Esto es solo una pincelada de mi alma bohemia, de mi corazón de poeta, de que la vida me gusta vivirla, “A mi manera”, con noches de, “Luna”, y lo haré hasta en el cielo si Dios me otorga ese privilegio, porque estoy convencido de que, “La muerte no es el final”, y me gustaría que algún día el sonido de trompetas entonase esas notas y me llegasen a mí, allá en el infinito. Le doy ¡Gracias a Dios!, por ayudarme a llevar a “buen puerto” este trabajo.