Título: RENACIDA EN MI CALMA
Autor: LUCÍA GARCÍA RAMOS
https://nuestrosescritores.com/luciagarciaramos/
Año de Publicación: 2025
Editorial: Poesía eres tú
http://www.poesiaerestu.com
ISBN: 979-13-87806-26-2
PVP: 14 Euros (IVA Incluido).
Págs. 58
RESEÑA:
Más allá de los versos: 5 claves ocultas en el poemario ‘Renacida en mi calma’
La poesía, especialmente aquella que se enfoca en el crecimiento personal y la sanación emocional, ha encontrado un nuevo y vibrante público en el mundo contemporáneo. En un entorno a menudo marcado por el ruido y la prisa, los versos que ofrecen refugio y claridad se han vuelto herramientas esenciales para muchos lectores.
El poemario Renacida en mi calma (2025) de la poeta española Lucía García Ramos es un ejemplo paradigmático de este fenómeno. A primera vista, es una colección de poemas de lenguaje sencillo y emotivo, pero bajo su aparente simplicidad se esconde una obra de una profundidad y una arquitectura sorprendentes. El libro es mucho más que una simple colección de versos hermosos.
Este artículo revelará cinco de las lecciones más impactantes que se esconden en la estructura, el lenguaje y la filosofía del libro, demostrando por qué su propuesta es tan relevante hoy en día y cómo sus claves no están solo en lo que dice, sino en cómo lo construye.
1. El poder de una sola palabra (prestada)
Resulta contraintuitivo que en un poemario caracterizado por su “relativa ausencia” de referencias literarias, la única mención explícita a otro autor adquiera una importancia monumental. Sin embargo, esta singularidad convierte la cita a Mario Benedetti en una declaración de principios.
La elección no es casual. Es un acto de “filiación” estratégica que alinea a García Ramos con una tradición de poesía accesible y comunicativa, rechazando conscientemente el hermetismo excluyente. La elección de Benedetti frente a otros posibles referentes es clave: nombrar a Machado habría sido demasiado canónico; a Rupi Kaur, la habría encasillado en la “instapoesía”. Al nombrar a Benedetti —y solo a él—, la autora reivindica un linaje de poesía emotiva con un profundo compromiso social y político, sugiriendo que la defensa del amor propio es, en sí misma, un acto de resistencia.
El gesto adquiere aún más fuerza por su ubicación: la cita aparece en “Cuando me permito caer”, el último poema del libro. En el momento de máxima vulnerabilidad, la voz poética recurre a una “validación externa”, un recurso de autoridad que ancla su experiencia personal en una verdad poética compartida.
Recuerdo a Benedetti, / la alegría se defiende,
2. Un mapa para el viaje interior
Renacida en mi calma no es una colección de poemas al azar, sino una cuidada “arquitectura narrativa del crecimiento personal”. El libro está meticulosamente estructurado en cinco secciones temáticas que funcionan como un mapa del proceso de transformación: Renacer, Raíces, Alas, Puentes y Horizontes.
Esta secuencia traza un itinerario coherente que guía al lector a través de las etapas de la sanación. La estructura sigue un sofisticado movimiento de contracción y expansión: las dos primeras secciones (Renacer, Raíces) representan un “repliegue” necesario, un viaje hacia el interior para anclarse y reconstruirse; las tres últimas (Alas, Puentes, Horizontes) suponen una expansión progresiva hacia la liberación, la conexión con los otros y la proyección al futuro. Esta arquitectura deliberada convierte el libro en una herramienta de “poesía terapéutica”, ofreciendo no solo consuelo, sino también una guía que valida cada etapa del viaje.
Como escribe su amiga Elena en el prólogo, encapsulando este sentimiento de guía íntima:
En este libro encontraréis cómo el amor propio nace, el respeto y reconocer nuestro propio valor. Una conversación entre amigas, de esas que sanan el alma y te hacen sonreír sin darte cuenta.
3. La fortaleza de ser vulnerable
En un mundo obsesionado con la productividad y la resiliencia inquebrantable, el poemario redefine radicalmente el concepto de fortaleza. En lugar de presentarla como la capacidad de no romperse, la verdadera fuerza se revela como el permiso para ser vulnerable, para descansar y para aceptar la propia fragilidad.
Esta perspectiva se opone frontalmente a los discursos de autoayuda que promueven un optimismo simplista. La obra de García Ramos legitima el cansancio, la duda y la fragilidad como partes válidas del proceso de crecimiento. Este tema es una piedra angular del libro, articulado poderosamente en poemas como “Los días que no soy luz”, que valida los momentos de sombra como parte del ciclo vital. Al hacerlo, propone una forma de fortaleza más auténtica y sostenible, una que no se basa en sostenerlo todo, sino en saber cuándo soltar.
He aprendido que sostenerlo todo / no me hace fuerte, / sino pesada.
4. Convertir lo abstracto en algo que puedes tocar
Una de las habilidades técnicas más distintivas de la autora, identificada por la crítica como su capacidad para “encarnar abstracciones”, es su don para la “somatización de lo emocional”. García Ramos convierte conceptos psicológicos complejos —como la identidad, el cambio o la autonomía— en imágenes físicas, tangibles y sensoriales que el lector reconoce de manera casi corporal.
Por ejemplo, transforma la identidad en un espacio físico que se puede habitar (“Soy mi casa”) o el doloroso proceso de cambio personal en el acto tangible de desprenderse de una capa física (“Me quito la piel que ya no me sirve”). Esta técnica de alquimia emocional es la clave de por qué sus poemas resuenan de una manera tan profunda. No solo se entienden con la mente; se sienten en el cuerpo, convirtiendo ideas abstractas sobre la sanación en experiencias reconocibles y cercanas.
Soy el lugar donde descanso, / el refugio que tantas veces busqué afuera.
5. La “tercera vía”: ni autoayuda, ni poesía de élite
El poemario se sitúa en un interesante y necesario punto intermedio, una “tercera vía” que desafía las categorías tradicionales. Se aleja de la literatura de autoayuda porque no es prescriptiva; no da órdenes, sino que comparte un testimonio. Al mismo tiempo, se desmarca de la poesía de élite al evitar conscientemente el “hermetismo simbólico” y la erudición que excluye a lectores no especializados.
Esta posición de frontera navega deliberadamente entre la “excesiva simplificación que caracteriza algunas manifestaciones de la ‘instapoesía'” y la complejidad academicista. Responde a una necesidad cultural contemporánea de encontrar un arte que sea simultáneamente bello y funcional, que acompañe sin dejar de ser literatura. La obra de García Ramos demuestra, como ha señalado la crítica, que “accesibilidad no equivale a superficialidad”, ofreciendo un refugio poético que es a la vez estéticamente valioso y emocionalmente sanador.
“En cada silencio hay un renacer, en cada herida un comienzo”.
Renacida en mi calma es una obra que, bajo su aparente sencillez, ofrece una profunda y compleja reflexión sobre la sanación, la fortaleza y el poder del lenguaje. Sus claves más importantes no están solo en la superficie de sus versos, sino en su arquitectura deliberada, en sus silencios estratégicos y en sus valientes elecciones estéticas.
El trabajo de García Ramos es un testimonio del poder de transformar la experiencia personal en una cartografía compartida, demostrando una alquimia emocional poco común para convertir lo vivido en un lenguaje que otros puedan habitar como un refugio.
Y tú, ¿qué refugios construyes con tus propias palabras?