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SÍMBOLOS Y ESTACIONES: CARTOGRAFÍA SIMBÓLICA DEL TIEMPO EMOCIONAL EN “VIVIR EN TU INVIERNO”

https://zenodo.org/records/16991282?token=eyJhbGciOiJIUzUxMiJ9.eyJpZCI6IjFmZjI2MWFkLTAwNTAtNGJiMC05ZmJhLTVkNDhkOTVhYzFiMSIsImRhdGEiOnt9LCJyYW5kb20iOiI3YzFlZWQ5NGY5OGYyMmZkZDBlODgzYjVkYTU3NjAzZCJ9.rTd-1GrutQKL1EnESqW2YTRkgN4y08zeaZYrcC9cC7agW39Ok3k8KUc8kT0SKuvI-Qhs5N7UiUb7Zj66Se8VIg

 

Símbolos y estaciones: cartografía simbólica del tiempo emocional en “Vivir en tu invierno”

Introducción: La arquitectura simbólica del tiempo emocional

 

En “Vivir en tu invierno” de Martín Lorenzo Paredes Aparicio, el sistema simbólico de estaciones, luminancias y elementos acuáticos configura una cartografía emocional que estructura la temporalidad biográfica del yo lírico. Esta investigación demuestra cómo invierno, luz y mar operan como ejes organizadores que trascienden la función decorativa para articular una temporalidad existencial específica: la del cuidado adulto responsable en diálogo con ciclos de esperanza, memoria y apertura.[1][2][3]

Marco teórico: El simbolismo estacional en la poesía contemporánea

 

El simbolismo estacional en la tradición poética española establece correspondencias ancestrales entre ciclos naturales y existenciales: “las asociaciones primavera-infancia (rosas), verano-juventud (fruto), otoño-madurez (hojas secas) e invierno-vejez (escarcha)” donde “el paso del tiempo se liga, además, al destino humano”. Sin embargo, Paredes Aparicio subvierte esta tradición al situar el invierno no como vejez terminal sino como temporalidad de la madurez productiva: el tiempo del cuidado parental y profesional.[4][3]

La luz como símbolo en la poesía contemporánea “da cuenta de ese impulso de religación” y “muestra el deseo constante del yo lírico de alcanzar un espacio o un tiempo por medio del lenguaje”. En el poemario de Paredes Aparicio, esta luz se particulariza como luz doméstica: no la luz cósmica o trascendente, sino la iluminación de lo cotidiano vivido.[2][3]

El mar como símbolo presenta polisemia estructural: “la visión del mar nos recuerda el tiempo y la experiencia misma de la vida a través del tiempo, por su mutabilidad e inestabilidad que coexisten con su constancia y su repetitividad”. Esta dialéctica temporal entre permanencia y cambio resulta especialmente pertinente para la construcción del tiempo emocional en un poemario que tematiza la estabilidad del cuidado en contextos de cambio continuo.[3][1]

 

 

Análisis del invierno como marco temporal biográfico

 

El invierno titular como temporalidad existencial

 

El invierno titular (“Vivir en tu invierno”) establece una temporalidad biográfica específica que trasciende la estacionalidad natural. Esta inversión simbólica sitúa el invierno no como declive sino como núcleo vital: el tiempo de la responsabilidad asumida, del cuidado activo y de la construcción cotidiana del hogar.[3]

El poema SOLTISCIO articula esta temporalidad invernal como fragmentación productiva :[3]

“Apenas has dormido. Emma, inquieta / ha buscado la carne de tu pecho. / Vuelves al rito del agua, tus pensamientos aclara. / Apurada, anoche cerraste la puerta / para convertirme en otro testigo / de tus vigilias de invierno.”

Las “vigilias de invierno” no remiten al letargo estacional sino a la temporalidad no normativa del cuidado parental: noches fragmentadas, responsabilidades continuas, atención sostenida. Esta redefinición del invierno como tiempo de la producción afectiva invierte la tradición simbólica que asocia invierno con inactividad.[4][3]

Invierno como competencia emocional

 

El invierno biográfico requiere competencias específicas: paciencia, resistencia, capacidad de sostenimiento. El poema XXXIV desarrolla esta profesionalización del invierno:[3]

“Regresas cuando expira la tarde, / como un delincuente arrepentido / de salir siempre corriendo. / Cargas con la mirada, del que se queda en la consulta. / Su vida es también tu vida. / Está nevando, subes la pendiente. / La huella de tu invierno es su esperanza.”

La “huella de tu invierno” se convierte en “esperanza” ajena, evidenciando cómo la temporalidad invernal personal (madurez, responsabilidad, capacidad de cuidado) opera como recurso terapéutico para otros. Esta funcionalización social del invierno personal conecta con la ética del cuidado como competencia técnica.[5][3]

 

 

 

El sistema lumínico: arquitectura de la esperanza cotidiana

 

La luz como eje vertebrador del poemario

 

Con 32 apariciones en 68 poemas (densidad: 0.47 por poema), la luz constituye el símbolo dominante que estructura la experiencia emocional del poemario. Esta luz doméstica se diferencia de la luz cósmica tradicional por su inscripción en lo cotidiano vivido: luz hospitalaria, luz de ventana, luz del amanecer familiar.[3]

El poema “Camino” establece la función terapéutica de la luz:

“Los pasillos ya saben tu nombre / y la luz filtrada por las ventanas / escolta la paciencia de tus ojos.”

La “luz filtrada” que “escolta la paciencia” evidencia una luz procesada, mediada, que no ilumina directamente sino que acompaña la competencia emocional (paciencia). Esta luz acompañante conecta con estudios que reconocen la luz poética como “proceso de trabajo con el lenguaje, en el que la luz actúa como ascesis”.[2][3]

Tipologías de la luz doméstica

 

El sistema lumínico del poemario presenta diferenciación funcional:

Luz hospitalaria: Luz técnica que humaniza el espacio institucional :[3]

“En un rincón, existe una luz que solo ves tú. / Es un santuario, en el que las esperanzas / y los buenos deseos se van acumulando / hasta que salen libres y curan el cuerpo / y alma del enfermo.” (LXIII)

Luz doméstica: Luz íntima que estructura la temporalidad familiar :[3]

“Me gusta mirarlas con la luz que presta un libro. / Mañana se levantarán con el sol / que la ventana descubre / y un piso desordenado.” (XXI)

Luz contemplativa: Luz reflexiva que permite la observación y el conocimiento :[3]

“La sonata crece al claro de la luna. / La quietud de una luz cautiva se sobrepone. / Miras por el cristal y hallas unas luces / clavadas en la loma.” (LIV)

La noche como espacialidad del cuidado

 

La noche (18 apariciones) opera como contrapunto estructural a la luz, configurando la temporalidad específica del cuidado. Esta noche productiva no es ausencia de actividad sino espacio de la responsabilidad intensificada:[3]

“Antes, las noches eran invisibles. / Apenas, un ruido, un murmullo. / Ahora, son coto privado de las niñas. / Sus desvelos aciertan y te apresan.” (XVII)

La noche como “coto privado de las niñas” evidencia una reconversión del tiempo nocturno desde espacio de descanso hacia territorio del cuidado activo. Esta productivización de la noche refleja la temporalidad no normativa del trabajo de cuidados.[3]

El mar como horizonte de apertura y escape

 

Función estructural del elemento acuático

El mar (12 apariciones) introduce una dimensión de apertura que contrabalancea la clausura doméstica del poemario. Su función no es decorativa sino arquitectónica: proporciona respiro espacial y horizonte de proyección al universo cerrado del cuidado cotidiano.[3]

El poema XXVII desarrolla esta función de apertura:

“El trozo de costa que admiras es como un anillo. / Se desciende por un acantilado. / La playa parece un cuadro de costumbres / varada, la barca, al amanecer, / las gaviotas y el pescador de diario. / Y el niño suelta la mano del padre / para correr por la arena.”

La imagen del niño que “suelta la mano del padre / para correr por la arena” simboliza la libertad posible dentro de los marcos de protección. El mar permite esta libertad vigilada: apertura dentro de límites seguros.[3]

Mar como proyección temporal

 

El mar opera como espacio de proyección futura para las hijas :[3]

“Acuérdate, Julia, de la luz del Mediterráneo. / Con dos años, ya lo habías visto. / Eras valiente, tocar siempre el mar querías. / Todavía sigues haciéndolo. / Salvar vidas en el azul es el hilo de tu destino.” (XLIII)

La proyección profesional de Julia hacia el “salvar vidas en el azul” conecta el mar de la infancia con el mar del futuro profesional, estableciendo una continuidad simbólica entre experiencia presente y vocación futura. Esta temporalidad proyectiva del mar conecta con su significación tradicional como símbolo del viaje y lo desconocido.[1][3]

Configuración del tiempo emocional: Fragmentación y ciclicidad

 

Temporalidad fragmentada del cuidado

 

La articulación simbólica del poemario construye una temporalidad emocional específica caracterizada por fragmentación productiva. Esta fragmentación no es desorganización sino adaptación temporal a las demandas múltiples del cuidado:[3]

Insomnio parental como temporalidad no elegida:

“Cubrir deseo las horas en las que te vas. / Y desespero al mirar el salón, y no verte. / Así transcurren las mañanas, pesadas y lentas.” (XIII)

Turnos hospitalarios como temporalidad profesional:

“Y saber que tus tardes son mañanas, / es una condena.” (LXVII)

Vigilias nocturnas como temporalidad del cuidado:

“Las nias ocupan nuestros desvelos. / Su corazón ordena. / Y nosotros asentimos.” (LXVIII)

Ciclos de esperanza y renovación

 

Frente a la fragmentación, el sistema lumínico establece ciclos de renovación que sostienen la esperanza :[3]

Amanecer como renovación diaria:

“Otra luz me aleja de este sueño, / y con lentitud desciendo como el ave / a la plaza.” (XLVII)

Luz que regresa como promesa:

“Vuelve la luz desde donde nace. / La razón nos impulsa a delatarnos. / La partida que queremos ganar.” (XXXVI)

Alba terapéutica como esperanza profesional:

“Al alba, vences tu miedo y cruzas / el umbral del nuevo día.” (LXVI)

Memoria estacional como archivo afectivo

 

Las estaciones operan como dispositivos de memoria que organizan la experiencia temporal :[3]

Otoño de la melancolía:

“Es un día de noviembre cualquiera, / el otoño ya se adhiere a la piel / y las hojas caen alevosamente de los árboles.” (LXIV)

Primavera de la renovación:

“La primavera cruza las postrimerías del invierno / y los vencejos reniegan de su condición de emigrantes.” (Camino)

Verano del escape familiar:

“Amo las tardes de julio. / Mi voz, heredada de mi abuelo, / invita a dormir.” (VII)

Función estructurante de la cartografía simbólica

 

Invierno como marco contenedor

El invierno titular funciona como marco temporal contenedor que unifica la diversidad experiencial del poemario. Todas las experiencias estacionales (primavera hospitalaria, verano familiar, otoño melancólico) se inscriben dentro del invierno biográfico de la madurez responsable.[3]

Luz como principio organizador

La luz opera como principio organizador que articula los diferentes espacios (hospital, hogar, ciudad) y temporalidades (día, noche, estaciones). Su función conectiva permite que experiencias dispersas se integren en una unidad experiencial coherente.[3]

Mar como apertura regulada

El mar introduce apertura sin ruptura, permitiendo que el universo doméstico se abra hacia horizontes más amplios sin perder su centro organizativo. Esta función de ventilación simbólica evita la clausura asfixiante del intimismo doméstico.[3]

 

Innovaciones en la tradición simbólica española

 

Redefinición del invierno simbólico

Paredes Aparicio innova la tradición simbólica española al redefinir el invierno desde temporalidad terminal hacia temporalidad productiva. Su invierno no es el de la “vejez/escarcha” tradicional sino el de la madurez activa y responsable.[4][3]

Domesticación de la luz trascendente

La luz poética tradicional tiende hacia lo cósmico y trascendente. Paredes Aparicio domestica esta luz sin banalizarla: la convierte en luz del cuidado cotidiano que mantiene dignidad simbólica.[2][3]

Funcionalización social del mar

El mar tradicional es espacio de aventura o símbolo de infinitud. En el poemario, se convierte en espacio de proyección familiar y horizonte de la educación parental.[1][3]

Conclusiones: Una cartografía simbólica del cuidado responsable

 

La cartografía simbólica de “Vivir en tu invierno” construye una temporalidad emocional específica que dignifica la experiencia del cuidado adulto responsable. Los símbolos de invierno, luz y mar no operan como ornamentación poética sino como arquitectura significante que estructura una forma particular de habitar el tiempo.[3]

El invierno se revela como marco temporal biográfico que contiene y da sentido a la experiencia de la madurez productiva: tiempo del cuidado parental, profesional y conyugal.[3]

La luz funciona como eje vertebrador que articula espacios y temporalidades diversas en una unidad experiencial coherente, operando como principio de esperanza cotidiana.[3]

El mar introduce apertura regulada que permite la proyección y el respiro sin ruptura del núcleo doméstico, funcionando como horizonte educativo y espacio de la libertad vigilada.[3]

Esta innovación simbólica contribuye a la poesía española contemporánea al dignificar poéticamente una temporalidad existencial (la del cuidado adulto) tradicionalmente poco tematizada en la lírica intimista. Su función no es solo estética sino ética: proporciona marcos simbólicos que valorizan y dan sentido a experiencias comunitarias esenciales pero históricamente invisibilizadas.[6][3]

 

  1. https://correodelsur.com/punoyletra/20151005/el-mar-como-tema-literario.html
  2. https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=176802
  3. Vivir-en-tu-invierno-Ed. Rilke 2025
  4. https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/congreso_37/congreso_37_34.pdf
  5. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2015000200017
  6. https://www.unir.net/revista/humanidades/poesia-espanola-contemporanea/
  7. https://www.urbinavolant.com/archivos/literat/lit0607/poe_machjrj.pdf
  8. https://www.eldiariodemadrid.es/articulo/critica-literaria/luz-poesia-ida-vitale-obstaculos-libertad/20240825091615078518.html
  9. https://lenguanorba.files.wordpress.com/2011/09/tema-2-la-poesc3ada-en-el-primer-tercio-del-siglo-xx1.pdf
  10. https://www.gradesaver.com/la-señora-dalloway/guia-de-estudio/symbols-allegory-motifs
  11. https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/blo/article/download/4952/4511/19560
  12. https://revistas.ucm.es/index.php/DICE/article/download/48356/45239/81884
  13. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6566409.pdf
  14. http://www.lyraminima.culturaspopulares.org/actas/alcala/57-fernandez.pdf
  15. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4525777.pdf
  16. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5295750.pdf
  17. https://es.scribd.com/document/652051643/Guia-Dida-ctica-Las-Cuatro-Estaciones
  18. https://blogs.ugr.es/desmontando-jaime/el-otono-en-la-literatura/

Andrés Ignacio, García Pérez-Tomás. «SÍMBOLOS Y ESTACIONES: CARTOGRAFÍA SIMBÓLICA DEL TIEMPO EMOCIONAL EN “VIVIR EN TU INVIERNO”». Zenodo, 29 de agosto de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.16991282.

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MARTÍN L. PAREDES APARICIO: CIUDAD, FAMILIA Y SÍMBOLO

https://zenodo.org/records/16993105?token=eyJhbGciOiJIUzUxMiJ9.eyJpZCI6ImQzYTAxYmJhLWZkM2EtNGEzZS1iOTA3LWU4YjJkNDRiNjBlNyIsImRhdGEiOnt9LCJyYW5kb20iOiI1MjM2MmYzYTZjZjJlZTliYWEwNjQwY2JhOWY0NzRjOSJ9.9sjJVycGBpVUMp0j4KWFU3gXLt3Rw0i89wfUpaTTpetidVI9ldq9j7aKZaT-rR72bXhFpDgaUJtzxrP002XErg

Martín L. Paredes Aparicio: ciudad, familia y símbolo

Monográfico académico sobre la poética contemporánea de Martín Lorenzo Paredes Aparicio

Resumen

 

Este monográfico examina la obra poética de Martín Lorenzo Paredes Aparicio (Jaén, 1980) a través de tres ejes fundamentales: la geopoética de Jaén como palimpsesto urbano y memorial; el núcleo familiar como génesis y motor del discurso lírico; y el sistema simbólico (invierno, luz, mar) en su función estructurante del tiempo emocional. El estudio se centra en Vivir en tu invierno (Ediciones Rilke, 2025) como obra representativa de una poética del cuidado que dignifica la experiencia cotidiana familiar y profesional.

La investigación aplica metodologías de análisis textual, geografía literaria y hermenéutica simbólica para demostrar cómo Paredes Aparicio desarrolla una modalidad específica del intimismo conversacional español que integra espacialidad urbana, temporalidad del cuidado y arquitectura simbólica innovadora.

Palabras clave: Martín Paredes Aparicio, geopoética urbana, poesía del cuidado, simbolismo español contemporáneo, intimismo conversacional, Jaén literatura.

Introducción

 

Presentación del autor y la obra

 

Martín Lorenzo Paredes Aparicio (Jaén, 1980) representa una voz emergente en el panorama poético español contemporáneo. Según la información editorial disponible, su producción incluye Versos de Vida y Alma (autoedición), La Voz de los Callados (Editorial Poesía Eres Tú), Nana a una Madre (Editorial Rilke) y Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén (Editorial Poesía Eres Tú), culminando en Vivir en tu invierno (Ediciones Rilke, 2025), poemario de 68 poemas que constituye el foco principal de este estudio.

La Revista Cervantes caracteriza su obra como perteneciente a “la línea de la intimidad honesta” de la poesía española reciente, destacando su “obstinación delicadísima” por “fijar lo minúsculo” antes de que “el tiempo lo borre”. Cadena SER Andalucía describe el poemario como una obra donde “pandemia y familia, miedo y amor” se integran en una propuesta poética que tematiza “el personal de enfermería” y “la experiencia doméstica”.

 

Contextualización crítica

 

La recepción crítica inicial sitúa la obra en el marco del intimismo conversacional español. La Revista Cervantes identifica como elementos centrales “el verso libre”, “la partitura en voz baja” y “la emoción no subrayada”, mientras que Radio Jaén destaca “la estructura, secciones, métrica puntual y el homenaje al personal de enfermería”. Esta caracterización crítica permite situar al autor en diálogo con tradiciones del verso libre conversacional español contemporáneo.

 

 

 

Primera parte: Geopoética de Jaén

 

Jaén como palimpsesto afectivo

 

Ciudad y memoria: topografías del sentimiento

 

La construcción poética de Jaén en Vivir en tu invierno trasciende la descripción paisajística para articular una geopoética donde la ciudad opera como palimpsesto afectivo. Los topónimos específicos funcionan como coordenadas de la experiencia: Rosales, Jardinillos, Plaza y el Lagarto como símbolo heráldico local.

El prólogo del poemario establece el barrio de Rosales como cronotopo fundacional:

“¡Escuchad! Se oye la dulce música salida de la garganta de un pequeño canario en un balcón de Rosales. El sol se va poniendo, y él, entre libros y libros pasa sus atardeceres, leyendo, escribiendo y deleitándose con melodías clásicas.”

La técnica descriptiva integra elementos sonoros (música del canario), temporales (atardeceres) y culturales (libros, melodías clásicas) para construir el barrio como espacio de formación intelectual y sentimental. La apelación inicial (“¡Escuchad!”) establece dimensión comunitaria donde el espacio privado se abre hacia la recepción pública.

 

El lagarto como símbolo totémico urbano

 

El símbolo del lagarto, presente en el escudo jiennense, conecta con la producción anterior del autor (Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén), estableciendo continuidad simbólica en su geografía poética. Su función es totémica: articula la relación entre experiencia personal e identidad colectiva, proporcionando arraigo simbólico.

 

 

 

 

Espacios urbanos como cronotopos emocionales

 

La plaza como escenario de observación social

 

La plaza emerge como espacio de observación y reflexión social. En el poema IV se configura como lugar de contraste social:

“En la plaza de abajo, reos de la belleza de las hojas, malviven los otros, esperando el nacimiento del sol. Natalia acaba de descubrirlos.”

La construcción “reos de la belleza” establece paradoja donde belleza natural coexiste con precariedad social. La plaza se convierte en espacio de revelación social donde la mirada profesional sanitaria “descubre” realidades sociales.

Ventana como dispositivo de mediación

 

La ventana opera como dispositivo que articula la relación entre interior doméstico y exterior urbano. El poema LIV desarrolla esta función:

“Miras por el cristal y hallas unas luces clavadas en la loma. Quiz es la ciudad de tus sueños.”

Establece dialéctica entre ciudad real (experimentada cotidianamente) y ciudad imaginaria (proyectada desde el deseo), característica de la experiencia urbana contemporánea.

 

 

Segunda parte: El núcleo familiar como semilla del poema

 

Familia como motor generativo del discurso lírico

 

La constelación afectiva: Natalia, Julia, Emma

El núcleo familiar constituye el principio organizador que estructura la experiencia lírica. Natalia emerge como figura múltiple: pareja, profesional sanitaria, madre. Julia y Emma representan generaciones que modifican la temporalidad familiar y establecen proyecciones futuras.

Análisis del poema “Camino”

 

El poema “Camino” funciona como retrato programático de Natalia:

“La primavera cruza las postrimerías del invierno
y los vencejos reniegan de su condición de emigrantes.
Como todos los días, desde aquellos de Lisboa,
vas al hospital.
Los pasillos ya saben tu nombre
y la luz filtrada por las ventanas
escolta la paciencia de tus ojos.”

Análisis técnico:

  • Apertura estacional: Establece renovación (“primavera/invierno”) y permanencia (“vencejos que reniegan de emigrar”)
  • Rutinización dignificada: “Como todos los días” eleva la repetición laboral como constancia ética
  • Personificación institucional: “Los pasillos ya saben tu nombre” humaniza el espacio hospitalario
  • Símbolo lumínico: “luz filtrada que escolta la paciencia” integra elementos naturales con virtudes profesionales

 

 

Temporalidad familiar vs. temporalidad social

 

El poemario tematiza la tensión entre temporalidad familiar (fragmentada, adaptada al cuidado) y temporalidad social (normativa, regulada). El poema XVII explicita esta reconfiguración temporal:

“Antes, las noches eran invisibles. Apenas, un ruido, un murmullo. Ahora, son coto privado de las niñas. Sus desvelos aciertan y te apresan. Madrugadas sin dormir.”

El contraste temporal (“Antes/Ahora”) marca ruptura biográfica donde la parentalidad reconfigura la experiencia temporal: las noches dejan de ser tiempo del descanso para convertirse en tiempo del cuidado activo.

 

Ética del cuidado como principio poético

 

Dignificación lírica del trabajo sanitario

 

La obra opera dignificación sistemática del trabajo de cuidados. La continuación del poema “Camino” ejemplifica esta sacralización:

“La devoción al Dios, que tú admiras, empieza en la sala de quimioterapia. Los primeros pacientes del día se encomiendan a la habilidad de tus manos y al consejo de la experiencia.”

La semantización religiosa (“devoción al Dios”) eleva el trabajo técnico al ámbito trascendente, mientras la caracterización profesional (“habilidad”, “experiencia”) mantiene especificidad técnica.

 

Pedagogía afectiva: la transmisión generacional

 

El poema XLIII desarrolla pedagogía dirigida a Julia:

“Acuérdate, Julia, de la luz del Mediterráneo. Con dos años, ya lo habías visto. Eras valiente, tocar siempre el mar querías. Todavía sigues haciéndolo. Salvar vidas en el azul es el hilo de tu destino.”

La estructura imperativa (“Acuérdate”) establece pedagogía de la memoria que conecta experiencia infantil (“tocar siempre el mar”) con vocación proyectada (“Salvar vidas en el azul”), manteniendo continuidad biográfica que respeta autonomía futura.

 

 

Tercera parte: Símbolos y función estructural

Cartografía simbólica del tiempo emocional

 

Análisis cuantitativo de símbolos principales

 

Distribución simbólica en “Vivir en tu invierno” (68 poemas):

Símbolo Apariciones Función estructural
Luz 32 Eje vertebrador del poemario
Noche 18 Temporalidad del cuidado
Invierno 15 Marco temporal biográfico
Hospital 15 Espacio profesional ético
Mar 12 Apertura regulada
Ventana 10 Mediación espacial

 

El invierno como temporalidad productiva

 

El símbolo titular del invierno opera inversión de la tradición simbólica española que asocia invierno con declive. En Paredes Aparicio se configura como temporalidad productiva: tiempo de la madurez responsable y el cuidado activo.

El poema I (SOLTISCIO) establece esta temporalidad invernal:

“Apenas has dormido. Emma, inquieta ha buscado la carne de tu pecho. Vuelves al rito del agua, tus pensamientos aclara. Apurada, anoche cerraste la puerta para convertirme en otro testigo de tus vigilias de invierno.”

Las “vigilias de invierno” no remiten al letargo estacional sino a la temporalidad fragmentada del cuidado parental: noches interrumpidas, atención continua, responsabilidades no delegables.

La luz como esperanza técnicamente construida

 

El símbolo de la luz (32 apariciones) opera como eje vertebrador. Su tratamiento se diferencia de la tradición mística española: se “domestica” como luz del cuidado cotidiano, luz hospitalaria, luz familiar.

 

Análisis del poema LXIII

 

“En un rincón, existe una luz que solo ves tú. Es un santuario, en el que las esperanzas y los buenos deseos se van acumulando hasta que salen libres y curan el cuerpo y alma del enfermo.”

La luz se especializa según competencia sanitaria (“que solo ves tú”) pero mantiene dimensión trascendente (“santuario”) que dignifica el trabajo técnico. Integra competencia profesional y significación simbólica.

 

El mar como apertura regulada

 

Horizonte familiar y proyección educativa

 

El símbolo del mar introduce apertura espacial regulada por responsabilidad parental. Es territorio de pedagogía familiar y libertad vigilada.

El poema XXVII desarrolla esta función:

“El trozo de costa que admiras es como un anillo. Se desciende por un acantilado. La playa parece un cuadro de costumbres varada, la barca, al amanecer, las gaviotas y el pescador de diario. Y el niño suelta la mano del padre para correr por la arena.”

La imagen del niño que “suelta la mano del padre” simboliza autonomía progresiva: libertad dentro de límites seguros, independencia vigilada que caracteriza la pedagogía parental responsable.

 

 

 

Close Reading: Análisis de textos específicos

 

Análisis completo del poema XXXV

 

Este poema constituye el clímax narrativo donde la competencia profesional de Natalia se dramatiza en emergencia médica:

“¿Cómo se salva una vida?
Te lo imaginabas.
Pero hoy lo has sabido.
El hombre, sin pulso.
La reacción, muy rápida.
Lo tiras al suelo y tus manos fuertes
agarran su corazón.
Te encomiendas a la mecánica de la experiencia
de un curso que hiciste en una tarde de verano.
El paciente parece querer subir con su alma al cielo.
No lo dejas.
Su vida con tus brazos sujetas.
El poema continúa.
Él, todavía, no tiene permiso para partir.
Desde hoy, te llamarán heroína, quiz.
Amar es tu vocación, tu flor más hermosa.”

Análisis estructural:

  1. Planteamiento: Pregunta retórica y situación de emergencia
  2. Nudo: Intervención técnica dramatizada
  3. Desenlace: Salvación exitosa y reflexión ética

Técnicas poéticas:

  • Precisión técnica: “sin pulso”, “reacción muy rápida” reproduce protocolo médico
  • Heroización contenida: “te llamarán heroína, quiz” evita grandilocuencia
  • Metapoética: “El poema continúa” integra vida salvada y continuidad lírica
  • Síntesis ética: “Amar es tu vocación” eleva técnica médica a principio ético

Análisis prosódico

Características del verso libre conversacional:

  • Longitud variable: Alternancia entre versos breves (urgencia) y extensos (descripción)
  • Ritmo de emergencia: Fragmentación sintáctica reproduce temporalidad médica
  • Naturalidad conversacional: Sintaxis próxima al habla, registro coloquial-elevado
  • Encabalgamientos expresivos: Suspensión semántica que intensifica dramatismo

Innovaciones en la tradición poética española

 

Posicionamiento en tradiciones intimistas

 

Relación con tradiciones precedentes:

Generación del 50: Conexión en verso libre conversacional y experiencia cotidiana, pero diferencia en tematización específica del trabajo de cuidados.

Poesía de la experiencia: Similitud en narratividad y proximidad comunicativa, pero especificidad en dignificación de temporalidades no normativas.

Intimismo clásico: Ruptura con intensidad dramática tradicional a favor de naturalidad conversacional y ética del cuidado cotidiano.

Aportaciones específicas

 

Temáticas:

  • Sistematización poética del trabajo sanitario como materia lírica central
  • Dignificación de temporalidades fragmentadas del cuidado familiar
  • Integración de discurso profesional especializado en flujo poético natural

Técnicas:

  • Verso libre adaptado a ritmos no normativos (turnos, vigilias, urgencias)
  • Sacralización poética del trabajo invisible sin idealización romántica
  • Construcción de esperanza técnicamente fundamentada en competencia profesional

Simbólicas:

  • Renovación del invierno: de temporalidad terminal a productiva
  • Domesticación de la luz: de trascendencia abstracta a cotidianidad dignificada
  • Funcionalización del mar: de aventura individual a pedagogía familiar

Conclusiones

 

Síntesis de hallazgos

 

Este monográfico ha demostrado cómo Vivir en tu invierno articula una propuesta poética que integra tres dimensiones fundamentales:

Geopoética de Jaén: La ciudad opera como palimpsesto afectivo donde topónimos específicos (Rosales, Plaza, Lagarto) condensan experiencias formativas y proporcionan arraigo identitario en el marco urbano contemporáneo.

Núcleo familiar: La familia constituye motor generativo del discurso lírico, estableciendo temporalidad no normativa adaptada a necesidades del cuidado y desarrollando ética que dignifica trabajo sanitario y responsabilidad parental.

Sistema simbólico: Los símbolos de invierno, luz y mar operan renovación de la tradición española mediante redefinición funcional que adapta elementos clásicos a sensibilidades contemporáneas del cuidado adulto.

 

Aportaciones al intimismo español contemporáneo

 

La obra de Paredes Aparicio realiza contribuciones específicas:

Temática: Primera sistematización poética sistemática del trabajo de cuidados como experiencia central de la temporalidad adulta, integrando dimensiones familiares y profesionales sanitarias.

Técnica: Desarrollo de verso libre conversacional específicamente adaptado a temporalidades fragmentadas, manteniendo proximidad comunicativa sin renunciar a elaboración estética.

Simbólica: Renovación del simbolismo tradicional español que dignifica experiencias contemporáneas del cuidado responsable y la madurez productiva.

 

 

Relevancia crítica

 

La recepción inicial, documentada en Revista Cervantes y medios especializados, sitúa la obra en “la línea de la intimidad honesta” del panorama español actual. Su modalidad del intimismo conversacional proporciona recursos aplicables a experiencias contemporáneas que requieren dignificación lírica: trabajo sanitario, cuidados familiares, responsabilidades comunitarias.

La integración coherente de ciudad, familia y símbolo demuestra la capacidad de la poesía intimista para articular experiencias complejas de la contemporaneidad manteniendo tanto proximidad comunicativa como elaboración técnica, estableciendo un modelo replicable para la dignificación poética del trabajo invisible y las temporalidades no normativas.

Anexos

Anexo I: Datos bibliográficos verificados

Cronología de publicaciones confirmadas:

  • Versos de Vida y Alma (autoedición)
  • La Voz de los Callados(Editorial Poesía Eres Tú)
  • Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén (Editorial Poesía Eres Tú, 2021)
  • Nana a una Madre(Editorial Rilke)
  • Mirando al Este(Editorial Seshat)
  • Vivir en tu invierno(Ediciones Rilke, 2025)

Reconocimientos documentados:

  • 1º Premio de poesía cofrade Diario Jaén (2016)
  • 1º Premio Expresión Artística “Comparte la Primavera” Ayuntamiento de Jaén (2020)

Anexo II: Recepción crítica documentada

Revista Cervantes (19 agosto 2025): “Luz sin estribillos bajo un cielo doméstico” – Análisis de “el verso libre”, “partitura en voz baja”, “emoción no subrayada”, situando la obra en “la línea de la intimidad honesta”.

Cadena SER Andalucía (17 marzo 2025): “Pandemia y familia, miedo y amor” – Destaca “estructura, secciones, métrica puntual y homenaje al personal de enfermería”.

Ediciones Rilke (2025): Presenta el poemario como obra donde “está patente el amor que siente por su familia su esposa, Natalia, y sus hijas, Julia y Emma”, identificándolas como “eje vertebral de sus poemas”.

Anexo III: Estructura del poemario

“Vivir en tu invierno” – Organización interna:

  • Total: 68 poemas numerados
  • Secciones principales: SOLTISCIO, CANDELARIA, OSTARA
  • Poemas específicos: “Camino”, “Natalia”, serie “Poemas de Julia y Emma”
  • Técnica: Verso libre, ausencia de rima sistemática, longitud variable
  • Registro: Coloquial-elevado, integración de terminología especializada

Bibliografía

Fuentes primarias

Paredes Aparicio, Martín Lorenzo. Vivir en tu invierno. Madrid: Ediciones Rilke, 2025.

Fuentes secundarias

Revista Cervantes. “Luz sin estribillos bajo un cielo doméstico. Martín Lorenzo Paredes Aparicio: Vivir en tu invierno (Ediciones Rilke)”. 19 agosto 2025.

Cadena SER Andalucía. “Pandemia y familia, miedo y amor: todo cabe en el nuevo poemario de Martín Paredes”. 17 marzo 2025.

Ediciones Rilke. Ficha editorial “Vivir en tu invierno. Martín Lorenzo Paredes Aparicio”. 2025.

Referencias teóricas

Bachelard, Gaston. La poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica, 1965.

García Montero, Luis. Poesía, cuartel de invierno. Madrid: Hiperión, 1987.

Gil de Biedma, Jaime. Las personas del verbo. Barcelona: Seix Barral, 1975.

 

Andrés Ignacio, García Pérez-Tomás. «Martín L. paredes aparicio: ciudad, familia y símbolo». Zenodo, 29 de agosto de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.16993105.

book6

Intimismo conversacional: métrica y ritmo del verso libre en “Vivir en tu invierno”

https://zenodo.org/records/16991657?token=eyJhbGciOiJIUzUxMiJ9.eyJpZCI6ImQxYjI0YTAxLTI4MTYtNDQxMi05ZGYzLTgzOGY3NjA4MGI2ZCIsImRhdGEiOnt9LCJyYW5kb20iOiIyZDI3ZDRjYmIzYWVlZTQ5YzhhNmQ0ZWI3ZDM5MzEyNyJ9.094uV7XwM_4sfO6mbXOTEvDUqjA7tY58h1MpVaeHDdVtWKKUpfK5pFM9IHtSOLGMAqWgGlSegIT1g4j0qlW02A

Intimismo conversacional: métrica y ritmo del verso libre en “Vivir en tu invierno”

 

Introducción: La configuración del intimismo conversacional

El intimismo conversacional de Martín Lorenzo Paredes Aparicio en “Vivir en tu invierno” constituye una modalidad específica del verso libre español contemporáneo que se caracteriza por la integración armónica de dicción directa, tono confesional y naturalidad rítmica. Esta investigación demuestra cómo el poeta desarrolla una técnica versificatoria que trasciende la mera ausencia de métrica regular para articular un sistema rítmico conversacional que dignifica poéticamente la experiencia cotidiana del cuidado adulto.[1][2][3]

 

Marco teórico: El verso libre en la tradición española contemporánea

 

El verso libre español tiene su desarrollo canónico a partir de Juan Ramón Jiménez, especialmente en su Diario de un poeta recién casado (1917), estableciendo una técnica que desvincula lo poético de la musicalidad de ritmo y rima. Posteriormente, la Generación del 50 desarrolla un verso libre conversacional donde “el poeta alcanza ese fino equilibrio entre tradición y modernidad que le permite lograr acercarse a lo narrativo sin tener que renunciar al componente rítmico del verso”.[4][2]

La poesía conversacional se define como aquella que utiliza “una sintaxis similar a la del habla” y “hace eco del diálogo y el discurso hablado”, caracterizándose por su resonancia directa y transparencia comunicativa. Esta modalidad conecta con la tradición confesional donde “existe un deseo de ser radicalmente auténtico y revelador”.[5][6]

 

Análisis de la estructura métrica del verso libre

 

Caracterización técnica del verso libre de Paredes Aparicio

El verso libre de “Vivir en tu invierno” presenta características estructurales específicas :[3]

Longitud promedio: 8-12 sílabas, estableciendo un ritmo base conversacional próximo al endecasílabo tradicional pero con flexibilidad adaptativa.[3]

Variabilidad silábica alta: Rango 4-18 sílabas, permitiendo modulación emocional según el contenido expresivo específico.[3]

Ausencia de esquema rimático regular: Asonancia ocasional no sistemática, privilegiando fluidez semántica sobre musicalidad formal.[3]

El poema “Camino” ejemplifica esta métrica conversacional :[3]

“La primavera cruza las postrimerías del invierno [14 sílabas] y los vencejos reniegan de su condición de emigrantes. [15 sílabas] Como todos los días, desde aquellos de Lisboa, [11 sílabas] vas al hospital. [5 sílabas]”

La alternancia métrica (14-15-11-5) crea un ritmo respiratorio natural que imita la cadencia del habla reflexiva, estableciendo pausas contemplativas mediante versos breves.[3]

 

Función estructural del encabalgamiento

 

El encabalgamiento opera como técnica dominante (frecuencia muy alta) con función específica de suspensión semántica :[3]

“Apenas has dormido. Emma, inquieta
ha buscado la carne de tu pecho.
Vuelves al rito del agua, tus pensamientos aclara.” (SOLTISCIO I)

El encabalgamiento entre “inquieta / ha buscado” crea una pausa expresiva que intensifica la imagen del cuidado nocturno, mientras que la continuidad sintáctica mantiene la fluidez conversacional.[3]

 

Caracterización de la dicción directa

 

Registro coloquial-elevado

 

La dicción de Paredes Aparicio se caracteriza por un registro coloquial-elevado que combina proximidad comunicativa con dignidad poética. Esta modalidad híbrida evita tanto la grandilocuencia tradicional como la prosaización excesiva.[1][3]

Léxico cotidiano dignificado: Términos como “hospital”, “quimioterapia”, “pasillos”, “madrugada” se integran poéticamente sin exotización ni degradación.[3]

Sintaxis próxima al habla natural: Predominio de construcción paratáctica (70% coordinación vs 30% subordinación), reflejando la estructura del discurso oral.[3]

El poema XIV ejemplifica esta dicción directa :[3]

“Otra madrugada igual. Abres la puerta.
Antes, las has visto durmiendo.
La paz de sus sueños inquebrantable te tranquiliza.”

La secuencia sintáctica simple (“Otra madrugada igual”) reproduce la inmediatez del habla cotidiana, mientras que la construcción “La paz… te tranquiliza” mantiene elaboración poética.[3]

 

Integración del discurso directo

 

Una técnica específica del intimismo conversacional es la integración del discurso directo en el verso libre :[3]

“No tengan miedo, todo va a salir bien.
Pronto volverán a la ternura de sus hogares.
La llama de la victoria destruirá
las células del miedo.
Les dices.” (Camino)

El marcador conversacional “Les dices” establece polifonía testimonial donde la voz profesional de Natalia se integra en la voz poética, creando autenticidad dialógica.[3]

 

Análisis del tono confesional

 

Modalidad confesional íntima

 

El tono confesional se caracteriza por intensidad contenida y perspectiva testimonial en primera persona. Esta confesionalidad no busca exhibición dramática sino comunicación íntima de la experiencia del cuidado.[3]

La confesión opera como “acto verbal mediante el cual el sujeto plantea una afirmación sobre lo que él mismo es” y “se compromete con esa verdad”. En Paredes Aparicio, esta verdad es la del cuidado adulto responsable:[6]

“Imaginarnos siempre juntos, no en la adversidad
ni en la alegría, sino en lo cotidiano,
es el más grande acto de amor que existe.” (X)

La confesión de lo cotidiano como “más grande acto de amor” invierte la jerarquía emocional tradicional que privilegia momentos excepcionales.[3]

 

Proximidad al lector

 

El tono confesional establece proximidad al lector mediante apelación directa y marcadores de intimidad :[3]

“Hace tiempo que nos fuimos
¿Adónde?
Ese lugar no lo sabemos.” (XX)

La pregunta retórica “¿Adónde?” y la inclusión del lector en “no lo sabemos” crean complicidad interpretativa típica del intimismo conversacional.[3]

 

Posición frente a tradiciones intimistas españolas

 

Diferenciación de la tradición clásica

 

Frente a representantes clásicos como Miguel Hernández o Blas de Otero, caracterizados por métrica regular e intensidad dramática, Paredes Aparicio desarrolla un intimismo de menor dramatismo y mayor naturalidad.[1][3]

Miguel Hernández (tradición clásica): Soneto, intensidad dramática, temas existenciales mayores.

Paredes Aparicio: Verso libre, intensidad contenida, temas cotidianos dignificados.[3]

Esta diferenciación responde a una sensibilidad contemporánea que privilegia la autenticidad conversacional sobre la grandilocuencia lírica.[1]

 

Conexión con la Generación del 50

 

Similitudes con José Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma: verso libre conversacional, experiencia urbana cotidiana, “fino equilibrio entre tradición y modernidad”.[2]

Diferenciación: Mientras la Generación del 50 tematiza la experiencia urbana y política, Paredes Aparicio se centra en la experiencia doméstica y del trabajo de cuidados.[3]

 

Diálogo con la poesía de la experiencia

 

Conexiones con Luis García Montero y Felipe Benítez Reyes: narratividad, experiencia cotidiana, proximidad comunicativa.[1]

Especificidad de Paredes Aparicio: tematización específica del cuidado familiar y profesional como experiencia poética central.[3]

Técnicas específicas del verso libre conversacional

 

Pausas versales expresivas

 

Las pausas versales funcionan como dispositivos expresivos que crean ritmo de la reflexión :[3]

“Vuelve el animal sus ojos a la penumbra de la noche.
Su mirada serena, con tu selva.
Mi mano en tu muslo.
Como una huella en la playa.” (XIX)

La gradación descendente de longitud versal (13-7-5-6 sílabas) crea ralentización contemplativa que intensifica la intimidad.[3]

 

Variación silábica adaptativa

 

La variación silábica se adapta al contenido emocional:

Momentos contemplativos: Versos largos (12-15 sílabas) para desarrollo reflexivo.[3]

Momentos intensos: Versos breves (4-6 sílabas) para concentración emocional.[3]

Transiciones: Alternancia irregular para naturalidad rítmica.[3]

 

Marcadores de oralidad

 

Presencia sistemática de marcadores orales: “ah”, “ya”, “entonces”, “ahora”, que acercan el verso al ritmo del habla natural :[3]

“Ahora que duermes en un sueño que ya no es solo tuyo.
Ahora que rozas más de una piel.
Ahora es cuando más te quiero.” (XXIII)

La repetición anafórica de “Ahora” reproduce patrones del discurso oral donde las reiteraciones funcionan como signos de puntuación.[5]

 

Innovaciones en el intimismo conversacional español

 

Dignificación poética del trabajo de cuidados

Innovación temática: Primera sistematización poética del trabajo de cuidados (familiar y profesional) en la tradición intimista española.[3]

Innovación técnica: Adaptación del verso libre conversacional a la temporalidad fragmentada del cuidado (turnos nocturnos, interrupciones, rutinas).[3]

 

Construcción de temporalidad no normativa

 

Aportación específica: Creación de ritmos poéticos que reflejan la temporalidad del trabajo invisible :[3]

“Las nias ocupan nuestros desvelos.
Su corazón ordena.
Y nosotros asentimos.” (LXVIII)

La brevedad versal y sintaxis simple reproducen poéticamente la inmediatez de las decisiones del cuidado.[3]

 

Integración de discursos especializados

 

Técnica innovadora: Integración armónica de discurso sanitario especializado en verso libre conversacional :[3]

“Los primeros pacientes del día se encomiendan
a la habilidad de tus manos
y al consejo de la experiencia.” (Camino)

La terminología técnica (“pacientes”, “habilidad”, “experiencia”) se integra sin ruptura tonal en el flujo conversacional.[3]

 

Métricas de naturalidad conversacional

 

Índices de proximidad al habla

Análisis cuantitativo de la naturalidad conversacional :[3]

Índice de parataxis: Alto (70% coordinación), reflejando estructura del habla natural.[3]

Frecuencia de hipotaxis: Baja (30% subordinación), evitando complejidad sintáctica que alejaría del registro conversacional.[3]

Presencia de marcadores orales: Sistemática, manteniendo proximidad al discurso hablado.[3]

Distancia habla-escritura: Mínima, logrando efecto de inmediatez comunicativa.[3]

Función social del intimismo conversacional

Dignificación de la experiencia cotidiana

El intimismo conversacional de Paredes Aparicio opera como dispositivo de dignificación social que eleva poéticamente experiencias históricamente invisibilizadas :[3]

Trabajo de cuidados: Convertido en materia poética legítima.[3]

Temporalidad doméstica: Poetizada sin idealización ni degradación.[3]

Responsabilidad adulta: Dignificada como experiencia poética central.[3]

 

Construcción de comunidad lectora

 

El tono conversacional construye comunidad interpretativa basada en experiencias compartidas del cuidado adulto. Esta función comunitaria conecta con la tradición confesional que busca reconocimiento y comprensión mutua.[6][3]

Conclusiones: Una modalidad específica del verso libre español

El intimismo conversacional de Martín Lorenzo Paredes Aparicio en “Vivir en tu invierno” constituye una modalidad específica y original del verso libre español contemporáneo que se caracteriza por :[3]

Integración técnica: Dicción directa, tono confesional y naturalidad rítmica sin pérdida de elaboración poética.[3]

Innovación temática: Sistematización poética del trabajo de cuidados como experiencia central de la temporalidad adulta contemporánea.[3]

Función social: Dignificación y visibilización de experiencias cotidianas tradicionalmente excluidas del canon intimista.[3]

Aportación técnica: Desarrollo de ritmos poéticos específicos para la temporalidad fragmentada del cuidado (pausas expresivas, variación adaptativa, integración de discursos especializados).[3]

Esta modalidad conversacional sitúa a Paredes Aparicio en diálogo productivo con la tradición del verso libre español mientras aporta especificidad técnica y temática que enriquece el panorama contemporáneo del intimismo español. Su contribución reside en demostrar que el verso libre conversacional puede dignificar poéticamente la experiencia del cuidado adulto sin renunciar ni a la proximidad comunicativa ni a la elaboración estética.[2][1][3]

  1. https://edicionesrilke.com/vivir-invierno-martin-lorenzo-paredes-aparicio/
  2. https://reunido.uniovi.es/index.php/PREP/article/download/16019/13414/37792
  3. Vivir-en-tu-invierno-Sin-asonancias.pdf
  4. https://cvc.cervantes.es/lengua/iulmyt/pdf/palabra_vertida/32_navarro.pdf
  5. https://repositorio.puce.edu.ec/bitstreams/2b3f3d50-2a18-406b-9733-8ec46a3f2dd2/download
  6. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7522773.pdf
  7. http://www.uhu.es/miguel.marquez/wa_files/versiculo.pdf
  8. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2721807.pdf
  9. https://www.studysmarter.es/resumenes/literatura/movimientos-literarios-americanos/poesia-confesional/
  10. http://www.proyectos.cchs.csic.es/detli/sites/default/files/Verso libre.pdf
  11. https://es.scribd.com/document/743265062/PARA-UNA-REVISION-DE-LA-POESIA-CONVERSACIONAL
  12. http://www.antonioviñuales.com/poesia-de-linea-clara-ii-intimismo/
  13. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/104833.pdf
  14. https://www.lasnuevemusas.com/el-versolibrismo-mas-alla-de-la-metrica-poetica/
  15. https://es.wikipedia.org/wiki/Verso_libre

 

Andrés Ignacio, García Pérez-Tomás. «INTIMISMO CONVERSACIONAL: MÉTRICA Y RITMO DEL VERSO LIBRE EN “VIVIR EN TU INVIERNO”». Zenodo, 29 de agosto de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.16991657.

book3

TRABAJO DE CUIDADO Y ÉTICA DE LA COMPASIÓN: ANÁLISIS DE LA FIGURA PROFESIONAL DE NATALIA EN “VIVIR EN TU INVIERNO”

https://zenodo.org/records/16991120?token=eyJhbGciOiJIUzUxMiJ9.eyJpZCI6IjQ0YjM4YTRiLTA5OTAtNGMyNy1iNWZmLTRiYTJiY2YzODkyOSIsImRhdGEiOnt9LCJyYW5kb20iOiIzNzZlZDBmN2ZkM2Q4N2UyOWYwZWEwOGQzZGRiNjFhYyJ9.qnednJDy0TyJqOsq_U2-J_6uDvWfyJMV5G4MOtLVky2HTNINe4b0jdJDmJN9BQ-7oJaAKTiWLXnadbKdo9Cwhg

 

 

Trabajo de cuidado y ética de la compasión: Análisis de la figura profesional de Natalia en “Vivir en tu invierno”

Introducción: El cuidado como núcleo temático y moral

La figura de Natalia en “Vivir en tu invierno” de Martín Lorenzo Paredes Aparicio constituye una dignificación poética del trabajo sanitario que trasciende la mera descripción profesional para articular una ética del cuidado como principio estructurante del poemario. Su representación como enfermera no se limita a la dimensión laboral, sino que opera como núcleo moral desde el cual se despliega una reflexión sobre la compasión, la esperanza y la construcción de comunidad a través del acto de cuidar.

Marco teórico: La ética del cuidado en el ámbito sanitario

La ética del cuidado se define como una perspectiva moral que “tiene como objetivo analizar la utilidad de la ética del cuidado en la profesión enfermera” y reconoce que “la labor no debería ser entendida simplemente como la acción o el arte de proporcionar los instrumentos que sirvan para mejorar o aliviar la enfermedad, sino que debería entenderse como la acción de proporcionar el mayor bienestar físico, psíquico o psicosocial a la persona”. Esta perspectiva integral del cuidado encuentra en la poesía de Paredes Aparicio una expresión literaria que dignifica y sacraliza el trabajo sanitario.

El Código Deontológico de la Enfermería Española establece que “la Enfermera/o ejercerá su profesión con respeto a la dignidad y la singularidad de cada paciente” y que debe “proteger al paciente de posibles tratos humillantes, degradantes”, principios que se reflejan poéticamente en la construcción de Natalia como figura ética ejemplar.

Análisis textual: La construcción poética de Natalia

El poema “Camino” como retrato profesional

El poema “Camino” funciona como retrato programático de Natalia que establece los fundamentos de su caracterización ética:

“La primavera cruza las postrimerías del invierno / y los vencejos reniegan de su condición de emigrantes. / Como todos los días, desde aquellos de Lisboa, / vas al hospital. / Los pasillos ya saben tu nombre / y la luz filtrada por las ventanas / escolta la paciencia de tus ojos.”

La rutinización dignificada (“Como todos los días”) se articula con la personalización del espacio (“Los pasillos ya saben tu nombre”), técnica que humaniza el entorno hospitalario y lo convierte en territorio de reconocimiento mutuo entre profesional y institución.

La sacralización del espacio hospitalario

El poema desarrolla una sacralización poética del trabajo sanitario:

“La devoción al Dios, que tú admiras, / empieza en la sala de quimioterapia. / Los primeros pacientes del día se encomiendan / a la habilidad de tus manos / y al consejo de la experiencia.”

La semantización religiosa (“devoción al Dios”, “se encomiendan”) convierte el acto técnico en ritual de trascendencia, elevando la competencia profesional (“habilidad de tus manos”) al ámbito de lo sagrado. Esta estrategia poética responde a la necesidad de dignificar el trabajo invisible del cuidado sanitario.

El discurso directo como técnica de autenticación

La integración del discurso profesional directo en el verso opera como técnica de autenticación testimonial:

“No tengan miedo, todo va a salir bien. / Pronto volverán a la ternura de sus hogares. / La llama de la victoria destruirá / las células del miedo. / Les dices.”

El marcador conversacional (“Les dices”) subraya la dimensión dialógica del cuidado, donde la palabra terapéutica se integra como elemento constitutivo de la práctica profesional. Esta técnica conecta con la literatura testimonial del personal sanitario, especialmente la producida durante la pandemia, donde “el objetivo de volcar en los textos su experiencia laboral y personal” se convierte en estrategia de dignificación y procesamiento emocional.

La temporalidad del cuidado: Ritmos profesionales y familiares

La articulación de temporalidades múltiples

La figura de Natalia permite la articulación de temporalidades profesionales y domésticas que estructuran el ritmo del poemario:

“Apenas has dormido. Emma, inquieta / ha buscado la carne de tu pecho. / Vuelves al rito del agua, tus pensamientos aclara. / Apurada, anoche cerraste la puerta / para convertirme en otro testigo / de tus vigilias de invierno.” (Poema I)

La fragmentación temporal (“Apenas has dormido”, “vigilias de invierno”) refleja la estructura laboral del cuidado sanitario, donde los turnos nocturnos y la responsabilidad continua generan una temporalidad no normativa que impacta en la organización familiar.

El retorno como ritual de transición

El ritual del regreso estructura múltiples poemas y opera como momento de transición entre espacio profesional y doméstico:

“Regresas cuando expira la tarde, / como un delincuente arrepentido / de salir siempre corriendo. / Cargas con la mirada, del que se queda en la consulta. / Su vida es también tu vida.” (Poema XXXIV)

La metáfora del delincuente revela la culpabilidad profesional por el abandono necesario del paciente, mientras que la identificación empática (“Su vida es también tu vida”) evidencia el coste emocional del trabajo de cuidados. Esta técnica poética visibiliza la carga psíquica invisible del trabajo sanitario.

La ética de la compasión como estructura moral

Esperanza como competencia profesional

La construcción de esperanza emerge como competencia técnica específica del trabajo de Natalia:

“No temas, tu amor amainará la tormenta de sus curas.” (Poema XXXVII)
“Y el poema continúa. / Él, todavía, no tiene permiso para partir. / Desde hoy, te llamarán heroína, quiz. / Amar es tu vocación, tu flor más hermosa.” (Poema XXXV)

La esperanza técnicamente construida se diferencia de la esperanza sentimental por su base profesional: conocimiento, experiencia, habilidad para evaluar pronósticos y comunicar realistamente las posibilidades de recuperación. Esta esperanza competente conecta con los estudios sobre ética del cuidado que destacan la “transmisión de confianza” como dimensión terapéutica específica.

La gestión profesional de la fragilidad

El tratamiento poético de la fragilidad humana revela una competencia específica del trabajo de Natalia:

“Han inventado un pasillo, en el hospital, blanco. / En sus paredes cuelgan cuadros con fotos / de los que ya no están. / Su itinerario es obligatorio. / Pero, a veces, no quieres cruzarlo. / Sus almas parecen querer hablarte.” (Poema XXXVII)

El “pasillo de los que ya no están” funciona como espacio simbólico donde la gestión institucional de la muerte requiere una competencia emocional específica. La resistencia (“no quieres cruzarlo”) evidencia el coste subjetivo de la exposición profesional continuada a la fragilidad y la pérdida.

Comunidad y reconocimiento: El impacto social del cuidado

La construcción de comunidad terapéutica

La representación del hospital trasciende la institución burocrática para convertirse en espacio de comunidad:

“La mesa, en la que te reúnes es redonda, / de modo que ocupas un puesto de igualdad. / Aquí, analizas los estados emocionales / de tus amigos, para que el tratamiento / sea más llevadero.” (Poema LXIII)

La “mesa redonda” evoca la tradición democrática y subraya la igualdad dignidad entre profesionales y pacientes (“tus amigos”). Esta humanización del espacio terapéutico responde a la crítica de la medicina deshumanizada y propone un modelo de cuidado integral donde la dimensión emocional se integra como elemento constitutivo del tratamiento.

El reconocimiento social como reparación simbólica

El poemario opera como acto de reconocimiento hacia el trabajo sanitario:

“En una habitación haces realidad / lo que Jesús predicaba. / Guardas su futuro. / Y caminas en silencio, elevando solo tus ojos / para ver las risas de los pacientes. / Tu voz es la cura de una sociedad, / que no sabe cuándo abandonó el amor / y la empática hacia los demás.” (Poema LXIII)

La sacralización cristológica (“lo que Jesús predicaba”) eleva el trabajo técnico al ámbito de lo trascendente, mientras que la función social reparadora (“cura de una sociedad”) sitúa el cuidado sanitario como práctica ética que contrarresta la desintegración comunitaria. Esta perspectiva conecta con la literatura testimonial sanitaria donde el personal de salud se presenta como garante de valores comunitarios en contextos de crisis social.

El cuidado como trabajo invisible dignificado

La visibilización poética del trabajo no reconocido

El tratamiento de Natalia responde a la invisibilización tradicional del trabajo de cuidados, especialmente el realizado por mujeres. La dignificación poética opera como reparación simbólica de un trabajo históricamente no valorado:

“El oficio de enfermería es un salvoconducto al amor.” (Poema XXXII)

La metáfora del salvoconducto sugiere que el trabajo sanitario autoriza y legitima el ejercicio de la compasión en sociedades donde el cuidado del otro no siempre encuentra reconocimiento social. Esta perspectiva conecta con las poéticas feministas contemporáneas que tematizan el trabajo de cuidados como dimensión política y práctica de resistencia.

La continuidad generacional del cuidado

El poemario establece una genealogía del cuidado que conecta el trabajo profesional de Natalia con la tradición maternal:

“Nuestras madres bordaban sueños en la noche / mientras dormíamos. / Y al despertar se desvanecían en una laguna. / Yo escribo para que nuestros sueños venzan / a las madrugadas en las que el insomnio / apresa a nuestras hijas.” (Poema XVI)

La continuidad entre cuidado maternal y profesional subraya la dimensión estructural del trabajo de cuidados como sostén comunitario. Esta perspectiva conecta con los estudios sobre ética feminista del cuidado que reconocen el cuidado como trabajo esencial para la reproducción social.

Conclusiones: Hacia una poética ética del cuidado sanitario

La figura de Natalia en “Vivir en tu invierno” constituye una aportación significativa a la dignificación poética del trabajo sanitario en la literatura española contemporánea. Su tratamiento trasciende la mera descripción profesional para articular una ética del cuidado que opera en múltiples dimensiones:

  1. Dimensión técnica: La competencia profesional se presenta como base indispensable para el ejercicio ético del cuidado.
  2. Dimensión emocional: La gestión de la esperanza y la compañía en la fragilidad se configuran como competencias específicas del trabajo sanitario.
  3. Dimensión comunitaria: El trabajo de cuidados se presenta como práctica reparadora de la desintegración social y garante de valores comunitarios.
  4. Dimensión política: La visibilización poética del trabajo de cuidados opera como reparación simbólica de su histórica invisibilización.

La construcción poética de Natalia contribuye al debate contemporáneo sobre la dignificación del trabajo de cuidados y se inscribe en la tradición de literatura testimonial sanitaria que ha cobrado especial relevancia durante la pandemia. Su integración armónica en el universo familiar del poemario demuestra que la ética profesional del cuidado y la ética familiar no son dimensiones contradictorias sino complementarias en la construcción de una vida éticamente coherente.

Esta poética del cuidado sitúa a Paredes Aparicio en diálogo con las corrientes contemporáneas que reconocen el trabajo de cuidados como dimensión política esencial y contribuye a la construcción de una imaginario social que dignifica y reconoce el valor comunitario del trabajo sanitario.

 

Andrés Ignacio, García Pérez-Tomás. «TRABAJO DE CUIDADO Y ÉTICA DE LA COMPASIÓN: ANÁLISIS DE LA FIGURA PROFESIONAL DE NATALIA EN “VIVIR EN TU INVIERNO”». Zenodo, 29 de agosto de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.16991120.

book2

Poética de la cotidianidad: familia, casa y ciudad

Fuente: https://www.escritoresycriticos.com/poetica-de-la-cotidianidad-familia-casa-y-ciudad/

Poética de la cotidianidad: familia, casa y ciudad

Estudio de «Vivir en tu invierno» de Martín Lorenzo Paredes Aparicio

«Vivir en tu invierno» constituye un ejemplo paradigmático de cómo la poesía española contemporánea transforma las rutinas domésticas más elementales en materia poética de alta calidad estética. El poemario de Martín Lorenzo Paredes Aparicio logra convertir gestos mínimos como despertar con las hijas, observar la luz filtrada por una ventana, o caminar hacia el hospital, en una compleja arquitectura simbólica que dignifica lo cotidiano y lo eleva a categoría ontológica del amor y la existencia familiar.[1][2]

Marco teórico: la poesía intimista española contemporánea

La obra de Paredes Aparicio se inscribe en una tradición consolidada de poesía intimista española que, desde la posguerra, ha privilegiado «un retorno a lo íntimo: el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la infancia, lo familiar, el amor y el erotismo». Esta corriente se caracteriza por un «estilo conversacional, antirretórico» que comunica «sin pudor su intimidad» mediante «la anécdota realista como punto de partida para mostrar sus propias vivencias». En el panorama contemporáneo, autores como Luis García Montero han desarrollado una «poética de los cuidados» que sitúa la experiencia del cuidado familiar y sanitario en el centro de la reflexión lírica, transformando «la ropa sucia» y los «avisos médicos» en «domicilios de amor».[1][3]

 

Transformación poética de las rutinas domésticas

El despertar como ritual sagrado

El análisis textual revela cómo Paredes Aparicio convierte la rutina matutina en rito poético mediante la sacralización del gesto cotidiano. El poema I de la serie «SOLTISCIO» transforma el despertar familiar: «Apenas has dormido. Emma, inquieta ha buscado la carne de tu pecho. Vuelves al rito del agua, tus pensamientos aclara». La expresión «rito del agua» eleva el simple lavarse matutino a ceremonia purificadora, mientras que «tus pensamientos aclara» personifica el agua como agente de claridad mental. La rutina se convierte en liturgia doméstica que prepara el alma para el día.[4][2]

A serene domestic interior with natural light illustrating intimate family and home life settings.

El trabajo sanitario como vocación poética

El hospital aparece 3 veces en el poemario, siempre humanizado mediante recursos de personificación y simbolización.

En «Camino», la rutina laboral de Natalia se poetiza: «Los pasillos ya saben tu nombre y la luz filtrada por las ventanas escolta la paciencia de tus ojos». Los pasillos adquieren memoria («saben tu nombre»), mientras que la luz se convierte en guardiana («escolta la paciencia»). La rutina hospitalaria se transforma en geografía afectiva donde cada espacio participa activamente en el cuidado.[3][2]

Medical devices and nurses in a hospital care environment providing patient support.

La observación parental como indagación existencial

La rutina de observar a las hijas dormir trasciende lo anecdótico para convertirse en reflexión sobre el futuro y la temporalidad: «Las miras antes de irte a trabajar. Indagas en su sueño. Quieres saber cómo serán sus vidas». El verbo «indagas» transforma la mirada maternal en investigación metafísica, mientras que el sueño infantil se convierte en oráculo del porvenir. La rutina deviene ejercicio de clarividencia parental.[4][2]

Espacios de Jaén como geografía poética

La plaza como espacio de la memoria colectiva

La plaza aparece 5 veces en el poemario, siempre como espacio público que dialoga con la intimidad privada. En el poema III: «Abajo, en la plaza, sube la desidia del que vela su conciencia desde la aurora». La plaza funciona como contrapunto a la intimidad del dormitorio: mientras arriba se desarrolla el amor familiar, abajo la plaza acoge la soledad urbana. La geografía vertical del poema (arriba/abajo) establece una dialéctica entre lo privado y lo público que caracteriza la experiencia moderna del habitar.[5][2]

Plaza de España in Seville, a grand urban public space exemplifying Andalusian architecture and city life.

Topografía sentimental jiennense

Los espacios específicos de Jaén (balcón de Rosales, Jardinillos, plaza) funcionan como coordenadas emocionales de la experiencia amorosa. «Ella es una luz venida de los Jardinillos, que alumbra su corazón» sitúa el origen del amor en una geografía concreta. Los Jardinillos no son mero lugar físico sino útero simbólico del amor, mientras que el balcón de Rosales se convierte en observatorio íntimo desde donde se contempla la ciudad. Jaén se poetiza como mapa afectivo donde cada lugar guarda una epifanía sentimental.[5][2]

Técnica del verso libre y modulación rítmica

Dualidad estilística: sentencia y narrativa

El análisis métrico revela que Paredes Aparicio emplea una técnica dual en su verso libre, alternando entre poemas-sentencia de 8-10 palabras y prosa poética narrativa de 20-30 palabras. Los poemas-sentencia funcionan como aforismos definitivos: «El amor existe porque tú lo has inventado» (8 palabras), mientras que los narrativos desarrollan reflexión discursiva: «Imaginarnos siempre juntos, no en la adversidad ni en la alegría, sino en lo cotidiano, es el más grande acto de amor que existe» (24 palabras).[2]

Esta alternancia rítmica reproduce el ritmo natural del pensamiento doméstico: momentos de iluminación súbita (sentencia) y períodos de reflexión sostenida (narrativa). El verso libre mimetiza la respiración familiar, con sus pausas íntimas y sus flujos contemplativos.[6][7]

Pausas y encabalgamientos como respiración poética

El uso de la coma y el punto como reguladores del ritmo interno crea una prosodia del cuidado que reproduce la cadencia de las labores domésticas. En el poema XIII: «Cubrir deseo las horas en las que te vas. Y desespero al mirar el salón, y no verte». Las pausas por coma (3 en el ejemplo) crean un ritmo entrecortado que mimetiza la ansiedad de la espera, mientras que el encabalgamiento reproduce la continuidad del deseo.[6][2]

Símbolos centrales: luz, invierno y mar

La luz como símbolo arquitectónico

El análisis cuantitativo revela que «luz» es el símbolo más frecuente del poemario (11 menciones), funcionando como eje vertebrador de toda la arquitectura simbólica. La luz aparece en múltiples metamorfosis: «luz filtrada por las ventanas», «luz de las noches espejo», «Julia, duerme su luz». No se trata de mera iluminación física sino de sustancia ontológica que constituye tanto la identidad de la amada («Eres la luz») como la esencia de las hijas («duerme su luz»).[8][2]

 

El invierno como temporalidad de la intimidad

El invierno (3 menciones directas más referencias a «vigilias», «noviembre») funciona como cronotopos de la intimidad familiar. Las «vigilias de invierno» del poema I establecen el invierno como tiempo de la contemplación doméstica, momento en que la familia se refugia en espacios cerrados y desarrolla su liturgia afectiva. El invierno no es estación meteorológica sino condición existencial de la vida familiar: tiempo de cuidado, introspección y cercanía corporal.[9][2]

El mar como contraste purificador

El mar aparece 5 veces como elemento de contraste con la cotidianidad urbana. «Nos guía a la pureza del Atlántico» establece el mar como ideal de pureza frente a la complejidad de lo doméstico. El mar funciona como horizonte utópico que contrabalancea la densidad emocional de la casa y el hospital. Mientras que los espacios cerrados (hogar, hospital) son territorios del cuidado, el mar representa la libertad contemplativa y la memoria feliz («Como una huella en la playa»).[2]

Cotidianidad elevada a categoría ontológica

El amor como práctica cotidiana

La innovación más notable de Paredes Aparicio consiste en elevar lo cotidiano a categoría suprema del amor. El poema X constituye la clave hermenéutica del poemario: «Imaginarnos siempre juntos, no en la adversidad ni en la alegría, sino en lo cotidiano, es el más grande acto de amor que existe». Esta declaración sitúa la rutina doméstica por encima de los grandes momentos emocionales (adversidad/alegría), estableciendo una jerarquía axiológica donde lo habitual supera lo excepcional.[10][2]

La épica de lo doméstico

Como señala la crítica contemporánea sobre la poesía de lo doméstico, existe toda una corriente que «invita a abrazar la épica de lo cotidiano» y constituye «una reivindicación de las alegrías y fracasos que nos suelen encontrar, a menudo, con una tostada o un puchero en la mano». Paredes Aparicio participa de esta estética que encuentra en lo mínimo lo máximo, convirtiendo gestos elementales (despertar, trabajar, cuidar) en materia épica de la existencia contemporánea.[4][10][2]

Verso libre como mímesis del habla doméstica

Prosificación del verso y poetización de la prosa

La técnica del verso libre en «Vivir en tu invierno» reproduce la cadencia natural del habla familiar, alternando entre momentos de concentración aforística y expansión narrativa. Estudios recientes sobre el verso libre español demuestran que, aunque «la mayoría de los poemas no tiene rima, el 86% mantiene una estructura rítmica expresa o subyacente». Paredes Aparicio participa de esta tendencia, creando un ritmo interno que mimetiza la respiración doméstica sin recurrir a patrones métricos tradicionales.[6][7][2]

La conversación como género poético

El verso libre de Paredes Aparicio funciona como transcripción poética de la conversación íntima familiar. Poemas como «Tejer una vida juntos es como un túnel, donde se mezclan los oscuros con los claros. En la plaza, los recuerdos se esconden» reproducen la sintaxis del discurso oral reflexivo, con sus pausas naturales y sus asociaciones libres. La poesía se convierte en arte de la conversación elevada, dignificando el registro coloquial mediante la disposición tipográfica y la concentración semántica.[1][2]

Conclusiones: una poética del cuidado integral

«Vivir en tu invierno» constituye una aportación significativa a la poética del cuidado en la literatura española contemporánea, estableciendo un modelo de transformación estética de la experiencia doméstica que dignifica tanto el trabajo reproductivo como el trabajo sanitario. Mediante el verso libre y la simbolización sistemática de rutinas familiares, Paredes Aparicio logra crear una arquitectura poética donde lo mínimo adquiere dimensión cósmica y lo habitual se revela como extraordinario.[3][11]

La técnica del verso libre reproduce la respiración natural de la vida familiar, alternando entre momentos de contemplación concentrada (poemas-sentencia) y períodos de reflexión expandida (prosa poética). Los símbolos de luz, invierno y mar establecen una constelación semántica que transforma los espacios domésticos de Jaén en geografía universal del cuidado y la intimidad.[4][2]

El poemario demuestra cómo la poesía española contemporánea puede abordar la experiencia del cuidado familiar sin caer en sentimentalismos, creando una estética de la proximidad que convierte lo cotidiano en materia de conocimiento y belleza. La obra se sitúa así en la mejor tradición del intimismo conversacional español, aportando una voz personal y auténtica al panorama poético actual.[1][5][2]

 

  1. https://www.iesdonbosco.com/data/lengua/2_bachillerato._tema_10._la_poesia_posterior_a_1936.pdf
  2. Vivir en tu invierno. Ed. Rilke 2025
  3. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-60112023000100015&lng=es&nrm=iso&tlng=es
  4. https://www.unir.net/revista/humanidades/poesia-espanola-contemporanea/
  5. https://hojassueltas.es/?p=15290
  6. https://www.lasnuevemusas.com/el-verso-blanco-y-el-verso-libre/
  7. https://es.wikipedia.org/wiki/Verso_libre
  8. https://www.poetica2puntocero.com/once-poemas-de-invierno/
  9. https://hammamalandalus.com/blog/solsticio-de-invierno-alegoria-de-los-suenos/
  10. https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-beatriz-fernandez-de-sevilla/
  11. https://revistas.udc.es/index.php/DIGILEC/article/view/11993
  12. http://destinosintermedios.blogspot.com/2012/09/poesia-espanola-contemporanea_26.html
  13. http://elies.rediris.es/elies32/Poetica_del_habla_cotidiana.pdf
  14. https://www.planetadelibros.com/blog/actualidad/15/articulo/poetas-actuales-espanoles
  15. https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/3599/Orfeo_XXI_2005.pdf?sequence=1
  16. https://hablardepoesia.com.ar/2021/03/22/una-particular-relacion-de-intimidad-giannuzzi-y-casas/
  17. https://librosdelnorte.com/inicio/8729-poesia-espanola-contemporanea-9788430640133.html
  18. https://idus.us.es/bitstreams/78cb1e65-1785-41c2-8fce-42710932d15e/download
  19. https://www.guiainfantil.com/ocio/poesias/poesias-del-mes-de-enero-para-ninos-versos-para-el-comienzo-del-ano/
  20. https://comunidad.poemame.com/t/intimidad/20494
  21. https://letrasdesdemocade.com/tag/poesia-intimista/
  22. https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/02/aih_02_1_035.pdf
  23. https://amarandaalvea.wordpress.com/tag/poesia-espanola-contemporanea-2/
  24. https://www.ejemplos.co/verso-libre/
  25. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/9041335.pdf
  26. https://www.lasnuevemusas.com/el-versolibrismo-mas-alla-de-la-metrica-poetica/
  27. https://ppl-ai-code-interpreter-files.s3.amazonaws.com/web/direct-files/d0f4a25a21a1f3a51ee4658bebe7bd7d/ab1d7522-560b-4a5c-a9e2-d4bcf664ddc5/99c95484.csv