LA CARACOLA DE MAR EN SUS MANOS SE ENCONTRABA PERDIDA, PUES NO ESCUCHABA EL VAIVÉN DE LAS OLAS, LAS RISAS O AQUEL CRUJIR DE LAS PIEDRECITAS EN LA ARENA. SENTÍA QUE LE ATRAVESABA LA ASINCRONÍA DE TODO LO QUE ACECHABA.
¿Y si nada fuese verdad?
¿y si el hoy fuese el luego?
No tengas miedo, solo piénsalo. Algo tan descabellado como cierto.
¿Quién dice blanco?, ¿quién dice negro?
¿Y si nada es verdad?, ¿y si todos estamos muertos?
No temáis a estos versos,
pues lo que verdaderamente estremece son los sueños pétreos.
¿Qué habría si alcanzáramos nuestra espalda y arrancáramos lo impuesto, para así renacer?
Entonces extenderíamos nuestras alas,
brincaríamos en un lapso, dejando olvidado el reloj en la pared.
¿Y si nada fuese verdad? del libro EL ENTRAMADO UTÓPICO DE MIS CALLES de KIRIA KAUS Clic para tuitear
DESEO VIAJAR HACIA DONDE LOS SUEÑOS ZARPAN. UN ACUERDO CON EL VACÍO, UN BILLETE HACIA LA ISLA DONDE NUNCA JAMÁS SE OLVIDARÁN. ESCUCHAR EL ALETEO Y ACURRUCARME ENTRE LAS MARIPOSAS. VOLAR.
Hacia donde los sueños zarpan
No es utopía ver tu alma reflejada en unos ojos que gritan ayuda.
No es utopía ver que esa persona te sonríe y mece tu mano.
No es utopía el zumbido de su risa al chocar en tu mente,
que inunde el pecho de ilusión y se arresten palabras.
No es utopía… Cuando esos ojos se apagan para siempre…
Hemos de ser sueños, de zarpar junto a ellos.
Por las miradas empapadas, por las agrietadas esperanzas y aquellas ínfimas sonrisas que navegan contra la calma.
Por el aliento de las vidas que se apagan.
Por los anhelos que naufragan, que a la deriva se encuentran,
se balancean y se separan.
Imaginemos ese mar hacia donde los sueños zarpan.
Los creemos imposibles, fantásticos o simplemente inservibles.
¿Pero qué más da? Sin ellos no existiría esperanza.
Hacia donde los sueños zarpan del libro EL ENTRAMADO UTÓPICO DE MIS CALLES de KIRIA KAUS Clic para tuitear
Aquel maravilloso momento en el resurgir de la historia. Esa que acallas entre el crepitar de la llama que todo lo inunda en la melancólica tempestiva noche y el trazo de un ÉRASE UNA VEZ tras el cual se suceden las horas.
Era, es y será
Érase una vez un precioso lienzo.
Su gama de colores danzaba.
El pincel imploraba.
El artista se maravillaba.
Ante él lo incierto.
Verdes que acechaban.
El azul atormentado se mantuvo expectativo.
El rojo de sus labios, saltó directo al vacío.
Acantilados que, repletos de grises,
abrazaron su carmesí encanto.
Pues al final nos persuaden y nos demuestran que
donde hay arcoíris se encuentra una reyerta.
Diversidad atrevida y bella.
Ahí se esconde la grandeza.
No existe un único negro
ni perfectos violetas.
Hay quienes no distinguen matices
y a todo llaman colorín o colorado.
Pero no es el final del cuento.
No importa la tonalidad que colorea tu paraguas.
Lánzalo. Lluvia que emborrona tus pisadas.
Y de paso, tus galas.
Si todo fuera azul,
nos inundaría la sorpresa
al ver tus mejillas frescas.
Vivimos una tragicomedia.
Sueños de acuarela que al despertar se esfuman.
Desear alcanzar el amarillo y aceptar al magenta.
Lágrimas que se desprenden de un cielo que, aunque gris,
llora por la verdad.
Érase ese mundo que bailando jamás se detiene.
Con un único deseo.
Que los transparentes nos envuelvan.
Pues carecen de diferencias.
Era, es y será del libro EL ENTRAMADO UTÓPICO DE MIS CALLES de KIRIA KAUS Clic para tuitear
La imagen que el reflejo le devolvió, le cautivó como cada vez que vemos el atardecer. Nunca nos deja indiferentes. Allí, recortado en el horizonte de la ciudad. Inalcanzable, efímero, pero muy tuyo, muy mío, muy nuestro. ENAMÓRATE.
Enamorar(te)
De grises cicatrices nos conformamos.
Los hilos del tiempo penden de ellas.
Un pasado enredado.
Un futuro incierto, frágil como el hielo.
Enamórate.
De tus desperfectos.
De los rincones de tus heridas. Dales besos.
De los anhelos que respiras.
De todo aquello que te defina.
Abrázate como si con tus dedos quisieras atrapar todo tu cuerpo. Y no olvidarte en nada.
Olvida la oscuridad e incluso la luz —a veces nos deslumbra y no deja ver esos hoyuelos—.
Revive a tu sonrisa. Boca a boca. Como en esas películas que no te definen, pero te hablan de amor. Permite a esa línea, que habla de vida, ser la protagonista.
Recuerda.
Que son miles las hebras que nos desenlazan.
Que, aunque mortal, la lucha es eterna.
Y que tus cicatrices son hermosas. Muéstralas, hazlas partícipes.
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La manecilla que guía en la plaza del pueblo. El rasgado colchón tan fino como un pañuelo, no de hilo, aunque si es eco. UN TROCITO DE LATÓN descansa entre tus pies descalzos. Me recuerdan vida. Pero escuecen. Desgarrador regalo es el día.
Un trocito de latón
Un trocito de latón.
Un entristecido colchón.
Rostro fortuito. Abrasador designio.
Tras la espalda que descansa.
Suelo ardiente de un agosto.
El maníaco que nos organizó,
olvidó a los seres libres.
Siempre ignorando. Esquivando.
Fiel a su alienación devota.
No importan los colores,
ni los rumores,
ni el porqué del tintineo en el trocito de latón.
Ser idénticas mitades.
La razón que corrompe nuestro corazón.
Cuando a tu lado paso,
con una sonrisa te obsequio.
Que, aunque no es riqueza,
es pura y alienta.
Querido secuaz del desconcierto.
Tu papel en esta obra.
Merecida reverencia.
Cual diente de león
te enderezas.
Aun desarmado crecen en ti maravillas.
Ves la vida pasar.
O eso dicen.
Porque tú eres vida.
Y mirando hacia tu techo celeste,
miles de estrellas te observan.
Así que sueña.
Porque puede que algún día te entiendan.
Un trocito de latón del libro EL ENTRAMADO UTÓPICO DE MIS CALLES de KIRIA KAUS Clic para tuitear
