Me resulta muy difícil hacer un dibujo de mi vida. Hay curvas, altibajos y matices imposibles de resumir en unas líneas, y cualquier referencia a un trabajo o a una fecha se me antoja de poca importancia para plasmarlo aquí. Hay días en que tengo 7 años: lo dice el brillo de mis ojos, aunque mis rodillas no lo confirmen otras veces. Soy mamá. Muy mamá. Y actriz, aunque no actúe. Y me encanta dar abrazos... Ah, y escribo poesía. Escribo poesía para no fenecer.
Espero que en estos versos encuentres toneladas de consuelo y comprensión. Creo que casi todos lo hacemos alguna vez: eso de tener que visitar Marte, me refiero, ese extraño planeta, y no saber bien cómo regresar. Por eso, Amor, en estos poemas te sentirás como en casa, unas veces siendo parte y otras siendo testigo de que todo ya pasó, sabiendo que ahora te toca ser las manos. Y si aún no has regresado, entonces este es el mapa para volver.