El hilo azul

 

Une los pliegues de una historia rota,
zurce la herida de mapas antiguos
con puntadas de paz y acuerdos invisibles.

 

Fue lino en el manto de Atenea,
lanza templada en Roma,
viento celeste en las velas flamencas,
y en el humo de miles de trenes,
también fue ceniza.

 

Pero no se cortó.
Saltó de ruinas a tratados,
de orillas sangrantes a puentes de idiomas.
Hoy teje en lo hondo
una tela de voces,
costura de pueblos
que aún se descubren
bajo las mismas estrellas.

 

Un hilo azul
que no encadena,
sino que abraza.

 

El hilo azul del libro EL HILO AZUL de FRANCISCO MUÑOZ MARTÍN Compartir en X

 

Dinamarca (Entre bruma nórdica y claridad interior)

 

La niebla no pesa en Dinamarca,
es parte del paisaje del alma.

 

Aquí, las casas murmuran bajito
y el diseño sueña con líneas puras.
El viento del Báltico
no enfría las manos
que tejen el futuro con calma.

 

Copenhague respira en bicicleta,
y los parques leen
con niños en los árboles.

 

En las noches largas,
una vela encendida
es promesa y compañía.
El hygge: su intimidad.
Esa forma de estar
sin ruido,
con todo.

 

Dinamarca,
país de cuentos
que aún sabe escuchar
la voz del silencio.

 

Dinamarca (Entre bruma nórdica y claridad interior) del libro EL HILO AZUL de FRANCISCO MUÑOZ MARTÍN Compartir en X

 

 

Luxemburgo (Discreto pero esencial, un puente entre lenguas y voluntades)

 

Luxemburgo habla
en varias lenguas
y en todas escucha.

 

Pequeño en mapa,
grande en costuras:
aquí se cruzan
ríos, trenes
y tratados.

 

Entre bosques y bancos
late un corazón
que sabe de equilibrio,
de historia compartida
y pasos calculados.

 

No necesita alzar la voz:
Luxemburgo construye
desde la confianza,
con la paciencia
de quien sabe
que el centro
no siempre hace ruido.

 

Una joya discreta
en la corona europea,
que une sin imponer
y pesa sin aplastar.

 

 

 

 

 

 

Luxemburgo (Discreto pero esencial, un puente entre lenguas y voluntades) del libro EL HILO AZUL de FRANCISCO MUÑOZ MARTÍN Compartir en X

¿Unos Estados Unidos de Europa?

 

Y si un día Europa
dejara de ser conjunción
para volverse sustancia:
¿quiénes seríamos?…

 

No una fusión uniforme,
sino una sinfonía afinada
donde cada nación
sostuviera su nota
sin desafinar al conjunto.

 

Unos Estados Unidos de Europa
no como copia de imperios pasados,
sino como invento novedoso:
solidaridad sin diluir la diferencia,
ciudadanía sin renunciar a sus raíces.

 

Una Europa
que no se limite a cooperar,
sino que se atreva a compartir
destino, defensa, justicia,
memoria y horizontes futuros.

 

¿Utopía?
Tal vez.
Pero Europa nació
de las ruinas que soñaron paz.
Y sigue viva
porque se atreve
a imaginarse entera
sin dejar de ser plural.

 

¿Unos Estados Unidos de Europa? del libro EL HILO AZUL de FRANCISCO MUÑOZ MARTÍN Compartir en X