2.

Amanecer acuífero

de gozo y armonía.

Por ahora, todo parece

encaminado a la paz.

Heridas que se cierran

y un corazón abierto al Mundo

antes agazapado

en la comodidad de su dolor.

5.

Corazón preso

de estos muros y ladrillos,

cemento y asfalto

a mi alrededor.

Altas farolas cegando

infinitos astros

que ya no lucen sobre

estas ruinas que son mi cuerpo.

Ciudades grises son

cárceles de verdes almas y

caudalosos corazones.

Soy aquel diminuto brote

haciéndose paso entre

el duro asfalto,

y al crecer tan alto como la Luna

el asfalto quebraré y

pequeñas abejas polinizarán

este desierto sombrío.

Todo será bosque,

todo será Naturaleza,

y las verde almas flotarán

entre rosas

y los caudalosos corazones

descansarán, por fin, en la mar.

9.

Pajarico, vuela alto

antes de que ellos te alcancen.

Pajarico, abre tus alas

antes de que te las corten.

Pajarico vuela lejos,

no mires atrás.

Pajarico busca la Libertad.

No mires atrás.

Pajarico, déjame aquí,

sálvate tú, ¡huye!

Pajarico, no te preocupes por mí,

algún día iré en tu busca…

Pajarico levanta esas cadenas,

vuela ágil, que no te detengan…

Pajarico, sálvate antes

de que tu joven corazón muera.

15.

Sentado ante la nada

observando un infinito

de estrellas reflejadas

en cientos de espejos.

¿Cuál de ellas es real?

A la par, mi corazón se congela.

Esto es todo, un pedazo de mi vida,

de mi ser.

Una humilde existencia entre

cientos, miles más.

Por mi ventana —cansada de tener las mismas vistas—

un barranco.

Ante mí, el recuerdo de

tus miradas cómplices.

Un camino a medio marcar,

una fosa a medio excavar.

Una vida a medio vivir.

Un ser que aún no ha sido,

un reflejo vacío

de un ser humano perdido

entre sombras y ramas.

La música continúa sonando, al igual

que el Tiempo.

Él jamás se detiene.

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