Esperar
Él flotaba sin ninguna dirección,
cuando se cruzó con ella, que se convirtió
en el determinante de todos sus sustantivos.
Cada vez que se veían, sus pupilas
bailaban cogidas de la mano.
Hasta que un día, él
quiso buscar respuestas en su cuerpo
pero ella, tardó un año en dejarse desnudar.
Mereció la pena.
Encontró en su ombligo
el agujero negro de las decepciones.
Esperar del libro LOS BESOS QUE SE QUEDARON FRÍOS de NEREA GARCÍA IGLESIAS Share on X
Amores atemporales
Ahora que nos hemos bañado en el último sol del verano,
parece que es definitivo.
Se termina la estación más romántica del año.
La de los baños de mar y las estrellas fugaces,
la de las noches en la calle sin bufanda.
Se acaba el calor y vuelve el recato a vestir nuestras pieles.
Vuelven a casa los amores locos
que al ponerse el abrigo olvidan la playa.
Se les acaba el romance con los primeros vientos
y solo entienden de trabajo y de jerséis de lana.
Hay solo unos pocos, amores atemporales,
que resistimos la llegada del invierno.
Somos esos a los que nos gusta el café,
pero más si se bebe en sus labios.
Los que alcanzamos la felicidad
cuando por debajo de la manta
las piernas se unen.
Los que hacemos escapadas de fin de semana
para escapar de todo,
excepto de nosotros mismos.
Somos esos amores
que no vivimos de la magia del verano.
La magia está en nosotros
y el verano es solo un tiempo más
para vivirnos.
Amores atemporales del libro LOS BESOS QUE SE QUEDARON FRÍOS de NEREA GARCÍA IGLESIAS Share on X
Rescatarnos
Quiero rescatarnos.
Traer de vuelta la risa floja,
los conciertos en el coche.
Quiero rebobinar la canción,
reencontrar la poesía a medias,
el primer roce de mi cuerpo sobre el tuyo.
Llamarte y que me lo cojas tú,
él de antes, él de siempre.
Quiero luchar por este sueño
que se me está escurriendo entre las manos.
Rescatarnos del libro LOS BESOS QUE SE QUEDARON FRÍOS de NEREA GARCÍA IGLESIAS Share on X
El amor no se mide, se desborda
Me dijeron que la poesía es veneno.
Que huya de todo lo que se asemeje a algo romántico.
Que como tú hay mil, a la vuelta de la esquina.
Y yo no sé qué esquinas han doblado ellos.
Y no sé qué amor es ese que no se entrega por completo.
No sé qué amor es ese que se envasa al vacío
y se dosifica según la tasa de retorno.
No sé qué amor es ese que consiste en dos
tirando de la misma cuerda, en direcciones opuestas.
Amar es vaciarse, con la certeza de que el otro, hará lo mismo.
Y sin necesidad de sacar el metro en cada encuentro.
El amor no se mide, se desborda del libro LOS BESOS QUE SE QUEDARON FRÍOS de NEREA GARCÍA IGLESIAS Share on X