book6

ANTROPOLOGÍA CULTURAL APLICADA A LA PRODUCCIÓN POÉTICA: LA ARQUITECTURA CONCEPTUAL DE ALMAS ERRANTES DE KIM LEMMEN

Olivares Tomás, Ana María. «ANTROPOLOGÍA CULTURAL APLICADA A LA PRODUCCIÓN POÉTICA: LA ARQUITECTURA CONCEPTUAL DE ALMAS ERRANTES DE KIM LEMMEN». Zenodo, 21 de octubre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17409936

ANTROPOLOGÍA CULTURAL APLICADA A LA PRODUCCIÓN POÉTICA: LA ARQUITECTURA CONCEPTUAL DE ALMAS ERRANTES DE KIM LEMMEN

Ensayo sobre la formación académica de Lemmen y la estrategia del bricolaje identitario

Kim Lemmen escribe Almas errantes desde una posición epistemológica singular: antropóloga cultural especializada en igualdad e identidad, asesora educativa que investiga actualmente la responsividad cultural en contextos educativos, migrante neerlandesa establecida en Barcelona que publica poesía en español. Esta multiplicidad posicional no es accidental; constituye el fundamento metodológico desde el cual Lemmen construye su poemario. La arquitectura conceptual de Almas errantes aplica herramientas antropológicas —especialmente los conceptos de bricolaje lévi-straussiano y trampa identitaria formulada por Michel Agier— a la exploración poética de la fragmentación identitaria contemporánea. Este ensayo examina cómo la formación académica de Lemmen en antropología cultural y su especialización en igualdad e identidad informan la estructura tripartita del poemario: Dispersión, Dualismo, Bricolaje.

La formación antropológica como epistemología poética

Antropología cultural: descentramiento y alteridad

La antropología cultural, disciplina que Lemmen estudió académicamente, se fundamenta en el descentramiento epistemológico: la capacidad de distanciarse de la propia cultura para observar otras sin deformaciones. Claude Lévi-Strauss señala que todo miembro de una cultura es estrechamente solidario con ella, puesto que desde el nacimiento el medio ambiente hace penetrar un complejo sistema de referencia consistente en juicios de valor, motivaciones y puntos de interés. La primera tarea del observador antropológico es distanciarse de su propia cultura para intentar ver las otras sin deformaciones impuestas por el sistema de referencia nativo.

Michel Agier, antropólogo especializado en migración y fronteras, formula esta operación de descentramiento en términos políticos y metodológicos. Según Agier, el descentramiento no es el rodeo exótico hacia parajes lejanos que uno supondría radicalmente otros, sino la búsqueda de lo que hace la frontera de toda cosa, designando para la experiencia concreta la posibilidad de una alteridad. Este descentramiento antropológico implica tres dimensiones: descentramiento cultural (distanciarse de la propia cultura), descentramiento epistemológico (construir metodologías que no reproduzcan el etnocentrismo) y descentramiento político (reconocer al sujeto-otro como agente).

Lemmen opera este triple descentramiento al escribir Almas errantes. Como antropóloga neerlandesa que escribe en español sobre fragmentación identitaria, Lemmen se ha distanciado de su cultura de origen sin asimilarse plenamente a la cultura de acogida. Esta posición liminal —ni neerlandesa ni española, suspendida entre lenguas y territorios— constituye el lugar epistemológico desde el cual escribe. El poemario no intenta representar una identidad neerlandesa esencial ni adoptar una identidad española; explora la condición de estar “ni aquí, ni allá, / siempre en dualidad”. Esta formulación evoca directamente el verso de Mahmoud Darwich citado por Agier: “Soy de allá. Soy de aquí y no estoy ni allá ni aquí”.

Especialización en igualdad e identidad: la trampa identitaria

La especialización de Lemmen en igualdad e identidad implica conocimiento experto sobre cómo las identidades se construyen, esencializan y politizan en contextos de diversidad cultural. Michel Agier advierte sobre la “trampa identitaria”: la tendencia a esencializar identidades culturales, raciales o nacionales, ignorando que toda identidad es construcción relacional y situacional. La trampa identitaria conduce al “encierro identitario”, término que Agier usa para describir el exceso que va de la frontera incierta al muro, y de la relación a la desaparición del otro, es decir, a la desaparición de esa alteridad sin la cual las identidades ya no pueden existir socialmente.

Para desarmar la trampa del encierro identitario, Agier propone volver a dar nombre al extranjero, descubrir al “sujeto-otro”: sujeto sin identidad a priori, ya que la perdió con su partida y su exilio, y todavía la está buscando o reconstruyendo. Este sujeto-otro es también aquél o aquella que hace irrupción en la frontera y perturba el orden normal y rutinario de las cosas.

Lemmen materializa poéticamente este concepto antropológico del sujeto-otro. El alma errante es precisamente sujeto sin identidad a priori: “¿A dónde pertenezco yo?”. La pregunta permanece sin respuesta porque el alma errante ha perdido su identidad con la partida (migración desde Países Bajos) y todavía la está buscando o reconstruyendo mediante el bricolaje. El poemario completo constituye exploración de esta búsqueda, evitando la trampa de proponer identidad esencial —neerlandesa, española, europea— y optando por identidad fragmentada, en proceso, relacional.

Claude Lévi-Strauss considera la identidad como “hogar virtual” al cual nos parece necesario referirnos sin cesar, sin que se produzca nunca la realidad de una cosa o de una experiencia que pueda ser descrita como tal. Esta virtualidad de la identidad estructura el verso programático de Almas errantes: las almas errantes buscan “su camino aferrado al juego virtual del dualismo”. El dualismo es “virtual” porque la identidad misma es virtual: referente necesario pero nunca realizable como sustancia concreta.

Responsividad cultural y apertura dialógica

La investigación actual de Lemmen sobre responsividad cultural en contextos educativos informa la estructura dialógica del poemario. La responsividad cultural designa la capacidad de reconocer y responder adecuadamente a diferencias culturales, promoviendo empatía, comprensión y relaciones sociales en contextos de diversidad. La educación intercultural no solo identifica diferencias culturales, sino que promueve interacción entre personas de diferentes culturas, desafiando a ponerse en el lugar del otro, a ver el mundo desde perspectiva distinta.

La responsividad cultural se distingue del multiculturalismo superficial que simplemente reconoce diferencias sin promover interacción. Implica gestión democrática, participación activa, comunicación intercultural, superación de prejuicios y estereotipos. Los fines de una educación intercultural son: reconocer y aceptar el pluralismo cultural como realidad social, contribuir a la instauración de relaciones positivas entre grupos diversos, promover interacción social entre personas y grupos culturalmente distintos.

Lemmen aplica esta pedagogía de la responsividad cultural a la estructura del poemario. La tercera sección culmina con “una invitación especial al lector”. Esta invitación constituye gesto de responsividad: Lemmen no impone identidad cerrada ni ofrece respuesta definitiva a la pregunta “¿A dónde pertenezco yo?”, sino que invita al lector a participar en el proceso de construcción identitaria. La apertura dialógica final reconoce que las identidades son múltiples, fluidas, situacionales, y que el lector debe reconocer su propia condición de alma errante.

 

El bricolaje identitario: aplicación del concepto lévi-straussiano

Claude Lévi-Strauss y el pensamiento salvaje

El concepto de bricolaje, central en la tercera sección de Almas errantes, proviene de Claude Lévi-Strauss, quien lo formula en El pensamiento salvaje (1962) para describir modo específico de operación intelectual. El bricoleur —término francés que designa al que hace trabajos manuales usando materiales disponibles— opera mediante ensamblaje de elementos heterogéneos sin plan preconcebido. Lévi-Strauss distingue el bricoleur del ingeniero: el ingeniero diseña estructuras nuevas usando materiales creados específicamente para el proyecto; el bricoleur trabaja con conjunto limitado de materiales preexistentes, reutilizándolos creativamente.

El pensamiento salvaje opera como bricolaje: no procede mediante conceptos abstractos que se aplican deductivamente a casos particulares, sino mediante reordenamiento de elementos concretos que tienen significados previos en otros contextos. El bricoleur mítico construye narrativas ensamblando elementos disponibles en el repertorio cultural —animales, plantas, accidentes geográficos, relaciones de parentesco— reordenándolos en nuevas configuraciones significativas.

Lévi-Strauss argumenta que la cultura se constituye a partir de circuitos de intercambio: de signos (palabras), de mujeres, de bienes y servicios. El primero de estos circuitos, el sistema de comunicación lingüística, sentó cimientos de todos los demás. La cultura no es totalidad orgánica que crece desde dentro, sino sistema de intercambios que articula elementos heterogéneos mediante reglas estructurales.

Bricolaje identitario en Almas errantes

Lemmen aplica el concepto lévi-straussiano de bricolaje a la construcción de la identidad contemporánea. La tercera sección del poemario lleva por título “Bricolaje”, señalando explícitamente que la identidad no es esencia que se desarrolla orgánicamente, sino ensamblaje provisional de fragmentos heterogéneos. El verso programático anuncia esta estrategia: las almas errantes se disuelven “en lo subconsciente del bricolaje de la vida”.

El bricolaje identitario opera mediante reordenamiento de elementos disponibles en el repertorio de experiencias vitales del sujeto migrante. Lemmen no tiene identidad neerlandesa pura ni identidad española adoptada; ensambla fragmentos de ambas culturas, junto con elementos de su formación antropológica, su experiencia migratoria, su bilingüismo creativo. Esta operación de ensamblaje no sigue plan preconcebido —no hay proyecto de convertirse en española ni de mantener pureza neerlandesa— sino que responde pragmáticamente a situaciones concretas.

La metáfora del bricolaje ilumina la arquitectura completa del poemario. Las tres secciones —Dispersión, Dualismo, Bricolaje— no narran evolución teleológica desde dispersión inicial hacia síntesis final. Más bien, describen tres aspectos simultáneos de la condición del alma errante: la dispersión espacial (flotación sobre el globo), el dualismo relacional (identidad que emerge solo en contraste con alteridad), el bricolaje compositivo (ensamblaje de fragmentos sin totalización). Estos tres modos operan simultáneamente en la construcción de la identidad del sujeto migrante contemporáneo.

Bricolaje poético: forma y contenido

Lemmen no solo tematiza el bricolaje identitario; lo practica formalmente en la construcción del poemario. El poemario ensambla elementos heterogéneos: lengua española con sintaxis ocasionalmente marcada por el neerlandés, imágenes corporales fragmentadas (hueso, piel, vientre) con metáforas geográficas abstractas (globo, vórtice, círculo), referencias filosóficas implícitas (dualismo, metempsicosis) con experiencia migratoria concreta.

Esta heterogeneidad formal no es defecto sino método compositivo deliberado. Como antropóloga cultural, Lemmen conoce que el bricoleur no opera con materiales puros sino con elementos que tienen historias previas, significados heredados de contextos anteriores. El español que Lemmen usa no es español puro sino español habitado por el neerlandés fantasmal; las imágenes poéticas no son metáforas originales sino reapropiaciones de arquetipos filosóficos (alma flotante, yo-tú, hombre-frontera); la estructura tripartita no es invención formal sino aplicación de esquema antropológico a la poesía.

El poema “Futuro inmediato” materializa explícitamente esta operación de bricolaje: “Respira sus palabras, / junta sus manos, / toma sus armas / en la lucha de su generación / unidos en fuerza, / fragmentados en identidad”. Los verbos —respirar, juntar, tomar— designan acciones de ensamblaje: el sujeto toma elementos heterogéneos (palabras, manos, armas) de otros y los incorpora en su propio repertorio. El resultado es paradójico: “unidos en fuerza, / fragmentados en identidad”. La unión es instrumental, táctica; la identidad permanece fragmentada porque el bricolaje no produce síntesis orgánica sino coalición provisional de elementos diversos.

La estructura tripartita como metodología antropológica

Primera parte: Dispersión como condición espacial

La primera sección del poemario —”Dispersión”— aplica metodología antropológica de observación espacial. La antropología cultural estudia cómo los grupos humanos organizan el espacio, trazan fronteras, establecen territorios. Michel Agier desarrolla antropología de las fronteras y los espacios liminales, estudiando campamentos de refugiados, zonas de tránsito, espacios intersticiales donde personas desplazadas habitan temporalmente.

Agier introduce concepto de “borderland” (zona de frontera): espacio ampliado donde la frontera se extiende temporal y espacialmente, creando momentos en los que no se sabe muy bien quién es uno ni dónde está, momentos de latencia social e identitaria. Las zonas de frontera crean tiempos largos de indeterminación del estatus para número cada vez mayor de personas. Estas zonas son lugares inciertos, tiempos inciertos, identidades inciertas, ambiguas, incompletas, opcionales.

Lemmen materializa poéticamente este concepto antropológico de borderland en la primera sección. El alma errante “flota sobre el globo en busca del otro”: no habita territorio definido sino espacio intermedio, zona de frontera planetaria. La dispersión no es condición patológica a corregir sino condición espacial del sujeto migrante contemporáneo que vive “en el viento”, sin anclaje seguro, orientándose solo por direcciones provisionales.

El poema “Las formas de la vida” presenta topografía de la dispersión: “Por la mañana, te encuentro en el horizonte, / en la tierra que nos separa, / fluyendo hacia nuestro destino, / desvaneciendo en lo gris”. El horizonte es límite que retrocede constantemente: el sujeto avanza pero nunca alcanza el horizonte. La tierra separa en vez de unir: no es suelo firme que sostiene sino extensión que distancia. El destino es plural (“nuestro destino”) pero el movimiento es singular (“fluyendo”): el sujeto está acompañado pero experimenta la dispersión individualmente. El desvanecimiento “en lo gris” evoca la zona indeterminada, el espacio liminal donde los contornos se difuminan.

Segunda parte: Dualismo como construcción relacional

La segunda sección —”Dualismo”— aplica teoría antropológica de la construcción relacional de la identidad. La antropología cultural demuestra que las identidades no son esencias que preexisten a la relación social, sino efectos de procesos relacionales. Agier argumenta que describir la identidad es siempre operación que produce lo que pretende simplemente describir: la identidad es “hogar virtual” al cual nos parece necesario referirnos sin cesar, sin que se produzca nunca la realidad de una experiencia que pueda ser descrita como tal.

La antropología contemporánea rechaza el esencialismo identitario: la tendencia a atribuir a grupos culturales identidades fijas, homogéneas, transhistóricas. Frederik Barth demostró en su estudio clásico sobre grupos étnicos que la etnicidad no es contenido cultural sustantivo sino frontera que se mantiene activamente mediante procesos de inclusión y exclusión. La identidad étnica emerge de la frontera, no la precede.

Lemmen aplica esta teoría antropológica al dualismo yo-tú. La segunda sección no presenta dos sujetos autónomos que entran en relación, sino relación que constituye virtualmente los dos polos. El yo solo emerge en contraste con el tú; cuando esta relación se interrumpe, el yo se disuelve. El poema “El autorretrato invisible” visualiza esta dependencia ontológica: el yo solo existe “tallado en tus recuerdos”, “inundado en tus sueños”, “enclavado en tus expresiones”. El yo no posee su propia identidad; reside en el tú, “fuera de mi alcance”.

Esta estructura evoca el concepto antropológico de alteridad constitutiva: la identidad requiere alteridad para existir. Agier advierte que el exceso identitario conduce a la desaparición del otro, y por tanto a la desaparición de la alteridad sin la cual las identidades ya no pueden existir socialmente. El alma errante lemmeniana preserva la alteridad mediante el dualismo: el yo y el tú permanecen separados, “siempre en dualidad”, evitando fusión que aboliría la diferencia.

Tercera parte: Bricolaje como síntesis antropológica

La tercera sección sintetiza las dos anteriores mediante concepto de bricolaje. La dispersión espacial proporcionó los elementos heterogéneos; el dualismo relacional estableció que la identidad emerge de la relación con alteridad; el bricolaje explica cómo estos elementos se ensamblan en identidad provisional. Esta progresión no es narrativa sino conceptual: cada sección ilumina un aspecto de la construcción antropológica de la identidad migrante.

El bricolaje identitario implica que el sujeto migrante no puede retornar a identidad original (neerlandesa) ni asimilarse completamente a identidad de destino (española). Debe construir identidad nueva ensamblando fragmentos de ambas culturas junto con experiencias de la migración misma. Esta identidad ensamblada es precaria: depende de elementos que tienen historias previas en otros contextos, y puede desmontarse si las condiciones cambian.

El poema “Tercer Mundo” presenta el resultado del bricolaje: “En el mundo de los fragmentos, / donde se unen las piezas del rompecabezas, / se crea una nueva imagen”. El mundo es “de los fragmentos”: no territorio unificado sino colección de piezas heterogéneas. El rompecabezas es metáfora del bricolaje: cada pieza tiene forma predeterminada por su historia previa, pero el conjunto crea “nueva imagen” que no existía en ninguna pieza individual. Esta nueva imagen es la identidad del sujeto migrante: ni neerlandesa ni española, sino ensamblaje que incorpora elementos de ambas sin reducirse a ninguna.

Invitación al lector: responsividad cultural como cierre

La conclusión del poemario con “invitación especial al lector” constituye aplicación de la pedagogía de responsividad cultural que Lemmen investiga profesionalmente. La responsividad cultural requiere participación activa, gestión democrática, comunicación intercultural. No basta que el educador transmita conocimiento sobre diversidad cultural; debe invitar al educando a participar activamente en la construcción de relaciones interculturales.

Lemmen aplica esta pedagogía al poemario: no transmite identidad construida que el lector debe recibir pasivamente, sino que invita al lector a reconocer su propia condición de alma errante y a participar en el proceso de bricolaje identitario. Esta invitación transforma el poemario de monólogo lírico a diálogo intercultural: el lector no es espectador de la identidad fragmentada del yo lírico, sino participante que debe reconocer su propia fragmentación.

La invitación reconoce que en la modernidad líquida, cuando las estructuras sólidas se han disuelto, todos somos almas errantes en alguna medida. La migración geográfica que Lemmen experimentó concretamente constituye metáfora de condición existencial más amplia: el sujeto contemporáneo que vive en movilidad constante, que habita múltiples territorios sin pertenecer plenamente a ninguno, que ensambla identidad mediante bricolaje de fragmentos culturales heterogéneos.

Michel Agier describe esta condición como “cosmopolitismo corriente”: experiencia ordinaria de aquellos que viven en el laberinto del extranjero, se instalan en situación de frontera, se confrontan con otras lenguas, maneras de hacer, de pensar y de gobernar, se adaptan y se transforman por medio de este ejercicio obligado. Este cosmopolitismo corriente no es monopolio de élite globalizada, sino experiencia de la rugosidad del mundo de todos aquellos que viven en varios lugares casi simultáneamente y, a falta de ubicuidad, viven cada vez más en la movilidad.

Lemmen escribe desde y sobre este cosmopolitismo corriente. Como antropóloga cultural que migró de Países Bajos a España, que investiga responsividad cultural en contextos educativos, que escribe poesía en segunda lengua sobre fragmentación identitaria, Lemmen encarna el sujeto cosmopolita contemporáneo. El poemario no describe esta condición desde fuera, sino que la materializa desde dentro mediante arquitectura conceptual que aplica herramientas antropológicas a la producción poética.

Conclusiones

Almas errantes constituye caso singular de aplicación de antropología cultural a producción poética. La formación académica de Lemmen en antropología cultural y su especialización en igualdad e identidad informan decisivamente la arquitectura conceptual del poemario. La estructura tripartita —Dispersión, Dualismo, Bricolaje— no es arbitraria sino que aplica metodología antropológica: observación espacial de condiciones migratorias, análisis relacional de construcción identitaria, teoría del bricolaje lévi-straussiano como modelo de identidad ensamblada.

La perspectiva antropológica sobre la trampa identitaria ilumina la estrategia del bricolaje identitario. Michel Agier advierte que esencializar identidades conduce al encierro identitario y a la desaparición de la alteridad sin la cual las identidades no pueden existir socialmente. Lemmen evita esta trampa mediante el bricolaje: identidad que se construye ensamblando fragmentos heterogéneos sin pretensión de totalización orgánica. El alma errante no busca identidad esencial ni neerlandesa ni española, sino que habita la condición de estar “ni aquí, ni allá, siempre en dualidad”.

La responsividad cultural que Lemmen investiga profesionalmente estructura la apertura dialógica final. El poemario culmina con invitación al lector, reconociendo que las identidades se construyen relacionalmente y que el lector debe participar activamente en el proceso. Esta invitación transforma el poemario de exploración individual de fragmentación identitaria a propuesta ética de reconocimiento mutuo: todos somos almas errantes en el mundo contemporáneo, y solo mediante responsividad cultural —capacidad de ponerse en el lugar del otro, de ver el mundo desde perspectiva distinta— podemos habitar esta condición sin sucumbir al encierro identitario.

Almas errantes demuestra que la antropología cultural puede informar productivamente la producción poética. Los conceptos antropológicos —bricolaje, trampa identitaria, borderland, sujeto-otro, cosmopolitismo corriente— no permanecen como abstracciones teóricas sino que se materializan en imágenes poéticas concretas: el alma que flota sobre el globo, el yo encerrado en el tú, el rompecabezas que crea nueva imagen ensamblando fragmentos heterogéneos. La poesía traduce antropología a experiencia sensorial; la antropología proporciona a la poesía marco conceptual riguroso para explorar fragmentación identitaria contemporánea. Esta síntesis de antropología y poesía constituye contribución singular de Lemmen al campo de la poesía migratoria en español.

Tags: No tags