CANCIÓN DEL VIUDO
La canción del viudo se concibe tras la lectura del poema de Pablo Neruda El tango del viudo.
Pantera birmana, la furiosa, terrorista amorosa, mi perseguidora, mi heroína… son algunos de los sobrenombres que el poeta chileno Pablo Neruda dedicó a Josie Bliss, su amante birmana, durante su estancia como cónsul en Rangoom, en 1927, y que parece inspiraron su poema Tango del Viudo.
El poema se integra en Residencia en la tierra (1935), aunque fue escrito en 1928, año en que Neruda abandonó a su amante: “Dejaba a Josie Bliss, especie de pantera birmana, con el más grande dolor. Apenas comenzó el barco a sacudirse en las olas del golfo de Bengala, me puse a escribir el poema “Tango del viudo”, trágico trozo de mi poesía destinado a la mujer que perdí y me perdió porque en su sangre crepitaba sin descanso el volcán de la cólera” (Neruda, CHV 105). Neruda, Pablo. Confieso que he vivido. Memorias. Barcelona: Seix Barral, 2010.
He llegado otra vez a los dormitorios solitarios, /a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez/tiro al suelo los pantalones y las camisas, /no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en las/ paredes.
Tras la lectura de estos versos yo no idealicé a ninguna furibunda e inabarcable amante, sino que imaginé a ese hombre, perdido en su valentía, que hace por primera vez una maleta para viajar sin su compañera de vida y que, aunque nunca recuperará su presencia física, jamás renunciará a hablar con ella, hacerle confidencias y consultarle cada uno de sus pasos.
Textos: Carlos Enrique Rodrigo López.
Dibujos: Jesús Sánchez Daimiel.
No sé viajar sin tus manos
No sabía que las maletas engordaran
Y aunque las camas siguen haciéndose solas
cada puerta tiene llave
Todo el mundo
es extremistamente amable
Me habla con una educación
de oficinista que da frío
No me atrevo a tocar nada
de la habitación del hotel
y cada vez que me armo de
valor para abrir la maleta
no consigo que los calcetines se reconcilien
Intuyo los ojos de Pandora
y los interruptores son los únicos
que juegan conmigo al escondite
Por la noche es el techo el que me arropa
Soy la quinta esquina de la cama
y en la ducha no separo los pies
de mis dos huellas
En el buffet
doblo la servilleta como un seminarista
por miedo a que me regañen las migas
y hablo inusualmente bajo
Las toallas tienen forma de cobra
pero desgraciadamente no pican
Las momias se parecen a tu suegra
pero no tengo a quien decírselo
Ante la ventana el mundo
Se mueve muy despacio
Y yo respiro muy deprisa
El minibar es una caja fuerte
y la televisión un sudoku
de canales imposibles
El Nilo se parece a cómo acababa
la bañera después de que
bañáramos a los niños
Y Luxor
a cómo dejaban el
cuarto de juegos
antes de merendar
La única palmera que he visto
es un plumero gigante
Los nubios son
demoledoramente guapos
Los cocodrilos
parecen bolsos
Y las falúas
plumas que escriben en el agua
Pero con todo, solo tengo en mi mente tatuadas tus palabras:
“En el caso probable de que el silencio escupa
sílabas de renuncia
claros negros grisáceos de tabaco y niebla
conciencia de desmemoria
y propósitos eternos de cinco segundos de vida
Alza la voz y recuerda:
Es necesario que todo siga igual para que nada cambie
El agua es inexplicable
La piedra es, no piensa
El cisne canta hasta cuando no muere
Ya que basta con un toque de malicia
verde y herrumbrosa
cuando ya nada importa
para que al fin mañana
no sea el mismo día”.
CANCIÓN DEL VIUDO del libro LA CASA DE LAS FIERAS de CARLOS E. RODRIGO LÓPEZ Share on X
ME IRÉ A VIVIR A UN MURAL
Duška Vrhovac es escritora, poeta y traductora. Nacida en 1947 en Banja Luka, reside en Belgrado, Serbia. Premiada y reconocida ha publicado cerca de veinte poemarios y ha sido traducida a múltiples lenguas: inglés, italiano, español, alemán, ruso… filóloga y periodista ha trabajado en diversos medios de comunicación.
La lectura de su poema paisaje urbano me trasladó directa e inmeditadamente a lo que yo siempre he asociado con paisaje urbano desde lo más profundo de la literalidad de mi conciencia: un mural en una ciudad hecho de azulejos y porcelana. Un trasunto de esa felicidad colorida y artificial con la que te topas un día de gris de lluvia para resguardarte de las inclemencias del tiempo, y que maldita la gracia que te hace verlo infestado de tipos y tipas con sonrisa eterna.
Paisaje urbano
Con paraguas
por encima del agua
juegan
las neblinas amarillas
del paisaje urbano.
(Del blog de Fernando Sabido Sánchez: Poetas del siglo XXI: https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2011/02/3156-duska-vrhovac.html).
(Traducido del serbio por Silvia Monrós de Stojaković).
Max Linger tatuó esa insoportable armonía en Berlín, en el exterior del edificio Detlev Rohwedder (en la esquina con Leipzigerstrasse) en porcelana de Meissen. La obra se titula Construyendo la república, y está plagada con los elementos arquetípicos de la iconografía comunista de la época: obreros y campesinos pletóricos de felicidad por ir a trabajar… niños y niñas robustos y guapísimos tocando la guitarra y cantando por la calle. En fin, como la no vida misma.
Vrhovac, en sus poemas, describe los estados del alma desde un grano de arena hasta las estrellas, dejando un rastro de miguitas de poesía. Los viajes, los paisajes, la música, la contemplación pasan por la impresora de luz y sombras que es su escritura. Y da la sensación de que todo lo escribe mientras dormimos, mientras todo duerme, o al menos esa es mi sensación cuando la leo, como si sus versos velaran mis sueños.
De esta extraña asociación mental nace el poema me iré a vivir a una mural, sin duda pergeñado por una gripe incubada tras contemplar helado el mural un día de lluvia.
Me iré vivir a un mural.
Uno de esos tan vigorosos
Donde nadie tose.
Uno de esos tan arios, tan soviéticos,
En los que se mira al sol a la cara
Y el trigo es oro y acero
Y todo el mundo va en mangas de camisa
Donde las flores tienen todos los colores
Donde el agua está tatuada
Donde siempre el sol está en lo más alto
Donde siempre hace 23 grados
Donde nunca hay sequía
Donde las sonrisas son perennes
Donde los niños nunca se hacen heridas
Donde las madres nunca envejecen
Me iré a vivir a un mural
En el que siempre es de día
Entre los pechos de esa mujer tan robusta
Ahí quiero reposar yo, o mis cenizas
Donde habita esa perfección tan deliciosamente horrible
Textos: Carlos Enrique Rodrigo López.
Dibujos: Jesús Sánchez Daimiel.
ME IRÉ A VIVIR A UN MURAL del libro LA CASA DE LAS FIERAS de EDITH CHAHÍN Share on X
3 METEOROS 3
Carlos Edmundo de Ory es un poeta y narrador español nacido en Cádiz, hijo del poeta modernista Eduardo de Ory. Sus poemas son de corte surrealista. Él mismo se bautizó de postsurrealista o postista, reivindicando una suerte de compendio de vanguardias literarias: “el ismo que viene tras todos los ismos”.
Lo cierto es que es un poeta singular que siempre buscó, si no nuevos caminos, siempre nuevos resquicios. Gran viajero, su poesía, también, es un viaje sin un destino definido que se alimenta del camino como ruta inexplorada.
3 meteoros 3 surge de la lectura de los aerolitos del poeta; un mundo en cada frase que impacta contra nuestro entendimiento para estallar en mil asombros, y en concreto de su poemario Miserable ternura (Hiperión.1981).
Estar contigo es un vocablo insólito…
Estar contigo es un vocablo insólito
y el día que se rompa en pedacitos
el enorme silencio del olvido
será un eco anacrónico en mis noches.
Sus aerolitos, que beben desde Gracián a Gómez de la Serna, son una colección de sentencias sobre las que en muchos casos no cabe recurso de casación: “Yo veo molinos de viento en los gigantes”.
La vida es más intensa cuando no está, cuando cae un telón, cuando los otros nos piensan; cuando la luz, el agua, los elementos se conjuran y nos dejan con el alma tan desnuda.
Cae el telón tras tus pasos.
De un único golpe seco, metal y hueso.
Seccionando el árbol de mi vida
Quebrando los tendones del aire.
Tú, que eras esencia de párpado.
Cuerpo en origen. Alma en tránsito.
Región en destino. Corazón de manos y venas.
Razón de versos y veras.
Tú, que tanto eras.
Por qué me eres ahora, noche de espaldas
No era el cielo un seguro de vida
Ni la tierra una muerte segura
Ni tu cuerpo, siempre fragmentario
Una esquirla útil de nada…
Por más que dudara el todo de tus partes
Por más que renieguen los símbolos de esta certeza
Textos: Carlos Enrique Rodrigo López.
Dibujos: Enrique de Lucas Tortajada.
3 METEOROS 3 del libro LA CASA DE LAS FIERAS de EDITH CHAHÍN Share on X