Génesis

El cielo y la luz…

Un destello que va rebosando vida a través del azul cósmico,

un baño fugaz de efemérides, que danzan,

viajan y surcan un sendero estelar.

Febril aromático cosmos, la totalidad de espíritu y materia,

espíritu y viento, cuerpos de barro que,

se entrelazan, mientras los gajos de una media naranja,

vuelven convertidos, en calor humano,

en cítricos repletos de la fantasía y su refugio,

viaje de la utopía, hacia la tierra.

El alma de la mente,

la mente latente de la naturaleza…

Deja que sienta esa vibración, desde tus raíces,

que llama a Selene cada noche,

para un goce etéreo en el origen de la caricia.

Llama a la puerta del deseo

un haz de luz dorado,

y surca los mares de la vida y el amor

a lomos del placer hedónico.

Perseidas luminosas,

que engendran cultivos de arcilla.

Gametos celestes que buscan su germen sideral,

origen de la vida, fulgor creciente en el vientre de la tierra,

criaturas de la madre naturaleza.

Aire, viento y brisa…

Respira, éter de la existencia.

Brisa aguamarina

Cantar al amor, al son del eco del agua,

agua en ondas radiales,

cuerdas vibrantes de tu corazón, amor,

que conduce, arrastra y llena de éxtasis,

el aire de mi alma viviente,

sempiterno ensueño de fortuna estelar,

producto de tus suspiros de pasión.

Al nacer Selene, en el azul oscuro,

se convierte en bermello vivaz de mis respuestas,

hacia la utopía real de mi reflejo,

reflejo de mi ser, tus ojos,

que son mis ojos de viento,

brisa aguamarina del universo,

nuestro más puro firmamento.

Mattianum

Origen del bocado,

garganta seductora

cascada y cañón de eco extasiado,

permanece en mi cuello.

Una errata llevó a la palabra

al denominado fruto prohibido,

sujeto de imagen lasciva,

de significado pecaminoso.

Realidad de tu esencia,

sin discordia frutal,

disfrute carmesí y dorado en el labio,

o cítrico galopado de jugo,

que atraviesa el canal

que retumba en el son de tu voz.

Redención

La tierra te va comiendo,

suavemente y sin que te des cuenta,

los días transcurren evaporando los recuerdos inminentes,

y la asfixia te llega antes de que puedas evitarla.

Al acecho de la opresión,

que crece de mañana y descansa de noche,

la máscara de Agamenón es tu mejor faz,

habiendo dispuesto a uno al combate rotativo

de un mero hecho cotidiano.

Veo las siguientes fechas y siempre es lo mismo

adrenalina estresada por jornadas interminables,

polvo de ilusiones esparciéndose en el aire,

oreando una pizca de esperanza en mi vientre.

Aun así, la cosecha de esta absorbente vida,

la cautivadora greda, se hace presente

y te recuerda a instantes el brote yacente,

por minúsculo que sea, de que el auriga,

volador del recuerdo de la tierra,

trae calor a tu lecho de lluvia sobre corteza,

y dulzura al poderoso cuerpo que nace del erotismo.

Súbete a lomos de su caballo alado,

y viaja, viaja lejos,

vive, vive intensamente,

descubre que, Pegaso,

está en tu corazón constantemente,

incluso cuando el barro recorre tu piel,

siempre quedará un resquicio para respirar.

Siempreviva

De entre los árboles, nacen las raíces del estremecimiento,

del jolgorio y el goce,

de la supervivencia del placer y el éxtasis.

Quiero que entierren mi cuerpo en esta tierra cálida del bosque,

que en mi lengua depositen la semilla del renacer,

y crezca un frondoso paisaje sobre nuestros cuerpos,

polvo de ángeles alados,

descubriendo tu respuesta física una y otra vez,

descendiendo al mundo de los recuerdos,

panorámica de niebla celeste,

en cicatrices bellas en la piel,

trazando un mapa de evocación al jardín de las Hespérides,

teniendo el mismo sueño cada noche,

y descubrir el sabor de la felicidad.

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