POR LA PENA VOY
Por la pena voy y vengo de tus manos
por la pena que circunda la alegría,
por el llanto con que riego cuanto amo
aliviando con tu acequia mi sequía.
En tu aire me siento libre y ventilado,
asentando en tu mirada mi reflejo.
En el sendero que nos une, caminando,
he tropezado con tu cara como espejo.
Voy recorriendo primaveras y sus flores
sin traspié que me aleje de tu paso.
Mi herida ya es la tuya, y los dolores
aún se sienten en tu orto y en mi ocaso.
Si supero la duda que me apresa
llevaré tu galanura a los altares
enfilando, en el hilo que atraviesa
la perla, la sonrisa en tus collares.
POR LA PENA VOY del libro AÑORANZAS Y OTRAS NOSTALGIAS de JOSÉ MARÍA RAMOS Share on X
ETERNA ESPERA
A Blas de Otero
No bastan el sino, el afán ni la emoción
para una balanza fiel que sopese la razón
y nos oriente y prolongue la mirada.
La mirada aguda, insistente y porfiada,
no soslayada, turbia, espesa ni nublada.
Porque el ojo se agranda en lo más justo,
el majestuoso resquicio en que se adentra
el profundo ideal de escribir el verso
que nunca saldrá de mi palabra.
Rima justa, rasgo alegre, trazo noble
—deplorando justicia y transiciones—
que enlaza y conjuga verbos y pasiones,
con acento en la utopía esperanzada.
Silencio en la mente —muerte—
y temblor en mi mano desmañada,
herida y arrastrada por el torbellino
de voces limpias, afinadas y angustiadas.
Quise componer, proclamar, alzar el grito
a lo más alto, reclamar libertades,
caminar por el recuerdo de oasis anegados,
pidiendo, como Blas de Otero, la paz
y la palabra, con la inusitada temeridad
de reivindicar sus retos y sus ansias.
Sembrar en el surco más profundo y fiel
fantasías, ilusiones, integridad, alegría,
causas justas y aspiraciones negadas.
Pero el fruto se resiste al dolor de cuerpo
y alma, y a brotar en tierra abandonada,
estéril, yerma, árida, baldía y humillada.
Su voz se perdió en la niebla de una sociedad
dura de oído, de moralidad, amor y lástima.
No en el olvido ni en la pena. Ese eco no se apaga:
es silbido, clarinete, estruendo, arpa y alarma.
Él murió esperando, y yo muriendo espero
luces que relumbren, relámpagos que iluminen
tanta cara desolada por la angustia y el desprecio
de una vida fracasada y, por vileza, trampeada.
ETERNA ESPERA del libro AÑORANZAS Y OTRAS NOSTALGIAS de JOSÉ MARÍA RAMOS Share on X
MI MANO
He acercado mi mano a tu sonrisa
simulando un vuelo,
atraído por el aire que te alienta
y solaza mi desvelo,
reprimiendo la caricia,
la lisonja
y hasta el beso.
Velando por el sueño de los días
que alumbraron nuestro celo,
y sumiendo en el olvido avatares
de otros tiempos:
sentimientos confusos,
voces, penas, alegrías, llanto,
dolores y sufrimiento,
herencia de tradiciones,
bendiciones, redenciones,
bulas y sacramentos.
Y la mano, fiel a su destino,
mi rebeldía y mi encuentro,
me ha devuelto aspiraciones,
ideales, confianza, paz y fe
en tu aire y en mi viento.
MI MANO del libro AÑORANZAS Y OTRAS NOSTALGIAS de JOSÉ MARÍA RAMOS Share on X
FE
Te contemplo remoto
y el eco del recuerdo
se oculta en la memoria
de aquel tiempo breve,
ya lejano y consumido
por la duda y el destino.
Tan inmediato el abismo
que nos invoca el borde
del silencio palpitante
en el imposible milagro
de Tu extraña cercanía
y la paz irremediable.
Latente deslumbramiento
de Tu invisible presencia
en el limitado espacio
que Te aleja y aproxima
en el momento más cierto
de la fe difusa y la agonía.
FE del libro AÑORANZAS Y OTRAS NOSTALGIAS de JOSÉ MARÍA RAMOS Share on X
SOSIEGO
No transformes tu figura
para contemplar la calma.
Sigue fiel a tu inquietud
y a tu firmeza,
a tu sino y a tus ramas.
Eres árbol que protege,
acaricia, nos arrulla
y nos resguarda.
Aférrate a tu existencia,
sin rodeos ni jactancia,
amanecer perdurable,
sostén de tu tolerancia.
Has vuelto a tu aire,
a tu vuelo,
a tu sombra prolongada,
que se abrevia en la caricia
de mi mano secuestrada
por el sueño
y la requerida pausa.
Que te respete el deseo
en la noche apresurada
y la fidelidad sustente
nuestra paz inacabada.
SOSIEGO del libro AÑORANZAS Y OTRAS NOSTALGIAS de JOSÉ MARÍA RAMOS Share on X