Haz bien y no mires a quien.

Si la gente se emborracha es por miedo

a cruzar la charca.

La tramoya y la hoya no caben en la olla.

Prepara asistente y no digas a la gente.

Sigue camino y no olvides echar el pestillo.

Al hato, por supuesto, no te roben en el camino.

Corre, corre que te pillo,

es risa y juego, no te han de faltar.

Si rompes cartas de Oso, ya está integrado,

es una adulteración del buen hacer de la vida.

Niños Cristal Cuneiforme 2009

Nacimiento con premura. Prisas por llegar.

Pausas aceleradas. Sintonías pestañeadas.

A traición, a traición,

cojamos al valor desprevenido,

en azul y oro vertido,

chorreado por los laterales del olvido.

Amanece cenit y el atardecer

es suprema belleza que enloquece.

Despierta; con despertares,

con amores y sinsabores.

La vida enriquece al alma

y la muerte transmuta la suerte

y así habrá siempre valores, inconfundibles,

en el capacho o zurrón de cada uno.

Corazón de corazones

almas de embriones,

arduas carreras que a la investigación llevan.

Llevan a través de las fronteras,

rotas las rejas, el viento llueva

y las aguas en poltrona sacan sinfín de las rocas.

Todo se hace menudo y a simple vista es cornudo.

Sin sabor de la tierra el amor en danza lleva

y estrecha, de buena manera,

la falda de la montaña que a veces duela.

El martillo salpica dientes y vida que pica

como picante guindilla y la suerte marinera

anida grullas, cabestros y ardillas.

Qué sinsabores bendigan a la naturaleza herida,

y por doquier escriba, escriba que escriba,

que con tan solo el amor se brilla. Amen.

La Hermosura del Esplendor del Dios Uno y Trino, es manifestada a través del sonido y los cánticos, expresados desde el más recóndito lugar del alma-ánima, y desde ahí, surge, en estallido perfecto, la curación total para todo ser, que desee, de verdad, sanar en vida.

Esta manifestación, del invierno, nos quiere ofrecer la salida para todo aquello insano que poseemos en nuestro interior.

Todos los sonidos pueden entremezclarse, ya que todos son Hologramas venidos de la manifestación de los números. Amor, gracias por todo este regalo de navidades invernales.

Amor a dentelladas,

amor bruto, salvaje.

Ese fue el comienzo, todo suaviza en su crecer y se va tornando en amor libado, dulce.

Antes, extraviado, ahora en aspavientos,

del crecer algo perturbado, sin razón desleal,

viejo y trasnochado.

El camino se allana enmendando la plana,

el saber con sabor azul y grana,

sin rechazos de mala gana.

Con el adulterio necesario, para sacar el tiempo

exacto, en el recorrido de blanco, verde,

rosa que aplana y llena caminos,

de flores que consuelan el alma.

El despertar cada vez más consciente,

del saber con sabor de alma recuperada.

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