Título: SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA

 

Autor: FERNANDO RIQUELME

 

Año de Publicación: 2025

Colección: Poesía

 

ISBN-13: 978-84-18566-56-1

 

Editorial: Rilke

http://edicionesrilke.com

 

PVP: 12 Euros (IVA Incluido).

 

Págs. 76

 

 

 

RESEÑA:

 

“Si aún sigues aquí, es que estás viva”, es un grito primal de supervivencia. Una mujer maltratada por su marido durante años, siente un síndrome de Estocolmo hacia él y su relación, desarrollando un vínculo afectivo muy fuerte hacia su secuestrador, que es en este caso su cónyuge, que le impide enfrentarse a él o escapar y le provoca una serie de sentimientos contrapuestos de acercamiento, miedo, deseos de morir e imposibilidad de imaginarse libre, que la bloquean para cualquier decisión.

 

La presión psicológica constante a la que le somete su carcelero, le provoca una total inseguridad de sí misma, una anulación como persona y una aceptación intrínseca de los motivos por los que sigue ahí, como rehén, por culpa del hombre que más tendría que quererla.

 

Es un largo proceso de superación, de crecimiento, de duelo, el que vive esta mujer, relatado en el poemario, para salirse de la trampa que le han puesto, reconocerse a sí misma, darse cuenta del chantaje y liberarse.

 

El grito de ¡sigo viva!, la empuja a vivir.

 

 

 

PRIMERAS PÁGINAS

SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA

En este poemario desgarrador y luminoso, Fernando Riquelme nos sumerge en el viaje interior de una mujer que, atrapada en el laberinto de la violencia y el abuso, encuentra el camino hacia su propia liberación.

Con una voz poética que transita entre la crudeza y la belleza, cada poema es un paso en el recorrido desde las sombras hacia la luz. Como el Ave Fénix que renace de sus cenizas, la protagonista nos muestra que la verdadera fortaleza nace cuando reconocemos nuestra propia vulnerabilidad.

No eres tú la que ha fracasado con el mundo, es el mundo el que ha fracasado contigo“, nos recuerda el autor en uno de sus versos más potentes, invitándonos a cuestionar las estructuras que nos aprisionan y a redescubrir la luz que llevamos dentro.

A través de metáforas poderosas -la caja de Pandora, la mariposa emergiendo de su crisálida, las cadenas que se rompen- Riquelme construye un universo simbólico donde el dolor se transforma en resistencia y la fragilidad en poder.

Este libro es un grito primal de supervivencia, un testimonio poético sobre la capacidad humana de renacer incluso en las circunstancias más oscuras. Una obra que resuena con cualquiera que haya tenido que reconstruirse a sí mismo, que haya necesitado recordar que seguir aquí, a pesar de todo, es la mayor prueba de estar vivo.

Para lectores de poesía testimonial, literatura de empoderamiento y para quienes buscan en las palabras un espejo donde reconocerse y un faro que ilumine el camino hacia la libertad.

ANÁLISIS DEL POEMARIO “SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA”

Sinopsis y contextualización

“Si aún sigues aquí, es que estás viva” de Fernando Riquelme es un poemario desgarrador que documenta el proceso psicológico y emocional de una mujer atrapada en una relación de maltrato con su marido. A través de 46 poemas en prosa, seguimos el viaje interior de esta mujer desde la desesperación y el deseo de autodestrucción hasta su gradual despertar y liberación. El título mismo funciona como una afirmación de supervivencia, recordándole a la protagonista que su existencia es ya un acto de resistencia.

La obra está subtitulada “La historia real de una mujer que fue violada persistentemente por su marido en su matrimonio”, estableciendo desde el inicio la crudeza y honestidad con que se abordará el tema. El poemario desnuda la compleja psicología de la víctima, incluyendo la ambivalencia emocional, el síndrome de Estocolmo, la culpa autoimpuesta y los miedos que dificultan la ruptura con el maltratador.

Métrica y estilo

Formalmente, Riquelme opta por el verso libre y la prosa poética, alejándose deliberadamente de estructuras métricas tradicionales. Esta elección no es casual: refleja la naturaleza caótica y fragmentada de la experiencia narrada. Los poemas presentan longitudes variables y un ritmo interno marcado por:

  • Frases cortas y contundentes que funcionan como puñaladas emocionales
  • Alternancia entre voz poética principal (que interpela a la protagonista) y respuestas breves de la mujer (frecuentemente en cursiva)
  • Uso estratégico de espacios en blanco que crean pausas y silencios significativos
  • Palabras aisladas o frases destacadas tipográficamente que funcionan como gritos o revelaciones

Diálogo con la tradición poética española

Riquelme se inserta en varias corrientes de la tradición poética española:

La obra conecta con la poesía testimonial y social de poetas como Blas de Otero o Gabriel Celaya, pero desde una perspectiva contemporánea centrada en la violencia de género. También hay ecos de la poesía feminista de María-Mercè Marçal en su exploración de la opresión patriarcal, aunque con un lenguaje menos hermético y más directo.

El poemario comparte con la poesía de la experiencia de los 80 y 90 (Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes) su anclaje en la vivencia cotidiana, pero se distancia de su tono moderado para adoptar una voz más visceral y urgente. La estructura dialogada recuerda a veces a la tradición de la poesía mística española, donde el alma dialoga consigo misma, aunque aquí en un contexto completamente secular y contemporáneo.

Posicionamiento actual

En el panorama poético actual, “Si aún sigues aquí, es que estás viva” se posiciona en la confluencia de varias tendencias:

  • La poesía con perspectiva de género y denuncia social, que ha cobrado especial relevancia en las últimas décadas
  • La poesía testimonial que da voz a experiencias silenciadas, tendencia creciente en la literatura española reciente
  • La poesía terapéutica y de sanación, que entiende el acto poético como herramienta de reparación
  • La poesía comunicativa y accesible, alejada de hermetismos pero sin renunciar a la profundidad

Esta obra destaca por abordar frontalmente la violencia machista en el ámbito matrimonial, tema aún insuficientemente tratado en la poesía española contemporánea, convirtiéndose así en una voz necesaria dentro del panorama lírico actual.

TÉCNICAS LITERARIAS

Fernando Riquelme despliega un arsenal de recursos literarios para transmitir la complejidad emocional y psicológica de la experiencia del maltrato:

Recursos narrativos y estructurales

Desdoblamiento de la voz poética: Riquelme construye un diálogo constante entre una voz que interpela, aconseja y confronta a la protagonista, y las respuestas de esta. Este recurso refleja magistralmente la disociación y el conflicto interno de quien sufre violencia:

“No esperes que llegue la respuesta correcta / Si tú no la haces llegar”

Uso de la segunda persona: La voz principal del poemario se dirige constantemente a un “tú” que es la propia protagonista, creando un efecto de desdoblamiento que expresa la necesidad de distanciarse de uno mismo para poder verse con claridad:

“Te miras en el espejo, / Te decepcionas de ti / ¿Acaso esa mujer destrozada soy yo?”

Contrapunto entre voces: El diálogo entre la voz principal y las respuestas breves de la protagonista (frecuentemente en cursiva o con diferente sangrado) crea una tensión dramática que expresa el conflicto interior:

“Me da miedo volver a perder”

“No puedo más”

Recursos estilísticos

Frases sentenciosas y aforísticas: El autor utiliza frecuentemente frases breves y contundentes que funcionan como revelaciones o verdades absolutas:

“No eres tú la que ha fracasado con el mundo, / Es el mundo el que ha fracasado contigo”

Yuxtaposición y contraste: Coloca imágenes o conceptos opuestos uno junto al otro para intensificar su efecto:

“Ellos son de tierra / Tú, de viento”

Repeticiones anafóricas: La repetición estructura muchos de los poemas, creando un efecto de letanía o mantra:

“Te cuidaban / Te cogían de la mano / Te abrían la puerta / Te dejaban pasar…”

Preguntas retóricas: Abundan las interrogaciones que no buscan respuesta sino provocar reflexión:

“¿Por qué a mí? / ¿Por qué yo?”

Recursos visuales y tipográficos

Tipografía expresiva: Utiliza cambios tipográficos (cursivas, mayúsculas, sangrados especiales) para marcar cambios de voz o enfatizar:

“COMO TÚ”

“Insoportable”

Fragmentación visual: La disposición visual del texto, con frases aisladas o bloques separados, refleja la fragmentación mental y emocional de la protagonista.

El conjunto de estas técnicas logra que el lector no solo lea sobre la experiencia traumática, sino que la sienta, generando una empatía visceral con la protagonista y haciendo de la poesía un vehículo no solo de denuncia sino de comprensión profunda del fenómeno del maltrato.

COMPARATIVA CON OTROS AUTORES CONTEMPORÁNEOS

La poesía de Fernando Riquelme en “Si aún sigues aquí, es que estás viva” presenta puntos de encuentro y divergencia con diversos autores contemporáneos:

Similitudes con autoras feministas contemporáneas

La crudeza con que Riquelme aborda la violencia de género recuerda a la poesía de Ana María Rodas, especialmente su obra “Poemas de la izquierda erótica”, aunque Riquelme adopta una perspectiva más centrada en el proceso psicológico interno que en la crítica social explícita.

También hay conexiones con la poesía de Gioconda Belli en su exploración de la opresión patriarcal, aunque Riquelme prescinde del erotismo liberador característico de Belli para centrarse en el trauma.

Con Luna Miguel comparte la visceralidad y la exploración del cuerpo femenino como espacio de resistencia, aunque la poesía de Riquelme es menos experimental y más directa.

Contrastes con la poesía de la experiencia

A diferencia de autores como Luis García Montero o Felipe Benítez Reyes, cuya poesía de la experiencia tiende a la contención emocional y la reflexión mesurada, Riquelme opta por una expresividad desgarrada y urgente. Mientras García Montero poetiza lo cotidiano desde una distancia reflexiva, Riquelme se sumerge en las aguas turbias del trauma sin filtros.

Relación con la poesía testimonial

Conecta con autores como Francisca Aguirre en su uso de la poesía como testimonio de experiencias dolorosas, aunque Riquelme adopta un tono más combativo y menos elegíaco que Aguirre.

También dialoga con la poesía testimonial de Miguel Hernández en su dimensión de grito y denuncia, aunque actualizada al contexto de la violencia machista contemporánea.

Conexiones con la poesía del trauma

La exploración de la fragmentación del yo tras experiencias traumáticas lo acerca a la poesía de Chantal Maillard, aunque Riquelme opta por un lenguaje más accesible y menos filosófico.

Su tratamiento del dolor y la reconstrucción recuerda a Joan Margarit, aunque Riquelme adopta una estructura más dramática y menos meditativa.

Singularidad en el panorama contemporáneo

Lo que distingue a Riquelme de muchos de sus contemporáneos es la combinación de:

  1. Un acercamiento sin concesiones a la violencia de género en el ámbito íntimo
  2. Una estructura dialogada que dramatiza el conflicto interno
  3. Un lenguaje directo pero cargado de imágenes potentes
  4. Un arco narrativo completo que va desde la victimización hasta el empoderamiento

Esta combinación hace que su voz sea única dentro del panorama poético actual, tendiendo puentes entre la poesía testimonial, feminista y la de sanación, sin adscribirse completamente a ninguna de estas corrientes.

SIMBOLISMOS EN EL LIBRO

El poemario de Fernando Riquelme está atravesado por una rica red de símbolos recurrentes que evolucionan a lo largo de la obra, reflejando el proceso de transformación de la protagonista:

Símbolos de opresión y violencia

El cuchillo: Aparece desde los primeros poemas como objeto de autodestrucción (“Quisieras que la hoja afilada del cuchillo se hundiera en tu estómago”), simbolizando tanto el deseo de muerte como arma potencial. A lo largo del poemario, su significado evoluciona hasta convertirse en símbolo de amenaza externa.

Las cadenas y los grilletes: Representan la opresión invisibilizada del matrimonio abusivo. Riquelme los presenta con una brillante ironía: “Te ponen grilletes invisibles, pulseras de brillantes / gargantillas de oro”, convirtiendo así los símbolos tradicionales del matrimonio en instrumentos de sujeción.

La jaula y la cárcel: Metáforas recurrentes para el matrimonio como espacio de confinamiento: “Encerrada en una cárcel de cristal tras una reja de oro”.

La máscara: Simboliza la duplicidad del maltratador (“Parecía que todo estaba bien, hasta que él empezó a quitarse el antifaz”) y también la falsa identidad que adopta la víctima para sobrevivir.

Símbolos de transformación y renacimiento

La mariposa y la crisálida: Representan el proceso de metamorfosis de la protagonista: “La que sale de su caparazón para renacer de su crisálida / La que se convierte de oruga en mariposa”. Es quizás el símbolo más esperanzador del poemario.

El Ave Fénix: Mencionado explícitamente (“El vuelo del Ave Fénix te libera”), simboliza la capacidad de renacer de las cenizas después de la destrucción, un potente símbolo de resiliencia.

Luz y oscuridad: El contraste entre ambas recorre todo el poemario. La oscuridad representa el estado de confusión y maltrato (“En la oscuridad has librado demasiadas batallas”), mientras la luz simboliza la claridad mental y la libertad (“Ahora, te toca abrirte a la luz”).

Símbolos de identidad fragmentada

El espejo: Representa la confrontación con la propia identidad dañada: “Te miras en el espejo, / Te decepcionas de ti / ¿Acaso esa mujer destrozada soy yo?”. El espejo roto aparece también como metáfora de la identidad fragmentada.

El baúl/caja de Pandora: Mencionado en el primer poema (“Abres la caja de Pandora con tus sueños encerrados”), simboliza los recuerdos dolorosos que necesitan ser confrontados para sanar.

Los diferentes “yo”: El poemario menciona repetidamente distintas facetas del yo (“Ese YO distinto de tu YO de antes / Contra el viejo YO”), simbolizando la fragmentación identitaria producto del trauma.

Símbolos de camino y decisión

El camino, los trenes, la carretera: Aparecen como símbolos de las oportunidades de escape y cambio vital: “La carretera es para las atrevidas / Para ti, si quieres”. Los trenes que pasan (“Pasan los trenes / No los dejes pasar”) simbolizan las oportunidades que no deben dejarse escapar.

La encrucijada y la bifurcación: Representan los momentos de decisión crítica para la protagonista.

Evolución simbólica

Lo más notable es cómo estos símbolos evolucionan a lo largo del poemario, transformando sus significados. Por ejemplo, el cuchillo inicialmente dirigido hacia sí misma se convierte en metáfora del corte necesario con la relación tóxica. La mariposa pasa de ser una aspiración imposible a un estado alcanzable.

Esta evolución simbólica acompaña y refuerza el arco narrativo del poemario, desde la desesperación hasta la liberación, creando una potente red de significados que trasciende la lectura literal de los poemas.

IMPACTO DE LA ESTRUCTURA EN LA PERCEPCIÓN DEL LECTOR

La estructura del poemario “Si aún sigues aquí, es que estás viva” de Fernando Riquelme juega un papel fundamental en cómo el lector percibe y experimenta la obra, generando un efecto que trasciende la mera lectura para convertirse en experiencia emocional:

Inmersión psicológica a través de la fragmentación

La estructura fragmentada del libro, con poemas numerados que parecen instantáneas o momentos de lucidez en medio del caos, reproduce la experiencia mental fragmentada de quien sufre maltrato. Esta fragmentación no es aleatoria sino estratégica: hace que el lector experimente la desorientación, la confusión y los destellos de claridad que vive la protagonista.

Cuando leemos frases breves e impactantes separadas por espacios en blanco, como “No puedo más” o “Sangré”, estas pausas visuales funcionan como silencios emocionales que permiten al lector procesar el impacto de lo leído, generando un ritmo de lectura que emula el propio proceso traumático: momentos de intensidad seguidos de aturdimiento.

El diálogo interior como espejo del lector

La estructura dialogada del poemario, donde una voz interpela constantemente a la protagonista y esta responde brevemente, crea un efecto de espejo para el lector. Al leer, uno no puede evitar sentirse también interpelado, cuestionado, invitado a responder. Esta técnica hace que el lector no permanezca en una posición cómoda de observador distante, sino que se vea obligado a participar emocionalmente.

Este recurso es particularmente efectivo para crear empatía con la situación de maltrato, pues nos obliga a preguntarnos: ¿qué haría yo en esta situación? ¿cómo respondería yo a estas presiones?

Efecto de crescendo emocional

La estructura secuencial del poemario, que avanza desde la desesperación y confusión inicial hacia momentos crecientes de claridad y finalmente la liberación, genera un efecto de crescendo emocional que arrastra al lector. Esta progresión no es lineal ni sencilla (hay retrocesos, dudas, recaídas), lo que refleja fielmente lo errático del proceso real de recuperación tras el maltrato.

Este diseño estructural crea en el lector una experiencia análoga a la montaña rusa emocional que supone salir de una relación abusiva, generando no solo comprensión intelectual sino también visceral del proceso.

Contrapunto entre esperanza y desesperación

La alternancia estructural entre momentos de profunda desesperación y pequeños destellos de esperanza crea un patrón rítmico que mantiene al lector en tensión permanente. Este contrapunto genera una experiencia lectora similar a la de quien vive en una relación de maltrato: nunca se está completamente seguro, los momentos de optimismo pueden ser rápidamente aplastados.

Esta técnica impide una lectura complaciente y mantiene al lector en un estado de alerta similar al de la víctima, logrando así una transmisión experiencial y no solo conceptual del tema tratado.

Efecto de la circularidad transformada

Aunque el poemario avanza hacia la liberación, la estructura presenta elementos circulares donde ciertos símbolos, frases o situaciones regresan transformados. Esta circularidad no es un eterno retorno a lo mismo, sino una espiral ascendente donde cada regreso sucede desde un nivel superior de conciencia.

Este recurso permite al lector experimentar la sensación de dejavú transformado que caracteriza los procesos de sanación: los mismos desafíos regresan, pero ya no somos los mismos al enfrentarlos.

Todos estos elementos estructurales convierten la lectura del poemario en una experiencia transformadora que va más allá de la comprensión intelectual para convertirse en vivencia empática del proceso de maltrato y liberación.

ESTRUCTURA TEMÁTICA Y SECUENCIAL

El poemario “Si aún sigues aquí, es que estás viva” de Fernando Riquelme presenta una estructura temática y secuencial cuidadosamente diseñada que refleja el proceso psicológico de alguien que atraviesa una situación de maltrato y logra liberarse:

Arco narrativo y progresión temática

El libro se estructura en 46 poemas numerados que configuran un arco narrativo coherente que podemos dividir en fases:

Fase 1: Desesperación y confusión (poemas I-X)

Los primeros poemas exploran la desorientación, el deseo de autodestrucción y la culpa. Aparecen temas como:

  • La pérdida de identidad: “¿Acaso esa mujer destrozada soy yo?”
  • La ideación suicida: “Quisieras que la hoja afilada del cuchillo se hundiera en tu estómago”
  • La parálisis: “Te quedas quieta / A oscuras”

El tono dominante es oscuro, confuso, con la voz principal intentando orientar a la protagonista en medio de su desesperación.

Fase 2: Reconocimiento y resistencia incipiente (poemas XI-XX)

En esta sección comienza el reconocimiento de la injusticia de la situación y aparecen los primeros atisbos de resistencia:

  • La identificación del maltrato: “Sin la máscara es una persona terrible: un monstruo”
  • El comienzo de la rabia: “A veces te matarías / Otras, los odias, los aborreces”
  • Los primeros deseos de escapar: “Ya no es cuestión de orgullo / Es sólo supervivencia”

Fase 3: Confrontación con las estructuras opresoras (poemas XXI-XXX)

En esta fase, la mirada se amplía de la relación particular a las estructuras sociales que la sostienen:

  • La crítica al sistema patriarcal: “La mujer no vale nada -te dijeron-“
  • El cuestionamiento de las instituciones: “En la ceremonia cantó un coro de góspel… A los maltratadores les encanta fabricar cómplices”
  • La deconstrucción del matrimonio como institución: “Hay que desviar la atención de lo que representa el rito de la boda: / La compra de una esposa”

Fase 4: Resistencia y comienzo de la liberación (poemas XXXI-XL)

Esta sección marca el punto de inflexión hacia la liberación:

  • La decisión de la ruptura: “No ha cambiado ni cambiará / Tú, en cambio, eres otra”
  • El reconocimiento de la propia fortaleza: “Eres la verdadera tú / por fin, / TÚ”
  • La confrontación con las tácticas manipuladoras: “Cuando te suplica que te quedes con él, / lo hace como una orden”

Fase 5: Empoderamiento y afirmación final (poemas XLI-XLVI)

Los poemas finales celebran la liberación y el redescubrimiento de la identidad:

  • La reconstrucción de la identidad: “Me toca empezar de cero, / Resurgir”
  • La afirmación de la independencia: “Tu independencia es su fracaso / Tu victoria, su rabia”
  • La conclusión catártica: “Reconócete en ti: / Si aún sigues aquí, es que estás viva”

Estructuras temáticas transversales

A través de este arco narrativo, varios temas recorren el poemario de principio a fin, evolucionando con el desarrollo de la historia:

La identidad fragmentada

Evoluciona desde la confusión total (“¿Acaso esa mujer destrozada soy yo?”) hasta la reintegración final (“Eres la verdadera tú / por fin, / TÚ”).

La libertad como concepto ambivalente

Pasa de ser aterradora (“Ser independiente es demasiado esfuerzo para mí”) a deseada y afirmada (“Necesitas vivir la pasión, emocionarte / conmoverte / Ser la protagonista de tu propio relato”).

La relación con el propio cuerpo

Evoluciona desde el deseo de autodestrucción hacia la reconexión con el cuerpo como espacio de libertad (“Caminas descalza por la orilla, / el agua del mar roza tus pies”).

La transformación del miedo

El miedo pasa de ser paralizante a convertirse en impulso para el cambio (“No te de miedo decir adiós a tanto dolor”).

Técnicas secuenciales

Riquelme utiliza varias técnicas para crear cohesión secuencial a lo largo del poemario:

  1. Motivos recurrentes que evolucionan: Símbolos como el espejo, la mariposa o el cuchillo aparecen repetidamente pero con significados que van transformándose.
  2. Preguntas que obtienen respuesta gradualmente: Muchas de las interrogantes planteadas en los primeros poemas encuentran respuesta hacia el final del libro.
  3. Paralelismos invertidos: Situaciones similares que se repiten pero con reacciones opuestas, mostrando la evolución de la protagonista.
  4. Progresión en los tiempos verbales: Un sutil movimiento desde verbos en condicional y pasado hacia presentes y futuros, reflejando el cambio de perspectiva temporal.

Esta estructura secuencial y temática tan cuidada hace que el poemario funcione casi como una novela en verso, con un desarrollo psicológico coherente y una progresión emocional que mantiene al lector comprometido con el viaje de la protagonista desde la desesperación hasta la liberación.

FERNADO RIQUELME

SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA

COMPRA AQUÍ

SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA

12 €

Fernando Riquelme

FERNADO RIQUELME

ESCRITOR

BOOKTRAILER

Fernando Riquelme

FERNADO RIQUELME

Fernando Riquelme (Barcelona, 1952) es economista y escritor con una trayectoria literaria diversa. Cofundador de la revista "set-i-mig" con Joan Brossa y de "Alternarrativa editores". Ha publicado novelas como "Guerra Sucia" y "Los Inmorales", además de poesía como "Si aún sigues aquí, es que estás viva".

12 € | Compra su libro

BOOKTRAILER

SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA

Summary
Aggregate Rating
5 based on 1 votes
Brand Name
Ediciones Rilke
Product Name
SI AÚN SIGUES AQUÍ, ES QUE ESTÁS VIVA
Price
EUR 12
Product Availability
Available in Store Only