De mente

Leva el ancla laberinto
se apodera la mente del navío
sin brújula, sin puesta de sol, sin destino
arribando a lo desconocido.

Ensueño

Alegorías se posan en mi mente
y danzan arrebatadas al unísono
creando un lienzo itinerante
que trasciende y emerge de las sombras
presto a reconciliarse
con el alba y saludarse
como lo harían dos buenos y viejos amigos
que se reconocen el uno en los ojos del otro
y siempre portan una parte consigo
pues se adentra triunfante la noche en el día
como fulgura convirtiéndose en llama
lo que otrora fue chispa.

Ignición

Vi el edén arder

y hasta las llamas lamentarse

de la presencia del hombre

sin compasión por estandarte.

Años ha, trasportadas las semillas al viento

me crucé casualmente con el brezo

que me habló del frío en invierno

de su férreo carácter

de su fuerza ante las inclemencias del tiempo

de cómo sembraba con constancia

año tras año nuevos senderos

cómo emergía de las cenizas

a pesar del castigo de los necios.

Lilith

Se escribió débil y femenino
a la genealogía de lo divino
del sostén que acunó a aquel hijo
que emprendió camino ataviado con un chiflo
y con las enseñanzas conferidas
en el liceo consanguíneo.
Se escribió débil y femenino
como algo peyorativo
a la inteligencia, a la belleza
a la gracia, a la fuerza
la grandeza donde convergió
la semilla con la tierra
que la hizo posible aflorar
en su más bella cadencia.

Ecolocación

El silencio es la medida que se instala

del bulbo raquídeo a las agallas

que desaparecen en la garganta cuando tragas

las onomatopeyas que no ascienden y se encharcan

como losas que se hunden en las brasas

que no soportan el peso del que arrastra

sus pies con demasiadas púas en las palmas

y no halla las respuestas acertadas

porque la verdad solemne es ardua pronunciada.

Comprar el libro