De la palabra nace la palabra,
el texto se masca con los textos,
es creación hija del caos,
metafísica del hombre y
la experiencia que lleva
amarrada a sus espaldas,
expresa arrogante y tímida
el oro de su oculta soledad;
el verso es verso mientras
se va arbitrando el parto;
tras el dulce miedo de escribirlo
se hace ave y vuela
sin saber cómo ni dónde;
el poeta lo aleja de su entraña,
se convierte en un fósil adorado,
moneda de belleza y sentimiento
en un banquete social
donde el creador recibe las migajas;
el poeta se vacía, el hombre
presume de su hazaña escrita,
la tinta engrandece esas migajas,
el infierno y la profunda verdad
que todo el mundo ignora.
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Nacimiento poético
de la palabra
Sale cuando sale,
caen cuando caen
las palabras
como esclavas
como reinas,
gotas de lluvia
que horada
que fastidia
que genera
esperando el sol,
la máquina del hombre
la fortuna del ser
la maravilla del estar
sin la orden fósil
de generales apátridas
y barrenderos sin alma,
algunos días se ocultan
en las ondinas de la idea
contemplando inútiles
lo posible del ser
sin premio ni castigo
sin sombra y sin materia,
mosaico de nadas
mapamundi del vacío
para la inútil
plegaria del estar.
Nacimiento poético de la palabra del libro PROCESO DE CREACIÓN de PABLO DEL BARCO Share on X
El color de las palabras
Los colores son fijos,
nuestros colores no;
así son las palabras
como la luz que las vive
en dúctil arcoíris
otorgando su peso
en razón del espacio
y la gramática adjunta;
el poeta solitario
rebusca en el aire
imágenes de vida
trasuntos de muerte,
transporta encendidas
palabras de destino
salidas de la bruma,
hilvana deseos
con un hilo de oro
que ya fue usado
en chaquetilla gastada
por un torero feliz,
bañada con lejía,
alumbre y dril;
las regaderas de lo real
salpican la ortografía,
pausas paréntesis rimas,
salen rayos de la cima
del pensamiento florido,
huracanes nacen sin motivo,
repican fugaces estrellas,
la sombra del sol tuerce
motivaciones y recuerdos,
un niño impertinente gimotea
y descompone la orquesta;
no diluyas tu enojo,
es nuestra esperanza:
orinar en lo alto del día,
escupir fórmulas y embozos,
rasgar bocas y disfraces,
requemarnos la piel
maldiciendo el soplo de Dios,
desear nosotros mismos,
ser peregrinos de ocasos,
y dormir dormir dormir…
El color de las palabras del libro PROCESO DE CREACIÓN de PABLO DEL BARCO Share on X
batallar contra uno mismo;
se alcanza gloria
en la suerte del ataque,
en las armas que usamos
antes del texto final;
bendita maldición es la escritura,
maldita bendición es su camino,
que perturba y goza
en la opresión del silencio
que dará en lágrima o risa,
en la rabia que te crea,
la desorientación y el caos,
la impotencia que arrastra,
la ceguera en la ruta
donde el poeta gimotea
viejos cantos aprendidos
en la infantil escuela
para asirse a un clavo
aunque clave tu mano,
a una tabla carcomida
sin leyenda ni futuro;
lo ilegible se hace código,
el código, laguna inescrutable,
el agua, de ondas tenebrosas,
el miedo, láudano de ideas,
el cerebro, tea inextinguible,
el poeta, un dios vencido
a la espera del soplo
que divinice su deseo;
el poema, un tesoro escondido
hecho luz en la palabra,
guiñando sombra y vida
crecido y a la espera,
glorioso y fatal
como la vida.
Con el poema en la mano
el poeta es el dios del universo,
hace dios a su lector,
le convierte en espíritu
sin sombra ni complejo,
pone alfombra al existir
y oro a tu destino.
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El poeta y el hombre
Yo no soy yo,
soy solo la imagen
computada en las palabras,
soy lo subjetivo que vive
en el corazón vigilante
y agresivo de lo hablado,
te miro a su través,
con ellas te oigo y adivino,
soy feliz o no sometido
a la inquieta espiral
de su horizonte sin fin,
llevo sin causa rimas y acentos
para vestir su desnudez,
albergo un extenso
diccionario de adivinaciones,
leyes, oficios e incunables,
simientes para alguna estación,
reclamos para las aves
de cualquier continente,
avivo los cementerios
con términos eternos
y sentidas alegorías sin luz,
pero yo no soy yo,
tan solo mis palabras.
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