Zoraida Sánchez, autora del poemario “Desde Marte con Amor”, nos abre las puertas de su universo creativo en esta entrevista exclusiva. Con una colección de 18 poemas que exploran temas como el amor, la identidad y la pérdida, Sánchez ha creado una obra que resuena con la experiencia humana contemporánea.
Su estilo, que combina verso libre con estructuras más formales, refleja la complejidad de las emociones que aborda. Desde la introspección de “Yo soy yo” hasta la intensidad de “Teñida de ti”, pasando por la reflexión existencial de “Destellos”, Sánchez nos invita a un viaje poético a través de las profundidades del alma.
En esta conversación, exploraremos el proceso creativo detrás de “Desde Marte con Amor”, los temas que impulsan su poesía y su visión sobre el papel de la literatura en la sociedad actual. Sánchez nos guiará a través de los simbolismos de su obra, como el uso recurrente de Marte como metáfora de distancia emocional, y nos ofrecerá su perspectiva única sobre la creación poética en el siglo XXI.
Prepárese para sumergirse en el mundo poético de Zoraida Sánchez, donde las palabras tejen realidades alternativas y los versos son puentes entre lo cotidiano y lo sublime.
P.- ¿Qué te inspiró a escribir “Desde Marte con Amor”?
R.- Escribir estos poemas es más una necesidad que otra cosa. Desde Marte con Amor es una pequeña selección de los muchos poemas que he escrito a lo largo de unos veinte años. Pero es una selección pensada con una idea dramatúrgica, que cuenta un proceso. Quería, a través de poemas independientes ubicados en un orden concreto, poder contar una historia de forma que tuviera esa doble lectura de unidad e independencia, como si cada poema fuera un capítulo de esa historia, como si se entretejieran unos con otros dialogando juntos.
P.-El título de tu libro es bastante intrigante. ¿Qué significa para ti y cómo se relaciona con los poemas?
R.- El título tiene que ver con el amor, porque el amor es el eje central de muchos sentimientos humanos y también porque el concepto de amor atraviesa todo el poemario desde diferentes ángulos. Pero es, por otro lado, el Amor personificado; como si ese tal Amor nos acompañara en este viaje al planeta rojo. Por supuesto, también tiene que ver claramente con el poema “Marte”, y por eso este está ubicado en la parte central del poemario. A través de los poemas se va construyendo, por tanto, un viaje de ida y vuelta a ese lugar. No me gusta definir lo que significa Marte exactamente para mí porque prefiero que cada lector/a saque sus propias conclusiones, sólo puedo decir que es un lugar que visitamos casi todos; un lugar extraño, lejano, ilusorio,… Lo demás, qué es Marte en realidad, tendrás que descubrirlo al leer el libro.
P.-En tu poema “Yo soy yo”, hablas de identidad. ¿Crees que la poesía es una forma de autodescubrimiento?
R.- Absolutamente. Es una forma de autodescubrimiento y también una forma de reconocerse, de buscarse, de generar un autoconcepto, de comunicarte. Al final, la poesía te conecta contigo mismo, contigo misma, y permite expresar los sentimientos más íntimos, más oníricos, para constituir un puente entre tú y la otredad. Creo que la poesía es una manera de lograr una conexión total: con uno mismo, con los demás y con el universo.
P.- Varios de tus poemas, como “Teñida de ti” y “Respiras”, exploran temas de amor y conexión. ¿Cómo abordas estos temas universales de una manera única en tu obra?
R.- La mayoría de estos poemas han sido escritos en momentos de una gran carga emocional. El amor y sus muchas formas son parte fundamental de nuestra vida emotiva. Creo que hay lugares comunes que todos visitamos y podemos compartir y, en ese compartir, podemos sentirnos identificados, recrear en las palabras de otra persona nuestros propios sentimientos. Eso es lo mágico de la poesía, que cada poema es mitad mío y mitad tuyo, completado con tu propia lectura o tu propia visión. Muchas veces, después de leer un poema, hay personas que me hablan de él y me hace mucha gracia no reconocer nada de lo que me cuentan, precisamente porque el significado para mí es otro totalmente diferente. Y eso es lo bonito, que el poema muta, deja de ser mío en cada lectura y es reinterpretado por la otra persona, completado con sus propias experiencias y emociones.
P.- Tus poemas varían en estructura y estilo. ¿Cómo decides la forma que tomará cada poema?
R.- La verdad es que no hay una decisión, ya que la decisión implica elección consciente; simplemente las palabras se me agolpan intentando salir y no tengo más remedio que escribirlas. Vivo la vida con una intensidad inusitada y, al igual que estoy preñada de vivencias, estoy preñada de palabras (de hecho, tengo un poema sobre esto que algún día publicaré). Podría decirse casi que escribo en automático, pero con una sonoridad y un ritmo que me viene dado en ese momento. Pasado un tiempo, releo los poemas y a veces cambio alguna palabra que no acabo de sentir que encaje en ese ritmo o en esa sensación, o añado versos que me vienen, pero no suele haber una elaboración realmente premeditada.
P.- ¿Qué papel juega la naturaleza en tu poesía? Notamos referencias a elementos naturales en varios poemas.
R.- La naturaleza nos acompaña en todos nuestros momentos vitales, estamos unidos a ella. Casi podría hablar de una fisiología de los sentimientos provocados por el paisaje. Creo que el entorno nos influye mucho más de lo que somos conscientes. Por ejemplo, cuando está nublado, nos sentimos nublados por dentro, como sin ganas, poco brillantes,… O cuando llegamos a una ciudad ruidosa, el ritmo frenético y los edificios nos engullen… La temperatura, la luz, la humedad, generan sensaciones y éstas, sentimientos. La playa me transmite, me provoca cosas, pero otras veces yo soy la playa, me fundo con ella, la siento dentro de mí. Por supuesto, hay imágenes que se repiten y adquieren significado: el agua, la luz, …
P.- En “Mariposario”, expresas muchos deseos. ¿Cómo se relaciona este poema con tu visión de la vida y la poesía?
R.- Soy una persona vital y optimista por naturaleza. Por eso, quería transmitir también esa idea positiva en los poemas. Me gusta balancear las situaciones desgarradoras, el dolor, la tristeza, con la alegría de vivir, la confianza en el mundo y el disfrute del compartirse. La poesía puede servirnos de catarsis y eso es lo que pretendo en este poemario. Parafraseando uno de los poemas “el arte sublima el dolor y lo cura a golpes de belleza”.
P.- ¿Cómo ves el papel de la poesía en la sociedad actual?
R.- Creo que el mundo necesita más poesía, porque el mundo necesita más conexión. En una sociedad que de repente se centra tanto en el pragmatismo, la belleza, la poesía, la danza, son la única escapatoria hacia nosotros mismos y hacia la conexión con el otro. Necesitamos salir del materialismo y conectarnos con algo más grande que nosotros, especialmente con todos los problemas de salud mental que están apareciendo y con la desconexión de la realidad que genera el mundo digital. Pararnos a contemplar un paisaje, ya sea externo o interno, observar un detalle insignificante y darle significado, son formas revolucionarias de vivir el presente. Si hubiera más poesía, habría más amor, habría más sueños, habría menos guerras.
P.-¿Quiénes son tus influencias poéticas y cómo han moldeado tu estilo?
R.- Mis poetas favoritos son Miguel Hernández, Lorca y Juan Ramón Jiménez, aunque también me encanta cómo escribe Gioconda Belli. Y, bueno, la generación del 27 en general, claro. También hay otros escritores y poetas contemporáneos a los que admiro enormemente como Gata Cattana, Roy Galán o Juanlu Mora. Aunque también siento que tengo una clara influencia latinoamericana: Silvio Rodríguez, José Martí, Neruda, el realismo mágico,… Desde luego, todos son grandes referentes a los que aspirar, no me malinterpretes, no me atrevería ni mucho menos a compararme con ninguno de ellos.
Por otro lado, cosa curiosa, hay algo de la sabiduría popular que creo que se deja entrever en expresiones o ideas, así como letras de grupos pop, autores de letras de carnavales,… Supongo que todo lo que leemos y escuchamos de algún modo influye en lo que escribimos.
P.-En “Destellos”, tocas temas filosóficos y existenciales. ¿Cómo se relaciona la poesía con estas grandes preguntas de la vida para ti?
R.- La poesía es la fuente de la que bebemos. Y la filosofía, las grandes preguntas, a veces forman parte de esa fuente y otras veces intentan alcanzarla. Cuando queremos saber cosas sobre nosotros mismos, queremos conocernos, tenemos que entrar en ese universo filosófico. Cuando queremos saber cosas sobre el mundo, sobre el universo, incluso a través de la ciencia, estamos intentando responder a esas grandes preguntas desde diferentes perspectivas. El otro día escuchaba a un reconocido científico hablar de los agujeros negros y la materia oscura, diciendo que hay más del 90% del universo que no conocemos. ¿No es el sentido último de la vida ese conocimiento? ¿No es lo que anhelamos? Y en la poesía, en la música, en la belleza, en el arte, hay algo que es incognoscible, que conecta directamente con lo que podemos sentir pero jamás llegaremos a comprender. A eso es a lo que llamo “la fuente”.
P.-Finalmente, ¿qué esperas que los lectores se lleven de “Desde Marte con Amor”?
R.- Tres cosas que esbozo en la sinopsis: un abrazo, un pañuelo y un mapa.
Me gustaría que este libro fuera un abrazo: que las personas que lo lean se sientan comprendidas, acompañadas, que sepan que no están solas, que no son las únicas, que no son “raras”. Todos podemos pasar por altibajos emocionales, podemos sentir rabia, desolación, euforia, desconcierto. Y no pasa nada, es natural.
También me gustaría que este libro fuera un pañuelo donde poder llorar. Un lugar de consuelo para cuando nadie nos entiende y nos separamos del mundo. Todos podemos pasar noches en vela y días desgarradores. Tenemos que aprender a navegar cuando la ola va hacia arriba y cuando está bien abajo; hay que cogerle el tranquillo a surfear la vida.
Y por último, me gustaría que fuera un mapa. Un mapa que nos trae de vuelta cuando llegamos a lugares alejados de la calma, un mapa para conectar a la vez con la realidad y con las estrellas.