Poesía del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO. El escritor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO El poeta nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
Poesía del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO El autor nos da una muestra tras publicar un libro.
I
Ítaca
Muy pronto la salida de Odiseo.
Mucho antes de que el canto de los gallos
rasgase la membrana del albor.
Tal orden que cumplir,
y chirriaron los goznes de la puerta,
y Argos se echó a sus pies
con gemir lastimero,
y lloraron Telémaco y Penélope.
Veinte años divididos,
borrándose las huellas del ausente.
Mas volvió antes de abrirse
la sima del olvido.
Así, aquella mañana diamantina
en que salí, muy niño,
saciado de caricias y consejos.
El penoso camino, el transcurrir
de los años… y queda aún la vuelta.
Algo de mí quedó
bajo la pátina de los faroles,
en las añosas ramas de los árboles,
en la sibilante agua de las fuentes.
Ítaca: la salida y el retorno.
Obligado salir.
Anhelado volver: reconocerse
en los cálidos ojos del afecto
antes de que los dientes del olvido
marquen su palidez.
Ítaca del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO Share on X
III
El 33
Qué poco te pesaba el 33
con la tinta indeleble a las espaldas.
De los pupitres, el postrero, el tuyo,
un endeble rocín tras enjaezados
corceles. Presidía el almanaque
un junio pantocrátor.
Cuánto troté por sierras, por campiñas,
de lejanos países,
cuánto sudor encarcelando reyes
y dinastías la infantil memoria,
que pronto se esfumaban
por mágicas fisuras.
Qué poco te pesaba el 33,
amigo. Dime qué piadoso Dédalo
te guio por el tortuoso laberinto
del saber sorteando
décimas y centésimas.
Dime quién te inculcó que lo importante
es tan solo llegar.
Llegar a nuestro ritmo.
El 33 del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO Share on X
IX
El instante placentero
Fugaz
pero intenso, el latido del instante
―eléctrico y fulgente desde el núcleo―
se va desvaneciendo en el recuerdo.
Los ojos siempre abiertos del olivo,
ojos de búho plenos de mirada,
fieles vigías del Mediterráneo.
El tierno amanecer de la rosa entre espinos
que envía la mejor de sus sonrisas
al primer balbuceo de la luz,
no estimando el acoso.
El paso vacilante del pequeño,
cuyos dedos aferran los del padre
igual que los del pájaro la rama.
Globo que escapa de la mano. Nada
que prevalezca, ni siquiera un rasgo
de lo que ya se absorbe en el recuerdo.
El instante placentero del libro LOS ROSTROS DE ÍTACA de MANUEL AGUILERA SERRANO Share on X