APRESAMIENTO DE SANTIAGO MONTOYA REYES
EN LA BAHÍA DE MÁLAGA
Santiago Montoya Reyes,
gitano de pura saga,
sale con la red de mimbre
a por los peces del alba.
Viene, que viene gallardo,
sombra de luna y de fragua,
sus negros tirabuzones
le ondean sobre la cara.
Soplan los vientos titanes
que azuza la mar salada,
y cuando llega a la orilla
las olas se desbaratan.
Acuden pronto los peces
dorados como la palma,
con finas cabezas de oro
y las aletas de plata.
Santiago Montoya Reyes,
gitano de pura saga,
cuando giman los laureles
te lleva preso la guardia.
El día se va marchando
con tonos de calabaza,
y deja un rastro vacío
que mueve el viento en la rama.
Santiago Montoya Reyes,
gitano de pura saga,
roto cristal los compases,
lleva amargor en su estampa.
Santiago Montoya Reyes,
digno de sien coronada,
¿de qué te sirve tu don?
¿de qué te sirve tu gracia?
haciendo bello prodigio,
te lleva preso la guardia.
Cuando se asoma la luna
le abren ya su celda amarga,
y cuando cede la luna,
la cierran en madrugada.
Fuera, galopan los barcos
sobre la grupa del agua,
dejando estelas perdidas,
dejando estelas lejanas.
APRESAMIENTO DE SANTIAGO MONTOYA REYES EN LA BAHÍA DE MÁLAGA del libro LIBRO DE ROMANCES de ANTONIO BERLANGA PINO Compartir en X
Mudez de sombra y de muro.
Noche por celda y casilla.
La monja sueña arrayanes
bajo la luz prohibida.
Terna de palomas rozan
a la ansiada lejanía;
todo el convento se oculta
como una luna marchita.
¡Qué gacelas por su sueño!
¡y qué caballos sin brida!
Su cuerpo tenue con alas,
ligero como la brisa.
Con qué pasión ella sueña,
postrada en la cama fría.
Su frente recorre y pasa
auroras de caballista.
Un ángel de sal y lumbre
en la celda la visita,
los dos muslos de oro grueso,
las alas de seda fina.
Pero el casto mundo viene
de cuevas y galerías,
con el cáliz levantado
en el panel de la misa.
Un rumor ebrio de boca
le corre por la mejilla;
el sabor va por el aire
a hiel, a menta, y a sidra.
Norte de voces la llaman
del arco a la sacristía.
El eco antiguo remonta
blanco de sábana tibia.
Pero sigue con su sueño,
mientras, por el muro arriba,
el sol penetra los mármoles
viejos de la celosía.
LA MONJA DE CLAUSURA del libro LIBRO DE ROMANCES de ANTONIO BERLANGA PINO Compartir en X
FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO
A TRAVÉS DE UNA RECREACIÓN DE LA
PINTURA DE GOYA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA
MADRID 1.808
Acontecer en Madrid
en una noche de espanto,
varias cuadrillas de hombres
aquí caen fusilados.
Ocurrió de madrugada,
la noche del tres de mayo;
el mal sino los llevaba
a las puertas del ocaso.
Macilentos como sombras,
avanzaban muy despacio;
el tabor de las campanas,
densa muerte repicaron.
El silencio de la calle
se puso desorbitado,
y el miedo, que prevalece,
dejó un compás solitario.
A los cuarteles llevaron,
que servían como celdas,
fue antes que los franceses
ejecuten la condena.
Laberinto de barrotes,
dividida ratonera,
donde se apaga la vida
y oscurece la existencia.
Infierno de los sentidos,
llama de la razón plena,
inframundo de los ojos,
anido de las tinieblas.
Conde Duque y Prado Nuevo,
donde el piquete no cesa
de arengar a sus tambores
con los mazos de madera.
Visten trajes de marinos,
a modo de una faldeta,
los sables de tiros largos,
y chacón sin la visera,
capote de paño y hule,
y blanco nieve las medias,
y atada, de negro cinto,
sostiene la cartuchera.
Un sonido retumbaba
en una redonda legua.
Las cortinas se corrieron
y las ventanas se cierran.
Los reos, descamisados,
avanzaban con tibieza;
a los rayos de la luna
sus tejidas calaveras.
Resignados sin remedio,
el valor se puso a prueba,
no olvidando que son flor
pura de la resistencia.
¡Oh, qué camino tan triste!
¡Oh, qué sangrada tristeza!
¡Oh, qué sangre de ritual!
sin cáliz que la contenga.
Con desaliño de ropas
las figuras se alinean;
en los muros se colocan,
y en las tapias se disgregan.
Madrid contiene el aliento
cuando los sables se muestran
y en los ojos del fusil
irrumpen las bayonetas.
Los soldados, inflexibles,
con mecanismo de cuerda,
apuntaron a los reos
como así se les ordenan.
A un héroe viste de blanco
los pinceles de la guerra;
con los dos brazos en cruz
proclamaba su inocencia.
Voz de todas las Españas,
y la insignia de la tierra,
memoria de los caídos
y credo de su pureza.
Rumbo de sangre mojaba
a los templetes de arena.
El aire, ya ebrio de heridas,
por las ramas titubea.
Los trazos de la pintura
el vivo drama refleja.
Con el frío del pincel,
el alma toda nos tiembla.
FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO del libro LIBRO DE ROMANCES de ANTONIO BERLANGA PINO Compartir en X