INFORME DE LECTURA
RENACIDA EN MI CALMA
Autora: Lucía García Ramos
Editorial: Poesía eres tú
Año: 2025
Extensión: 25 poemas distribuidos en 5 secciones
SINOPSIS
“Renacida en mi calma” traza el recorrido emocional de una mujer que aprende a habitar su propia vida después del dolor. No es un poemario sobre la herida, sino sobre lo que crece después de ella. Lucía García Ramos construye una cartografía íntima del autodescubrimiento mediante cinco etapas progresivas que van desde el reconocimiento del propio valor hasta la proyección hacia el futuro.
El poemario comienza con la decisión consciente de convertirse en refugio propio, atraviesa el trabajo profundo de enraizamiento en la identidad, experimenta el impulso de la libertad conquistada, explora las relaciones desde la autonomía y culmina con la apertura serena hacia lo que está por venir. Cada poema funciona como una estación en este viaje de regreso a una misma, con la particularidad de que ese regreso no implica aislamiento sino expansión.
La voz poética habla desde la experiencia vivida, no desde la teoría del crecimiento personal. Hay cicatrices reales, días difíciles reconocidos, temblores en las manos al decir que no por primera vez. Esta autenticidad emocional convierte el poemario en compañía genuina para quien atraviesa procesos similares.
ANÁLISIS MÉTRICO Y FORMAL
Versificación
García Ramos emplea predominantemente el verso libre sin ataduras métricas fijas, permitiendo que el ritmo nazca de la respiración natural del pensamiento. Esta elección formal resulta coherente con la temática de libertad y autenticidad que atraviesa la obra.
Los versos oscilan entre tetrasílabos y endecasílabos, con predominio de heptasílabos y octosílabos que otorgan musicalidad sin artificiosidad. Por ejemplo, en “Soy mi casa”:
“Soy el lugar donde descanso,” (9 sílabas)
“el refugio que tantas veces busqué afuera.” (14 sílabas)
“Soy las paredes que se sostienen” (10 sílabas)
La irregularidad métrica no resulta caótica sino orgánica, respondiendo al contenido emocional de cada verso.
Estructura Estrófica
Los poemas alternan entre estrofas irregulares de 2 a 6 versos, con preferencia por tercetos y cuartetos. Esta variedad evita la monotonía visual y rítmica. Los espacios en blanco entre estrofas funcionan como pausas respiratorias que invitan a la reflexión.
Algunos poemas como “La primera vez que dije no” o “Los días que no soy luz” emplean estrofas más breves, casi fragmentarias, que refuerzan la idea de vulnerabilidad contenida. Otros como “Canto de libertad” desarrollan estrofas más amplias que sugieren expansión.
Recursos Rítmicos
Aunque no hay rima consonante sistemática, la autora emplea rima asonante ocasional que aparece sin forzar el discurso: “descanso/afuera”, “sostienen/viento”, “temblaban/salvó”. Esta musicalidad sutil enriquece la lectura sin llamar excesivamente la atención sobre sí misma.
Las anáforas constituyen el recurso rítmico más empleado, especialmente en poemas de afirmación identitaria: “Soy el lugar… / Soy las paredes…” o “He aprendido que… / He aprendido a…”. Esta repetición estructural crea ritmo acumulativo que refuerza el mensaje.
COMPARACIÓN CON OTROS AUTORES
Tradición Poética Española
El poemario dialoga implícitamente con varias tradiciones de la poesía española contemporánea:
Elvira Sastre y la poesía de la intimidad
García Ramos comparte con Sastre la exploración del mundo emocional femenino mediante lenguaje accesible. Ambas construyen puentes entre experiencia personal y lectura universal sin recurrir a hermetismo. Sin embargo, mientras Sastre se concentra frecuentemente en el desamor romántico, García Ramos centra su mirada en la relación consigo misma, ampliando el espectro temático.
Loreto Sesma y el cuerpo como territorio
Ambas poetas entienden el cuerpo como espacio de significado. García Ramos desarrolla esta idea mediante metáforas arquitectónicas (“Soy mi casa”) y orgánicas (“raíces”, “cicatrices que florecen”) que recuerdan la corporalidad presente en Sesma, aunque con mayor énfasis en la transformación que en la mera descripción.
Ángel González y la conversación íntima
El tono conversacional de García Ramos conecta con la tradición de Ángel González, quien también empleaba lenguaje cotidiano para tratar temas existenciales profundos. Versos como “Me hago un café, / me quedo quieta” recuerdan la naturalidad expresiva de González, aunque aplicada a temáticas contemporáneas de autocuidado.
Mario Benedetti y la esperanza reflexiva
La referencia explícita a Benedetti en “Cuando me permito caer” no es casual. García Ramos comparte con el poeta uruguayo la capacidad de abordar el dolor sin dramatismo excesivo, encontrando siempre una ventana hacia la esperanza. La frase benedettiana “la alegría se defiende” funciona como llave interpretativa de todo el poemario.
Clara Janés y el silencio como lenguaje
El tratamiento del silencio en “Renacida en mis silencios” dialoga con la obra de Clara Janés, para quien el silencio no es ausencia sino presencia significativa. García Ramos desarrolla esta idea: “En el silencio descubrí mi voz”, convirtiendo la paradoja en revelación.
Posicionamiento en el Panorama Actual
Corriente de poesía terapéutica
El poemario se inscribe en la tendencia contemporánea de la poesía del yo sanador, género cultivado por autoras como Marwan, Defreds o Irene X. Esta corriente privilegia la accesibilidad, la función catártica y la identificación lectora. García Ramos aporta a esta tradición mayor complejidad estructural mediante la arquitectura pentagonal del poemario.
Poesía femenina del empoderamiento
Se sitúa dentro de la corriente de poesía escrita por mujeres que explora la construcción identitaria sin victimismo. Autoras como Sara Búho o Luna Miguel han trabajado territorios similares. La diferencia de García Ramos radica en el equilibrio entre vulnerabilidad y fortaleza, rehuyendo tanto el discurso heroico como el quejumbroso.
Poesía de redes sociales
Por su formato breve, lenguaje directo y temática identificable, el poemario dialoga con la estética de la poesía que circula en Instagram y plataformas digitales. Sin embargo, supera la mera frase suelta mediante desarrollo temático coherente y progresión estructurada.
TÉCNICAS LITERARIAS
Metáfora Sostenida
La autora construye sistemas metafóricos coherentes que se desarrollan a lo largo de secciones completas. El más destacado es el de la arquitectura doméstica: “Soy mi casa”, “paredes que se sostienen”, “ventanas abiertas”, “refugio”, “hogar”. Esta metáfora funciona como columna vertebral del poemario, simbolizando la construcción del yo como espacio habitable.
La metáfora botánica aparece sistemáticamente: “raíces”, “florecimiento”, “semillas”, “siembra”, “cicatrices que florecen”. Esta imagen natural sugiere crecimiento orgánico, paciencia temporal y transformación gradual.
Personificación
Las emociones y experiencias abstractas adquieren cualidades físicas tangibles. El silencio “habla”, las cicatrices “florecen”, el cansancio “habla”, las palabras “construyen puentes”. Esta personificación hace accesible lo intangible, convirtiendo estados emocionales en experiencias sensoriales comprensibles.
Oxímoron y Paradoja
García Ramos emplea frecuentemente la contradicción aparente como recurso de profundización: “En el silencio descubrí mi voz”, “cicatrices que florecen”, “fuerza en mis dudas”, “luz en mis sombras”. Estas paradojas resuelven la complejidad emocional que no admite binarismos simples.
Enumeración Acumulativa
La repetición enumerativa construye identidad mediante capas sucesivas: “Soy fuego, raíz y cielo”, “Soy hogar, soy refugio, soy amor”, “el doble de clara, el doble de yo”. Esta técnica recuerda el método whitmaniano de construcción del yo mediante adición.
Imágenes Sinestésicas
Aunque empleadas con moderación, las correspondencias sensoriales enriquecen la experiencia lectora: “silencios que hablan”, “voces que pesan”, “palabras que sostienen”. La sinestesia convierte experiencias abstractas en sensaciones físicas reconocibles.
Contraste Temporal
Los poemas frecuentemente contraponen pasado y presente (“He aprendido”, “Hoy entiendo”, “Ahora mis brazos saben”) estableciendo narrativa de transformación. Este recurso subraya el carácter procesual del crecimiento personal.
Deíxis Afirmativa
El uso constante del pronombre de primera persona (“Soy”, “He aprendido”, “Siento”) establece afirmación identitaria directa. Este recurso genera identificación lectora inmediata y refuerza el tono testimonial.
Metalenguaje Poético
Algunos poemas reflexionan sobre el propio acto de expresión: “Puente de palabras”, “Canto de libertad”. Esta conciencia metalingüística añade profundidad al discurso.
SIMBOLISMOS PRINCIPALES
La Casa / Hogar
Significado primario: El yo como construcción habitable, espacio propio que se cultiva conscientemente.
Desarrollo: Aparece desde el poema inicial “Soy mi casa” y se retoma en “La casa que habito y la que sueño”. Simboliza la transición de buscar refugio externo a construir refugio interno. Las paredes representan límites saludables, las ventanas apertura selectiva, el refugio autoprotección sin aislamiento.
Evolución: La casa inicial es presente, la final incluye proyección futura, mostrando que el yo es proceso constante de construcción.
Raíces
Significado primario: Fundamentos identitarios profundos, conexión con la propia esencia.
Desarrollo: Central en la segunda sección. Las raíces no son estáticas sino que “necesitan quebrarse / para encontrar tierra nueva”. Simbolizan tanto anclaje como capacidad de transformación. No representan pasado inamovible sino fundamento flexible.
Matices: Las raíces pueden ser peso (“He cargado piedras”) y fuerza simultáneamente, resolviendo la paradoja de que el dolor también construye.
Cicatrices / Heridas
Significado primario: Experiencias dolorosas transformadas en aprendizaje visible.
Desarrollo: “La cicatriz que florece” representa el simbolismo central del poemario. La herida no desaparece pero cambia de naturaleza: de trauma a testimonio de supervivencia. Las cicatrices “florecen”, invierten su significado de daño a belleza.
Función: Legitimación del dolor como parte constitutiva de la identidad, no como elemento a ocultar.
Alas / Vuelo
Significado primario: Libertad conquistada, capacidad de movimiento autónomo.
Desarrollo: El vuelo no es huida sino exploración desde seguridad interna. “El vuelo comienza / cuando dejo de aferrarme” establece que la libertad requiere soltar, no solo impulsarse.
Contraste: Las alas no niegan las raíces; representan equilibrio entre enraizamiento y movimiento.
Puentes
Significado primario: Conexión con otros que no implica pérdida de identidad.
Desarrollo: Los puentes cruzan sin borrar orillas. “Amar sin perderme” resume la filosofía relacional del poemario: es posible vincularse desde la completitud individual. Los puentes son construcciones conscientes, no fusiones accidentales.
Material: Los puentes se construyen con “palabras sinceras”, estableciendo la comunicación como arquitectura relacional.
Silencio
Significado primario: Espacio de autoescucha, no vacío sino plenitud.
Desarrollo: “Renacida en mis silencios” invierte la valoración negativa del silencio. No representa ausencia de voz sino presencia de escucha interna. El silencio es activo, generador, revelador.
Contraste cultural: Frente a la hiperconectividad contemporánea, el silencio aparece como resistencia necesaria.
Luz / Penumbra
Significado primario: Estados emocionales variables, no absolutos.
Desarrollo: “Los días que no soy luz” introduce complejidad crucial. La autora evita el binarismo luz/oscuridad mediante el término “penumbra”, legitimando estados intermedios. No todos los días brillan, y esa normalidad resulta liberadora.
Función: Realismo emocional que evita idealización del crecimiento personal.
Horizonte
Significado primario: Futuro abierto, posibilidad sin determinación.
Desarrollo: “Horizontes dentro de mí” establece que el futuro no está solo adelante sino también adentro. Los horizontes son exploraciones tanto temporales como psicológicas.
Amplitud: El horizonte no es meta fija sino expansión constante: “Hasta el infinito de mí”.
Agua / Río
Significado primario: Flujo temporal, obstáculo transformado en camino.
Desarrollo: “El otro lado del río” presenta el agua como separación que exige paciencia. Los ríos no se saltan, se cruzan construyendo puentes. El agua simboliza aquello que requiere tiempo y estrategia, no fuerza bruta.
Diciembre / Invierno
Significado primario: Etapa de aparente inactividad que prepara florecimiento.
Desarrollo: “Diciembre interior” resignifica el frío como espacio de gestación. El invierno no es muerte sino pausa necesaria. “Incluso en el frío / puedo florecer” establece que todas las estaciones son fértiles.
IMPACTO DE LA ESTRUCTURA EN LA PERCEPCIÓN DEL LECTOR
Progresión Ascendente
La estructura pentagonal del poemario crea una sensación de avance continuo. El lector no experimenta el libro como colección de poemas sueltos sino como viaje con dirección clara. Esta arquitectura narrativa genera satisfacción de completitud al terminar la lectura.
El paso de “Renacer” a “Horizontes” traza una curva emocional que va desde la decisión inicial de cambio hasta la proyección serena hacia el futuro. Esta progresión evita tanto el estancamiento como el optimismo superficial, mostrando proceso realista.
Ritmo Alternante
La distribución de cinco poemas por sección, con el quinto funcionando como contrapunto que introduce vulnerabilidad, genera ritmo respiratorio: cuatro poemas de crecimiento, uno de reconocimiento de fragilidad. Este patrón evita monotonía tonal y aporta credibilidad emocional.
El lector experimenta la alternancia como reflejo de realidad emocional auténtica, no como discurso idealizado. Los poemas “Los días que no soy luz”, “El día que aprendí a quererme” o “Cuando me permito caer” funcionan como pausas necesarias que humanizan el proceso.
Simetría Arquitectónica
La estructura simétrica (5 secciones x 5 poemas) crea sensación de equilibrio y completitud. Esta simetría formal contrasta con la irregularidad del crecimiento personal que describe, generando tensión productiva entre forma y contenido.
El lector percibe organización mental clara, control autoral sobre el material emocional. Esta estructura sugiere que el caos emocional puede ordenarse mediante comprensión y expresión, mensaje implícito pero poderoso.
Puntos de Entrada Múltiples
Aunque diseñado como lectura secuencial, el poemario permite lecturas fragmentarias efectivas. Cada sección funciona autónomamente, permitiendo al lector entrar desde cualquier punto según su momento vital. Esta flexibilidad amplía el uso del libro como compañía en diferentes etapas.
Efecto Acumulativo
Los sistemas metafóricos recurrentes (casa, raíces, alas, puentes, horizontes) crean efecto de reconocimiento. Al encontrar las mismas imágenes desarrolladas progresivamente, el lector experimenta sensación de profundización, como si cada nueva aparición añadiera capas de significado.
Cierre Circular
El último poema “Cuando me permito caer” cierra el círculo regresando al reconocimiento de fragilidad del inicio, pero desde posición transformada. Esta circularidad genera sensación de ciclo completo sin final definitivo, sugiriendo que el crecimiento personal es proceso continuo, no destino alcanzable.
ESTRUCTURA EN TÉRMINOS DE TEMAS Y SECUENCIAS
Primera Sección: RENACER (Decisión y Desprendimiento)
Tema nuclear: Elección consciente de habitarse a una misma.
Secuencia emocional:
- “Soy mi casa”: Declaración programática de autosuficiencia emocional
- “La piel que dejo atrás”: Proceso activo de desprendimiento de identidades impuestas
- “Diciembre interior”: Aceptación del frío emocional como espacio fértil
- “Renacida en mis silencios”: El silencio como maestro, no como vacío
- “La primera vez que dije no”: Micro-relato de afirmación identitaria
Función estructural: Establece las bases del viaje. La sección funciona como umbral entre el antes (implícito) y el ahora (explícito). El lector ingresa al poemario en el momento de la decisión, no del trauma que la precedió.
Movimiento interno: Transición de reflexión general (“Soy mi casa”) a experiencia concreta (“La primera vez que dije no”), mostrando que el crecimiento es tanto conceptual como vivencial.
Segunda Sección: RAÍCES (Fundamento y Aceptación)
Tema nuclear: Construcción de fundamentos identitarios sólidos mediante aceptación total de la experiencia.
Secuencia emocional:
- “El peso y la fuerza”: Paradoja de que las cargas construyen músculo emocional
- “Aprender a abrazarme”: Autocuidado como práctica consciente, no instinto
- “La cicatriz que florece”: Transformación del dolor en belleza visible
- “Raíces de calma”: Anclaje en la propia presencia como práctica meditativa
- “Los días que no soy luz”: Legitimación de la vulnerabilidad sin culpa
Función estructural: Profundiza el compromiso inicial. Si “Renacer” era decisión, “Raíces” es trabajo concreto de construcción. La metáfora botánica domina esta sección, estableciendo que el crecimiento requiere tiempo subterráneo antes de manifestarse visiblemente.
Movimiento interno: De reconocimiento del dolor pasado hacia establecimiento de práctica presente de autocuidado. El cierre con vulnerabilidad legitima la no linealidad del proceso.
Tercera Sección: ALAS (Impulso y Expansión)
Tema nuclear: Libertad conquistada mediante suelta consciente.
Secuencia emocional:
- “El vuelo comienza”: Primer impulso hacia la autonomía plena
- “Horizontes dentro de mí”: Descubrimiento de vastedad interna insospechada
- “El valor de soltar”: Aprendizaje de que retener todo genera peso, no seguridad
- “Canto de libertad”: Celebración gozosa de la autonomía conquistada
- “El día que aprendí a quererme”: Humor y ligereza en el autodescubrimiento
Función estructural: Representa el momento de mayor impulso ascendente del poemario. Las imágenes de vuelo, canto y expansión dominan. Esta sección marca el punto medio de la obra, momento de máxima energía antes de la apertura relacional de la siguiente fase.
Movimiento interno: Progresión desde tentativa inicial (“comienza”) hasta consolidación celebratoria (“canto”) y finalmente autoironía que muestra madurez emocional.
Cuarta Sección: PUENTES (Relación desde la Completitud)
Tema nuclear: Construcción de vínculos que respetan la individualidad.
Secuencia emocional:
- “Encuentro de miradas”: Tipo de conexión que se busca, basada en reflejo no en posesión
- “Amar sin perderme”: Formulación explícita de la paradoja relacional
- “El otro lado del río”: Distancia necesaria, paciencia requerida
- “Puente de palabras”: La comunicación como arquitectura relacional
- “Entre orillas”: Reconocimiento de que la conexión no elimina la soledad existencial
Función estructural: Tras las tres primeras secciones centradas en el yo, esta sección abre hacia el otro sin renunciar a lo conquistado. Los puentes simbolizan conexión que mantiene orillas diferenciadas. La sección responde a la pregunta implícita: ¿cómo relacionarse después de haberse encontrado?
Movimiento interno: De idealización de la conexión (“miradas”) hacia realismo relacional (“entre orillas”), mostrando que los vínculos sanos admiten días difíciles.
Quinta Sección: HORIZONTES (Proyección y Apertura)
Tema nuclear: Mirada hacia el futuro desde la calma conquistada.
Secuencia emocional:
- “Lo que viene”: Futuro que inspira, no que atemoriza
- “La casa que habito y la que sueño”: Tensión creativa entre presente y aspiración
- “Somos tiempo y siembra”: Paciencia temporal, confianza en procesos lentos
- “Hasta el infinito de mí”: Apertura a la propia vastedad ilimitada
- “Cuando me permito caer”: Cierre que reconoce fragilidad sin dramatismo
Función estructural: Cierre que no clausura sino que abre. Los horizontes por definición no se alcanzan, se persiguen. Esta sección proyecta el aprendizaje del poemario hacia un futuro abierto, sugiriendo que el crecimiento no termina con el libro.
Movimiento interno: Expansión máxima (“infinito de mí”) seguida de contracción realista (“me permito caer”), estableciendo que la sabiduría no elimina la humanidad.
VALORACIÓN FINAL
“Renacida en mi calma” es un poemario que cumple efectivamente su propósito: acompañar procesos de autodescubrimiento mediante lenguaje accesible y estructura coherente. Lucía García Ramos demuestra madurez poética al equilibrar vulnerabilidad con esperanza, evitando tanto el dramatismo excesivo como el optimismo superficial.
La obra se posiciona sólidamente en el panorama de la poesía contemporánea española de temática introspectiva, aportando estructura pentagonal que enriquece el género habitualmente fragmentario. El diálogo con la tradición poética, especialmente mediante la referencia a Benedetti, sitúa la obra en contexto cultural amplio.
Las técnicas literarias empleadas resultan efectivas sin resultar exhibicionistas, al servicio del contenido emocional más que de la experimentación formal. Los simbolismos desarrollados crean red semántica coherente que refuerza la unidad del poemario.
La estructura del libro genera experiencia lectora satisfactoria mediante progresión clara, ritmo alternante y cierre circular que invita a la relectura. El impacto en el lector dependerá de su momento vital, pero el poemario ofrece múltiples puntos de entrada que amplían su alcance.
Esta es una voz poética auténtica que seguirá desarrollándose. El poemario muestra bases sólidas para evolución futura hacia mayor complejidad formal sin perder la accesibilidad que constituye su fortaleza principal.



