PRELUDIO
I
Soy ortiga y soy jazmín,
soy un libro que radicaliza,
soy un beso adúltero con carmín
a traición en las mejillas.
Vengo con vocación de tragedia.
Quiero ver gigantes caer e inocentes perecer,
quiero ver la batalla desde la colina,
meterme debajo del celemín,
pasar sin pena ni gloria,
no ser inicio ni fin.
La desgracia yo la veo
bajar del monte a caballo, jadeante,
con un látigo en una mano
y una azada en la otra,
mirándote con sus ojos locos
y un inquietante tic en los labios;
viene con paso certero
a tu corazón dar piso, a enterrarlo.
¿En qué orilla he de morir?
¿En qué cantina descansar?
¿En qué estación florecer?
Desde este verso renuncio a la verdad,
desde este verso renuncio a vivir.
PRELUDIO del libro SOL DE INVIERNO de CARLOS JIMÉNEZ IGLESIAS. Share on X
PÁJAROS
Tráeme de tu tierra
un puñado de pájaros.
No quiero ropas ni joyas,
sólo un puñado de pájaros.
Cobíjalos en tu seno,
aliéntalos con tu voz y con tu acento,
que no píen cuando crucen
los valles de misteriosos silencios
ni las foces perfumadas de fresno.
Que no, que no quiero un yermo
recuerdo para dejarlo inmóvil en un hueco
que tenga que hacer al efecto.
Quiero un puñado de pájaros
que ames durante todo el trayecto,
un puñado de pájaros vivos como tus besos:
muestras vivientes de tus labios,
de tus ojos y de tu pecho.
Pájaros. un puñado de pájaros.
eso es todo lo que quiero.
PÁJAROS del libro SOL DE INVIERNO de CARLOS JIMÉNEZ IGLESIAS. Share on X
SENDA HOLLADA
El final del camino es bien sabido
y aun así lo emprendemos.
Seguimos la cartografía pasional
con ardor sereno
y apenas con el combustible que dan tus ojos.
Al llegar al abismo nos reunimos
y nos palpamos el rostro para reconocernos.
Nos entristece saber
que ya no somos los mismos.
¿Cuánta fe, cuánto credo, cuánto ideario
no aguantó el peso de la lluvia?
SENDA HOLLADA del libro SOL DE INVIERNO de CARLOS JIMÉNEZ IGLESIAS. Share on X
ÁCAROS
Miras el mundo
con ojos de Cristo crucificado,
con ojos que imploran pero no acusan.
Un amor de Dios
sufraga tus dudas y bulle tu sangre.
Eres el espejo del alma del prójimo
que se ve reflejado —lo quiera o no—
en tus gestos.
Sin juicio amas y sientes,
sin freno das tu cariño
y sin rayo compartes tu nido.
¿Qué beso mío te llevarás a tu tumba?
¿Qué recelo escondido minará tu recuerdo?
Dolerán los chasquidos del castigo no entendido,
dolerán las lágrimas de todos los ladridos,
dolerán con sigilo
como un ácaro que muerde, y muerde, y muerde
hasta el fin de los siglos.
ÁCAROS del libro SOL DE INVIERNO de CARLOS JIMÉNEZ IGLESIAS. Share on X
ORCAS
Una pareja de orcas revoltosas
toma el sol pasiego en la hierba.
Qué dulce y calurosa tarde empapa
sus mamíferos besos.
Tormentas de arena se anuncian
en los telediarios; esquirlas
y metralla en los escenarios de teatro.
Qué collage tan hermoso
hecho de pedazos de carne humana
y telares que paren tupidos paños.
Está cambiando el mundo
y ahora las orcas cuelgan, como fruta podrida,
de sus horcas de madera de agua.
Está cambiando el mundo
y las sombras se descosen de sus cuerpos
y el oxígeno se emborracha del negro
corazón del mercurio de los espejos.
Quédate aquí, no salgas esta noche de casa.
Con la que está cayendo, no salgas
bajo esta lluvia que no seca
ni inunda bocas.
Quédate aquí, y contempla con alivio
la línea del frente enemigo
como una hilera de hormigas transportando
holocausto y pedacitos de memoria
hacia el manantial sangriento de la historia.
ORCAS del libro SOL DE INVIERNO de CARLOS JIMÉNEZ IGLESIAS. Share on X