1

 

La luna es demasiado bonita como para ser eclipsada por el Sol.

Brilla con su luz blanquecina mientras, en la noche, las estrellas forman los diamantes de su corona.

Las nubes amueblan su casa, en vano. La oscuridad la invade del frío que el más allá trae hacia nosotros. Más allá, ¿dónde?

Ella, valiente por naturaleza, nos proporciona una señal de calidez cuando nuestra gran bola de fuego se halla apagada.

A veces, enseña una sonrisa a los jóvenes enamorados que se esconden en los bosques buscando algo de calor bajo su manto plateado.

Otras, se oculta de los ladrones furtivos que intentan llevarse todos los sueños de los niños.

También nos descubre bajo sus sábanas los más oscuros secretos de nosotros mismos.

Se refleja en la nieve, en los lagos repletos de ninfas, en las ninfas. Esas que puedes encontrarte una noche paseando por el barrio más ahogado, y que con una mirada te hechizan hasta arrastrarte hacia el mar.

 

 

 

1 del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI de SILVIA CORZO ESCUDERO Share on X

6

 

Tenía las uñas pintadas color Chanel número 5. Arañazos en los brazos y una nota: Espero volver pronto.

Tenía los ojos vacíos, los iluminaba una extraña luz blanca. Estaba ausente.

Se había preparado para algo, eso estaba claro, pero no parecía que realmente le importase.

Fue divertido ver cómo se chocaba con aquel hombre-bici, bicicleta, y como el café se derramaba sobre sus preciosas manos, manchando las uñas y el tatuaje extraño que había entre los arañazos. Por suerte la luz del móvil no se apagó, y gracias a aquella pantalla pude seguir observando su bello rostro, asombrosamente cabreado, antes de accionar los dos disparos.

Att. Cupido.

 

6 del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI de SILVIA CORZO ESCUDERO Share on X

 

 

11

 

Hoy se ha despertado, por primera vez. Se ha despertado y me ha mirado con sus enormes ojos verdes, desorientada.

Hoy ha abierto la boca, una vez, para respirar, para respirarme, pero no lo ha hecho. Se ha quedado a medias, atrapada en un sueño.

Una vez me dijo que en sus sueños se veía a ella, de pie, con sus pequeños ojos verdes mirando al horizonte y saltando.

Saltando hacía mí.

Esa vez caía, y no dejaba de caer una y otra y otra y otra…

Atravesaba el mismo suelo que le sirvió de colchoneta para dar el primer salto, como si fuese un pozo tan hondo que le estuviera llevando al mundo rojo, al mundo de Alicia, al de los corazones.

Hoy ha intentado despertar, ha intentado despertarse, pero el ruido de la máquina era demasiado molesto como para abrir los ojos y mantenerlos, y mantenerse.

Hoy ha intentado despertarse, por última vez. Y no lo ha conseguido.

 

 

 

 

11 del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI de SILVIA CORZO ESCUDERO Share on X

Somos extraños,

 

 

27

 

Las ramas se movían al son del viento (o del aullido) mientras los pájaros guardaban silencio a la espera de algo terrible.

Solo un descarado búho soltó un débil sonido para luego dejar paso a un mortífero silencio. La paz antes de la tormenta…
¿O era al revés?

Un ruido, algo había sonado bajo la hojarasca de otoño que cubría todo el bosque. El cielo había ennegrecido.

Nada más se veía una mancha rojiza en medio del camino, que cualquier ave podría haber confundido con costras de sangre, espesa como la miel.

Solo él podía saber que no se trataba de sangre, todavía, sino de su última y exquisita cena.

Aunque llamarle cena sería algo vulgar para tan pelirroja y bella mujer.

 

 

27 del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI de SILVIA CORZO ESCUDERO Share on X

 

31

 

Veo, una orilla que son tus pestañas, tengo una obsesión con ellas, y las olas son el viento que las mueve, y desprende cada una convirtiéndose en hojas que ascienden a los cielos y se congelan, transformándose en nada.

Veo, una puesta de sol, pero esta vez es verde porque el color rojo ya se ha llevado demasiada sangre.

Al otro lado un pequeño ser que no tiene forma me está mirando, intenta decirme algo, pero el humo del volcán hace denso el ambiente y no me deja escucharlo.

Y veo cómo grita, como una niña pequeña que ha perdido a sus padres, como un perro herido que no encuentra a su dueño.

Un movimiento brusco me hace girar de nuevo hacia el mar, donde se encuentra el pequeño ser, con unos ojos grandes que no tienen fondo, y me grita en silencio. Intenta decirme algo.

Y me acerco, cada vez más a la orilla, y el verde me envuelve y me empuja hacia arriba, y miro el espejo del agua.

Ahí está, ese pequeño ser, su forma cada vez es más definida, pero sigue sin poder hablar, y grita, grita mucho.

Intento decirme algo.

 

 

31 del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI de SILVIA CORZO ESCUDERO Share on X
Resumen
Poesía del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI
Nombre del artículo
Poesía del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI
Descripción
Poesía del libro 44 DÍAS (CONTIGO) SIN TI la escritora SILVIA CORZO ESCUDERO nos da una muestra tras publicar un libro con la Editorial Poesía eres tú.
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Editorial: Poesía eres tú
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