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FIGURAS DEL VACÍO Y LA AUSENCIA EN LA LÍRICA CONTEMPORÁNEA: EMMA Y JÁCOME COMO ARQUETIPOS POÉTICOS

Pérez-Ayala, Javier. «FIGURAS DEL VACÍO Y LA AUSENCIA EN LA LÍRICA CONTEMPORÁNEA: EMMA Y JÁCOME COMO ARQUETIPOS POÉTICOS». Zenodo, 13 de septiembre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17113770

 

FIGURAS DEL VACÍO Y LA AUSENCIA EN LA LÍRICA CONTEMPORÁNEA: EMMA Y JÁCOME COMO ARQUETIPOS POÉTICOS

ESTUDIO DE LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DE LOS PERSONAJES CENTRALES

Introducción

La poesía contemporánea ha desarrollado una sensibilidad particular hacia las figuras del vacío y la ausencia, conceptos que trascienden la mera temática para constituirse en elementos estructurales del discurso poético. Como señala Víctor Barrera Enderle, “el vacío opera en la literatura como manifestación de posibilidad, como presencia latente del silencio que alimenta las creaciones”. En el contexto de esta tradición, “Estos Ojos Afilados” de Kepa Fernández de Larrinoa presenta una construcción arquetípica singular a través de las figuras centrales de Emma y Jácome, que encarnan diferentes modalidades del vacío ontológico y la ausencia existencial.

El presente estudio analiza cómo estos personajes funcionan no como caracteres narrativos convencionales, sino como arquetipos poéticos que estructuran la totalidad del poemario y articulan una reflexión profunda sobre los límites del ser y la expresión en la contemporaneidad. Siguiendo los planteamientos de Carl Jung sobre los arquetipos como “formas diversas” que operan en el inconsciente colectivo, Emma y Jácome se constituyen como figuras universales que cristalizan las tensiones fundamentales de la condición humana moderna.

  1. Jácome: arquetipo de la visión apocalíptica

1.1 Construcción simbólica inicial

Jácome se presenta desde su primera aparición como una figura profética que “se concibió como premonición”, estableciendo inmediatamente su función arquetípica como visionario del fin. Su caracterización inicial revela los elementos constitutivos de su simbolismo:

“Os ensueño en estos ojos afilados vueltos del revés
pausados junto al cráter pétreo anunciante
del último latido de la
humanidad”

La fragmentación del verso final (“humanidad”) funciona como procedimiento formal que replica el contenido semántico: la ruptura de la palabra anticipa la ruptura de lo humano que Jácome anuncia. Los “ojos afilados vueltos del revés” establecen una mirada que penetra más allá de la superficie visible para acceder a la verdad oculta de la finitud.

1.2 El paisaje como extensión simbólica

El paisaje que Jácome configura y habita se constituye como proyección simbólica de su naturaleza arquetípica. La descripción de “olmos arcaicos y vetustos álamos blancos / gordos de sed y cuesta abajo” establece un escenario de decadencia vegetal que funciona como correlato objetivo de la visión apocalíptica.

La progresión descriptiva desde los árboles hasta la aparición de los ríos y las “nieves carbónicas” revela un mundo natural que ha perdido su vitalidad orgánica para convertirse en escenario mineral y químico. Esta transformación paisajística refleja la función arquetípica de Jácome como testigo de la des-naturalización del mundo.

1.3 La muerte como clausura simbólica

La muerte de Jácome —”tuberculoso y desmemoriado”— completa su construcción arquetípica mediante la paradoja del visionario que pierde la memoria. Esta contradicción aparente revela la naturaleza esencial del arquetipo: Jácome no conserva recuerdos particulares porque su función es encarnar la memoria colectiva de la finitud.

El epigrama propuesto para su memoria desarrolla la dialéctica fundamental ALGO/NADA que estructura todo el poemario:

“ALGO en la NADA
NADA en la FINITUD del ALGO”

Esta formulación establece la tensión conceptual que define el arquetipo: Jácome es la presencia de la ausencia, la materialización poética de lo que no puede ser nombrado directamente.

 

 

1.4 Los “Tres cantores esquivos”

La introducción de Simón Buhu, Simón Mutu y Simón Itsu funciona como multiplicación simbólica del arquetipo Jácome. Estos tres cantores —que “incorpóreo existió”, “calló cuando lo emboscaron” e “incrédulo aguantó las ataduras”— representan diferentes modalidades de la resistencia ante el silenciamiento, estableciendo una genealogía poética que culmina en Jácome.

La progresión desde la incorporeidad hasta el silencio forzado y la incredulidad final traza un arco de degradación que anticipa el destino del propio Jácome, consolidando su función arquetípica como último testigo de un proceso de aniquilación que trasciende lo individual.

  1. Emma: arquetipo de la ausencia habitada

2.1 La paradoja del silencio expresivo

Emma se construye como arquetipo complementario a Jácome, encarnando no la visión del fin sino la experiencia de la ausencia ya consumada. Su caracterización inicial establece la paradoja fundamental que define su naturaleza arquetípica:

“Emma
de la quietud y el tormento”

Esta formulación revela la tensión constitutiva del arquetipo: Emma es simultáneamente la paz de lo acabado y el dolor de la pérdida. Su “silencio en el retablo” sugiere una presencia escultórica, fijada en una representación que la hace presente precisamente a través de su ausencia de voz.

2.2 Temporalidad suspendida

La segunda sección del poemario desarrolla extensamente la construcción temporal específica de Emma, caracterizada por la paradoja de un tiempo que persiste en su propia negación:

“Sin tiempo todo este tiempo está”

Esta formulación establece el núcleo conceptual del arquetipo Emma: la persistencia de la temporalidad en su propia ausencia. Emma habita un tiempo suspendido que es simultáneamente duración y carencia, presencia y vacío.

La descripción del “río seco de imposible nadar sin arena / de imposible andar sin marea” desarrolla esta temporalidad paradójica mediante imágenes de fluidez detenida que corresponden perfectamente a la naturaleza arquetípica de Emma como ausencia que perdura.

2.3 La memoria sin caudal

Uno de los elementos más significativos en la construcción arquetípica de Emma es su relación con la memoria:

“queda la memoria sin caudal
estática
candada”

Emma encarna una modalidad específica de la memoria: no la memoria como recuperación del pasado, sino como persistencia vacía, como estructura formal que ha perdido su contenido pero conserva su forma. Esta “memoria candada” funciona como metáfora central del arquetipo: Emma es la persistencia de la estructura tras la desaparición del contenido.

2.4 El barquero y la araña: figuras auxiliares

Las figuras del barquero y la araña que pueblan el paisaje de Emma funcionan como proyecciones simbólicas de su propia condición arquetípica. El barquero que “sucumbe desnudo frente a un espejo de otros lares” representa la imposibilidad del tránsito, mientras la araña que “corre en busca de cobijo” simboliza el trabajo persistente que no encuentra su objeto.

Estas figuras auxiliares desarrollan aspectos específicos del arquetipo Emma: la imposibilidad del pasaje (barquero) y la laboriosidad sin objeto (araña), consolidando su función como encarnación poética de la ausencia habitada.

2.5 La ausencia como presencia estructurante

El fragmento 17 desarrolla la paradoja fundamental del arquetipo Emma mediante la técnica de la negación sistemática:

“Sin Emma está el lugar sin tiempo
Sin Emma está el tiempo falto de efemérides que compartir
el tiempo sin alguien con quien reír y llorar”

Esta construcción mediante la ausencia revela la naturaleza estructurante del arquetipo: Emma se define por su capacidad de generar vacío, de crear ausencia. Su presencia arquetípica consiste precisamente en su capacidad de ausentarse de manera productiva, generando los espacios vacíos que dan forma al poemario.

III. Dialéctica arquetípica: visión y ausencia

3.1 Complementariedad estructural

La relación entre Emma y Jácome no es de oposición sino de complementariedad dialéctica. Jácome encarna la visión del fin, Emma la habitación del vacío resultante. Esta complementariedad se evidencia en la organización misma del poemario: las dos primeras secciones desarrollan extensamente cada arquetipo por separado, preparando su síntesis en la tercera sección.

La construcción temporal de ambos arquetipos refuerza esta complementariedad: Jácome habita el tiempo apocalíptico del “último latido”, Emma el tiempo suspendido del “sin tiempo todo este tiempo”. Ambas modalidades temporales son igualmente irreductibles al tiempo cronológico convencional, estableciendo un régimen temporal específicamente poético.

3.2 El “niño” como figura mediadora

A lo largo del poemario, la figura del “niño” aparece recurrentemente como elemento que media entre los arquetipos de Jácome y Emma. En los fragmentos 23, 31, 32, 34, 35, 36, 37, esta figura del niño funciona como punto de intersección entre la visión apocalíptica y la ausencia habitada.

El niño encarna la vulnerabilidad radical que subyace tanto a la visión de Jácome como a la ausencia de Emma. Su caracterización como “escuálido / desecado” lo sitúa en el punto de convergencia entre ambos arquetipos, funcionando como síntesis viviente de sus respectivas modalidades del vacío.

3.3 La transformación en “éter”

La tercera sección del poemario (“Ankoku Butō para Emma y Jácome”) efectúa la síntesis arquetípica mediante la transformación de ambos personajes en abstracciones teatrales: CANSANCIO/ÉTER y HERIDA/ÉTER. Esta transformación revela la naturaleza última de ambos arquetipos como modalidades complementarias de la sustracción.

El CANSANCIO (Jácome transformado) y la HERIDA (Emma transformada) mantienen sus características arquetípicas básicas pero las desarrollan en un registro dramático que permite su interacción directa. El diálogo entre ambas abstracciones desarrolla la tensión fundamental entre imaginación y realidad que subyace a la construcción arquetípica de todo el poemario.

  1. Función arquetípica en la poesía contemporánea

4.1 Tradición del vacío poético

La construcción arquetípica de Emma y Jácome se inscribe en una tradición poética contemporánea que, como señala Anahí Mallol, ha desarrollado “diversas maneras” de escribir “sobre nada”. Esta tradición, que remonta a Flaubert y su deseo de “escribir un libro sobre nada”, ha encontrado en la poesía del siglo XX y XXI un desarrollo particularmente fértil.

Emma y Jácome, como arquetipos del vacío y la ausencia, participan de esta tradición pero la renuevan mediante su inscripción en un contexto cultural específico: la cultura vasca contemporánea, con su particular relación con la pérdida y la persistencia cultural. Esta especificidad cultural no debilita sino que fortalece su función arquetípica, proporcionándoles una densidad referencial que los sitúa más allá del ejercicio puramente formal.

4.2 Renovación de la función arquetípica

Los arquetipos tradicionales de la literatura, según la clasificación propuesta por diversos teóricos, incluyen figuras como el héroe, el sabio, el guerrero, etc. Emma y Jácome representan una renovación de la función arquetípica en la poesía contemporánea: en lugar de encarnar valores positivos o negativos claramente definidos, encarnan modalidades complejas de la experiencia existencial contemporánea.

Esta renovación resulta especialmente significativa en el contexto de la crisis de los grandes relatos que caracteriza la contemporaneidad. Emma y Jácome no proponen ni heroísmo ni sabiduría, sino formas de habitar la ausencia y el vacío que caracterizan la condición postmoderna.

4.3 Función estructurante

Más allá de su contenido temático específico, Emma y Jácome funcionan como principios estructurantes del poemario. Su construcción arquetípica proporciona la lógica organizativa que permite la articulación coherente de los diversos registros formales (lírico, dramático, teórico) que componen la obra.

Esta función estructurante revela una característica fundamental de la poesía contemporánea más ambiciosa: la necesidad de crear figuras arquetípicas que proporcionen coherencia formal a obras que exploran los límites de la expresión poética tradicional.

  1. Aspectos formales y lingüísticos

5.1 Fragmentación como procedimiento arquetípico

La fragmentación que caracteriza la expresión de ambos arquetipos no es meramente temática sino formal. Los versos fragmentados, las frases incompletas, los silencios tipográficos funcionan como correlatos formales de la naturaleza arquetípica de Emma y Jácome.

Esta fragmentación se evidencia particularmente en pasajes como:

“Un fondo una araña guijarros incontables en un río sin caudal en
un sin caudal sin barquero en un sin barquero sin barca en una
sin barca sin orilla en una sin orilla sin puente en un sin puente
sin pie en un sin pie sin tierra en una sin tierra sin gusanos”

La repetición anafórica de “sin” crea una cadena de negaciones que replica formalmente la construcción arquetípica de Emma como ausencia generativa.

5.2 Registro hermético y accesibilidad

A pesar de su hermetismo conceptual, Emma y Jácome mantienen una accesibilidad emocional que los sitúa efectivamente como arquetipos. Su construcción lingüística combina precisión conceptual con resonancia afectiva, permitiendo que funcionen simultáneamente como objetos de reflexión intelectual y como figuras de identificación emocional.

Esta combinación resulta especialmente significativa en el contexto de la poesía contemporánea española, donde frecuentemente se plantea una falsa oposición entre experimentación formal y comunicabilidad. Emma y Jácome demuestran la posibilidad de crear figuras arquetípicas que sean simultáneamente experimentales y comunicativas.

5.3 Metapoética implícita

La construcción arquetípica de Emma y Jácome funciona también como reflexión metapoética sobre las condiciones de posibilidad de la poesía contemporánea. Emma, como encarnación del silencio expresivo, y Jácome, como visionario de la finitud del lenguaje, representan las dos tensiones fundamentales que definen la poesía actual.

Esta función metapoética se hace explícita en la cuarta sección (“Teoría del Otrora Cerebro Poético”), donde la metáfora neurocientífica del agotamiento sináptico funciona como comentario sobre el agotamiento de las figuras arquetípicas tradicionales y la necesidad de crear nuevas modalidades arquetípicas como Emma y Jácome.

  1. Proyección e influencia

6.1 Modelo para la poesía española contemporánea

La construcción arquetípica realizada por Fernández de Larrinoa en Emma y Jácome establece un modelo significativo para la renovación de la poesía española contemporánea. Su capacidad para crear figuras universalmente resonantes a partir de una experiencia cultural específica (la cultura vasca) proporciona una alternativa a las tendencias provincialistas que afectan frecuentemente la poesía española actual.

6.2 Diálogo con tradiciones internacionales

La incorporación del butō japonés en la tercera sección del poemario sitúa los arquetipos Emma y Jácome en diálogo productivo con tradiciones poéticas y teatrales internacionales. Esta apertura intercultural fortalece su función arquetípica al situarlos más allá de los límites de una tradición nacional específica.

6.3 Potencial de desarrollo crítico

Emma y Jácome, como construcciones arquetípicas logradas, ofrecen un material rico para el desarrollo de estudios comparativos con otras figuras arquetípicas de la poesía contemporánea internacional. Su inscripción en la problemática del vacío y la ausencia los sitúa en diálogo productivo con figuras similares en la poesía contemporánea francesa, italiana, alemana y anglosajona.

Conclusiones

El análisis de Emma y Jácome como arquetipos poéticos revela la sofisticación conceptual y formal de “Estos Ojos Afilados” y su contribución específica a la renovación de la poesía española contemporánea. Estas figuras trascienden su función temática para constituirse en principios estructurantes que articulan una reflexión profunda sobre las condiciones existenciales y expresivas de la contemporaneidad.

La construcción arquetípica realizada por Fernández de Larrinoa demuestra la posibilidad de crear figuras poéticas que sean simultáneamente experimentales y comunicativas, locales y universales, conceptuales y afectivas. Emma y Jácome establecen así un modelo para la renovación arquetípica en la poesía contemporánea que supera las limitaciones del formalismo vacío y del localismo estéril.

Su inscripción en la tradición poética del vacío y la ausencia los sitúa en diálogo productivo con las corrientes más significativas de la poesía internacional contemporánea, mientras su específica construcción formal los establece como contribución original a esta tradición.

La dialectica entre visión apocalíptica (Jácome) y ausencia habitada (Emma) proporciona finalmente un marco conceptual para abordar las tensiones fundamentales que definen la experiencia contemporánea: la simultaneidad de la lucidez sobre la crisis y la necesidad de habitar creativamente el vacío resultante.

En el contexto de la poesía española del siglo XXI, Emma y Jácome representan una alternativa madura a las tendencias dominantes, proponiendo una vía de renovación que combina rigor formal, profundidad conceptual y resonancia emocional en una síntesis de notable logro estético.

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