Andrés Ignacio, García Pérez-Tomás. «ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DEL POEMARIO: INVESTIGACIÓN SOBRE LAS CINCO SECCIONES (RENACER, RAÍCES, ALAS, PUENTES, HORIZONTES) COMO ARQUITECTURA NARRATIVA DEL CRECIMIENTO PERSONAL». Zenodo, 6 de diciembre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17841923
ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DEL POEMARIO: INVESTIGACIÓN SOBRE LAS CINCO SECCIONES (RENACER, RAÍCES, ALAS, PUENTES, HORIZONTES) COMO ARQUITECTURA NARRATIVA DEL CRECIMIENTO PERSONAL
- Introducción
La arquitectura de un poemario constituye uno de los elementos más significativos para comprender su propuesta estética y su función expresiva. Frente a concepciones que entienden los libros de poesía como meras colecciones de poemas escritos en diferentes momentos y reunidos sin plan previo, la crítica literaria contemporánea ha prestado creciente atención a la dimensión arquitectónica de los poemarios, reconociendo que la organización, la secuencia y la estructura seccional constituyen elementos compositivos tan relevantes como los poemas individuales.
Renacida en mi calma (2025) de Lucía García Ramos presenta una arquitectura cuidadosamente diseñada que estructura el libro en cinco secciones temáticas: Renacer, Raíces, Alas, Puentes y Horizontes. Esta organización no es meramente formal o arbitraria, sino que responde a una lógica narrativa que traza un itinerario completo del proceso de crecimiento personal y autodescubrimiento que constituye el tema central de la obra.
La secuencia de las cinco secciones configura lo que podríamos denominar una “narrativa de transformación”, un recorrido desde la crisis inicial y la toma de conciencia (Renacer) hasta la proyección confiada hacia el futuro (Horizontes), pasando por etapas intermedias de anclaje (Raíces), liberación (Alas) y aprendizaje relacional (Puentes). Esta estructura procesual conecta el poemario con tradiciones narrativas de crecimiento personal, de búsqueda espiritual y de transformación psicológica que tienen presencia tanto en la literatura como en discursos terapéuticos contemporáneos.
El objetivo de este estudio es analizar en profundidad la arquitectura de Renacida en mi calma, examinando cómo cada sección cumple una función específica en el itinerario global, cómo se relacionan entre sí las diferentes partes y cómo la estructura del poemario contribuye a su eficacia expresiva y terapéutica. Se prestará especial atención a los mecanismos compositivos mediante los cuales la autora articula una narrativa coherente de transformación personal sin renunciar a la autonomía lírica de los poemas individuales.
- Marco teórico: el poemario como unidad arquitectónica
2.1. De la colección al libro de poemas
La teoría literaria contemporánea distingue entre la “colección de poemas” y el “libro de poemas” como formas diferentes de organización. Una colección agrupa poemas escritos en diferentes momentos, sin necesariamente responder a un plan compositivo previo. El orden puede ser cronológico, temático o incluso arbitrario, pero no existe una lógica arquitectónica que unifique el conjunto.
Un libro de poemas, por el contrario, constituye una unidad orgánica donde los poemas individuales se relacionan entre sí configurando un todo coherente. La secuencia importa: cada poema ocupa una posición específica en una arquitectura global que genera significados que no están presentes en los textos individuales.
Esta distinción resulta fundamental para comprender Renacida en mi calma, que responde claramente al modelo del libro de poemas más que al de la colección. La organización en cinco secciones con títulos significativos, la progresión temática de una sección a otra, la coherencia del sistema metafórico que atraviesa todo el libro, evidencian una concepción arquitectónica consciente.
2.2. La estructura narrativa en poesía
Aunque tradicionalmente se ha asociado la narratividad con los géneros narrativos (novela, cuento), la poesía contemporánea ha explorado ampliamente formas de narratividad específicamente poéticas. Los poemarios pueden contar historias, no mediante el desarrollo argumental propio de la narrativa de ficción, sino mediante secuencias de momentos líricos que configuran trayectorias de transformación.
La narratividad poética se distingue de la narrativa de ficción en varios aspectos fundamentales. No requiere de personajes diferenciados ni de tramas complejas. No desarrolla acciones en sentido dramático. Opera mediante condensaciones líricas, mediante saltos temporales, mediante sugerencias más que mediante explicaciones.
Renacida en mi calma despliega una forma de narratividad específicamente poética. No hay una “historia” en sentido convencional, pero sí una trayectoria reconocible: un sujeto que atraviesa un proceso de transformación desde un estado inicial (crisis, dependencia emocional) hasta un estado final (serenidad, autonomía). Esta trayectoria se articula no mediante el relato de acontecimientos específicos, sino mediante la expresión de estados emocionales y reflexiones que marcan las diferentes etapas del proceso.
2.3. Los poemarios de crecimiento personal
Renacida en mi calma se inscribe en una tradición específica de poemarios centrados en procesos de crecimiento personal, autodescubrimiento o transformación psicológica. Esta tradición, especialmente visible en la poesía contemporánea escrita por mujeres, emplea la arquitectura del poemario para trazar itinerarios de empoderamiento, sanación o conquista de autonomía.
Estos poemarios suelen estructurarse en torno a una narrativa de transformación que incluye tres momentos fundamentales: la situación problemática inicial, el proceso de transformación y el nuevo estado alcanzado. Esta estructura tripartita puede desplegarse en más de tres secciones, pero mantiene la lógica procesual.
La función de estos poemarios trasciende lo puramente estético para incorporar dimensiones terapéuticas o de acompañamiento. Los lectores que atraviesan procesos similares pueden encontrar en la arquitectura del libro un mapa del proceso, una orientación sobre las diferentes etapas y una validación de sus propias experiencias.
2.4. Las metáforas espaciales como organizadores estructurales
Un aspecto específico de Renacida en mi calma es el empleo de metáforas espaciales como organizadores de la estructura. Los títulos de las cinco secciones —Renacer, Raíces, Alas, Puentes, Horizontes— despliegan un sistema de metáforas que no solo nombran las secciones sino que articulan una geografía simbólica del crecimiento personal.
Este uso de metáforas espaciales para organizar poemarios tiene precedentes en la tradición poética. Poetas como Julia de Burgos han empleado estrategias similares, usando metáforas de lugares, tránsitos y espacios para estructurar sus libros. Esta espacialización de la subjetividad permite objetivar procesos internos complejos mediante referencias a experiencias espaciales compartibles.
En Renacida en mi calma, las metáforas espaciales cumplen una doble función. Por un lado, organizan la estructura del libro, proporcionando títulos significativos a las secciones. Por otro, configuran un sistema simbólico coherente que atraviesa todo el poemario, apareciendo no solo en los títulos sino también en los poemas individuales.
- Análisis de la arquitectura global del poemario
3.1. La lógica de la secuencia: del interior al exterior
La secuencia de las cinco secciones de Renacida en mi calma responde a una lógica que va desde el interior hacia el exterior, desde el refugio hasta la expansión. Esta trayectoria puede esquematizarse de la siguiente manera:
Renacer: Momento de crisis y toma de conciencia. El sujeto decide “habitarse” a sí mismo, establecer un espacio interior propio.
Raíces: Profundización en el anclaje emocional. El sujeto explora sus conexiones profundas, integra sus heridas, se asienta en su propia verdad.
Alas: Primer movimiento hacia el exterior. El sujeto conquista la libertad, se abre a nuevas posibilidades, experimenta el impulso de vuelo.
Puentes: Apertura relacional. El sujeto aprende a establecer vínculos con otros desde su autonomía conquistada, sin perderse en la relación.
Horizontes: Proyección hacia el futuro. El sujeto se abre confiadamente a lo que vendrá, celebra el proceso y se dispone a nuevos crecimientos.
Esta secuencia no es arbitraria sino que responde a una lógica psicológica reconocible. Para establecer vínculos sanos con otros (Puentes), es necesario previamente haber conquistado autonomía (Alas). Para conquistar autonomía, es necesario haberse anclado en la propia verdad (Raíces). Para anclarse, es necesario haber tomado la decisión de habitarse (Renacer).
3.2. El movimiento de contracción y expansión
La arquitectura del poemario puede entenderse también como un movimiento de contracción inicial seguido de expansión progresiva. Las dos primeras secciones (Renacer y Raíces) representan un movimiento de interiorización, de repliegue necesario para encontrarse consigo misma.
Renacer marca el momento de “entrar en una misma”, de establecer la casa interior. Raíces profundiza este movimiento de interiorización mediante el anclaje en dimensiones profundas del ser. Ambas secciones trabajan fundamentalmente con el espacio interior.
A partir de la tercera sección, el movimiento se invierte. Alas marca el primer impulso hacia el exterior, aunque aún es un movimiento individual, no relacional. Puentes introduce la dimensión del otro, la apertura a vínculos. Horizontes completa la expansión proyectando la mirada hacia lo ilimitado.
Esta arquitectura de contracción-expansión mimetiza procesos psicológicos reconocidos por la psicología del desarrollo. El crecimiento personal requiere de momentos de repliegue, de trabajo interior intenso, antes de poder abrirse genuinamente al exterior. La secuencia del poemario respeta estos ritmos.
3.3. La temporalidad implícita en la estructura
Aunque el poemario no incluye marcadores temporales explícitos, la estructura implica una temporalidad procesual. Las cinco secciones no representan estados simultáneos sino etapas sucesivas de un proceso que requiere tiempo.
Renacer marca un momento inaugural, un punto de inflexión: “la primera vez que dije no”, “el día que aprendí a quererme”. Estos momentos fundacionales inician un proceso que se desarrolla en el tiempo.
Raíces representa una fase de elaboración, de trabajo profundo que requiere paciencia: “Cada inhalación es un ancla” sugiere una práctica continuada, no un acontecimiento puntual.
Alas marca otro punto de inflexión: “El vuelo comienza” indica el inicio de una nueva fase. Puentes representa el aprendizaje de nuevas formas de relación, proceso que también requiere tiempo y práctica.
Horizontes, finalmente, se abre al futuro, reconociendo que el proceso no tiene término definitivo: “No hay final en este viaje, / solo expansión”. Esta temporalidad abierta resulta importante porque evita narrativas de superación que prometen cierres definitivos.
3.4. La coherencia del sistema simbólico
Un elemento fundamental de la arquitectura de Renacida en mi calma es la coherencia del sistema simbólico que atraviesa las cinco secciones. Las metáforas espaciales que titulan las secciones no son meros nombres, sino que se despliegan en los poemas individuales configurando una red de imágenes interconectadas.
La casa aparece en Renacer pero sus resonancias se extienden por todo el libro. Las raíces que titulan la segunda sección reaparecen en secciones posteriores. Los puentes y horizontes se anuncian en poemas anteriores a las secciones que llevan esos nombres.
Esta coherencia simbólica confiere unidad al poemario. El lector percibe que no está ante cinco conjuntos separados de poemas sino ante un tejido simbólico continuo donde las diferentes metáforas se entretejen configurando una visión del mundo consistente.
- Análisis detallado de cada sección
4.1. Primera sección: Renacer
4.1.1. Función en la arquitectura global
La sección “Renacer” cumple funciones de apertura y establecimiento de las coordenadas fundamentales del poemario. Es aquí donde se produce el momento fundacional: la decisión de “habitarse” a sí misma, de dejar de buscar validación en el exterior para encontrarla en el interior.
El título “Renacer” resulta altamente significativo. No se trata de “nacer” sino de “re-nacer”, lo que implica una segunda vez, una transformación de algo que ya existía. El prefijo “re-” sugiere que ha habido una muerte simbólica previa, una crisis que requiere de una reconstitución del sujeto.
Esta sección establece también el tono y el estilo que caracterizarán el poemario. El lenguaje es directo, las declaraciones son afirmativas, el sujeto lírico se presenta con voz clara y determinada.
4.1.2. Poemas clave de la sección
El poema inaugural “Soy mi casa” funciona como declaración programática de todo el poemario. La identificación entre el sujeto y la casa establece la metáfora fundamental: la identidad como espacio habitable que uno mismo construye y habita.
“Soy el lugar donde descanso, / el refugio que tantas veces busqué afuera” marca el punto de inflexión: dejar de buscar en el exterior lo que debe encontrarse en el interior. Esta formulación invierte narrativas culturales que han socializado especialmente a las mujeres en la búsqueda de validación externa.
“La primera vez que dije no” narra otro momento fundacional: el establecimiento de límites. “Ese ‘no’ me dolió, / pero también me salvó: / era yo eligiéndome / por primera vez” condensa el movimiento de esta sección: la conquista de la agencia personal mediante actos de autodeterminación.
“Renacida en mis silencios” conecta el renacer con la capacidad de escuchar la propia voz interior. “En el silencio descubrí mi voz” establece una paradoja productiva: es necesario callar los ruidos externos para poder escuchar la voz propia.
4.1.3. Características formales de la sección
Los poemas de “Renacer” se caracterizan por su tono afirmativo y declarativo. Abundan las construcciones con el verbo “ser” en primera persona: “Soy mi casa”, “Soy luz en mis sombras”. Estas afirmaciones no describen estados previos sino que los performan, constituyendo la identidad en el acto mismo de enunciación.
El uso del pretérito perfecto es también significativo: “He aprendido a habitarme”. Este tiempo verbal conecta pasado y presente, sugiriendo que el proceso de aprendizaje continúa abierto.
4.2. Segunda sección: Raíces
4.2.1. Función en la arquitectura global
La sección “Raíces” profundiza el movimiento de interiorización iniciado en “Renacer”. Si la primera sección establecía la decisión de habitarse, la segunda explora las dimensiones profundas de ese habitar.
El título “Raíces” introduce la metáfora vegetal del anclaje y el crecimiento orgánico. Las raíces cumplen funciones fundamentales en el mundo vegetal: anclan la planta, le proporcionan estabilidad, la conectan con nutrientes del suelo. Metafóricamente, representan aquellos aspectos del ser que proporcionan sostén, que conectan con fuentes profundas de fortaleza.
Esta sección aborda también dimensiones dolorosas de la experiencia: las heridas, las cicatrices, el peso emocional. Sin embargo, no se trata de una exploración del dolor como victimización sino como material de construcción identitaria.
4.2.2. Poemas clave de la sección
“Raíces de calma” desarrolla la metáfora titular. “Me siento en el centro de mí misma, / cierro los ojos y siento / cómo mis raíces se extienden / hacia la tierra y hacia el cielo” presenta una imagen poderosa: raíces que crecen simultáneamente hacia abajo y hacia arriba, anclando y elevando al mismo tiempo.
“La cicatriz que florece” introduce la resignificación del dolor como elemento constitutivo de la identidad. “Pero hoy miro esas cicatrices / y veo algo distinto: / flores que brotan en lo profundo” no niega el dolor que causó las cicatrices pero las transforma en lugares de florecimiento.
“El peso y la fuerza” explora la paradoja de que aquello que pesa puede también fortalecer. “He cargado piedras que no eran mías” reconoce la injusticia, pero “aprendiendo a no quebrarme” identifica la fortaleza desarrollada en el proceso.
“Los días que no soy luz” introduce una nota de realismo que evita el optimismo simplista. “Hay días que no brillo, / que todo pesa más” legitima la vulnerabilidad como parte del proceso.
4.2.3. El trabajo con el dolor
Una característica distintiva de la sección “Raíces” es su tratamiento matizado del dolor. No hay negación ni glorificación del sufrimiento, sino un trabajo de integración.
Los poemas reconocen que el dolor es real y que sus efectos persisten: las cicatrices permanecen. Pero proponen una transformación de la relación con ese dolor: de algo que solo destruye a algo que también puede construir.
Esta resignificación del dolor resulta terapéuticamente importante. No se trata de “superar” el dolor en el sentido de olvidarlo o negarlo, sino de integrarlo en la narrativa vital de manera que se convierta en fuente de conocimiento.
4.3. Tercera sección: Alas
4.3.1. Función en la arquitectura global
La sección “Alas” marca un punto de inflexión en la arquitectura del poemario. Tras las dos primeras secciones centradas en el trabajo interior, “Alas” introduce el primer movimiento hacia el exterior.
El título “Alas” evoca imágenes de vuelo, libertad, elevación. Frente a las raíces que anclan, las alas permiten despegar, explorar, expandirse. Sin embargo, el poemario sugiere que ambos movimientos son complementarios: solo quien está bien enraizado puede volar sin perderse.
Esta sección celebra la liberación conquistada tras el trabajo de las secciones anteriores. Hay un tono de júbilo, de energía, de impulso vital. Los poemas expresan deseo de movimiento, de exploración, de apertura a lo nuevo.
4.3.2. Poemas clave de la sección
“El vuelo comienza” abre la sección con una declaración inaugural. “Siento que algo se despega de mí, / una vieja sombra que me retuvo” marca la liberación de ataduras previas. “Respiro hondo / y descubro que puedo extender los brazos” expresa el descubrimiento de nuevas posibilidades.
“El valor de soltar” aborda la dimensión de renuncia necesaria para la libertad. “He aprendido que sostenerlo todo / no me hace fuerte, / sino pesada” expresa la comprensión de que a veces la fortaleza consiste precisamente en soltar.
“Canto de libertad” celebra la autonomía conquistada. “Hoy canto sin cadenas, / sin expectativas que me aten, / sin miedos que me susurren al oído” expresa la experiencia de liberación de mandatos internos y externos.
“El día que aprendí a quererme” narra un momento de autodescubrimiento. “Fue cuando dejé de buscarme / en los ojos de otros” marca la conquista de una autoimagen no dependiente de validaciones externas.
4.3.3. La tensión entre arraigo y vuelo
Un aspecto interesante de “Alas” es cómo mantiene presente la tensión entre arraigo y vuelo. El vuelo no implica desarraigo, sino una forma de movimiento que mantiene conexión con el centro.
Esta tensión se resuelve sugiriendo que el vuelo auténtico solo es posible cuando existe un centro sólido desde el cual despegar. Sin las raíces de la segunda sección, las alas podrían derivar en dispersión. Pero con el anclaje previo, el vuelo se convierte en exploración confiada más que en huida ansiosa.
4.4. Cuarta sección: Puentes
4.4.1. Función en la arquitectura global
La sección “Puentes” introduce la dimensión relacional en el poemario. Tras tres secciones centradas fundamentalmente en el trabajo interior y en la conquista de autonomía individual, “Puentes” explora la posibilidad de establecer vínculos con otros desde la identidad autónoma conquistada.
El título “Puentes” evoca estructuras que conectan dos orillas sin eliminar la distancia entre ellas. Los puentes no fusionan las orillas en una sola masa, sino que las mantienen diferenciadas mientras las hacen transitables. Esta metáfora resulta perfecta para articular una concepción del amor y la amistad que preserve la individualidad de los vinculados.
Esta sección constituye una respuesta implícita a ciertos modelos de amor romántico que han presentado la fusión como ideal. Frente a la idea de que amar es “ser uno” con el otro, “Puentes” propone mantener la dualidad mientras se construyen conexiones.
4.4.2. Poemas clave de la sección
“Amar sin perderme” articula explícitamente la nueva concepción del amor. “He aprendido que amar / no significa olvidarme, / ni desdibujar mis contornos / para encajar en otro” cuestiona modelos de amor basados en la anulación del yo.
“Amar es sostenerme / y sostener al otro, / es dar sin vaciarme, / es escuchar sin renunciar a mi voz” propone un modelo alternativo de reciprocidad sin pérdida.
“Puente de palabras” explora el lenguaje como material de construcción de vínculos. “Hay palabras que construyen, / que unen, que sostienen” reconoce el poder constructivo del lenguaje. “He aprendido a elegirlas, / a dejarlas fluir con cuidado” enfatiza la dimensión de responsabilidad en la comunicación.
“El otro lado del río” introduce la dimensión de distancia y diferencia. “A veces siento que hay un río / entre lo que soy y lo que deseo dar” reconoce que el encuentro con el otro no es siempre fácil ni inmediato. Pero el poema concluye afirmando la posibilidad de “construir juntos / sin borrar lo que somos”.
“Entre orillas” cierra la sección con una nota de aceptación de la dificultad. “No todos los días soy fuerte, / y está bien” introduce realismo en el tratamiento de las relaciones.
4.4.3. La ética relacional implícita
La sección “Puentes” despliega una ética relacional implícita que puede sintetizarse en varios principios:
Principio de reciprocidad sin fusión: Las relaciones sanas implican dar y recibir sin que ninguno de los dos se anule.
Principio de respeto a la diferencia: El otro es genuinamente otro, no una extensión del yo.
Principio de comunicación cuidadosa: Las palabras construyen o destruyen vínculos, requieren atención y cuidado.
Principio de aceptación de la dificultad: Las relaciones no son siempre fáciles, requieren trabajo y paciencia.
Esta ética resulta especialmente significativa en el contexto de una cultura que ha socializado a las mujeres en modelos de amor basados en el sacrificio del yo. “Puentes” propone un modelo alternativo donde el amor no requiere anulación sino encuentro entre identidades autónomas.
4.5. Quinta sección: Horizontes
4.5.1. Función en la arquitectura global
La sección “Horizontes” cierra el poemario abriendo la mirada hacia el futuro. Funciona como conclusión pero evitando el cierre definitivo: el proceso continúa, nuevos horizontes se abren permanentemente.
El título “Horizontes” evoca la línea donde el cielo toca la tierra, el límite de lo visible que retrocede a medida que avanzamos. Esta imagen resulta perfecta para expresar la idea de que la identidad no es un estado final que se alcanza, sino un proceso continuo de devenir.
Esta sección celebra el presente conquistado pero sin pretender que sea definitivo. Hay serenidad pero no clausura, apertura pero no ansiedad. La voz lírica se presenta confiada en el proceso más que obsesionada con resultados finales.
4.5.2. Poemas clave de la sección
“Lo que viene” abre la sección proyectando la mirada hacia el futuro. “Hay un futuro que me llama / con voz suave, insistente, / un horizonte que no exige, / solo invita a caminar hacia él” presenta el futuro no como amenaza sino como invitación.
“La casa que habito y la que sueño” retoma la metáfora de la casa que abría el poemario, estableciendo así una estructura circular. Pero ahora hay dos casas: la conquistada y la soñada. “Entre la que habito y la que sueño / aprendo que mi hogar no es un lugar, / sino la calma que llevo dentro” relativiza la importancia del espacio físico frente al estado interior.
“Somos tiempo y siembra” introduce una temporalidad agrícola, de paciencia y cuidado. “Cada acción que damos, / cada palabra que sembramos, / crece en nosotros y en otros” establece una concepción del tiempo como cultivo más que como mera sucesión.
“Hasta el infinito de mí” expresa la apertura ilimitada. “Me extiendo más allá de lo que veo” sugiere que siempre hay más por descubrir, que la identidad no se agota.
“Cuando me permito caer” cierra el poemario con una nota realista. “Hay días que no puedo, / y está bien” legitima la vulnerabilidad hasta el final. La referencia a Benedetti (“la alegría se defiende”) sugiere que la serenidad conquistada requiere cuidado activo.
4.5.3. La apertura como conclusión
Una característica distintiva de “Horizontes” es que concluye el poemario sin cerrarlo definitivamente. No hay punto final sino puntos suspensivos implícitos.
Esta apertura resulta más realista que narrativas de superación que prometen estados definitivos de felicidad o plenitud. El crecimiento personal no termina, es proceso continuo que requiere atención permanente.
La imagen del horizonte captura perfectamente esta apertura: es límite móvil que organiza la percepción pero nunca se alcanza definitivamente. Siempre hay nuevo horizonte más allá del que se vislumbra.
- La arquitectura como narrativa terapéutica
5.1. El mapa del proceso de crecimiento
Una función fundamental de la arquitectura de Renacida en mi calma es ofrecer un mapa del proceso de crecimiento personal. Para lectores que atraviesan procesos similares, la estructura del poemario puede funcionar como orientación sobre las diferentes etapas.
La secuencia de las cinco secciones sugiere un orden: primero es necesario decidir habitarse (Renacer), después anclarse (Raíces), entonces conquistar libertad (Alas), después aprender a relacionarse (Puentes), finalmente abrirse al futuro (Horizontes).
Este mapa no debe entenderse como prescripción rígida. Los procesos reales de crecimiento personal no son lineales ni siguen pasos fijos. Pero la estructura ofrece una referencia, una arquitectura general que puede ayudar a los lectores a situar sus propias experiencias.
5.2. La validación de diferentes etapas
Otra función importante de la arquitectura es la validación de diferentes etapas del proceso. Al dedicar secciones completas a momentos que podrían considerarse “intermedios” (Raíces, Puentes), el poemario reconoce su legitimidad e importancia.
Esta validación resulta especialmente importante en una cultura que privilegia resultados sobre procesos. El poemario sugiere que el trabajo de anclaje (Raíces) es tan importante como el vuelo (Alas), que el aprendizaje relacional (Puentes) merece tanto espacio como la proyección futura (Horizontes).
Para lectores en diferentes etapas de sus propios procesos, esta validación puede ser significativa. Alguien en fase de trabajo interior profundo puede encontrar en la sección “Raíces” validación de que ese trabajo tiene sentido incluso si aún no produce resultados visibles.
5.3. La función de acompañamiento progresivo
La arquitectura del poemario permite también un acompañamiento progresivo de los lectores. Un lector puede comenzar identificándose con los poemas de “Renacer” y progresivamente avanzar a las secciones siguientes a medida que su propio proceso avanza.
Esta posibilidad de lectura progresiva diferencia el poemario de textos que ofrecen soluciones inmediatas o que presentan solo el estado final deseado. Renacida en mi calma acompaña el proceso completo, reconociendo que requiere tiempo y atraviesa diferentes etapas.
- Conclusiones
6.1. Síntesis del análisis estructural
El análisis de la arquitectura de Renacida en mi calma revela una construcción cuidadosamente diseñada que estructura el poemario en cinco secciones temáticas respondiendo a una lógica narrativa coherente. La secuencia Renacer-Raíces-Alas-Puentes-Horizontes traza un itinerario completo del proceso de crecimiento personal, desde la crisis inicial hasta la apertura confiada al futuro.
Esta arquitectura no es meramente ornamental sino constitutiva del significado del poemario. Las cinco secciones cumplen funciones específicas en el desarrollo de la narrativa de transformación, y su secuencia responde a una lógica psicológica reconocible.
El sistema de metáforas espaciales que organiza la estructura (casa, raíces, alas, puentes, horizontes) configura una geografía simbólica del crecimiento personal que confiere coherencia y unidad al conjunto.
6.2. Valoración de la arquitectura
La arquitectura de Renacida en mi calma constituye uno de sus logros más significativos. Representa una evolución notable respecto al primer poemario de la autora, Ama desde tus adentros, que carecía de estructura seccional.
Esta arquitectura facilita múltiples formas de lectura. Puede leerse linealmente, siguiendo la secuencia propuesta, experimentando el proceso completo de transformación. Puede leerse selectivamente, acudiendo a la sección que resuena con el momento vital del lector. Puede releerse, descubriendo en cada lectura nuevas conexiones entre las secciones.
La arquitectura cumple también funciones terapéuticas importantes, ofreciendo un mapa del proceso de crecimiento personal, validando diferentes etapas y permitiendo un acompañamiento progresivo de los lectores.
6.3. Significado en el contexto de la poesía contemporánea
La arquitectura de Renacida en mi calma inscribe el poemario en una tradición de libros de poesía estructurados como narrativas de transformación. Esta tradición, especialmente visible en la poesía contemporánea escrita por mujeres, emplea la organización del poemario como elemento expresivo fundamental.
El poemario de García Ramos demuestra que la poesía accesible y emocionalmente directa puede incorporar sofisticación arquitectónica sin renunciar a su claridad característica. La estructura no oscurece sino que potencia la comunicación con los lectores.
La obra contribuye también a visibilizar procesos de crecimiento personal y empoderamiento femenino, configurando narrativas de autodescubrimiento que resuenan con experiencias de muchas lectoras contemporáneas.
6.4. Proyección y desarrollos futuros
La arquitectura de Renacida en mi calma establece un estándar para futuros trabajos de Lucía García Ramos. La evolución entre su primer poemario sin estructura seccional y el segundo con arquitectura cuidada sugiere una trayectoria de creciente sofisticación formal.
Futuros poemarios podrían explorar arquitecturas aún más complejas, quizás incorporando más secciones, jugando con estructuras no lineales o estableciendo diálogos explícitos entre diferentes partes del libro. El desafío será mantener la claridad que caracteriza su voz mientras se incorporan elementos de mayor complejidad compositiva.
La arquitectura de Renacida en mi calma ofrece también un modelo para otros poetas que trabajan en la línea de la poesía del autocuidado y el crecimiento personal. Demuestra que este tipo de poesía puede ir más allá de colecciones de poemas breves para configurar libros orgánicamente estructurados con narrativas coherentes de transformación.
Este estudio ha sido elaborado como contribución al análisis de la arquitectura de poemarios en la poesía española contemporánea y al estudio de las narrativas poéticas de crecimiento personal en la literatura del siglo XXI.



