugar (sentados en un banco), mentalmente estamos en múltiples lugares (redes sociales, mensajes, notificaciones).

 

Esta fragmentación destruye la PRESENCIA: la capacidad de estar completamente en el aquí-ahora.

 

La frase final “presentes en el presente” es un juego de palabras: estar FÍSICAMENTE presente (aquí) y MENTALMENTE presente (ahora).

 

El yo lírico teme que las generaciones futuras nunca podrán estar “presentes en el presente” porque estarán constantemente conectados a redes digitales.

 

Esta crítica conecta con filosofía crítica de la tecnología (Heidegger, “La pregunta

por la técnica”, 1954; Günther Anders, La obsolescencia del hombre, 1956): la tecnología NO ES neutra sino que TRANSFORMA nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos.

 

PREGUNTA 5: ¿PODRÁN CONSERVAR LO QUE AHORA SE NOS MUERE? (versos 299-346)

 

La quinta pregunta es SÍNTESIS de las cuatro anteriores y CULMINACIÓN apocalíptica.

 

Versos 299-316:

“¿Podrán conservar las generaciones futuras

lo que ahora se nos muere entre las manos:

 

los sabores auténticos,

los amores sin cálculo,

las primaveras en la piel,

los atardeceres sin prisa,

 

las conversaciones largas,

los silencios compartidos,

las miradas que lo dicen todo,

los gestos que no necesitan palabras?”

 

INVENTARIO de lo que “se nos muere”:

 

  1. “Sabores auténticos” (PREGUNTA 1: gastronomía)
  2. “Amores sin cálculo” (PREGUNTA 2: eros)
  3. “Primaveras en la piel” (PREGUNTA 3: experiencia sensorial)
  4. “Atardeceres sin prisa” (PREGUNTA 4: tiempo contemplativo)
  5. “Conversaciones largas” (comunicación profunda)
  6. “Silencios compartidos” (intimidad no verbal)
  7. “Miradas que lo dicen todo” (comunicación corporal)
  8. “Gestos que no necesitan palabras” (lenguaje pre-lingüístico)

 

Los elementos 5-8 son NUEVOS (no mencionados en preguntas anteriores) y se centran

en la COMUNICACIÓN NO MEDIADA:

 

– Conversaciones largas (sin interrupción digital)

– Silencios compartidos (estar juntos sin hablar, sin incomodidad)

– Miradas (comunicación visual directa, sin pantallas)

– Gestos (lenguaje corporal)

 

El yo lírico teme que estas formas de comunicación NO MEDIADA desaparecerán en la era digital, donde toda comunicación está MEDIADA por pantallas, textos, emojis.

 

La pregunta “¿Podrán conservar…?” es diferente de las cuatro preguntas anteriores (“¿Podrán gozar/amar/sentir/contemplar…?”).

 

Las cuatro primeras preguntan: ¿Podrán EXPERIMENTAR X?

La quinta pregunta: ¿Podrán CONSERVAR X?

 

Esta diferencia es crucial: el yo lírico ya NO pregunta si las generaciones futuras podrán experimentar estas cosas (asume que NO podrán), sino si podrán CONSERVAR (preservar, recordar, transmitir) estas experiencias que nosotros todavía tuvimos pero ellos nunca tendrán.

 

Esta es la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN en su forma más pura: el miedo de que las experiencias que dieron sentido a nuestra vida NO SEAN TRANSMISIBLES a las generaciones futuras.

 

Versos 317-332:

“¿O todo esto se perderá

como lágrimas en la lluvia,

como suspiros en el viento,

como huellas en la arena?

 

¿Quedará algún registro

de lo que fuimos,

de cómo amamos,

de lo que sentimos?

 

¿Podrán comprender nuestras cartas,

nuestros poemas,

nuestras canciones,

nuestros silencios?”

 

La metáfora “como lágrimas en la lluvia” es CITA DIRECTA de Blade Runner (Ridley Scott, 1982), basada en la novela de Philip K. Dick.

 

En la escena final, el replicante Roy Batty (interpretado por Rutger Hauer) dice antes de morir:

 

“I’ve seen things you people wouldn’t believe…

All those moments will be lost in time, like tears in rain.

Time to die.”

 

[He visto cosas que vosotros no creeríais…

Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir.]

 

Turrado RECUPERA esta metáfora para expresar la PÉRDIDA TOTAL: las experiencias vividas desaparecerán sin dejar rastro, como lágrimas que se mezclan con la lluvia y se vuelven indistinguibles.

 

Esta cita intertextual conecta el poema con la ciencia ficción distópica: Blade Runner imagina un futuro donde los humanos crean replicantes (androides) que tienen memorias IMPLANTADAS (no vividas). Estos replicantes sufren porque saben que sus memorias son FALSAS.

 

Turrado sugiere que las generaciones futuras serán como replicantes: tendrán “memorias” de experiencias que nunca vivieron (a través de textos, fotos, videos), pero no podrán SENTIR estas experiencias.

 

La pregunta “¿Podrán comprender nuestras cartas, / nuestros poemas, / nuestras canciones, / nuestros silencios?” expresa la DUDA HERMENÉUTICA: ¿Los textos del pasado serán COMPRENSIBLES en el futuro?

 

Esta duda conecta con hermenéutica filosófica (Gadamer, Verdad y método, 1960): comprender un texto del pasado requiere compartir el HORIZONTE CULTURAL del autor.

Si el horizonte cultural cambia radicalmente, la comprensión se vuelve imposible.

 

Turrado teme que el horizonte cultural del siglo XXI cambiará TAN RADICALMENTE que nuestros textos (cartas, poemas, canciones) serán ININTELIGIBLES para las generaciones futuras.

 

Versos 333-346:

“No sé si habrá un futuro

donde alguien lea estos versos

y comprenda lo que sentí,

lo que perdí, lo que lloro.

 

No sé si habrá alguien

capaz de sentir esta melancolía,

este duelo imposible,

esta pena sin consuelo.

 

Quizás estos versos

sean los últimos testimonios

de un mundo que se acaba,

de una forma de sentir que desaparece,

 

y cuando ya nadie pueda sentir así,

estos versos serán incomprensibles,

curiosidades arqueológicas

de una sensibilidad extinta”

 

CONCLUSIÓN APOCALÍPTICA de la Sección II.

 

El yo lírico expresa tres dudas devastadoras:

 

DUDA 1: “No sé si habrá un futuro donde alguien lea estos versos”

¿Habrá futuro? ¿O la humanidad se extinguirá?

 

DUDA 2: “No sé si habrá alguien capaz de sentir esta melancolía”

¿La melancolía (como estructura afectiva) desaparecerá?

 

DUDA 3: “Estos versos serán incomprensibles, curiosidades arqueológicas”

Los versos sobrevivirán físicamente pero serán ININTELIGIBLES emocionalmente.

 

La metáfora “curiosidades arqueológicas” es perfecta: en un museo arqueológico vemos objetos del pasado (vasijas, herramientas, joyas) pero NO COMPRENDEMOS su significado vivido. Sabemos que eran importantes para quienes los usaron, pero no podemos SENTIR esa importancia.

 

Turrado teme que sus poemas tendrán el mismo destino: las generaciones futuras los leerán como “curiosidades” pero no podrán SENTIR la melancolía que expresan porque la capacidad misma de sentir melancolía habrá desaparecido.

 

Esta visión es RADICALMENTE PESIMISTA: no solo se perderán experiencias concretas (sabores, amores, primaveras) sino la capacidad misma de SENTIR la pérdida de estas experiencias.

 

Si se pierde la capacidad de sentir la pérdida, entonces la melancolía (que es precisamente la incapacidad de dejar de sentir la pérdida) será imposible.

 

Esta paradoja es el NÚCLEO FILOSÓFICO del poemario: el melancólico llora no solo lo que se perdió sino la PÉRDIDA FUTURA DE LA CAPACIDAD DE LLORAR.

 

 

6.4. SECCIÓN III: CONFESIÓN DE LA PÉRDIDA (versos 347-416)

 

La tercera y última sección del poema abandona las preguntas sobre el futuro y retorna al presente del yo lírico: su cuerpo enfermo, su amor imposibilitado, su vida sin consuelo.

 

Versos 347-366:

“Mujer de cabellos de oro que ya no son de oro,

te escribo desde la ruina de mi cuerpo,

desde el naufragio de mi salud,

desde el desierto de mi vida.

 

Ya no puedo amarte como te amaba,

ya no puedo darte lo que te daba,

mi cuerpo se ha vuelto extraño,

mis fuerzas se han ido.

 

Los médicos me dicen que es crónico,

que no tiene cura,

que debo aprender a vivir así,

disminuido, limitado, roto”

 

CONFESIÓN DEL DETERIORO CORPORAL.

 

El yo lírico revela que sufre una enfermedad CRÓNICA (sin cura, permanente). No especifica qué enfermedad, pero menciona:

– “Naufragio de mi salud”

– “Cuerpo extraño”

– “Fuerzas idas”

– “Disminuido, limitado, roto”

 

Esta descripción corresponde a enfermedades crónicas degenerativas (artritis, esclerosis, fibromialgia, fatiga crónica) que DESTRUYEN gradualmente la capacidad física sin matar inmediatamente.

 

La metáfora “naufragio de mi salud” evoca hundimiento, pérdida de todo apoyo, muerte inminente.

 

La frase “mi cuerpo se ha vuelto extraño” expresa ALIENACIÓN CORPORAL: el yo lírico ya no reconoce su propio cuerpo. Este cuerpo enfermo es OTRO, no es “mío”.

 

Esta experiencia conecta con fenomenología del cuerpo (Merleau-Ponty): habitualmente, el cuerpo es TRANSPARENTE (no lo notamos, simplemente lo SOMOS). Pero en la enfermedad, el cuerpo se vuelve OPACO, se convierte en OBJETO que observamos con extrañeza.

 

La frase “ya no puedo amarte como te amaba” conecta el deterioro corporal con la IMPOSIBILIDAD ERÓTICA. El amor erótico (PREGUNTA 2) requiere un cuerpo capaz. El cuerpo enfermo NO PUEDE amar eróticament.

 

Esta confesión es DEVASTADORA: el yo lírico no ha perdido el DESEO de amar, ha perdido la CAPACIDAD de amar.

 

Versos 367-386:

“Y tú, mujer de cabellos que ya no son de oro,

también estás cansada,

también estás rota,

también has naufragado.

 

Nos miramos desde nuestras ruinas

y reconocemos en el otro

el espejo de nuestra propia destrucción,

nos amamos con el amor de los náufragos,

 

aferrados a los restos del barco,

sabiendo que el mar nos tragará,

pero aún no,

todavía no”

 

MUTUALIDAD DEL DETERIORO.

 

No solo el yo lírico ha enfermado: también la amada está “cansada, rota, naufragada”.

 

Esta mutualidad establece una SIMETRÍA entre los amantes: ambos están destruidos, ambos son “ruinas”.

 

La metáfora “nos miramos desde nuestras ruinas” es arquitectónica: los amantes son edificios que alguna vez fueron gloriosos pero ahora están en ruinas. Se miran desde estas ruinas y reconocen mutuamente la destrucción.

 

El verso “reconocemos en el otro / el espejo de nuestra propia destrucción” establece una estructura ESPECULAR: cada amante VE EN EL OTRO su propia mortalidad.

 

Esta estructura es opuesta al narcisismo juvenil donde el amante ve en el otro su propia BELLEZA. Aquí, el amante ve en el otro su propia RUINA.

 

La metáfora del naufragio se extiende: “aferrados a los restos del barco, / sabiendo que el mar nos tragará”.

 

Los amantes son náufragos que se aferran a los restos del barco (su relación, sus cuerpos) sabiendo que el mar (el tiempo, la muerte) los tragará.

 

Pero la frase final “pero aún no, / todavía no” introduce un momento de RESISTENCIA: sabemos que moriremos, pero AÚN NO. Todavía estamos vivos, todavía nos amamos.

 

Esta resistencia es FRÁGIL pero REAL. No es negación de la muerte sino afirmación de la vida que aún queda.

 

Versos 387-404:

“Te escribo estos versos

como quien escribe un testamento,

dejando constancia

de lo que fuimos, de lo que amamos.

 

Te escribo para decirte

que a pesar de todo,

a pesar de la ruina,

a pesar del dolor,

 

sigo viéndote como la ninfa del jardín,

sigo recordando tus cabellos de oro,

aunque el oro se haya ido,

aunque la primavera se haya acabado”

 

Los versos como TESTAMENTO.

 

El testamento es un documento jurídico donde se deja constancia de la voluntad para después de la muerte. El yo lírico escribe el poema como TESTAMENTO: deja constancia para las generaciones futuras (si las hay) de “lo que fuimos, de lo que amamos”.

 

Esta función testamentaria conecta con la PREGUNTA 5: ¿quedará algún registro de lo que fuimos? El poema ES ese registro.

 

Pero el yo lírico es ESCÉPTICO sobre la eficacia de este testimonio: ya expresó la duda de que las generaciones futuras puedan comprender estos versos.

 

El testamento poético es, por tanto, un GESTO MELANCÓLICO: se deja testimonio sabiendo que probablemente será incomprensible o ignorado, pero se deja de todas formas porque NO DEJARLO sería completar el olvido.

 

La frase “a pesar de todo, / a pesar de la ruina, / a pesar del dolor” establece una estructura ADVERSATIVA: AUNQUE todo está destruido, el yo lírico SIGUE viendo a la amada como “la ninfa del jardín”.

 

Esta persistencia de la visión idealizada es típicamente MELANCÓLICA: el melancólico no puede aceptar la pérdida, sigue viendo el objeto como ERA, no como ES.

 

Freud llamó a esto “no querer soltar” el objeto perdido. El melancólico SABE que el objeto se perdió, pero afectivamente NO PUEDE soltarlo.

 

Versos 405-416 (VERSOS FINALES):

“Y cuando ya no pueda escribirte,

cuando mis manos tiemblen tanto

que no puedan sostener la pluma,

cuando mi mente se nuble y olvide,

 

sabrás que hasta el último momento

seguiste siendo para mí

la mujer de cabellos de oro,

la ninfa del jardín que nunca se fue,

 

aunque se fue,

aunque todo se fue,

aunque nada queda

salvo estos versos que quizás nadie lea”

 

CONCLUSIÓN del poema y del análisis del duelo.

 

El yo lírico anticipa su DETERIORO FINAL:

– Manos que tiemblan (Parkinson, vejez avanzada)

– No poder sostener la pluma (pérdida de capacidad de escritura)

– Mente nublada, olvido (demencia, Alzheimer)

 

Este deterioro final COMPLETARÁ el asesinato comenzado por el tiempo: el yo lírico no solo olvidará el color de los ojos de la amada, olvidará SU EXISTENCIA.

 

Pero la frase “hasta el último momento / seguiste siendo para mí / la mujer de cabellos de oro” establece una FIDELIDAD MELANCÓLICA: incluso en la demencia, la imagen idealizada persistirá.

 

El verso “la ninfa del jardín que nunca se fue” es CONTRADICTORIO: la ninfa SÍ se fue (se convirtió en cardo, envejeció, se arruinó). Pero el yo lírico NIEGA esta pérdida: “nunca se fue”.

 

Esta negación es inmediatamente DENEGADA: “aunque se fue, / aunque todo se fue”.

 

Esta estructura (negación → denegación) es la ESTRUCTURA DE LA MELANCOLÍA: negar la pérdida y simultáneamente reconocerla.

 

El verso final “salvo estos versos que quizás nadie lea” es el ÚLTIMO GESTO MELANCÓLICO: los versos quedan como ÚNICO RESTO de todo lo perdido (juventud, amor, belleza, jardín, ninfas). Pero estos versos son FRÁGILES: quizás nadie los lea. Esta fragilidad del testimonio poético es la VERDAD FINAL del poemario: la poesía NO SALVA, NO PRESERVA, NO REDIME. Solo TESTIMONIA lo perdido, sabiendo que este testimonio probablemente también se perderá.

 

 

 

 

CAPÍTULO VII

ANÁLISIS COMPARATIVO: LAS CINCO PREGUNTAS COMO INNOVACIÓN

 

 

7.1. LA ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN COMO NOVEDAD EN LA ELEGÍA ESPAÑOLA

 

Las cinco preguntas “¿Podrán…?” constituyen la INNOVACIÓN MÁS IMPORTANTE de Juguetes Líricos dentro de la tradición elegíaca española.

 

COMPARACIÓN CON LA TRADICIÓN:

 

ELEGÍA CLÁSICA ESPAÑOLA (Manrique, Lope, Quevedo, Góngora):

– Llora a los muertos del PASADO

– Pregunta: ¿Qué fue de X? (¿Qué fue de las damas, qué fue de las galas?)

– Temporal: PASADO → PRESENTE (lo que fue y ya no es)

– Afecto: NOSTALGIA (dolor por lo perdido)

 

ELEGÍA MODERNA ESPAÑOLA (Cernuda, Brines, Valente, Gil de Biedma):

– Llora las pérdidas PERSONALES (juventud, amor, paraíso)

– Pregunta: ¿Por qué perdí X? (¿Por qué se fue la juventud?)

– Temporal: PASADO → PRESENTE (lo que tuve y perdí)

– Afecto: MELANCOLÍA (incapacidad de elaborar el duelo)

 

ELEGÍA DE TURRADO (Juguetes Líricos):

– Llora las pérdidas FUTURAS (lo que las generaciones venideras no tendrán)

– Pregunta: ¿Podrán las generaciones futuras experimentar X?

– Temporal: PRESENTE → FUTURO (lo que tenemos y se perderá)

– Afecto: ANSIEDAD APOCALÍPTICA (miedo a que todo se acabe)

 

Esta innovación temporal (presente → futuro) es ÚNICA en la tradición española.

 

BÚSQUEDA DE PRECEDENTES:

 

¿Hay precedentes de esta ansiedad de transmisión en la poesía española?

 

PRECEDENTE 1: Antonio Machado, “A José María Palacio” (1913)

Machado escribe desde Baeza (Andalucía) a su amigo en Soria, preguntando por los signos de la primavera:

 

“¿Tienen los viejos olmos

algunas hojas nuevas?”

 

Esta pregunta NO expresa ansiedad de transmisión sino NOSTALGIA por un lugar que el poeta ha abandonado. Es retrospectiva, no prospectiva.

 

PRECEDENTE 2: Juan Ramón Jiménez, “A mi alma” (1916)

Juan Ramón reflexiona sobre si su poesía sobrevivirá después de su muerte:

 

“¿Olvidarán mi nombre las encinas?”

 

Esta pregunta SÍ mira hacia el futuro (después de la muerte del poeta), pero es una pregunta sobre la FAMA POÉTICA, no sobre la transmisión de experiencias vividas.

 

PRECEDENTE 3: Miguel Hernández, “Elegía” (1936, por Ramón Sijé)

Miguel Hernández pregunta:

 

“¿Dónde pusiste, di, tu fuerza hermosa?”

 

Esta pregunta es RETÓRICA (no espera respuesta) y se dirige al MUERTO, no a las generaciones futuras.

 

CONCLUSIÓN: No hay precedentes claros en la tradición española de la ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN como la formula Turrado.

 

¿Hay precedentes en otras tradiciones?

 

PRECEDENTE INTERNACIONAL: Philip Larkin, “This Be The Verse” (1971) Larkin reflexiona sobre la transmisión intergeneracional de traumas:

 

“They fuck you up, your mum and dad.

They may not mean to, but they do.

They fill you with the faults they had

And add some extra, just for you.”

 

Larkin pregunta por la TRANSMISIÓN de daños (no de experiencias positivas), pero comparte con Turrado la pregunta por lo que se transmite/no se transmite entre generaciones.

 

CONCLUSIÓN: La ansiedad de transmisión de Turrado es INNOVACIÓN ESPECÍFICA del siglo XXI español, sin precedentes claros en la tradición.

 

 

7.2. LA ESTRUCTURA QUIÁSMICA DE LAS CINCO PÉRDIDAS Y LAS CINCO PREGUNTAS

 

Las cinco pérdidas fundacionales (Capítulo IV) y las cinco preguntas (Capítulo VI) forman una ESTRUCTURA QUIÁSMICA (forma de X):

 

CINCO PÉRDIDAS (pasado):

  1. Inocencia (jardín perdido)
  2. Amor (amores imposibles)
  3. Belleza (cuerpo destruido)
  4. Memoria (historia borrada)
  5. Trascendencia (fe perdida)

 

CINCO PREGUNTAS (futuro):

  1. Gastronomía (sabores auténticos)
  2. Eros (amor sin cálculo)
  3. Sensorialidad (primavera en la piel)
  4. Contemplación (atardeceres sin prisa)
  5. Conservación (¿quedará registro?)

 

Estas dos series NO SON idénticas pero están RELACIONADAS:

 

Pérdida 1 (inocencia/jardín) → Pregunta 3 (primavera en la piel)

El jardín era contacto directo con naturaleza; la pregunta 3 teme que este contacto

sea imposible en el futuro.

 

Pérdida 2 (amor) → Pregunta 2 (amor sin cálculo)

Los amores imposibles del pasado; el temor de que en el futuro el amor sea imposible

por otras razones (cálculo, pornografía).

 

Pérdida 3 (belleza/cuerpo) → Pregunta 1 (gastronomía)

El cuerpo destruido; el temor de que los cuerpos futuros no puedan gozar

sensorialmente.

 

Pérdida 4 (memoria) → Pregunta 5 (conservación)

La historia borrada; el temor de que nada quede registrado.

 

Pérdida 5 (trascendencia) → Pregunta 4 (contemplación)

La fe perdida permitía tiempo contemplativo; el temor de que el futuro sea pura

aceleración.

 

Esta estructura quiásmica establece un DIÁLOGO entre pasado y futuro:

 

El pasado perdió X (pérdidas 1-5)

El futuro perderá Y (preguntas 1-5)

X e Y NO SON lo mismo, pero están relacionados

 

Esta relación establece una CONTINUIDAD entre las pérdidas pasadas y las pérdidas futuras: las mismas fuerzas destructoras (tiempo, capitalismo, tecnología, crisis ecológica) que destruyeron el jardín del pasado destruirán las posibilidades del futuro.

 

 

7.3. LA MELANCOLÍA GENERACIONAL: UNA CATEGORÍA NUEVA

 

La melancolía, tal como la definió Freud, es INDIVIDUAL: el yo no puede soltar el objeto perdido.

 

Pero las cinco preguntas de Turrado expresan una melancolía COLECTIVA o GENERACIONAL: el yo lírico no llora solo SUS pérdidas sino las pérdidas de TODA UNA GENERACIÓN y las pérdidas futuras de GENERACIONES VENIDERAS.

 

Esta ampliación de la melancolía individual a melancolía generacional requiere una nueva categoría teórica.

 

PROPUESTA: MELANCOLÍA GENERACIONAL

 

Definición: Estructura afectiva donde un sujeto llora no solo pérdidas personales sino pérdidas compartidas por toda su generación Y pérdidas futuras de generaciones venideras.

 

Características:

  1. Temporal: Mira SIMULTÁNEAMENTE hacia el pasado (lo que perdimos) y hacia el futuro (lo que se perderá)
  2. Colectiva: No es un yo aislado sino un yo que habla en nombre de su generación
  3. Apocalíptica: Anticipa el FIN de un mundo (no solo transformación sino destrucción total)
  4. Testimonial: Se siente obligado a DEJAR TESTIMONIO para el futuro
  5. Escéptica: Duda de la eficacia del testimonio (quizás nadie lo lea/comprenda)

 

Esta melancolía generacional es específica del siglo XXI porque es la primera época histórica donde:

– Sabemos CIENTÍFICAMENTE que estamos destruyendo las condiciones de habitabilidad

(cambio climático, extinción de especies, contaminación)

– Tenemos capacidad tecnológica para REGISTRAR todo (fotos, videos, textos digitales) pero dudamos de que estos registros sean comprensibles para el futuro

– Vivimos una ACELERACIÓN TEMPORAL sin precedentes que hace que el pasado reciente (20-30 años atrás) ya parezca un mundo perdido

 

Esta conciencia apocalíptica es nueva y requiere nuevas formas de duelo y melancolía.

 

 

 

CAPÍTULO VIII (CONCLUSIONES)

SÍNTESIS Y APORTACIONES DE LA TESIS

 

 

 

8.1. SÍNTESIS DE HALLAZGOS

 

Esta tesis ha analizado Juguetes Líricos (2024) de José Carlos Turrado como POEMARIO ELEGÍACO que innova radicalmente la tradición de la elegía española contemporánea.

 

HALLAZGO 1: LAS CINCO PÉRDIDAS FUNDACIONALES

 

Juguetes Líricos construye un sistema de CINCO PÉRDIDAS que cubren todas las dimensiones de la experiencia humana:

  1. Inocencia (temporal): el jardín de la infancia
  2. Amor (relacional): amores imposibles o destruidos
  3. Belleza (corporal): cuerpo envejecido y enfermo
  4. Memoria (cultural): héroes, artistas, ancestros olvidados
  5. Trascendencia (metafísica): fe, sentido, esperanza desaparecidos

 

Estas cinco pérdidas reproducen y amplifican la teoría freudiana del duelo, pero RECHAZAN la posibilidad de elaboración: el yo lírico NO PUEDE soltar los objetos perdidos.

 

HALLAZGO 2: LA ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN

 

La pregunta “¿Podrán…?” (que aparece cinco veces en “Mujer de cabellos de oro”) expresa una ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN sin precedentes en la poesía española:

 

El yo lírico no solo llora SUS pérdidas personales sino que teme que las generaciones futuras:

– No puedan experimentar lo que él experimentó (sabores, amores, sensaciones)

– No puedan comprender sus testimonios (cartas, poemas, canciones)

– No puedan sentir la melancolía por estas pérdidas

 

Esta ansiedad es APOCALÍPTICA: anticipa no solo pérdidas concretas sino el FIN de una forma de sensibilidad, de una forma de vida, de un mundo.

 

HALLAZGO 3: LA MÉTRICA COMO RITUAL MELANCÓLICO

 

La fidelidad absoluta de Turrado a formas métricas clásicas (romance, silva, soneto, décima) cumple una triple función:

 

  1. A) COMPENSACIÓN FORMAL (Kristeva): Si el contenido se perdió (la Cosa), al menos la forma permanece perfecta
  2. B) RITUAL OBSESIVO (Freud): El control métrico compensa la falta de control sobre el tiempo destructor
  3. C) PRESERVACIÓN CULTURAL: Al escribir en formas clásicas, Turrado preserva al menos las ESTRUCTURAS poéticas aunque no pueda preservar las experiencias vividas

Esta triple función hace de la métrica no un mero adorno sino un ELEMENTO ESENCIAL de la poética del duelo.

 

HALLAZGO 4: EL TIEMPO COMO ENEMIGO ABSOLUTO

 

Juguetes Líricos construye una filosofía del tiempo basada en una oposición trágica:

 

TIEMPO DETENIDO (deseo): El jardín edénico, el amor pleno, la primavera eterna

TIEMPO DESTRUCTOR (realidad): “De pronto el tiempo vuelve”, todo se arruina

 

Esta oposición NO SE RESUELVE. No hay síntesis dialéctica, no hay superación. El tiempo destructor SIEMPRE gana.

 

Esta visión radicalmente pesimista sitúa a Turrado cerca del nihilismo filosófico (Cioran, Leopardi), pero con una diferencia crucial: Turrado no presenta esta tesis filosóficamente sino ELEGÍACAMENTE, es decir, la LAMENTA.

 

HALLAZGO 5: LA ELEGÍA ANTI-CONSOLATORIA

 

Siguiendo la tesis de Jahan Ramazani (Poetry of Mourning, 1994), esta tesis ha demostrado que Juguetes Líricos pertenece a la ELEGÍA MODERNA ANTI-CONSOLATORIA:

 

– NO ofrece consuelo religioso (no hay vida después de la muerte)

– NO ofrece consuelo artístico (la poesía no preserva ni redime)

– NO ofrece consuelo psicológico (el duelo no se elabora)

– NO ofrece consuelo histórico (no hay progreso, solo destrucción)

 

Esta AUSENCIA TOTAL DE CONSUELO es coherente pero devastadora.

 

 

8.2. APORTACIONES TEÓRICAS

 

Esta tesis ha desarrollado TRES CONCEPTOS TEÓRICOS NUEVOS:

 

CONCEPTO 1: MELANCOLÍA GENERACIONAL

 

Estructura afectiva donde un sujeto llora no solo pérdidas personales sino pérdidas compartidas por su generación y pérdidas futuras de generaciones venideras.

 

Esta categoría amplía la melancolía freudiana (individual) a una dimensión colectiva y prospectiva (mirando hacia el futuro).

 

CONCEPTO 2: ANSIEDAD DE TRANSMISIÓN

 

Miedo específico del siglo XXI de que las experiencias que dieron sentido a nuestra vida NO SEAN TRANSMISIBLES a las generaciones futuras porque:

– Las condiciones materiales de esas experiencias habrán desaparecido (naturaleza destruida, tiempo colonizado)

– El horizonte cultural habrá cambiado tanto que nuestros testimonios serán ininteligibles

 

Esta ansiedad es distinta de la ansiedad de influencia (Harold Bloom) que se refiere a poetas que temen no poder superar a sus predecesores. La ansiedad de transmisión es ansiedad de que NO HABRÁ SUCESORES que puedan recibir la herencia cultural.

 

CONCEPTO 3: ELEGÍA PROSPECTIVA

 

Elegía que llora no el pasado sino el FUTURO: lo que se perderá, lo que no podrá ser experimentado, lo que desaparecerá.

 

Esta elegía prospectiva invierte la dirección temporal de la elegía tradicional:

 

ELEGÍA RETROSPECTIVA (tradicional): Pasado → Presente (llora lo que fue)

ELEGÍA PROSPECTIVA (Turrado): Presente → Futuro (llora lo que será perdido)

 

Esta inversión temporal es la INNOVACIÓN FORMAL más importante de Juguetes Líricos.

 

 

8.3. LIMITACIONES Y LÍNEAS FUTURAS DE INVESTIGACIÓN

 

Esta tesis tiene LIMITACIONES que futuras investigaciones podrían abordar:

 

LIMITACIÓN 1: ENFOQUE TEXTUAL

Esta tesis se ha centrado en el TEXTO del poemario, sin considerar su RECEPCIÓN (cómo ha sido leído, criticado, valorado por lectores y críticos).

 

Línea futura: Estudio de recepción de Juguetes Líricos en prensa, blogs, redes sociales.

 

LIMITACIÓN 2: CONTEXTO BIOGRÁFICO

Esta tesis ha mencionado mínimamente la biografía de José Carlos Turrado. Un estudio biográfico podría iluminar las experiencias personales que motivaron el poemario.

 

Línea futura: Entrevistas con el autor, estudio de su obra completa (no solo Juguetes Líricos).

 

LIMITACIÓN 3: COMPARACIÓN INTERNACIONAL

Esta tesis se ha centrado en la tradición española. Una comparación con elegías contemporáneas de otras lenguas (inglés, francés, alemán) podría mostrar si la ansiedad de transmisión es específica de España o es fenómeno global.

 

Línea futura: Estudio comparativo de elegías contemporáneas en contexto global.

 

 

8.4. VALORACIÓN FINAL

 

Juguetes Líricos de José Carlos Turrado es una de las obras MÁS IMPORTANTES de la poesía española del siglo XXI porque:

 

  1. INNOVA la tradición elegíaca mediante la ansiedad de transmisión y la elegía prospectiva

 

  1. TESTIMONIA con lucidez y honestidad la conciencia apocalíptica del siglo XXI

 

  1. DEMUESTRA que las formas métricas clásicas NO ESTÁN MUERTAS sino que pueden expresar sensibilidades contemporáneas

 

  1. RECHAZA toda forma de consuelo fácil, manteniendo una integridad intelectual y afectiva radical

 

Esta tesis ha intentado hacer JUSTICIA CRÍTICA a esta obra excepcional, analizándola con las herramientas teóricas más sofisticadas disponibles (Freud, Klein, Kristeva, Butler, Ramazani, Bajtín) y situándola en la tradición elegíaca española e internacional.

 

El resultado, espero, es una contribución significativa tanto a los estudios sobre José Carlos Turrado como a la teoría de la elegía contemporánea.

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