book5

EL YO QUE INVOCA: CONSTRUCCIÓN DE LA VOZ POÉTICA EN HIMNOS A URLIL. ENTRE HUMILDAD SUPLICANTE Y AUTORIDAD PROFÉTICA

Pérez-Ayala, Javier. «EL YO QUE INVOCA: CONSTRUCCIÓN DE LA VOZ POÉTICA EN HIMNOS A URLIL. ENTRE HUMILDAD SUPLICANTE Y AUTORIDAD PROFÉTICA». Zenodo, 2 de noviembre de 2025. https://doi.org/10.5281/zenodo.17506633
DOI

EL YO QUE INVOCA: CONSTRUCCIÓN DE LA VOZ POÉTICA EN HIMNOS A URLIL. ENTRE HUMILDAD SUPLICANTE Y AUTORIDAD PROFÉTICA

 

Introducción: El Problema del Sujeto Lírico

 

Toda poesía lírica construye voz que enuncia discurso. Esta voz, llamada yo lírico o yo poético, no es el autor empírico (Carlos Blanco como persona histórica) sino construcción textual que adquiere identidad mediante operaciones específicas. El yo lírico construye su identidad a lo largo del poema y es el lector quien dota de significado esa identidad a través de su manifestación textual.

La distinción resulta crucial para comprender Himnos a Urlil. Cuando texto dice “invoco a Urlil, luz inextinguible”, el que invoca no es Carlos Blanco (ciudadano español, autor de tratados filosóficos, profesor universitario) sino yo lírico construido específicamente para función hímnica. Este yo lírico puede adoptar múltiples posiciones: suplicante humilde, visionario exaltado, mediador entre humano y divino, testigo de epifanías.

Esta monografía analiza cómo Carlos Blanco construye voz poética específica que oscila entre humildad suplicante (tradición mística) y autoridad profética (tradición visionaria). Comparación con Teresa de Ávila, William Blake y John Donne revelará estrategias de autorrepresentación que legitiman discurso hímnico contemporáneo.

 

Parte I: El Yo Suplicante – Herencia de Mística Española

 

Teresa de Ávila construye en Libro de la vida (1562-1565) y Moradas del castillo interior (1577) yo humilde consciente de indignidad ante Dios. Estrategia retórica fundamental: humildad como legitimación. Teresa comienza Vida declarando incapacidad: “Quisiera yo tener muy entendido lo que es oración mental, porque hay personas que piensan…”. Esta declaración de incompetencia es paradójica: Teresa demuestra competencia precisamente mediante reconocimiento de incompetencia.

Estrategia opera mediante inversión: yo que reconoce limitaciones obtiene autoridad espiritual mayor que yo que presume omnisciencia. Lector confía en Teresa porque ella admite fragilidad, no porque finj

a perfección. Esta humildad no es debilidad sino fortaleza retórica.

Himnos a Urlil replica estrategia teresiana mediante construcción de yo buscador, no yo poseedor:

“No puedo cansarme de saborear belleza,
¿cuándo saciaré este anhelo infinito?
¿Dónde te ocultas, luz que busco insaciable?”

Interrogaciones retóricas construyen yo que carece, no yo que posee. Este yo necesita Urlil, no domina Urlil. Necesidad confiere legitimidad: búsqueda auténtica persuade más que proclamación dogmática.

Pero diferencia crucial separa Carlos Blanco de Teresa: Teresa busca Cristo identificado doctrinalmente dentro ortodoxia católica. Carlos Blanco busca Urlil, invención sin respaldo institucional. Esto amplifica paradoja: humildad de quien busca entidad que él mismo inventa. Operación audaz: presentar invención como descubrimiento.

 

Parte II: El Yo Visionario – William Blake y Autoridad Profética

 

William Blake desarrolla en Libros proféticos (1789-1820) yo visionario que reclama autoridad divina directa sin mediación institucional. Blake crea mitología personal poblada de figuras inventadas (Urizen, Los, Enitharmon, Orc) que funcionan como personificaciones de fuerzas cósmicas. Esta invención mitológica audaz rechaza cristianismo ortodoxo mientras preserva intensidad religiosa.

Estrategia fundamental de Blake: construcción de yo profético que habla con autoridad absoluta. Blake no suplica ni duda; proclama. Apertura de Matrimonio del Cielo y el Infierno declara: “Ahora se sabe: que Cristo oraba a la Energía que Cristo representa y no al Dios que Urizen representa”. Esta afirmación audaz no pide permiso ni justifica mediante argumentación; simplemente decreta verdad.

Yo profético blakeano se legitima mediante dos mecanismos:

Primero, apelación a visión directa. Blake afirma ver realidades invisibles a visión ordinaria. No razona hacia conclusiones sino que reporta percepciones inmediatas de dimensiones espirituales. Esta apelación evita refutación racional: quien no ve, simplemente carece de capacidad visionaria.

Segundo, construcción de sistema completo. Blake no ofrece fragmentos místicos dispersos sino cosmogonía integral con personajes, relaciones, narrativas. Completitud sistemática confiere credibilidad: sistema coherente parece menos arbitrario que intuiciones aisladas.

Himnos a Urlil adopta elementos de yo profético blakeano pero modera audacia extrema:

“¡Floreced, bibliotecas primordiales!
¡Expande, luz de Urlil, tu claridad infinita!
¡Guíame hacia contemplación perpetua!”

Imperativos exclamativos construyen yo que comanda, no yo que ruega. Este yo posee autoridad suficiente para ordenar a entidades cósmicas. Pero diferencia crucial: Carlos Blanco no construye sistema mitológico completo como Blake. Urlil permanece intencionalmente indefinido, evitando cristalización en teogonía sistemática.

Esta indefinición estratégica preserva universalidad: Urlil puede ser apropiado por lectores diversos sin chocar con cosmologías específicas. Blake sacrifica universalidad en favor de sistematicidad; Carlos Blanco sacrifica sistematicidad en favor de universalidad.

 

 

Parte III: El Yo Metafísico – John Donne y Paradoja Autoconsciente

 

John Donne desarrolla en Sonetos sagrados (1633) y Devociones (1624) yo metafísico caracterizado por paradoja, ingenio, autoconciencia irónica. Donne no es suplicante humilde ni profeta autoritario sino pensador que dramatiza tensiones intelectuales de fe.

Soneto sagrado XIV ejemplifica tensión característica:

“Golpea mi corazón, Dios de tres personas; porque hasta ahora
solo golpeas, respiras, brillas, y buscas reparar;
que yo pueda levantarme y pararme, derrócame, y dobla
tu fuerza para romperme, soplarme, quemarme, y hacerme nuevo.”

Este yo metafísico posee características distintivas:

Primero, emplea paradoja violenta. Donne pide a Dios que lo destruya para salvarlo. Lógica superficial parece contradictoria pero revela verdad espiritual: ego debe morir para que alma renazca. Paradoja no es error lógico sino técnica cognitiva que fuerza lector a pensar más allá de sentido común.

Segundo, exhibe ingenio intelectual. Poesía metafísica inglesa privilegia wit (ingenio) que conecta conceptos aparentemente dispares mediante metáforas audaces llamadas conceits. Donne compara amantes separados con compás geométrico, muerte con breve sueño, mundo con moneda falsa. Estas comparaciones no son ornamentales sino cognitivas: revelan analogías estructurales entre dominios distintos.

Tercero, mantiene autoconciencia irónica. Yo metafísico sabe que habla mediante artificio retórico. Esta consciencia no invalida sinceridad sino que la complica productivamente. Donne puede ser simultáneamente devoto y consciente de recursos retóricos que construyen devoción.

Himnos a Urlil incorpora elementos metafísicos mediante metáforas elaboradas:

“Piedra filosofal de alquimistas del alma,
transmutación perpetua que convierte plomo de existencia
en oro de contemplación infinita”

Esta metáfora alquímica extendida replica técnica donne-ana. Urlil como piedra filosofal espiritual: agente que transforma materia vil (existencia ordinaria) en sustancia preciosa (experiencia trascendente). Metáfora no es decorativa sino cognitiva: estructura comprensión de función de Urlil mediante analogía con alquimia.

Pero Carlos Blanco no adopta ironía autoconsciente característica de Donne. Himnos a Urlil mantiene seriedad elevada sin distancia irónica. Esta elección genera riesgo: seriedad sin ironía puede percibirse como ingenuidad o pomposi

dad. Carlos Blanco acepta riesgo apostando que lector contemporáneo anhela sinceridad no mediada por cinismo.

 

Parte IV: Dialéctica de Posiciones – Humildad y Autoridad Simultáneas

 

Análisis precedente muestra que yo lírico de Himnos a Urlil no adopta posición única sino que oscila estratégicamente entre tres construcciones:

Yo suplicante (herencia teresiana): Reconoce carencia, busca sin poseer, pregunta sin responder definitivamente.

Yo visionario (herencia blakeana): Comanda mediante imperativos, proclama verdades, construye realidad mediante palabra.

Yo metafísico (herencia donne-ana): Emplea metáforas elaboradas, conecta dominios dispares, revela analogías estructurales.

Esta oscilación no es inconsistencia sino estrategia deliberada que genera tensión productiva. Yo que solo suplica carece de autoridad; yo que solo comanda carece de humildad; yo que solo razona carece de pasión. Alternancia entre posiciones preserva complejidad psicológica que caracteriza espiritualidad auténtica.

 

Comparación esquemática:

Teresa de Ávila: Humildad extrema que legitima autoridad espiritual indirectamente.

William Blake: Autoridad profética extrema que prescinde de legitimación institucional.

John Donne: Tensión intelectual que dramatiza lucha entre fe y duda.

Carlos Blanco: Síntesis que integra humildad, autoridad, complejidad intelectual sin resolverlas en unidad simple.

Parte V: Estrategias Específicas de Construcción del Yo

Análisis detallado de técnicas retóricas específicas revela cómo Carlos Blanco construye yo lírico multidimensional.

Primera estrategia: uso diferencial de pronombres. Yo lírico oscila entre primera persona singular (yo individual) y primera persona plural (yo colectivo):

“No puedo cansarme de saborear belleza” (yo singular, experiencia individual)

“Contemplas con agrado nuestro esfuerzo” (yo plural, humanidad compartida)

Esta alternancia permite doble identificación: lector reconoce voz como individual (experiencia íntima personal) y colectiva (representante de búsqueda humana universal). Yo singular genera intimidad; yo plural genera universalidad.

Segunda estrategia: modulación temporal entre presente absoluto y temporalidad narrativa. Himno como género opera en presente eterno: invocación ocurre siempre ahora, sin narratividad histórica. Pero Carlos Blanco introduce ocasionalmente referencias temporales que sitúan yo en devenir histórico:

“Luz de Urlil, antecesora de todos los orientes” (presente absoluto)

“Donde Dante cantó visión del más allá” (pasado histórico)

Esta modulación temporal construye yo que participa simultáneamente en eternidad (dimensión atemporal de invocación hímnica) y historia (tradición cultural acumulada). Tensión productiva: yo situado históricamente que accede a realidad transhistórica.

Tercera estrategia: vocativo directo que construye relación dialógica:

“¡Oh luz de Urlil, claridad desbordante!”

Vocativo (invocación directa a segunda persona) construye yo como interlocutor que mantiene relación personal con entidad invocada. No es yo que describe Urlil objetivamente desde distancia (tercera persona) sino yo que se relaciona íntimamente con Urlil mediante diálogo. Esta intimidad confiere legitimidad: solo quien conoce personalmente puede invocar auténticamente.

Cuarta estrategia: construcción de yo mediante acumulación de actos de habla específicos:

Interrogación retórica: “¿Dónde te ocultas?” – construye yo buscador

Imperativo exclamativo: “¡Floreced, bibliotecas!” – construye yo que comanda

Declaración celebratoria: “Contemplo tu rostro” – construye yo que experimenta

Cada acto de habla configura posición subjetiva específica. Combinación de actos diversos construye yo complejo que no se reduce a posición única.

Quinta estrategia: autorrepresentación mediante metáforas de viaje y búsqueda:

“Salí tras ti clamando” (metáfora de peregrinación)

“Guíame hacia contemplación perpetua” (metáfora de guía y seguidor)

Metáforas de viaje construyen yo dinámico en movimiento, no yo estático que posee verdad definitiva. Yo peregrino mantiene tensión entre búsqueda (aún no posee) y encuentro (ya experimenta parcialmente).

 

 

Parte VI: El Yo como Mediador – Entre Humano y Trascendente

 

Función central de yo lírico en Himnos a Urlil: mediar entre lector ordinario y dimensión trascendente. Yo poético no es destinatario final de himnos sino canal que transmite invocación.

Estructura triangular característica de himno:

Nivel 1: Lector empírico que lee texto

Nivel 2: Yo lírico que invoca

Nivel 3: Urlil invocado

Yo lírico ocupa posición intermedia crucial: suficientemente humano para que lector se identifique, suficientemente elevado para acceder a trascendente. Si yo fuera completamente ordinario, carecería de autoridad para invocar; si fuera completamente trascendente, rompería identificación con lector.

Balance delicado que Carlos Blanco mantiene: yo como “humano elevado” o “vidente accesible”. No es santo canonizado (demasiado distante) ni escéptico contemporáneo (demasiado cercano) sino buscador sincero con capacidad visionaria cultivada.

Esta posición intermedia permite función pedagógica implícita: yo lírico muestra a lector cómo relacionarse con trascendente. Lector aprende disposición adecuada (humildad combinada con audacia, interrogación combinada con celebración) mediante imitación de yo lírico.

 

Parte VII: Conclusión – Legitimación de Discurso Hímnico Contemporáneo

 

Construcción del yo lírico en Himnos a Urlil resuelve problema central que enfrenta poesía hímnica contemporánea: ¿cómo justificar autoridad para invocar trascendente en época secular?.

Carlos Blanco evita tres opciones insatisfactorias:

Primera opción rechazada: recuperación nostálgica de ortodoxia religiosa tradicional. Carlos Blanco no finge fe ingenua en dios confesional específico. Tal fingimiento resultaría increíble para lector secular.

Segunda opción rechazada: cinismo posmoderno que ironiza toda trascendencia. Carlos Blanco no adopta distancia irónica que desacredita búsqueda espiritual como ilusión. Tal cinismo vaciaría himno de contenido sustantivo.

Tercera opción rechazada: hermetismo elitista que cifra mensaje para iniciados exclusivamente. Carlos Blanco mantiene aspiración universalista que busca audiencia amplia.

Solución adoptada: construcción de yo lírico que oscila estratégicamente entre humildad y autoridad, permitiendo legitimación mutua de ambas posiciones. Humildad protege contra acusación de arrogancia profética; autoridad protege contra acusación de relativismo blando. Yo que busca sinceramente (humildad) mientras construye realidad mediante palabra (autoridad) puede invocar trascendente sin pretender dogmatismo religioso ni sucumbir a nihilismo secular.

Comparación final con tradiciones analizadas muestra singularidad de solución de Carlos Blanco:

Teresa de Ávila privilegia humildad dentro ortodoxia institucional. William Blake privilegia autoridad profética fuera institucionalidad. John Donne dramatiza tensión sin resolución definitiva. Carlos Blanco integra elementos de tres tradiciones construyendo yo que es simultáneamente buscador humilde, visionario autoritario, pensador metafísico.

Esta integración no es ecléctica (yuxtaposición mecánica) sino sintética (fusión productiva que genera posición nueva). Yo lírico de Himnos a Urlil caracteriza espiritualidad postsecular: conscientemente posterior a ortodoxias tradicionales pero negándose a aceptar desencantamiento definitivo.

Legitimidad de este yo lírico no descansa en autorización institucional (iglesia, tradición, revelación) sino en autenticidad fenomenológica: voz que articula búsqueda espiritual que lector reconoce como genuina aunque no comparta presupuestos metafísicos específicos. Reconocimiento intersubjetivo sustituye verificación objetiva como criterio de validez.

Himnos a Urlil demuestra que construcción cuidadosa de yo lírico permite recuperación de géneros aparentemente agotados mediante actualización de funciones sin imitación servil de formas. Yo que invoca en siglo XXI no puede replicar yo que invocaba en siglo XVI (Teresa), XVIII (Blake) o XVII (Donne). Pero puede construir posición nueva que preserve funciones esenciales (mediación entre humano y trascendente) mediante estrategias adaptadas a sensibilidad contemporánea.

Caracterización definitiva del yo lírico de Himnos a Urlil: buscador sincero con autoridad visionaria cultivada que media entre lector secular y dimensión trascendente mediante oscilación estratégica entre humildad interrogativa y certeza profética, evitando tanto dogmatismo religioso como nihilismo secular.

 

Tags: No tags