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AUTO OBÚS
El viejo burócrata de los iris azules
lleva el honor en la solapa
de su único traje.
Y mira con ojos de caza
el beso furtivo de los amantes
que en su triste despedida
en esta triste parada
borran con prisas todos los besos de antes.
Amargo cajón de sastre de sueños a medio terminar
Dulce arca de Noé de mi vuelta a casa
Autobús de Torre del Mar a Málaga,
galera de Málaga a Torre del Mar.
Tiene las coletas teñidas, y los cordones
uno de cada color.
Duerme el sueño tranquilo del rebelde sin causa,
es la indie-girl de la estación.
Tiene en común conmigo la espera
y alguna que otra mirada sin remitente,
bajo aquel triste reloj en la pared que siempre se encuentra
a la misma hora con la misma gente.
Y entre los guiris que quieren ir a Marbeisha
y los vagabundos que no van a ninguna parte
nos encontramos todos en esa herida abierta del día a día
y que no es sino una curiosa forma de transportarse.
Amargo cajón de sastre de sueños a medio terminar
Dulce arca de Noé de mi vuelta a casa
Autobús de Torre del Mar a Málaga,
galera de Málaga a Torre del Mar.
Prisión dinámica, bajel del alquitrán
titanic triste y suicida
sin su iceberg de cristal.
Y en el vientre de ballena
de aquel monstruo de metal
viaja este poeta sin armas
este triste sin mar
que llegó a la última parada
y no se atreve a bajar.
AUTO OBÚS del libro MARIPOSAS OXIDADAS de DARÍO BEJARANO PAREDES Y MARA GREGOR TELLO Share on X
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(DIEZ Y) SEIS
Dieciséis primaveras rebeldes
en la llama hambrienta de sus sonrojos
sin pasión y sin bandera.
Es la hermosura del primer demonio.
Esa juventud tan frágil y tan libre
del estragón del bien
pero también
del consuelo moral de los felices.
Del valium y el talium
de los abstemios del morbo.
Dieciséis primaveras, sí,
¿pero cuántos otoños?
El ruido metálico de las caricias de los cuerpos
sin pulir, el amor de desgaste y el tiempo
en una caja de cerillas
que, noche a noche, se va quedando vacía,
como una luna convexa, a cambio del fuego.
Qué será de ella mañana
cuando dieciséis primaveras
sean ya demasiadas.
Qué será de ella cuando las llamas
violentas de las heridas de guerra
de la pasión se rindan a las brasas.
Que será de ella
cuando el amor duela.
Pero todavía no,
todavía los amantes
no necesitan tiritas para esconder los besos muertos.
Antes
ni siquiera tenían que esconder sus pecados.
Antes,
en un tiempo que se quedó atrapado
esperando el fuego en una caja de cerillos.
Ahora ya sí hay que esconder el placer bajo las sábanas,
y por eso hacemos el amor tapaditos
sobre tu cama.
(DIEZ Y) SEIS del libro MARIPOSAS OXIDADAS de DARÍO BEJARANO PAREDES Y MARA GREGOR TELLO Share on X
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EL REBELDE Y LA DERROTA
Para conseguir ser derrotado
basta con no arriesgarse a perder nada.
Solo podrá atacarte por sorpresa
ese enemigo al que no te atreviste a mirar a la cara.
Defiendo la cobardía de las mariposas:
no tenerle miedo a volar, solo a posarse.
Siempre estuvo en la caída
la belleza del castillo de naipes.
Para encontrar impulso para vivir
hay que tenerle también miedo a la muerte.
Mirarte cada vez me duele más que morir
pero ojalá doliese tanto como dolería tenerte.
Amor, el fracaso es la medalla de guerra
de todo aquel que una vez supo equivocarse.
Y hoy me pregunto qué interés tendría jugar
de no ser por el miedo al jaque mate.
EL REBELDE Y LA DERROTA del libro MARIPOSAS OXIDADAS de DARÍO BEJARANO PAREDES Y MARA GREGOR TELLO Share on X
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LAS ARAÑAS Y LA VENTA DE HUMO
El humo es telaraña del cielo
sobre el tambor percutido de una luna sintética
mientras tanto el hule sirve de pienso venéreo
para un racimo metálico de soledades y azucenas.
Cuando se logre la automatización de la flor
tendrán repuestos los pétalos de las margaritas deshojadas
y nunca más será posible adivinar el amor
porque no se extinguirá nunca su virgen aurora blanca.
Mas mientras quede queroseno
en el vientre caló de las primeras estrellas
vencerá veloz bella la rosa
a la combustión de las escolopendras.
Cuando un oficinista gasterópodo
arrastre el vientre húmedo y lunar por las aceras
la derrota se reflejará en los escaparates
y el falo del maniquí sangrará sueños en su esperma.
Pero aún resta humo fumado
para tejer una telaraña alternativa
una que se alimente de las heridas
para cazar bellezas de contrabando.
Y mientras cada lunes plástico
John trabaja en una fábrica bruja
envolviendo besos en papel de burbuja
tejiendo un cáncer profiláctico/
aún quedan enamorados
encadenando castillos en el aire al Pont des Arts
con esa costra de seca nocturnidad
de la que gozan los arácnidos.
No busquemos, pues, la belleza en la máquina artrópoda
busquémosla en nuestro óxido prohibido
pues él delata todo aquello que se ha atrevido a cambiar
y sin embargo se niega a ceder al olvido.
LAS ARAÑAS Y LA VENTA DE HUMO del libro MARIPOSAS OXIDADAS de DARÍO BEJARANO PAREDES Y MARA GREGOR TELLO Share on X