CITA NÚMERO 1

Voy a ponerme mis zapatos de tacón, aquellos que me machacan el pie.

Voy a cubrir mi cuerpo con ese vestido que estiliza mis formas más precarias.

Voy a maquillar mis ojeras de cansancio matinal y a dibujar en mi rostro un lienzo nuevo.

Voy a coger el peine y desenredar los tropiezos que la desgana ha hecho en mí.

Voy a intentar no romper las medias que se pegan en mis piernas recién depiladas, su suavidad me recuerda que tengo permiso para desnudarme.

Voy a mirar de nuevo la hora del encuentro y la pantalla del móvil para aprovisionar los minutos para verle.

Voy a mirarme al espejo veinte veces más y desde distintos ángulos por si me susurra algún consejo de última hora.

Cierro puerta, cojo aire, ya entraré cuando vuelva conmigo misma.

VERMUT

Tomo Bitter Kas a las doce.
Me gusta lo que declaro errores.
Me pone la música mala, no la que ensordece.
Bebo Coca Cola a la tarde, con diálogos sordos.
Espanto a los hombres bajo la lluvia, de vez en cuando lo soporto.
Te abrazo y me aburro, te beso y hay silencio.
Te miento y te lo crees, lo aceptas y me divierte.
Te extraño y te sopeso, te paro y te molesto.
Miras a otras y no soy celosa, es agua pasada.
Tomo Bitter Kas a las doce y no quema nada.

TE QUIERO

Hay muchos Te quiero

Te quiero a secas. Aquel que lo dices por rutina.

Te quiero nocturno. A veces se junta con las luces de la discoteca y prospera con el alcohol.

Te quiero lejos. Es una despedida, pero de las bordes.

Te quiero y no hay respuesta. Es el que duele porque el silencio encuentra su lugar.

Te quiero aquí. El de desesperación pero a veces te engancha.

Te quiero con locura. Es una manera de darnos cuenta que a pesar de querer ser racionales, es la respuesta menos lógica.

Te quiero para siempre. Como si fuéramos un adivino con su bola de cristal.

Te quiero después del sexo. Normalmente son las hormonas o es una mirada secreta.

Te quiero en mi vida. Y se lo imploras, como si te fuera a devolver el aliento.

Te quiero mucho. Porque no te engañes, hay niveles.

Y el Te quiero subliminal. Es el que sin tener que decirlo, está ahí.

MUSA

Soy tu musa, la que formas con tu mirada, me tocas, me exprimes y me provocas.

Soy tu musa, y no lo escondes, me rozas, me dibujas y me evocas.

Soy tu musa, pero refuerzo las palabras de otros, no obstante, formo parte de tu poesía diaria.

Soy tu musa, pero el tiempo lo reparto entre otras manos, entre otras piernas.

Soy tu musa, pero te añado a mi agenda, en mi repertorio de amores a ciegas.

Soy tu musa de piedra.

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