Semilla

El día comienza

con un sueño olvidado,

con dolor de espalda

y callos en las manos,

con la esperanza de un cambio.

Comienza con un cigarrillo

en papel de arroz

y el aroma de un café amargo

que me enciende como el sol,

que sin embargo aún duerme,

que no ha despertado,

pero que lo hará

para dar nombre al día

y prometerá ser largo,

pues de luna ya no se fía.

El día termina.

La luna afina

el cantar de la noche

con un sueño cadáver,

que tratará de resucitarlo.

El día comienza

con la semilla

de un sueño olvidado.

Dura luz

Tú… las agujas del reloj,
yo… cubito de hielo al sol.

Tú… alma pura y dura luz,
la luz de mi sol.

Yo… la pared de tu descanso,
que tengo con orgasmos
las agujas del reloj.

Recuerdo de un suspiro

En la senda del olvido,

a medio camino

hay un pinar,

cuya sombra da cobijo

al recuerdo de un suspiro,

que un día dejó de andar.

Y del pinar yo no me olvido,

porque su sombra me hace recordar.

Recordar tiempos perdidos,

de un suspiro en un pinar.

Cuerpo y mente

Dividido me siento por ser mártir,

o por dejar de serlo.

Por morir fácil,

por vivir sufriendo.

Si en cuerpo vivo,

en alma muero.

Si el alma vive,

no importa el cuero.

Y me pregunto, cada uno de enero…

¿Estoy siendo sincero?

De norte a sur

Voy andando por los caminos,

caminos lóbregos,

caminos de luz.

Voy andando sin destino,

pues no comparto su existencia,

y adivino una referencia

oculta en el camino.

Y así, paso a paso,

pieza a pieza,

camino tosco sin apariencia,

caminos lóbregos,

caminos de luz,

camino firme de norte a sur.

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