Es la corona de espinas
de poeta del flagelo
por la que muere cada día
y resucita del sepulcro eterno.
A cada vez que fenece
salen en procesión
las mohínas palabras
llorando a su pastor.
Las punzantes espinas
que en la sien le ahondan
dan color al verso
que de su entraña brota.
No encontrará consuelo,
rey de la nada;
albatros en el suelo desterrado,
pesándole sus grandes alas.
Abúlica ciudad de saberes,
joven ciudad tabernera,
cuántas veces he anhelado
escuchar, sentir y ver
cuanto han podido tus piedras.
En soledad me arrojo a tus calles,
en soledad fumo tendido en la hierba;
en Anaya, hasta las nubes se detienen,
a maravillarse de tan egregia belleza.
Si tus calles labios tuvieren
bien mi historia contarían,
las esquinas conversando me figuro,
tejiendo recuerdos de las correrías.
Aunque de ciudades no guste,
saber te hago, matrona mía,
que con cariño abrazo la idea
de que me veas renacer cada día.
CORONA DE ESPINAS del libro ICARIADAS de CARLOS BRUNA HERNÁNDEZ Clic para tuitear
AMORES INSATISFECHOS
Resultan mis amores insatisfechos
por, muchas veces, el inconsciente desprecio
de las gentes; por la espalda del obrero,
por el alarido amaderado
del árbol entre el fuego.
¡Por la ausencia de puras verdades,
por flotantes cuerpos en los mares!
Por palabras que no se han escuchado
y que guardan sincero amor
de cualquier alguien.
Por esta flor marchita que hoy describo
beberé del agua de tus manantiales,
y florecer, cada día primavera,
a orillas de tus lugares.
.
AMORES INSATISFECHOS del libro ICARIADAS de CARLOS BRUNA HERNÁNDEZ Clic para tuitear
ÍCARO
En el valle, perdido,
a la sombra del olivo,
ardía más el suelo
que los rayos del cielo.
El esplín lo corrompía,
noble pecho le angustiaba,
del mundanal ruido huía
para pastorear a sus palabras.
Cada día, mirando al cielo,
sus ojos reflejaban
a un libre espíritu
batiendo sus alas blancas.
El mundo de los sueños,
que anhelos le brindaba,
le hizo creerse libre,
ya la huida apresuraba.
Cuanto más alto ascendía,
más aquel le gritaba:
“cuanto más lejos del suelo,
más cercana la desgracia”.
Sus alas en humo se tornaron,
Morfeo así lo quiso,
el vacío le engullía,
era presa del abismo.
Cerca de ese suelo
se halla la frontera
donde moran los sueños,
se alimentan y barbechan.
XI del libro ICARIADAS de CARLOS BRUNA HERNÁNDEZ Clic para tuitear
NO ME DEJES MORIR
Tómame.
Haz de mí todo lo que puedo llegar a ser
en este planeta vacío y sin verdadera vida.
Hiende tus raíces en mi alma
como siempre has hecho,
haz brotar de mis adentros
tan infinita gracia
y tan hondo consuelo.
Exorciza mis males y defectos,
llévalos a su forma más pura,
haz de mí poesía y no poeta;
no me dejes morir en vida.
NO ME DEJES MORIR del libro ICARIADAS de CARLOS BRUNA HERNÁNDEZ Clic para tuitear
CENIZAS
Cae la ceniza de la prótesis de mis labios
al folio de infinito fondo,
no grita, no molesta,
sazona y se camufla,
pues no destaca la ceniza entre la ceniza;
ambas se juntan, así manda la fiesta,
para celebrar la primigenia llama
de su procedencia.
CENIZAS del libro ICARIADAS de CARLOS BRUNA HERNÁNDEZ Clic para tuitear
