Olivares Tomás, Ana María. «ARQUITECTURA DEL LAMENTO: ESTRUCTURA Y RITMO EN JOB EN GAZA». Zenodo, 22 de noviembre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17682900
ARQUITECTURA DEL LAMENTO: ESTRUCTURA Y RITMO EN JOB EN GAZA
Introducción: imitación y transgresión de la forma bíblica
Job en Gaza adopta estructura arquitectónica que imita conscientemente el Libro de Job bíblico: prólogo celestial (“La apuesta”), ocho capítulos temáticos numerados con títulos conceptuales (“Los comienzos del dolor”, “La voz del lamento”, “La ausencia de respuesta”, “La disputa con lo divino”, “El juicio de los hombres”, “La visión y el espanto”, “La búsqueda de la memoria”, “La aflicción y la semilla”), y epílogo conclusivo (“La herencia de Troya”, con coda “Troyas de fuego y sangre”). Esta mímesis estructural no es ornamental, sino dispositivo hermenéutico: obliga al lector a leer Gaza como Job, Palestina como prueba divina, Israel como Satán secularizado.
Sin embargo, Argelina no reproduce mecánicamente estructura bíblica, sino que la transgrede mediante inversión de elementos clave. El texto jobeano concluye con teofanía (Dios habla desde torbellino) y restauración (Job recupera bienes, hijos, salud). Job en Gaza rechaza este cierre reconciliador: no hay teofanía, no hay restauración, persiste desesperanza (“Yo no lo veré”). La imitación estructural opera como traición: Argelina usa forma bíblica para denunciar fracaso de teodicea.
Esta monografía examina tensiones formales del poemario: oscilación entre verso libre (modernidad), versículo bíblico (tradición) y prosa poética (hibridez); uso de reiteraciones, letanías y estribillos como recursos de intensificación emocional que replican estructura psíquica del trauma. El análisis formal evidencia que forma no es recipiente neutral, sino portadora de significado: estructura capitular construye teología política, ritmo letánico reproduce trauma colectivo.
Estructura capitular: imitación del Libro de Job
Prólogo: “La apuesta” (reproducción literal)
El poemario abre con prólogo titulado “La apuesta” que reproduce con precisión arquitectónica el prólogo jobeano. El Libro de Job establece marco celestial: Yahvé, orgulloso de Job, afirma su fidelidad; el Satán responde que Job es piadoso solo por interés; Yahvé permite prueba. Argelina replica literalmente estructura dialógica: “En los cielos aconteció una apuesta. / Dios, orgulloso de Job, dijo al diablo / ¿Has visto a mi siervo, justo, íntegro, temeroso de Mí? / Y éste respondió: / Despoja su casa, hiere su carne, / y verás cómo maldice tu nombre”.
La reproducción terminológica es exacta: “siervo”, “justo”, “íntegro” son calificativos bíblicos de Job 1:8. El diálogo entre Dios y diablo replica sintaxis bíblica mediante pregunta retórica y respuesta desafiante. Sin embargo, verso siguiente opera secularización radical: “Y se abrió en la tierra la puerta del dolor”. La apuesta celestial tiene consecuencias terrestres concretas: “Job perdió hijos y riquezas, / su piel se cubrió de llagas, / y se sentó en la ceniza”.
El prólogo concluye con transposición política que establece equivalencia entre Job bíblico y Palestina histórica: “Desde entonces Palestina repite su historia / pueblos justos despojados, / carne herida, / hijos arrancados”. La estructura capitular obliga a lector a reconocer paralelismo: Nakba 1948 es repetición de prueba jobeana, Gaza contemporánea permanece en ceniza sin restauración.
Capítulos I-VIII: diálogos transformados en acusación política
El Libro de Job estructura diálogos en tres ciclos donde Job disputa con amigos (Elifaz, Bildad, Zofar) que defienden doctrina retributiva: sufrimiento deriva de pecado. Job en Gaza no replica diálogos específicos, sino que sintetiza función de cada ciclo mediante capítulos temáticos. Cada capítulo corresponde a momento estructural del texto bíblico.
Capítulo I (“Los comienzos del dolor”) corresponde a Job 1-2: pérdida de bienes, hijos, salud. Argelina documenta Nakba 1948 como calvario inaugural: “Pueblos y aldeas enteros se trasladaron en bloque, al tiempo que sus casas originales eran destruidas”. Capítulo II (“La voz del lamento”) corresponde a Job 3: maldición del día natal, deseo de muerte. Argelina documenta masacres (Sabra y Chatila 1982, Al-Fakhura 2009, UNRWA 2014, Al-Ahli 2023) como repetición del dolor.
Capítulo III (“La ausencia de respuesta”) corresponde a Job 4-31: disputas con amigos donde Job exige respuesta divina que no llega. Argelina interroga silencio de Dios/Occidente: “¿Tienes tú ojos de carne? / pregunta Job a Dios, / pregunta Gaza entre sus ruinas”. Capítulo IV (“La disputa con lo divino”) corresponde a Job 32-37: discursos de Eliú y protesta final de Job. Argelina cita a Rafael Schutz y establece identidad conversa para legitimar crítica a Israel.
Capítulo V (“El juicio de los hombres”) corresponde a Job 38-41: teofanía donde Dios habla desde torbellino. Sin embargo, Argelina invierte estructura: no es Dios quien juzga a Job, sino Job quien juzga a hombres. La fórmula “Si callase, me moriría” establece imperativo testimonial que sustituye teofanía ausente. Capítulos VI-VIII (“La visión y el espanto”, “La búsqueda de la memoria”, “La aflicción y la semilla”) no tienen correlato directo en Job bíblico: son adiciones que prolongan trauma sin resolución.
Epílogo: “La herencia de Troya” (sustitución de la restauración)
El Libro de Job concluye con Job 42: Dios restaura bienes, hijos, salud; Job vive 140 años y muere anciano satisfecho. Job en Gaza rechaza radicalmente este cierre: epílogo titulado “La herencia de Troya” sustituye restauración por genealogía de catástrofes. El poema “Troyas de fuego y sangre” establece que Gaza no es Job restaurado, sino Troya que arde eternamente: “No hay dioses que protejan, / ni héroes que regresen del incendio”.
La estructura capitular opera inversión herética completa: imitación formal del Libro de Job sirve para denunciar fracaso de teodicea. Mientras texto bíblico concluye con justicia divina restaurada, Job en Gaza concluye con persistencia del genocidio: “De Gaza a Ilión / la historia camina en círculos”. La arquitectura capitular construye teología política: no hay Dios que responda, no hay justicia que llegue, solo resistencia humana contra exterminio.
Tensiones formales: verso libre, versículo bíblico, prosa poética
Verso libre: modernidad formal
Secciones del poemario adoptan verso libre característico de poesía contemporánea: versos sin métrica regular, sin rima, con encabalgamientos abruptos. El poema “Troyas de fuego y sangre” ejemplifica verso libre modernista:
“Troyas de fuego y sangre
Arde la historia.
No hay dioses que protejan,
ni héroes que regresen del incendio.
La arena respira con el pecho del hombre.
Camina un nuevo Aquiles por calles calcinadas,
no busca honor ni canto
persigue sólo sombra”.
Los versos oscilan entre dos sílabas (“Arde la historia”) y once sílabas (“Cambia la lengua, el rostro, el uniforme”) sin patrón métrico. Los encabalgamientos fragmentan sintaxis: “Camina un nuevo Aquiles por calles calcinadas, / no busca honor ni canto / persigue sólo sombra” divide frase en tres versos con pausas que generan efecto de desintegración. La ausencia de rima y puntuación irregular (comas finales de verso sin punto final) producen sensación de incompletud formal que replica trauma histórico.
El verso libre opera modernidad estética que contrasta con arcaísmo bíblico del resto del poemario. Esta tensión no es casual: Argelina yuxtapone tradición (Job bíblico) y contemporaneidad (Gaza 2023) mediante oscilación formal entre versículo antiguo y verso libre moderno.
Versículo bíblico: paralelismo y solemnidad arcaica
Otras secciones adoptan estructura del versículo bíblico: frases breves organizadas mediante paralelismo sintáctico, repeticiones rítmicas, solemnidad arcaica. El prólogo “La apuesta” replica versículo jobeano:
“En los cielos aconteció una apuesta.
Dios, orgulloso de Job, dijo al diablo
¿Has visto a mi siervo, justo, íntegro, temeroso de Mí?
Y éste respondió:
Despoja su casa, hiere su carne,
y verás cómo maldice tu nombre”.
El paralelismo (estructura repetida con variación) es característico de poesía hebrea. “Despoja su casa, hiere su carne” repite estructura verbo+complemento directo, generando ritmo binario. La pregunta “¿Has visto a mi siervo?” replica sintaxis bíblica mediante interrogación retórica seguida de calificativos acumulados (“justo, íntegro, temeroso”).
El versículo bíblico otorga solemnidad arcaica que legitima denuncia política mediante autoridad religiosa. Argelina no habla como poeta contemporáneo, sino como profeta que actualiza texto sagrado. La sección “La voz del lamento” adopta estructura de Salmos lamentatorios:
“Si midiesen mi queja y mi desdicha
Pesarían más que las torres caídas de Gaza,
que las ciudades arrasadas de Palestina,
que la memoria quemada de generaciones”.
El paralelismo (tres versos que comienzan “que”) acumula imágenes mediante anáfora, recurso típico de poesía hebrea. La hipérbole (“pesarían más que…”) replica recursos bíblicos de exageración que expresan magnitud del sufrimiento.
Prosa poética: hibridez entre documento y lírica
La introducción y notas contextuales adoptan prosa poética: texto sin división en versos, pero con ritmo, imágenes, intensidad emocional. La introducción documenta historia de Gaza mediante prosa que transita hacia lirismo:
“Ahora Job se traslada a Gaza, de donde parece no haber salido, desde que se convirtiera en un auténtico campo de concentración. La ciudad ya experimentó terribles desastres en el pasado Pero los desastres del pasado no parecen ser gran cosa en comparación con las calamidades que le toca padecer en estos tiempos”.
La prosa mantiene sintaxis narrativa (“La ciudad ya experimentó terribles desastres”), pero incorpora recursos poéticos: aliteración (“desastres del pasado”), paralelismo (“no parecen ser gran cosa en comparación con las calamidades”), hipérbole intensificadora. La fórmula “de donde parece no haber salido” establece metáfora (Job como Gaza) mediante lenguaje que oscila entre documento histórico y testimonio lírico.
Las notas contextuales que documentan masacres (Al-Fakhura, UNRWA, Al-Ahli) adoptan prosa periodística, pero con inflexiones líricas: “Cuando aún flotan en la memoria las masacres de los campos de refugiados de Sabra y Chatila”. El verbo “flotan” es poético, no periodístico; establece que memoria es presente, no pasado clausurado.
La prosa poética opera hibridez entre documento (información factual verificable) y lírica (intensificación emocional). Argelina rechaza separación entre testimonio objetivo y expresión subjetiva: la verdad histórica requiere ambas dimensiones.
Reiteraciones, letanías, estribillos: intensificación emocional
“Yo no lo veré”: estribillo de desesperanza estructural
La repetición más insistente del poemario es fórmula “Yo no lo veré”, que aparece múltiples veces en capítulo III (“La ausencia de respuesta”). La sección establece estribillo mediante repetición obsesiva:
“Yo no lo veré
dice Job con los ojos apagados.
No veré el amanecer de justicia,
no veré a Gaza reconstruida,
no veré a Palestina en paz”.
La fórmula “Yo no lo veré” se repite inmediatamente con variación coral: “Yo no lo veré, / repiten los ancianos en los campos, / las madres que entierran a sus hijos, / los exiliados que no vuelven a sus casas”. La repetición opera como estribillo musical que establece ritmo hipnótico. El lector queda atrapado en obsesión: “no veré… no veré… no veré” replica compulsión traumática donde pasado irrumpe en presente sin mediación.
El estribillo no es ornamento retórico, sino réplica formal de estructura psíquica del trauma. La desesperanza no es emoción momentánea, sino certeza estructural que se repite: cada generación palestina sabe que no verá justicia. La repetición formal transmite esta certeza mediante ritmo que anula futuro.
“El doble mereces”: letanía acusatoria
La sección “La disputa con lo divino” adopta estructura de letanía: repetición de fórmula acusatoria que culpabiliza a víctima. El texto reproduce discurso legitimador del poder mediante anáfora obsesiva:
“El doble mereces,
gritan los acusadores a Job,
como si el dolor fuera castigo,
como si la desgracia fuera fruto de la culpa.
Así también le dicen a Palestina
mereces tu ruina,
mereces tus muros,
mereces tus escombros,
mereces tu encierro”.
La anáfora “mereces” se repite cinco veces, estableciendo acusación coral. La estructura “como si… como si” introduce paralelismo que expone lógica retributiva: víctima es responsable de su sufrimiento. La repetición opera inversión irónica: Argelina no afirma que Palestina “merece” genocidio, sino que expone mediante repetición obsesiva el discurso legitimador que poder articula.
La letanía acusatoria replica estrategia de amigos de Job en texto bíblico: Elifaz, Bildad, Zofar repiten argumentos retributivos mediante paralelismo. Argelina actualiza letanía bíblica para exponer discurso contemporáneo que culpabiliza a Palestina. La repetición formal evidencia que acusación no es argumento racional, sino mantra ideológico.
“Desde entonces… mientras…”: estructura temporal cíclica
El prólogo establece estructura temporal mediante paralelismo que replica pasado en presente:
“Desde entonces Palestina repite su historia
pueblos justos despojados,
carne herida,
hijos arrancados,
mientras la sombra del diablo se pasea entre ruinas”.
La fórmula “Desde entonces” establece origen (apuesta celestial, Nakba 1948) que se prolonga hasta presente mediante verbo “repite”. El paralelismo (tres frases nominales sin verbo: “pueblos despojados”, “carne herida”, “hijos arrancados”) establece repetición estructural: cada elemento replica anterior. La conjunción “mientras” introduce simultaneidad: sufrimiento palestino ocurre simultáneamente a paseo triunfal del diablo/Israel.
La estructura temporal cíclica (“repite su historia”) replica trauma colectivo: pasado no es superado, sino que retorna obsesivamente. La reiteración formal (paralelismo de frases nominales) transmite esta circularidad: cada verso repite estructura anterior con variación mínima.
“Tienes tú ojos de carne?”: pregunta obsesiva sin respuesta
La sección “La ausencia de respuesta” articula pregunta que se repite sin recibir contestación:
“¿Tienes tú ojos de carne?
pregunta Job a Dios,
pregunta Gaza entre sus ruinas,
pregunta Palestina cada día que sangra.
Si tuvieras ojos de carne,
no permitirías que los niños fueran cifras,
no permitirías que las casas fueran tumbas,
no permitirías que el pan se mezclara con ceniza”.
La pregunta “¿Tienes tú ojos de carne?” aparece en Job 10:4, donde Job acusa a Dios de mirar con parcialidad humana. Argelina invierte acusación: si Dios tuviera “ojos de carne” (capacidad de empatía material), no toleraría genocidio. La pregunta se repite tres veces (“pregunta Job”, “pregunta Gaza”, “pregunta Palestina”), estableciendo insistencia obsesiva.
La estructura condicional (“Si tuvieras… no permitirías”) se repite tres veces mediante anáfora que acumula acusaciones. La repetición sin respuesta replica estructura del trauma: pregunta que no obtiene contestación retorna compulsivamente. El silencio divino no es misterio sagrado, sino abandono ético que pregunta obsesiva denuncia.
Ritmo prosaico y respiración del verso
Versículo largo: respiración amplia y acumulación testimonial
Secciones del poemario adoptan versículo largo que replica respiración amplia de lamentaciones bíblicas. El capítulo I (“Los comienzos del dolor”) establece ritmo mediante versos extensos que acumulan información:
“Un día aconteció que el diablo sopló
sobre la mesa del justo
y las migas se hicieron cenizas.
Dios, que había permitido la prueba,
miró al hombre desde lejos
y en la tierra
las piedras aprendieron la lengua del lamento”.
El versículo largo (hasta once sílabas) establece respiración pausada que permite acumulación de imágenes. La sintaxis es compleja: subordinadas (“que el diablo sopló”), complementos múltiples (“sobre la mesa del justo”), oraciones coordinadas (“miró… y aprendieron”). El ritmo lento replica solemnidad bíblica: no es urgencia testimonial fragmentada, sino narración ceremonial que otorga dignidad al sufrimiento.
Verso breve: fragmentación y urgencia traumática
Otras secciones adoptan verso breve que fragmenta sintaxis y acelera ritmo. El capítulo VI (“La visión y el espanto”) establece urgencia mediante versos mínimos:
“Miradme y espantaos,
dice Job, cubierto de heridas.
Miradme, y veréis a Gaza,
miradme, y veréis a Palestina entera,
llagas abiertas en la historia de los hombres”.
El imperativo “Miradme” se repite tres veces en versos brevísimos (cuatro-cinco sílabas), generando ritmo de golpeo. La fragmentación sintáctica replica urgencia testimonial: no hay tiempo para subordinadas, solo para acusación directa. El verso breve establece respiración entrecortada que transmite trauma: imposibilidad de articular discurso completo, solo fragmentos que acumulan horror.
Alternancia: tensión entre solemnidad y fragmentación
El poemario oscila constantemente entre versículo largo (solemnidad) y verso breve (fragmentación), generando tensión rítmica que replica oscilación emocional del trauma. La sección “La aflicción y la semilla” ejemplifica alternancia:
“Me alcanzaron días de afliccción,
como río desbordado que no cesa.
Me alcanzaron noches interminables,
en las que la luna se esconde por vergüenza de mirar la ruina.
Job se reconoce en Gaza
afliccción tras afliccción, día tras día,
como olas que golpean sin descanso”.
Los primeros cuatro versos adoptan versículo largo con subordinadas y comparaciones elaboradas (“como río desbordado”, “en las que la luna se esconde”). Los tres versos siguientes fragmentan ritmo mediante repetición obsesiva (“aflicción tras aflicción, día tras día”) y comparación breve (“como olas que golpean”). La alternancia rítmica replica oscilación entre lamento ceremonial (tradición bíblica) y grito fragmentado (trauma contemporáneo).
Conclusión: forma como teología política
Job en Gaza demuestra que estructura arquitectónica y recursos formales no son recipientes neutrales, sino portadores de significado teológico-político. La imitación de estructura capitular del Libro de Job obliga a lector a reconocer paralelismo entre Job bíblico y Gaza contemporánea, pero inversión del epílogo (ausencia de restauración) denuncia fracaso de teodicea: no hay Dios que responda, no hay justicia que llegue.
La tensión entre verso libre (modernidad), versículo bíblico (tradición) y prosa poética (hibridez) replica tensión entre secularización política y marco religioso: Argelina usa lenguaje sagrado para denunciar política profana. El versículo bíblico otorga autoridad religiosa a denuncia política; el verso libre actualiza lamento antiguo en contexto contemporáneo; la prosa poética articula testimonio que rechaza separación entre documento objetivo y expresión subjetiva.
Las reiteraciones, letanías y estribillos (“Yo no lo veré”, “El doble mereces”, “¿Tienes tú ojos de carne?”) no son ornamentos retóricos, sino réplicas formales de estructura psíquica del trauma colectivo. La repetición obsesiva transmite certeza traumática: pasado irrumpe en presente sin mediación, desesperanza se reitera sin resolución, pregunta retorna sin respuesta. El ritmo letánico establece temporalidad cíclica donde Palestina “repite su historia” sin escape.
La alternancia rítmica entre versículo largo (respiración amplia, solemnidad ceremonial) y verso breve (fragmentación sintáctica, urgencia traumática) replica oscilación emocional del trauma: tensión entre necesidad de narrar con dignidad y imposibilidad de articular discurso completo. La forma arquitectónica de Job en Gaza construye teología política: estructura capitular que imita y traiciona texto bíblico, recursos formales que replican trauma colectivo, ritmo que establece persistencia del genocidio sin redención.
