MI LEVANTE

Es curioso como en este mi Levante adorado,

encuentras al más abrigado o despelotado.

Quien se baña hasta en invierno,

y quien solo lo hace cuando la temperatura es de infierno.

Viandantes asiduos por el paseo marítimo;

personas que toman el sol en lugar recóndito o íntimo.

Ancianos sentados en bancos con vista en lontananza;

tal vez rememorando de aquella juventud sus andanzas.

Continuos descensos de gaviotas,

con esos graznidos de voz humana rota.

Multitud de palomas blancas emprendiendo el vuelo,

y ese emplazamiento donde estaban que se viste de duelo.

Un sol que siempre acaricia y nunca castiga;

otorgando ese brillo a la mar amiga.

Botes y veleros salpican el horizonte;

en la lejanía la Torre del Aguiló corona su monte.

Bares con sus terrazas desplegados por el litoral,

que a la hora del aperitivo están repletas de personal.

El paseo de turistas en bicicleta es constante;

un día más en mi querido Levante.

BESOS

Besos regalados con indiferencia;

rutinas e inapetencias.

Besos que se entregan por amistad;

que nunca cambian con la edad.

Besos para cubrir el expediente,

que apenas el pómulo los siente.

Besos como ventosas de labios infantiles;

nunca dejarán de ser gentiles.

Besos turbados con el primer amor,

que denotan inmaculado candor.

Besos de una madre a su retoño;

que en sus brazos se vuelve ñoño.

Besos entre diversos familiares,

que normalmente son a pares.

Besos que ya poco se estilan en mano de una dama;

gesto de caballerosidad y respeto que inclinación reclama.

Besos desde la distancia lanzados al viento,

que en ningún lugar caerán presiento.

Besos poco usuales que se dan en la frente,

a ese ser tan querido que hasta su alma los siente.

Besos en el cuello que conducen a la pasión,

que dados con excesivo brío pueden causar un moretón.

Variopintos besos compartidos con la pareja,

darlos en íntimo lugar aconseja.

Besos de despedida a ese muerto que va al hoyo,

y a los vivos que van al bollo.

¡LLEGAN LAS ELECCIONES!

Ya hemos pegado en toda localidad los famosos cartelitos,

aunque algunos pasen el año pintando obscenos letreritos.

Aparecen aquellos con sus atropellos,

y encima del oponente ponen el suyo como un sello.

O los arrancan y hacen trizas,

porque no son de participar en democrática liza.

O escriben sobre estos palabras malsonantes;

mostrando su mala educación siempre dando el cante.

Y como suele suceder como muestra un botón;

solo hay que escuchar a su representante burdo y faltón.

Según se exprese y actúe el pretendiente al cargo,

así será el ejemplo de sus seguidores amable o amargo.

Hay quien odia la bandera que encarna a todos los españoles;

aquel al que a su honor le meten demasiados goles.

Los trapos vienen muy bien para limpiar polvo o grasa,

porque como estandarte de la nación sería una guasa.

Habrá quienes voten a los que defiendan los valores,

y queden fuera los que generan grandes temores.

Pero como España es una peculiar nación,

habrá quienes de ambas opciones tenga contraria opinión.

PUNTA DE METAL

La pluma cobró vida y escribía sin cesar;

signos, números, palabras comenzaban a brotar.

Punta de metal plateada o dorada,

que al emanar la tinta embadurnaba.

No había mano que controlara sus paseos;

ella caminaba imponiendo sus deseos.

El ambarino pliego víctima de los movimientos desgarrados,

yacía pacientemente esperando a que otros fueran utilizados.

Libre esta de la dictadura de la mano,

no dejaba lugar en blanco sano.

Pero el tintero se rebeló y secó su interior al instante;

ya la pluma solo rasgaba, no necesitaba secante.

Entonces la pluma rogó a la mano que la abrazara;

la mano le respondió que otra vez lo pensara.

TACOS HABITUALES

No soy individuo que habitualmente hable mal,

pero a veces el “coño” y el “cojones”, me sale de manera natural.

El primer vocablo se utiliza en Madrid y otras regiones,

y el segundo en toda España con multitud de opciones.

Se puede decir con gracia ante particulares situaciones,

o por desgracia porque alguien quiere meterte algo a empujones.

Muy reiterado cuando hay cabreo,

o cuando alguien está en demasía de cachondeo.

Se utiliza mucho el número par,

aunque algunos utilizan increíblemente el impar;

posiblemente aquel al que nadie puede igualar.

Y estos tan pronunciados atributos,

los utiliza desde el más intelectual hasta el más bruto.

Hay quien con mirada desafiante te dice: me vas a tocar… las bolas,

y yo mientras pensando: seguro que para pateárselas hay cola.

Y desde hace tiempo algunas mujeres suelen utilizarlo;

pero no piensen mal, que no es para tocarlos,

pues tiene derecho a desafiar al varón por no usarlos.

El político es muy dado a colocarlos con preposición,

y es simplemente para que el ciudadano no tenga otra opción.

Y si encima el menda es dictador;

entonces solo quedan los suyos, porque los demás los corta sin ningún pudor.

Comprar el libro